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Hace un par de años, la revalorización de la leche en el campo llegó con una subida de precios en cadena posibilitada por los supermercados, hasta el punto de que las marcas blancas de leche se pusieron por encima de los 90 céntimos y las primeras marcas por encima del euro. Ahora existe el temor a un proceso en sentido contrario. El sector agrario señala a la cadena Lidl como responsable de tirar la primera piedra, con una oferta de marca blanca a 73 céntimos.
“Durante la pasada semana tratamos de hablar con ellos para que eliminaran esta oferta, que comenzó este lunes, pero no tuvimos respuesta”, cuestiona el responsable de acción sindical de Unións Agrarias, Félix Porto. La organización se presentó este lunes en uno de los supermercados Lidl de Santiago para retirar del lineal la oferta de leche de marca blanca a 73 céntimos. “Emplazamos a Lidl a que retire esta oferta en todos sus centros. De no hacerlo, seguiremos con las protestas”, aseguró Porto.
“El uso de la leche como producto reclamo estaba eliminado en las cadenas de la distribución y no vamos a permitir que vuelvan a ese camino. Sería impensable que esta cadena hubiese hecho este tipo de prácticas en su país de origen (Alemania)”, valoró Porto.
La mayoría de cadenas de distribución mantienen en la actualidad la marca blanca de leche en el entorno de los 80 céntimos, por lo que hay temor a que el movimiento de Lidl genere un efecto contagio.
“Estamos en un momento sensible, con la renovación de contratos en el campo, y con el intento de las industrias lácteas de presionar los precios a la baja, con ofertas que incluyen bajadas de 2 céntimos”, cuestiona Porto.
El sector examina ahora en especial los movimientos en el campo de Leche Celta, principal proveedora de la marca blanca de Lidl, que justo acaba de depositar las cuentas del 2023 en el Registro, con una declaración de beneficios por encima de los 3 millones de euros.
