La cuestión del lobo genera debate social pero, sobre todo, en el sector ganadero, que es el que sufre los ataques en el ganado. En Rábade, un foro acogió recientemente la presentación del proyecto ‘Medidas preventivas de la predación del ganado para la convivencia con el lobo en Galicia‘, impulsado por el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM-AGACAL) y la empresa Beealia. También participan en el mismo el CSIC y la Asociación Gallega de Custodia del Territorio y Arena. El encuentro sirvió además para analizar la situación actual y las cuestiones que deberían cambiar para mejorar la prevención de los daños del lobo.
Censos del lobo en Galicia
Óscar Rivas, de la Asociación Galega de Custodia do Territorio, comenzó llamando a la calma y destacó que el lobo «mantiene una estabilidad poblacional». Recordó que el primer censo en Galicia, del 2013-2015 hablaba de 90 manadas, compartiendo 14 con las comunidades limítrofes y Portugal. «Por entonces, estaban distribuidas de manera homogénea por el territorio», puntualiza.
Posteriormente, se publicó otro censo en el 2021-2022, en el que se indicó que en el conjunto del territorio gallego, la presencia era de 93 manadas, «por lo que se puede decir que son datos similares y no hay un gran aumento». Aun así, aclara que puede haber pequeños cambios locales. Añade que «esto al final son números, pero lo que debe marcar la cuestión del lobo es una visión de si los grupos se reproducen o no».
En cuanto a la presencia por el territorio, en dicho informe se indica que está en el 90 % del territorio; el 10 % restante representa las grandes ciudades y el Baixo Miño. «Buena parte de Galicia es territorio visitado por el lobo». Para poner en situación del lobo, Rivas recalca que en Galicia hay estabilidad y una buena representación de la especie por todo el territorio.
Cuáles son las medidas preventivas efectivas
Con la finalidad de esclarecer algunos debates que surgen en torno al lobo en el agro, José Vicente López, investigador del CSIC, abordó las medidas preventivas y su relevancia. Durante su intervención incidió en aspectos que se deben tener en cuenta en la prevención.
«La mayoría de los planes de gestión del lobo contemplan la prevención como un pilar fundamental y las autoridades lo indican, pero la realidad es que se necesita un seguimiento y que se emitan ayudas suficientes», resalta el profesional. Los cierres de cualquier tipo son unas medidas recurrentes, junto con los animales de guardia, pero «no se contempla el gasto de su mantenimiento en las ayudas».
Mantener un mastín representa un coste de 400-500 euros al año. Una ganadería de 1.000 ovejas con 12 mastines tiene un problema
López explica que, de promedio, se necesitan unos 400-500 euros para mantener los perros, y para una ganadería de unas mil ovejas serían necesarios unos 12 mastines, por lo que «hay un agravio comparativo con la ganadería que no quiera implementar esa medida de prevención, ya que no tendría ese gasto; se debería tener en cuenta».
En las medidas de prevención, según describe el profesional, hay que considerar tres aspectos básicos en el uso de medidas: efectividad funcional (en el tiempo), costes (implementación y mantenimiento) y aceptabilidad (usuarios finales)
Mantenimiento en el tiempo y costes
«La efectividad es relevante porque igual hoy una malla funciona, pero en unos años, al no tener un buen mantenimiento, ya no y acaban entrando los lobos». Esto genera problemas, ya que una vez pierde efectividad se provoca debate sobre si es viable la medida preventiva, o no.
«Hay que tener en cuenta los costes emocionales y psicológicos que sufren los ganaderos que conviven con el lobo»
Otra de las cuestiones que puso sobre la mesa el profesional fueron los costes de convivir con el lobo. Esta cuestión se refiere a temas tangibles y deja de lado los emocionales y psicológicos, «que se deberían tener en cuenta».
Estudios sobre prevención
El profesional destaca la importancia de llevar a cabo estudios sobre medidas de prevención para conocer su efectividad y también valorar como maximizarla. «Usar medidas no efectivas tiene consecuencias negativas para la fauna, el ganado y las personas; son una pérdida de tiempo, dinero y responsabilidad. Debemos contrarrestar la desinformación».
López indica que en una explotación afectada existe un riesgo 55 veces mayor de que se repita un ataque de lobo en un período de 12 meses
Con estudios como el presentado en Rábade se contrarresta la imagen de que la prevención puede ser una pérdida de tiempo. Observar en estudios las consecuencias de las medidas ayuda a aceptar en el campo una medida de prevención. «Imponer medidas desde la administración puede llevar al rechazo, por eso es necesario buscar aquellas que las personas propietarias de ganado las acepten porque piensan realmente que pueden funcionar y tienen dónde comprobarlo», indica.
Es necesario promover medidas de prevención que se acepten en el campo y que se vean como efectivas
Cabe puntualizar que, según un estudio que realizaron en varias provincias de España, alrededor de la mitad de las explotaciones ganaderas no emplean medidas preventivas. Trabajaron con más de 1.000 ganaderías de todo el territorio español y la mayoría no tienen nada de medidas; en las que tienen, «no pudimos comprobar realmente si están gestionándolas de manera correcta».
Siguiendo con datos, López indica que en una explotación afectada existe un riesgo 55 veces mayor de que se repita un ataque de lobo en un período de 12 meses. En Asturias, entre 2010 y 2016, el 0,5 % de las explotaciones (20) concentraron el 20,4 % de los daños en ese período y, en detalle, una de ellas acumuló 1.199 daños: «Esto es inviable».
La rentabilidad de las medidas de prevención
En cuanto a la cuestión de la rentabilidad de la prevención, López aclara que hay que poner el foco en la obligatoriedad de implantar medidas preventivas y no en su retribución económica. En esa línea, recordó que Europa compensa cuando hay medidas de prevención. Hay países como Alemania o Francia, en los que la prevención condiciona la compensación. En el caso de Galicia, en el plan de gestión se comenta que se reducirán las ayudas si hay daños reiterativos.
Se corre el riesgo de que la compensación reduzca el incentivo para implementar medidas de prevención
«Es entendible que las primeras veces recibas una compensación, y unas cuantas veces más, pero cuando no tomas medidas tiene que haber consecuencias. Para eso, es fundamental ese asesoramiento, siempre con la normativa en la mano», resaltó. Recordó que hay una falta de conocimiento de las normas actuales y que «quizás lo que falla es la transmisión» a los ganaderos para que tengan toda la información antes de tomar las decisiones. El profesional concluyó su intervención subrayando que se corre el riesgo de que la compensación reduzca el incentivo para implementar medidas de prevención.