Proyecto piloto para el tratamiento de enfermedades provocadas por el cambio climático en el ganado vacuno

La organización de productores de leche Ulega probará en explotaciones del norte de España nuevas estrategias para enfrentar males como la lengua azul, que avanza hacia latitudes más al norte debido al calentamiento global

CASA DEVESA MONFORTE ventiladores

El aumento de las condiciones extremas dificulta la producción de leche en determinadas zonas. En la imagen, ventilador instalado en Casa Devesa, una explotación ubicada en Monforte de Lemos.

La Unión Leiteira Galega (Ulega) pondrá en marcha un proyecto piloto para analizar cuáles son los efectos del cambio climático sobre las vacas de produción de leche y establecer qué medidas se pueden adoptar en las explotaciones para mitigar sus efectos.

El proyecto, financiado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a través de la Fundación Biodiversidad, se denomina VECTOCC, pues se centra sobre todo en aquellas enfermedades transmitidas por vectores dependientes del aumento de la temperatura global o el incremento de los fenómenos meteorológicos extremos como consecuencia del cambio climático.

El proyecto VECTOCC prepara nuevas armas contra las enfermedades del ganado derivadas del calentamiento global, tales como el incremento de infecciones respiratorias o mamitis

La iniciativa, que consta de dos años de duración, se encuentra en una fase inicial, según explica Noelia Gil, de Ulega, en la que se trata de identificar las consecuencias del cambio climático sobre la sanidad animal y la producción de leche. En esta primera fase participan tanto ganaderos como veterinarios y expertos e investigadores en sanidad animal.

«Se trata de analizar y conocer las evidencias técnicas actuales de los impactos del cambio climático en las enfermedades ganaderas producidas por vectores de transmisión, para lo que se instalarán sensores y medidores en las granjas para poder cuantificar cómo les afecta el cambio climático y analizar posteriormente si las medidas correctoras aplicadas funcionan y son viables», indica.

Ensayos en explotaciones

VECTOCC cuenta con una segunda fase, en la que se implementarán en distintas explotaciones medidas correctoras para paliar estas consecuencias y se analizarán sus resultados y eficacia, con el objetivo de establecer pautas de actuación y una serie de recomendaciones testadas con las que se pretenden desarrollar nuevas estrategias de lucha contra aquellas enfermedades del ganado vacuno que vienen derivadas del cambio climático.

Las medidas propuestas serán probadas en explotaciones de Galicia, Asturias y Cataluña

La innovación que supone este proyecto es que las medidas de adaptación se podrán testar in situ y en tiempo real, en explotaciones piloto. Esto permitirá la retroalimentación en la elaboración de la estrategia final. Esta transferencia y validación práctica se realizará en tres ganaderías de Galicia, Asturias y Cataluña.

Las estrategias a adoptar en cada granja dependerán de las características de cada explotación, de las recomendaciones personalizadas que para cada una de ellas realicen los distintos expertos y de las condiciones climáticas en cada región, pues estas varían, por ejemplo, de Cataluña a la cornisa cantábrica, según explica Noelia.

Medidas: desde mejoras en las instalaciones a cambios en el manejo

El objetivo final del proyecto VECTOCC consiste en la elaboración de una guía con una serie de estrategias de adaptación y mitigación al cambio climático asociadas a vectores de transmisión de enfermedades del ganado vacuno.

«Se publicará un manual con distintas medidas que estará disponible para que los ganaderos puedan implementarlas en sus granjas y se desarrollarán talleres prácticos para explicar cómo adoptar estos cambios», detalla Noelia, que explica que aunque el cambio climático afecta a todo tipo de explotaciones, tanto de producción de leche como de carne, el proyecto está orientado a ganaderías lácteas porque «son las que más se ven afectadas tanto en cuanto a producción como a calidad de la leche», explica.

Se establecerá una estrategia de adaptación y mitigación al cambio climático, vinculada a la problemática de enfermedades de transmisión vectorial que afectan al ganado

Por eso, VECTOCC tratará de fortalecer y desarrollar capacidades para manejar los riesgos sanitarios incrementados por el cambio climático, lo cual favorecerá la sanidad y el bienestar animal, reduciendo la vulnerabilidad de las explotaciones.

