¿Qué alternativas hay al pino radiata afectado por los hongos de las bandas?

Las bandas roja y marrón avanzan de forma constante en la montaña lucense, sin que las medidas fitosanitarias y mecánicas para combatirlas hayan dado el resultado esperado. Los propietarios de parcelas forestales, los compradores y transformadores de la madera, así como los especialistas del sector analizan las especies opcionales

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banda marron piñeiro Teixeiro (Lugo) primavera 2020 1

Un primer efecto de las bandas de hongos se observa en las talas de pino radiata. En el año 2024 aumentaron un 20%. El motivo está en que los propietarios se están deshaciendo de los árboles antes de que la plaga los afecte de tal forma que no se puedan aprovechar.

Pero esa tala masiva tiene aspectos negativos. “Es una madera de poca calidad. Llega muy seca y rinde poco. Tampoco podemos conservarla demasiado tiempo porque se deteriora rápidamente y hay que sacarla con prisa. Y sus usos son de muy poco valor industrial. Además hay que concentrar la recogida en verano y primavera porque en invierno es muy difícil y costoso trabajar en esa zona debido a la orografía en pendiente y a que los caminos rurales están en mal estado por las nevadas y la lluvia. Así, tenemos mucha madera, de baja calidad y concentrada en pocos meses.”, explica Pedro Besteiro, del aserradero Besteiro Forestal.

Aunque pueda parecer que los aserraderos salen ganando con la pérdida de peso de la madera afectada por las bandas —porque compran por tonelada y venden por metro cúbico— no es así debido a la poca utilidad que la industria transformadora encuentra en las masas afectadas.

Las comunidades y propietarios de montes también se ven en una encrucijada. Necesitan una especie que permita una rentabilidad a medio plazo para que el monte no sea un foco de pérdidas. Una rentabilidad que el radiata ya no puede garantizar.

“El precio de la madera en A Fonsagrada siempre va a ser peor que en otras zonas como Terra Chá porque los maderistas tienen que desplazarse a distancias largas y trabajar en terrenos muy laboriosos. Y, en nuestro caso, esas cortas de madera de crecimiento rápido son necesarias para poder mantener otros proyectos como los sotos o las plantaciones de abedules, robles y otras frondosas.”, señala José María Álvarez, de la Sociedad de Fomento Forestal (SOFOR) Santa Juliana, de la parroquia fonsagradina de Cereixido.

Pino taeda, pseudotsuga, castaños… y eucalipto

Para Manuel Marey, catedrático del Área de Proyectos y Planificación de la USC y también presidente de la comunidad de montes en mano común de Tórdea (Castroverde), la incertidumbre es algo que no debe prolongarse.

“Más allá del problema actual con las bandas roja y marrón, que no parece tener una solución inmediata, hay que poner a disposición de los propietarios todas las herramientas legales y técnicas que permitan que el monte sea rentable. El pino radiata está en un momento crítico y lleva años así en toda la cornisa cantábrica. Los dueños de los montes tenemos conocimientos y capacidad para hacerlos rentables y sostenibles. Pero hay que dejarnos actuar.”

Hay que poner a disposición de los propietarios de montes todas las herramientas legales y técnicas que permitan que sean rentables. Manuel Marey, catedrático de Proyectos y Planificación de la USC

Los transformadores de la madera no creen que vaya a haber un desabastecimiento de coníferas en el mercado gallego. Aunque sí hay preocupación por la cantidad de pino radiata a medio plazo. “En la producción forestal influyen muchos factores porque se trata de procesos de muchos años, 20 como mínimo. Por eso cualquier apuesta productiva que se haga tiene que tener las máximas garantías posibles. Algo que ahora no se tiene con el radiata y que desmotiva a la hora de pensar en nuevas plantaciones.”, aclara Nuria Rodríguez, gerente de la Asociación Lugo Madera.

Una valoración compartida por Manuel Fernández, presidente de la Cooperativa Chorima: “Nadie está por la labor de dejar tres o cuatro años el monte sin nada hasta que desaparezca el hongo. La gente quiere plantar pero no confía en el radiata porque podría tener que arrancarlo al cabo de dos años. Y tampoco confían en que se vaya a recuperar lo ya dañado.”

