Prevención de infecciones por garrapatas en ganado vacuno

Enfermedades como la anaplasmosis o la babesiosis suelen ser transmitidas por parásitos. Resumimos la intervención sobre este problema del profesor de la Facultad de Veterinaria (USC) Ceferino Lopez, que participó en los recientes encuentros ganaderos de Xundeva

Prevención de infecciones por garrapatas en ganado vacuno

El ganado extensivo presenta mayores riesgos de verse afectado por las picaduras de garrapatas.

Las garrapatas son un parásito muy a tener en cuenta en la ganadería, sobre todo en la extensiva, pues su picadura puede transmitirle agentes patógenos al ganado. Son causa de una serie de enfermedades, englobadas bajo el término piroplasmosis, y de la anaplasmosis, que se caracterizan por síntomas como fiebre, diarrea o anemias.

La prevención de estas enfermedades exige tener en cuenta los vectores de transmisión, entre los que hay que incluir no sólo a garrapatas como vector biológico directo, sino también vectores mecánicos que facilitan el contagio de animales infectados a otros, como insectos o agujas. Resumimos la intervención sobre este problema del profesor de la Facultad de Veterinaria (Universidad de Santiago, USC) Ceferino López, que intervino en los recientes encuentros ganaderos de la ADS Xundeva, en Lalín.

¿Qué enfermedades pueden transmitir las garrapatas? Entre las más habituales figuran la babesiosis y la theileriosis, como piroplasmosis, un tipo de enfermedades parasitarias producidas por protozoos; y la anaplasmosis, generada por infección bacteriana . De la theileriosis, se piensa que no tiene parásitos hospedadores en Galicia, pero sin embargo están registrándose casos en la comunidad.

La babesiosis, que se incuba durante 1-2 semanas, se caracteriza por síntomas como fiebre, apatía, constipación, anemia, caída de la producción de leche y hemoglobinuria (orina de color rojizo). En Galicia suele producirse una tolerancia natural en el ganado extensivo por infección continuada, pero se dan casos clínicos, sobre todo en animales jóvenes con un origen externo a la explotación o en animales mayores no resistentes.

Manejo
Existen factores de manejo que pueden aumentar también los casos clínicos de babesiosis en el rebaño, por ejemplo, cuando se incrementa el uso del pastoreo o cuando se amplía el tamaño del rebaño y los animales se aproximan más a la vegetación del borde de los prados, propicia para albergar más garrapatas.

Determinadas prácticas pueden agravar el problema, como el uso de una misma aguja para todo el rebaño, pues el agente patógeno puede así pasar de unos animales a otros, tanto en la babesiosis como en otras enfermedades, como la theileriosis, que presenta síntomas similares a la babesiosis.

Esto podría explicar la presencia de Theileria en Galicia -donde se piensa que no tiene hospedadores naturales-. La entrada en Galicia de animales de la zona mediterránea, donde la Theileria es endémica, pudo propiciar la expansión del problema, bien por medio de insectos picadores, bien por el uso de agujas contaminadas, aunque se considera mucho mas fácil la transmisión mediante una aguja en el caso de la anaplasmosis. «Se demostró que hay un 60% de posibilidades de infección con el uso de agujas desde un animal infectado con Anaplasma a uno sano», subrayó Ceferino López.

Una medida básica de prevención consiste en el uso de agujas de un sólo uso y en desinfectar después de cada utilización el instrumental empleado para la colocación de crotales y descornados. El control de los insectos picadores en los establos, sobre todo si hay positivos en el rebaño, resulta también fundamental.

Anaplasmosis
Otra de las enfermedades que transmiten las garrapatas es la anaplasmosis, con una sintomatología también similar a la babesiosis, con deshidratación y problemas digestivos, pero sin hemoglobinuria. Existe un tipo de anaplasmosis, provocada por Anaplasmae phagocytophilum, que también puede afectar a las personas y contagiarse de animales a humanos, pudiendo generar enfermedades graves.

Control
El control del principal vector de todas estas enfermedades, las garrapatas, es complicado. Resulta conveniente controlar el movimiento de los animales por «zonas buenas», sin vegetación propicia para las garrapatas, y puede ser aconsejable la reducción de la masa vegetal o la ejecución de roturaciones en determinadas parcelas.

Otras pautas a tener en cuenta son la limpieza y aislamiento de las naves, tratando de mantener un entorno limpio a su alrededor, y el uso de insecticidas acaricidas. En zonas endémicas, es conveniente también evitar la entrada de animales de zonas libres del problema. Los casos clínicos agudos precisarán, en cualquier caso, de tratamientos puntuales.

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