Las medidas correctoras irán, dependiendo de cada caso, desde una serie de mejoras en las instalaciones, como introducción de ventiladores o cumbreras abiertas para hacer frente al incremento de enfermedades respiratorias y estrés por calor del ganado, a la introdución de protocolos más estrictos en el ordeño para hacer frente a problemas de mamitis o cambios de manejo como no hacinar a los animales permitiendo que dispongan de más espacio por cabeza.

«Existe el riesgo de aparición de dolencias en latitudes mucho más al norte de lo habitual»

El episodio de calor inusual vivido en el pasado mes de febrero, con temperaturas más propias de la primavera o el verano que del invierno, ha dejado al descubierto una vez más los efectos del cambio climático, unas modificaciones ambientales que están introduciendo dolencias en latitudes mucho más al norte de los lugares donde son endémicas.

«El cambio climático trae como consecuencia un incremento de los picos de fenómenos meteorológicos extremos a los que la vaca no está acostumbrada, unos cambios bruscos y rápidos a los que al organismo no le da tiempo a adaptarse», indica Noelia, que explica que el objetivo del proyecto VECTOCC es precisamente mejorar el estado sanitario de los animales vacunos en las explotaciones, gracias a la aplicación de medidas de adaptación y mitigación, para controlar los vectores de transmisión vinculados al cambio climático.

Ulega, la organización de productores lácteos promovida por UUAA, fue creada en el año 2011 y cuenta en la actualidad con 2.300 ganaderos adscritos negociando en conjunto un volumen de 700 millones de litros de leche

Estas alteraciones pueden incluir la aparición de nuevos síndromes y un cambio en la prevalencia de enfermedades existentes, especialmente las que se transmiten por vectores. «Los vectores pueden alcanzar nuevas áreas geográficas extendiéndose a áreas no inmunes. Además pueden aumentar su período de actividad y/o su período de transmisión, aumentando así el riesgo de aparición de enfermedades en latitudes mucho más al norte de lo que se conoce actualmente», explica esta técnico integrante del personal de Ulega, la organización de productores lácteos promovida en su día por el sindicato Unións Agrarias (UUAA), que fue creada en el año 2011 y que cuenta en la actualidad con 2.300 ganaderos adscritos y negocia en conjunto un volumen de 700 millones de litros de leche.

Se ha constatado un ligero aumento de la lengua azul que estaría relacionado con el cambio climático pero no sabemos en que porcentaje estaría motivado por este hecho porque es algo que no está cuantificado

«La ganadería está sufriendo muchas pérdidas por enfermedades transmitidas por vectores dependientes del cambio climático, como por ejemplo la lengua azul, pero también por el aumento de las enfermedades respiratorias o infecciosas y por afectaciones como la mamitis», indica.

«Se ha constatado un ligero aumento de la lengua azul que estaría relacionado con el cambio climático pero no sabemos en que porcentaje estaría motivado por este hecho porque es algo que no está cuantificado, del mismo modo que el incremento de temperatura afecta a la calidad del aire y a la cantidad de partículas en suspensión, motivando mayores afecciones respiratorias, así como mayores niveles de estrés por calor del animal, lo que afecta a la producción y a la calidad de la leche», detalla Noelia, constatando que «antes estas disminuciones en la producción se daban solo en el verano, pero ahora ya está habiendo picos de calor en otras épocas del año, como en primavera o en el otoño», asegura.

El aumento de temperatura afecta a la calidad del aire incrementando las enfermedades respiratorias del ganado y la variación brusca de los niveles de humedad condiciona las características de las camas provocando mamitis

Del mismo modo que la calidad del aire se ve comprometida por el aumento de temperatura, las condiciones de confort del ganado también varían en función de que lo hagan también las condiciones atmosféricas. Así, las variaciones de humedad provocan cambios en las condiciones de las camas de las vacas, favoreciendo la aparicion de mamitis. «Los cambios meteorológicos bruscos cambian las condiciones ambientales de la granja y modifican la calidad de las camas de las vacas, dado que la alta humedad sumado a la temperatura favorece la proliferación de patógenos», explica Noelia Gil.

La cantidad y calidad de la producción ganadera se verá afectada, debido a la convalecencia del ganado, su sacrificio o su aislamiento por medicación, comprometiendo de este modo la rentabilidad económica de las explotaciones y el bienestar animal. Las respuestas a estos desafíos requieren desarrollar estrategias para fomentar la capacidad adaptativa, no sólo de los profesionales ganaderos, sino también de los servicios veterinarios.

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