La gente quiere plantar y que el monte produzca, pero ahora desconfía del pino radiata. Y con razón. Manuel Fernández, presidente de la Cooperativa Chorima

banda marron piñeiro SOFOR Santa Juliana (Fonsagrada) agosto 2023

En esta situación, las medidas que se proponen de forma inmediata pasan por la sustitución del radiata por otras especies. La opción más viable y que, en mayor o menor medida, defienden casi todos los actores es la sustitución, aunque sea temporal, del pino radiata por el eucalipto, especialmente la variedad nitens, por su mejor adaptación a la altitud de esta comarca. Si bien habría una pérdida en cuanto a la calidad de la madera, se mantendrían o incluso se reducirían los ciclos de corta, de modo que la rentabilidad sería más inmediata.

“Lo que se prohíbe incentiva. Es decir, cuando algo queda prohibido —como pasa ahora parcialmente con la moratoria del eucalipto— lleva a que la gente busque la forma de mantenerlo. Y eso vale para casi todo en el campo. Algunos propietarios saltan la moratoria porque tienen la necesidad de obtener un rendimiento. Y que pase eso no es algo deseable. Hay que establecer una normativa adecuada y racional para que se pueda aprovechar el monte sin dejar de ser sostenible y sin incumplir las normativas. Hay espacio suficiente para frondosas, coníferas y eucalipto. La clave es atender también las necesidades puntuales en cada momento.”, dice el presidente de Chorima

“Aquí tenemos una plaga grave y unos pinos cada vez más afectados. O bien se buscan variedades de pino que resistan la plaga y rindan en un ciclo corto o hay que buscar otra especie. Una solución sería autorizar una tanda de eucalipto mientras no aparecen tratamientos para la banda marrón y roja.”, afirma José María Álvarez, de la SOFOR Santa Juliana

Lo que se prohibe, incentiva. Algún propietario puede tener la tentación de saltarse la moratoria del eucalipto porque necesita obtener rendimiento. Y eso es negativo. Manuel Fernández

 

Manuel Marey insiste en la necesidad de soluciones urgentes. «La sostenibilidad debe abordarse parcela a parcela y territorio a territorio. Todos los propietarios tienen que tener los mismos derechos en todo el territorio. El hecho de que en una zona haya sobrepoblación de una especie no puede llevar a que no se autorice esa especie en otra zona donde no es mayoritaria. Y más si, como en este caso, las alternativas con las que se trabajaba están en una situación tan grave como la que atraviesa el pino radiata.»

Marey también apela a la historia de la gestión forestal familiar y tradicional en Galicia. “Siempre se plantó para obtener un beneficio o para dejarle ese beneficio a los hijos. Y ese derecho no se puede perder. Hay que mantenerlo dentro de la racionalidad y cumpliendo con las normativas.

Pero las normativas tienen que ser coherentes y respetar la diversidad. En la situación actual hay que anteponer la búsqueda de soluciones a la imposición de prohibiciones.” El catedrático de la USC va más allá del problema puntual de las bandas y aboga por evitar profundizar en los monocultivos. “No puede ser que un vecino de Vigo o de A Mariña vea sólo durante toda su vida eucaliptos. O que aquí solo veamos radiata. Los monocultivos son negativos desde el punto de vista social, ambiental y económico. Aquí tradicionalmente se apostó por el pino radiata pero esta situación obliga a buscar otras especies. Sea el eucalipto u otra. Lo importante es que, si sustituimos el radiata, que no sea por otra especie única que traiga otro monocultivo.”

banda marron pais vasco

Desde la Asociación Lugo Madera no se habla de eucalipto pero sí se deja claro que es necesario aprovechar todos los recursos forestales que puedan ofrecer los montes y que, por tanto, hay que buscar nuevas opciones cuando fallan las tradicionales.

Por contra, Pedro Besteiro no ve el recurso al eucalipto ante la plaga como algo totalmente positivo. “Si queremos un eucalipto de calidad, tenemos que irnos a un ciclo de 30 años. Y no parece que eso sea lo que quieren los propietarios. Porque con los eucaliptos que se cortan ahora —de 12 a 14 años— el trabajo y los resultados en los aserraderos son muy diferentes y más complicados. Es una madera que no seca bien, que se agrieta y que no puede tener los usos que está teniendo el pino radiata. Desde luego, el mercado no lo acogería como sustituto. Por ejemplo, para hacer una caja para vino no valdría y los clientes de los aserraderos no lo comprarían. O, al menos, no al precio del radiata porque la utilidad y calidad son mucho menores. Ahora bien, hay que entender la preocupación de los propietarios por la plaga del radiata y su necesidad de buscar alternativas.”

