“Priorizamos la mejora del manejo en busca del mayor rendimiento por vaca”

Manuel Antelo, de Sat Perilla, en Santa Comba (Coruña), apunta las claves del trabajo en su explotación y opina sobre la situación actual del sector, que encara estos días con incertidumbre el fin de las cuotas

“Priorizamos la mejora del manejo en busca del mayor rendimiento por vaca”

Manuel Antelo en su explotación, en Santa Comba (Coruña).

La Sociedad Agraria de Transformación (Sat) Perilla es una explotación familiar de Santa Comba (Coruña) que destaca por el cuidado que presta al manejo del ganado en aspectos como la genética o los forrajes. La granja cuenta con 272 animales, de los que 146 son vacas adultas y 126 novillas. Para el cultivo de maíz e hierba, la Sat dispone de 70 hectáreas, que gestiona conjuntamente en Forxabar, una cooperativa de forrajes que integran ocho productores de la zona. La explotación participa con los mismos socios de Forxabar en una cooperativa de maquinaria (Cuma) y en un centro de recria de novillas; y está integrada también por su parte en la cooperativa Xallas, a través de la que vende la leche y compra insumos.

Manuel Antelo se puso al frente de la granja en 1985 y ya de aquella contaba con una dimensión relevante en el contexto de Galicia . El periodo de cuotas lácteas, que acaba este 1 de abril, lo inició la explotación con unos 70.000 kilos de cupo y fue creciendo hasta los 1,2 millones de kilos de ahora.

De aquellos inicios son aun las instalaciones actuales, que se hicieron en 1985, con avances en 1991 en los cubículos de las vacas y en la sala de ordeño, modelo espina de pescado de 45º de 10×2. “Tenemos unas instalaciones funcionales que se adaptan a lo que necesitamos. Yo priorizo más en el avance del manejo que en las instalaciones. No por tener instalaciones más grandes se consigue un mayor rendimiento por vaca”, valora Manuel.

«Cuidar la calidad y conservación de los forrajes es fundamental para abaratar los costes»

Tras el fin de las cuotas el 1 de abril, la explotación quiere continuar con el nivel de producción actual y renuncia a crecer.

Forrajes
La explotación se convirtió en Sat en 1995 y actualmente está gestionada por Manuel y su mujer, Elena Pereira, con la ayuda de un asalariado y con perspectivas de una próxima incorporación familiar. El gran cambio que experimentó la gestión de la granja en los últimos años vino de la mano de los proyectos en común que se impulsaron con otras explotaciones vecinas, primero una Cuma y luego con la cooperativa de forrajes Forxabar.

“Coger forrajes de calidad es fundamental para abaratar los costes de la explotación. Aquí estamos condicionados por la poca superficie y por el clima. Si llueve y no se puede ensilar, no hay nada que hacer, pero en lo que ensilemos, sí podemos tener cuidado en coger forrajes sanos, libres de toxinas, y en hacer un ensilado que garantice una conservación óptima”, destaca Manuel Antelo.

El 85% de la ración de las vacas se compone de forrajes propios, gestionados a través de Forxabar

Los forrajes propios centran gran parte de la ración de las vacas, suministrada por un carro de alimentación de la Cuma. La ración tipo incluye 34 kilos de maíz, 3,5 de maíz en grano y 7 de silo de hierba -todo producido por Forxabar-, y se le añade a mayores 2,5 kilos de pienso, 2,7 de colza y 3 de soja. “Pensamos que tenemos los costes de producción afinados al máximo. La cuestión es que las materias primas están caras y la leche va a la baja, con lo cual los márgenes son mínimos”.

Cuidado de la genética

La externalización de la gestión de los forrajes y de la recria permite que la Sat centre los esfuerzos en el manejo y ordeño de los animales. El cuidado de la genética es uno de los aspectos que más trabaja la explotación. Todos los animales dirigidos a la recría se inseminan con semen sexado, de forma que se mejoran las garantías de reposición del establo. “A veces hay animales con buena genética de los que no dábamos conseguido hembras y con el semen sexado ya no tenemos ese problema” -apunta Manuel Antelo- “Hay toros interesantes con el semen sexado”, valora.

Desde hace algo más de un año, la Sat se decantó para la inseminación por el uso de los llamados toros genómicos, aquellos toros nuevos, no probados, en los que el estudio de su genoma permite vislumbrar buenas características en la descendencia. “Alrededor del 90% de las inseminaciones son con toros genómicos y otro 10% con toros probados, con alta fiabilidad”, calcula Manuel.

«Es verdad que la genómica tiene que evolucionar, pero pensamos que los toros genómicos ya son eficaces»

“Es verdad que la genómica tiene que evolucionar y aportar más información y más fiabilidad, pero ya ahora mismo pensamos que resulta eficaz. A mayores, al tratarse de toros nuevos, permite un aumento de la fertilidad en la explotación”. La Sat Perilla se mueve en una tasa de fertilidad de alrededor del 35%, con una tasa de preñez del 20% y de detección de celos del 57%.

Con los mejores animales de la explotación, también se practica la fecundación in vitro y la posterior transferencia embrionaria, en colaboración con Xenética Fontao. De los nacimientos, los toros son cedidos a Fontao y las vacas quedan en la Sat.

Control lechero
La explotación se mueve en unas cifras de producción de 12.055 litros por animal en una lactación de 348 días, con un 4 de grasa y un 3,33 de proteína, unos buenos parámetros que Manuel atribuye principalmente al cuidado de la genética. La tasa de reposición de la granja ronda las 3,5 lactaciones. La explotación está en control lechero de Africor, una entidad de la que Manuel fue directivo y de la que es firme defensor. “No sólo se trata de controlar la producción, sino que también ofrece herramientas para el avance genético, como la prueba de toros de Fontao”, explica. “Estar en control lechero pienso que es fundamental para todas las explotaciones”.

“Lo que más me frustra es que el sector se resigna; tenemos que luchar”

La progresiva caída de los precios de la leche en los últimos meses, unida a la falta de capacidad del sector productor para negociar con la industria, está abriendo un nuevo periodo de movilizaciones. Manuel Antelo, que forma parte de la directiva de la Organización de Productores de Leche (OPL), critica la indefensión “del productor” ante las industrias. “En la cadena de valor de la leche, el productor no pesa nada ni pinta nada”, describe. “La reforma del paquete lácteo y la puesta en marcha de los contratos en teoría era buena, pero en la práctica no se cumple”.

«Las industrias deberían buscar con el sector productor un frente común ante la gran distribución»

Los ganaderos, dice Manuel, se sienten impotentes ante las decisiones unilaterales de las empresas transformadoras: “La industria quiere bajarnos un céntimo la leche para el mes que viene y vemos que no tenemos poder de negociación. Si quisiésemos cambiar de industria, no tendríamos para donde ir”, valora. “La industria gallega y española deberían tener otro comportamiento con el sector productor. Entre ellos y nosotros podríamos hacer un frente conjunto ante la distribución, que es la que está tirando con los precios”.

El nuevo periodo de movilizaciones se encara en el campo con la incógnita de ver cómo responde el sector: “Lo que más me frustra es que el sector se resigna y está desestructurado. La gente está ‘quemada’ y ya no quiere creer en nada –lamenta Manuel- pero tenemos que estar unidos y luchar por lo nuestro”.

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