¿Qué beneficios ofrece la ganadería extensiva para mitigar el cambio climático?

Un trabajo de la Fundación Entretantos y la Plataforma por la Ganadería Extensiva pone en valor la aportación que este modelo de ganadería hace al medio ambiente

¿Qué beneficios ofrece la ganadería extensiva para mitigar el cambio climático?

Vinculada al territorio y con sistemas productivos apegados a la vegetación autóctona, la ganadería extensiva ofrece herramientas contra el cambio climático que han quedado olvidadas. Un trabajo realizado por la Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo y la Fundación Entretantos pone en valor la aportación de este modelo.

Su estudio, bajo el título No es lo mismo. Ganadería extensiva y cambio climático, surge “por la necesidad de cambiar radicalmente tanto a nivel técnico como científico y político, la visión actual de la relación entre cambio climático y ganadería extensiva”, apuntan sus autores. Sus aportaciones se presentaron recientemente en la cumbre por el clima COP 25, celebrada a finales del año pasado en Madrid.

“La ganadería extensiva no constituye un problema que esté contribuyendo al cambio climático, sino que es víctima y parte de la solución”

En los últimos tiempos se ha generado cierta confusión y rechazo a la ganadería por su papel frente al cambio climático, olvidando que aparte de las reducidas emisiones de gases de efecto invernadero que provoca la cría de ganado, estas ganaderías también son vulnerables ante las variaciones climáticas extremas. Por eso, los esfuerzos de los promotores de este trabajo se centran en diferenciar la ganadería extensiva de otros modelos y analizar la aportación que puede hacer al campo. “La ganadería extensiva no constituye un problema que esté actualmente contribuyendo al cambio climático, sino que es víctima y parte de la solución”, reivindican reivindican desde la Plataforma, en la que se integran entidades como la Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes, .

Cálculos de emisiones

Uno de los aspectos en el que se fija el foco a la hora de valorar la ganadería extensiva son las emisiones que produce el ganado y su contribución a la contaminación atmosférica, motor del cambio climático. En este sentido, los promotores de este trabajo inciden en la importancia de utilizar determinados varemos para realizar este cálculo. “Uno de los errores más perjudiciales para la actividad ganadera extensiva y pastoralista es considerar como unidad de referencia únicamente el kilogramo de carne o leche producida”, apuntan.

“Uno de los errores más perjudiciales es considerar como unidad de referencia únicamente el kilogramo de carne o leche producida”

La elección de esta métrica beneficia a aquellos modelos de producción industrializada en detrimento de la ganadería extensiva. Además, en este cálculo tampoco se contabiliza el servicio ambiental que proporciona este modelo de ganadería como es la prevención de incendios, el manejo de pastos, la conservación de la biodiversidad o la fertilización de los suelos.

Los autores del estudio también inciden en las diferencias que se hacen entre el metano y el dióxido de carbono en el cálculo de las emisiones. En este sentido, el metano tiene un efecto invernadero superior al dióxido de carbono aunque este último permanece mucho más tiempo en la atmósfera. En este sentido, apuntan a que los sistemas de pastoreo contribuyen a que el metano se oxide a dióxido de carbono, de ahí la importancia de conservar y optimizar los pastos para el ganado.

También valoran que se incluya en el balance neto de las emisiones la capacidad de los agrosistemas para reducir la concentración atmosférica de metano. “No sólo debe contabilizarse las emisiones de los animales, sino también debe medirse el carbono que capturan los pastos y almacenan sus suelos”, reivindican.

“La exclusión de la ganadería no necesariamente implicaría dejar de emitir CO2 a la atmósfera”

Las propias características de la ganadería en extensivo favorecen que las emisiones de amoníaco sean menores ya que la fracción líquida y sólida no se mezclan y facilitan una rápida incorporación de estos abonos al suelo, evitando su emisión a la atmósfera.