La situación actual de las bandas de hongos obliga a anteponer la búsqueda de soluciones a la imposición de prohibiciones. Manuel Marey, catedrático de Proyectos y Planificación de la USC

Otra de las primeras opciones que se consideran es el pino pinaster, la otra gran especie de conífera en Galicia. Una opción que no ven viable desde la Cooperativa Chorima en el caso de Fonsagrada. “Podría ser útil en las zonas más bajas. En las altas no, porque con las nevadas y el peso de la nieve sobre el árbol pueden romper tanto los ejemplares jóvenes como las ramas principales de los más antiguos. Y no le gusta el frío.”

Para Pedro Besteiro, el pináster tiene otros inconvenientes, “es una madera de mejor calidad. Pero el mercado no la acoge bien. Porque se le cae el nudo y tiene un color rojo más intenso que necesita tintes. Da más trabajo y por eso se comercializa mejor el radiata.” En la SOFOR Santa Juliana cuentan con masas de pináster en las zonas más bajas respecto al nivel del mar y con buenos resultados, aunque no entra en sus planes por ahora sustituir por pinàster los radiatas dañados.

No tenemos constancia científica de la aptitud del pino taeda porque no lleva el suficiente tiempo en Galicia como para tener una valoración. Nuria Rodríguez, Asociación Lugo Madera

Otra posibilidad sería el pino taeda, una especie relativamente nueva en Galicia. “Sabemos que se están trayendo semillas de zonas de Francia y que, en principio, podría ser un cultivo viable. Pero, como siempre, no tenemos aún constancia científica de que los resultados sean los deseados porque no ha pasado el tiempo suficiente como para poder valorarlo. Aparte de que podría ser muy válido para algunas zonas de Galicia y no para otras. Y también entran en juego factores como la orientación y altitud de la parcela, la evolución del clima…”, señala Nuria Rodríguez.

Una visión que comparte Pedro Besteiro. “Parece que el taeda es una variedad resistente a las bandas de hongos. Y su crecimiento es a unos 20 años frente a los 25 del radiata y con una calidad similar. Lo que no sabemos es si su evolución y adaptación serán como las del radiata, por lo que sigue siendo una apuesta arriesgada. Puede ser viable como sustituto si continúan las talas masivas de radiata y entramos en déficit de esa variedad. Habrá que verlo.”

Más pesimista se muestra Manuel Marey. “Desde que llegaron las bandas hace casi cinco años, no tenemos constancia de que haya habido ensayos científicos para determinar la resistencia de otras especies frente a ellas. Nos gustaría confiar en el taeda pero no tenemos datos que nos permitan hacerlo. Habría que contrastarlo en explotaciones y repoblaciones que efectivamente es resistente a las bandas en diferentes circunstancias. La ciencia tiene sus tiempos y sus límites.”, indica

Las talas masivas llevaron a que se perdiera buena parte del pino silvestre, que era muy resistente y de mucha calidad. Pedro Besteiro, Besteiro Forestal

Lo que parece descartado es que el conocido como pino silvestre, considerado autóctono, vaya a ser el sustituto del radiata. Todos los actores del sector coinciden en señalar su resistencia a plagas de hongos como las bandas o insectos como la procesionaria y la alta calidad de su madera. Lo que ocurre es que las repoblaciones que se hicieron en los años 50 del siglo XX fueron taladas de forma masiva por la alta rentabilidad que proporcionaban y hoy quedan pocas masas. Aparte de que su ciclo de crecimiento se va a casi 60 años, el doble que el radiata. Sería, como mucho, un complemento a largo plazo y en lugares donde no haya urgencias.

“Es una madera similar a la del pino rojo sueco y alemán. El mercado la acepta muy bien aunque tenga ese tono más rojizo. En zonas como A Fonsagrada, Baleira y Castroverde se dio muy bien porque se adapta al frío y la altitud. Pero en su día no se puso límite a las talas y ahora casi ha desaparecido. Una pena porque tiene mucha calidad y se presta para el trabajo con las nuevas maquinarias.”, dice Pedro Besteiro. 

