Posibilidades para optimizar el concentrado en el cebo de terneros

La Sociedade Galega de Pastos e Forraxes organizó en Abadín unas jornadas en las que analizó distintos manejos de la alimentación animal

Posibilidades para optimizar el concentrado en el cebo de terneros

Asistentes a la jornada de Abadín.

La cría y cebo de terneros para su sacrificio es una actividad muy condicionada por los costes de alimentación. Optimizar el uso del pienso para obtener la mejor carne posible sin incurrir en sobrecostos innecesarios es la formula que busca todo ganadero. Más de medio centenar de produtores participaron en una jornada organizada en Abadín (Lugo) por la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes para valorar posibles opciones con las que reducir el gasto de concentrados. La disponibilidad de superficie o las condiciones climáticas en zonas de media montaña, algunos de los handicaps a tener en cuenta.

La actividad contó con la intervención de tres técnicos del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo, Santiago Creciente, Dolores Díaz –ya jubilada-, y Nieves Díaz. Las exposiciones de los investigadores, basadas en los ensayos desarrollados en Mabegondo y en la finca Marco da Curra (Monfero), mostraron como no siempre un mayor uso de concentrado se traduce en mayores rendimientos y mejor conformación de la canal.

Recogemos a continuación algunos de los ensayos expuestos en las jornadas. Las investigaciones descritas se hicieron en Mabegondo con terneros nacidos en agosto-diciembre y que se sacrificaron en abril-agosto, con lo cual pudieron aprovechar las dos épocas del año de mejores pastos, otoño y primavera.

Acabados de 2 y 4 meses

Ensayo con un acabado de 4 meses (6 meses de pasto + 4 de cebado) y con un acabado de 2 meses (8 meses de pasto + 2 de cebado)

Antes del sacrificio, los terneros cebados 4 meses pesaban de media 400 kilos por 406 kilos de los cebados 2 meses. No hay apenas diferencia en el peso final, una circunstancia que se explica por los buenos pastos de primavera de que disponen los terneros entre los 6 y los 8 meses.

“En el caso del acabado de 2 meses, se gastaron 658 kilos de concentrado para los machos y 540 para las hembras. En el acabado de 4 meses, fueron 950 kilos para los machos y 840 para las hembras. Por tanto, hubo un ahorro de unos 300 kilos de concentrado con los terneros acabados en dos meses”- detalló el investigador Santiago Crecente-. “Sólo con pastos los animales ganan peso, pero es cierto que se precisa bastante superficie disponible”, matizó.

Semiextensivo frente a intensivo

Ensayo comparativo entre un grupo de terneros que vive en semiextensivo, con uno cebo final de 2 meses, y un grupo en intensivo, mamando y con libre disposición de hierba seca y concentrado

Durante los 8 primeros meses, la ganancia de peso del ternero en intensivo era superior en unos 100 gramos por día, pero de los 8 meses al sacrificio a los 10 meses, el ternero que se cebó sólo los últimos dos meses compensó la diferencia , ya que en este último periodo ganó 400 gramos más por día que el ternero estabulado (1,7 kilos por día frente a 1,3), de forma que en el momento del sacrificio no había diferencias de peso: 417 para el que había estado en semiextensivo y 409 para el estabulado, con algunos kilos más de rendimiento de la canal en el caso del ternero criado en intensivo (273 kilos por 268 del otro). El gasto de concentrado en un caso fue de 1.090 kilos y en otro de 658 kilos.

El fenómeno del crecimiento compensatorio explica por qué es suficiente un cebo final de 2 meses

Las diferencias de crecimiento de los últimos dos meses se deben al llamado crecimiento compensatorio. El ternero que vivió con mayor restricción de comida es capaz de recuperar el desarrollo perdido en cuanto tiene acceso a más alimento.

Ambos animales generaron además una carne con características similares. El ternero criado en semiextensivo con un acabado de dos meses presentaba una carne con casi la misma ternura y mismo color que el ternero que había vivido estabulado, con leves diferencias solo apreciables con equipos tecnológicos, pero difícilmente por el consumidor, según la valoración de los investigadores.

Tres tipos de alimentación

Ensayo con tres tipos de alimentación: hierba, hierba y acabado con 200 kilos de concentrado; y acabado con 900 kilos de concentrado

Los animales se sacrificaron al conseguir unos 330 kilos de peso en vivo. En los tres casos, los terneros presentaban una cobertura de grasa similar, si bien sí había diferencias en la grasa intramuscular, que en el ternero alimentado sólo con hierba era alrededor de la mitad que en los otros dos casos, en los que sí era semejante.

Al medir las calidades de la grasa, se comprobó que en ácidos grasos saturados, la carne estabulada presentaba los peores índices; en tanto que en los ácidos grasos saludables (ácidos poliinsaturados, ácido linoleico, CLA y omega 3), la carne criada sólo con hierba tenía los mejores índices, no existiendo diferencias significativas entre un animal en intensivo y un animal criado en semiextensivo con un acabado de 50 días.

La promoción de los ácidos grasos saludables es habitual en gamas de productos como los lácteos, si bien en la carne no se hace esa distinción en el punto de venta ni se le paga un diferencial a los ganaderos, por lo que se trata de un aspecto al que se le restó importancia en las jornadas.

Uso de forrajes en el cebo
Otro aspecto abordado en las jornadas fue la posibilidad de uso de forrajes como parte de la dieta de cebo, tanto los tradicionales silos de hierba y de maíz como otras opciones de invierno (silos de avena-veza o de centeno) y de verano (silos de girasol, sorgo y otros).

El posible uso de silos de hierba como parte de la dieta de cebo fue uno de los asuntos que suscitó más debate en las jornadas, pues los ganaderos eran escépticos sobre esa posibilidad.

La ponencia de Nieves Díaz, sin embargo, al analizar los efectos de distintos tipos de alimentación en la calidad de la canal de terneros cruzados de explotaciones lácteas, concluyó que con un mayor uso de silos no hay tanta diferencia en el rendimiento de la canal ni en su conformación, siempre que se usen silos de calidad.

Los ensayos demuestran que es viable el uso de forrajes de calidad en el cebo final

Con un acabado a base de ensilado de hierba más dos kilos de pienso, se obtenía un rendimiento de la canal de un 53,7% y una conformación de un 7 sobre 15, considerándose la puntuación 7-10 como buena. Con un ensilado de maíz más 1,5 kilos de pienso, el rendimiento de la canal subía al 54% y la conformación a un 8,4; en tanto que con pienso a voluntad, el rendimiento era de un 56% y la conformación de un 8,8. El nivel de engrasamiento era similar en los tres casos.

La jornada concluyó con una visita a dos explotaciones de Abadín. El presidente de la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes, Eloi Villada, se mostró satisfecho de la experiencia e indicó que a la jornada del pasado sábado le seguirán otras reuniones en otros puntos de la montaña lucense y del resto de Galicia. “Detectamos que en Galicia hay un déficit de conocimiento técnico importante. Ese es el motivo de organizar jornadas como la de Abadín, que permiten divulgar entre los ganaderos más de 25 años de estudios científicos que hay en Mabegondo en la materia”, destacó.

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