El trabajo incluso contempla las consecuencias que tendría, a nivel de emisiones, eliminar la ganadería extensiva. En este escenario, la biomasa que habitualmente consume la ganadería sería procesada por otros organismos presentes en el ecosistema por lo que “la exclusión de la ganadería no necesariamente implicaría dejar de emitir CO2 a la atmósfera”, indican. Además, la presencia de los grandes y pequeños rumiantes ayuda a mantener controlada la biomasa de manera que se reduce el riesgo de incendios, foco de importantes emisiones a la atmósfera. “Numerosos estudios han demostrado que un pastoreo equilibrado secuestra más carbono en el suelo que en ausencia de pastoreo o con sobrepastoreo”.

¿Un modelo ineficiente?

La ganadería extensiva a menudo se califica de poco eficiente en el uso de los recursos, en un cálculo en el que se tiene en cuenta la cantidad de recursos necesario para su producción. Si bien, en este trabajo apuntan también otros factores a valorar para determinar la eficacia de este modelo, tales como el aprovechamiento de tierras no cultivables por sus condiciones que permite hacer.

“Si se considera el tipo de fibras que los rumiantes aprovechan, la eficiencia de la ganadería extensiva es altísima”

Por otra parte, el pastoreo de algunos rumiantes como las cabras y ovejas se centran en aprovechar aquellas fibras que son indigeribles para otras especies, como el ser humano. “Si se considera el tipo de fibras que los rumiantes aprovechan, la más abundante y la menos útil para la alimentación humana, su eficiencia es altísima”, recoge el estudio.

Distintos estudios muestran también el poder de almacenaje de dióxido de carbono que tienen las praderas permanentes en zonas húmedas, siendo uno de los sumideros más importantes. «En Galicia contamos con una gran cantidad de praderas de este tipo, en zonas de la montaña de A Coruña o Lugo que además de su capacidad de almacenaje de CO2 son muy productivas», explican desde la Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes, uno de los colectivos que integra la Plataforma.

Respecto por los recursos naturales

Otro de los aspectos que este estudio pone de relieve sobre la ganadería extensiva es su respecto al medio ambiente, ya que es una actividad que en muchas ocasiones permite otros aprovechamientos. “Aunque la ganadería extensiva necesite superficies mayores de suelo permite la coexistencia de distintos usos y producciones simultáneos como pasto, leña, frutos, miel, turismo o caza, con alta calidad ambiental y elevados niveles de biodiversidad”, especifican.

La disponibilidad del agua es uno de factores en los que más incide el cambio climático y en este sentido las ganaderías extensivas son un modelo que apenas altera el ciclo hídrico natural al aprovechar los ciclos naturales del agua sin necesidad de producir alteraciones en ellos, al utilizar charcas o arroyos.

Acostumbrados a adaptarse a los cambios

Algunas de las estrategias propias de la ganadería extensiva pueden convertirse en puntos fuertes a la hora de combatir el cambio climático. “Todavía se mantienen tanto en España como en el resto de Europa numerosos sistemas ganaderos extensivos que juegan un papel importante en la economía agraria así como en la gestión del territorio y en la sostenibilidad del medio rural en general”, reivindican. La capacidad de adaptación de este tipo de ganadería frente a condiciones adversas está siendo una referencia para otras actividades. La movilidad del pastoreo es una de sus ventajas ya que permite alejarse de situaciones adversas como sequías y aprovechar el alimento en otros terrenos.

La gestión del riesgo que suelen tener estas ganaderías, con la capacidad de adaptar el tamaño del rebaño ante condiciones desfavorables es otra de sus ventajas a la hora de enfrentarse a las consecuencias del cambio climático. Normalmente este tipo de ganaderías cuentan con animales de razas autóctonas que tienen también una capacidad de adaptación que juega a su favor.

Las posibilidades que ofrece el manejo en extensivo para aprovechar los pastos es otro de los beneficios que proporciona. “La gran ventaja del pastoreo es que no solamente puede mejorar la gestión de los animales sino la de los pastos”, apuntan. En este campo el estudio también incide en prácticas para mejorar los pastos como implantar sistemas agrosilvopastorales, optimizar la biomasa o incrementar la proporción de leguminosas, entre otras medidas.

-Consulta aquí el trabajo completo.

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