“Con el silvestre, en esta zona, se hicieron millones de euros. Aguantaba perfectamente las nevadas sin romper y se fomentó mucho su plantación hace 70 años. Ahora se quieren variedades de crecimiento más rápido y por eso llegó con tanta fuerza el radiata, que también daba muy buen resultado hasta que aparecieron las bandas.”, cuenta Manuel Fernández. Aunque pueda parecer que 60 años es un ciclo muy largo, variedades similares en el norte de Europa tardan hasta 120 años en completar su desarrollo.

plantacion nova afectada banda marron

La pseudotsuga o abeto de Douglas tarda más de 40 años en completar su ciclo y los maderistas no la tienen en consideración. José María Álvarez, SOFOR Santa Juliana

Desde hace tiempo, en los tres municipios más afectados por las bandas, hay pequeñas masas de pseudotsuga, conocida como “abeto de Douglas”, e incluso de pino de Oregón. Son árboles foráneos, con un ciclo de unos 40 años y extremadamente resistentes a las plagas de insectos y hongos. Actualmente se están talando a los 20 o 22 años para utilizarlos en la elaboración de vigas prensadas, lo cual supone una salida pero deja unos rendimientos de madera y, sobre todo, de valor económico muy lejanos a los que se obtienen con el radiata.

“Algunos socios de la SOFOR tienen plantaciones particulares de pseudotsuga. Aguantan muy bien pero los maderistas no la quieren. Incluso han rechazado llevar ejemplares que tenían en la base 50 centímetros de diámetro. Porque tiene el problema de que está a dos colores: roja por dentro y blanca por fuera; con lo cual no sirve para muebles. Y porque la madera tiene poco peso y no interesa en un mercado en el que todo va por toneladas. Además, tiene muchas ramas no aprovechables que dificultan el trabajo y muchos nudos en el tronco.”, explica José María Álvarez.

Para el presidente de Chorima la cosa está clara. “Si hay que irse a ciclos de 40 años o más, la gente desiste. Ellos no lo van a comercializar y sus descendientes veremos. Tiene su calidad y es muy dura y, aun así, no es lo recomendable en las circunstancias forestales de esta zona.” Pedro Besteiro encuentra otros motivos para no decantarse por la pseudotsuga. “Sería ir a competir con zonas como Austria, norte de Francia o Alemania donde el abeto Douglas lleva siglos implantado. Allí ya tienen la maquinaria adaptada, conocen las técnicas de corta y cultivo y controlan perfectamente los mercados. E, insisto, el ciclo será demasiado largo para lo que buscan los propietarios forestales de aquí.”

Las plagas de la avispilla y la tinta llevan a que el castaño no sea visto como alternativa al radiata. José María Álvarez

Vista la necesidad de obtener rentabilidad en un plazo razonable, las frondosas pierden capacidad para sustituir al pino radiata en esta zona castigada por las bandas de hongos. Más allá de los proyectos ya existentes, como el de la SOFOR Santa Juliana y sus masas de robles, abedules y otros autóctonos, no hay proyectos vinculados a las frondosas. Y mucho menos para ubicarlas donde ahora hay radiata de cualquier tamaño. Peor aún: la alternativa que podría constituir el castaño se ve seriamente amenazada por dos plagas: la avispilla y la tinta.

“No hace mucho aquí había familias que sacaban cada año entre 15.000 y 20.000 euros por la venta de castañas. Pero ahora eso se ha perdido. Las cosechas se han reducido tanto por el efecto de las plagas que incluso quedan sin recoger porque no compensa ni el tiempo que lleva recogerlas. Eso es una pena. Se podía obtener rendimiento todos los años y vender la madera de las podas periódicas o de los castaños más viejos. Ahora ni una cosa ni la otra.”, dice el presidente de la Cooperativa Chorima.

Una valoración similar hacen en SOFOR Santa Juliana. “En otras zonas de Galicia se erradicó casi por completo la avispilla del castaño empleando el parásito torymus y aquí no fue así. No sabemos por qué.” Y luego está la tinta, un organismo mezcla de alga y hongo que ataca los árboles desde la raíz y se extiende por todo el cuerpo hasta acabar matándolos. La combinación de avispilla y tinta descarta, por el momento, el castaño como sustituto del pino radiata y lleva a pensar en la búsqueda de soluciones urgentes para la producción de castaña y madera en la zona.

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