Frente al laboreo o el uso de herbicidas en los viñedos, el empleo de cubiertas vegetales es una práctica cada vez más extendida en las distintas denominaciones de origen gallegas. Investigadores de la Universidad de Santiago han analizado el manejo de las cubiertas vegetales en la Ribeira Sacra en busca de estrategias que permitan optimizar esta práctica.
Una de las líneas que han abordado es el uso de cultivos de cobertera específicos, bien sean de gramíneas, crucíferas o leguminosas, con los que maximizar la disponibilidad controlada de nutrientes y agua para mantener un adecuado estado físico del suelo.
Las elevadas pendientes y el reducido tamaño de las parcelas son dos condicionantes importantes para el uso de cultivos de cobertera en viñedos de la Ribeira Sacra
“La Ribeira Sacra tiene unos importantes condicionantes para el uso de cultivos de cobertera: pendientes muy elevadas y microparcelaciones”, reconoce el investigador de la Universidad de Santiago, Julián García Berrios. El experto presentó, en el marco de las V Jornadas de Viticultura celebradas en Ourense, los resultados de esta línea de trabajo que se incluye en una investigación más amplia en la que se abordó el manejo de la viña en busca de prácticas eficientes.
Cultivos de cobertera
En este estudio echaron mano de los principales grupos de cobertera más disponibles. Así emplearon gramíneas por ser especies que reducen la erosión, permiten una elevada extracción de nutrientes, tienen una alta competitividad frente a la vegetación adventicia y su alto índice de resiembra.
También utilizaron leguminosas ya que son especies que permiten una enorme fijación de nitrógeno atmosférico y actúan bastante bien para reducir la erosión. “Son especies con una implantación muy precoz y resulta muy interesante, ya que el otoño es uno de los momentos de mayor riesgo”, explica el investigador. Además, también valoraron el uso de estas especies debido a que son un gran atrayente de insectos.
Además emplearon especies crucíferas en gran medida por su efecto inhibitorio de semillas.
En el estudio realizaron dos ensayos en sendos viñedos de la Ribeira Sacra, uno situado en Portomarín y otro en Montefurado. Buscaban conocer la evolución de la cobertera para lo que realizaron un análisis de imágenes, así como un estudio florístico y de evolución de la vegetación. “La obtención de datos de cobertura mediante métodos de procesado fotográfico resultó un sistema rápido y eficaz”, explica el investigador.
El pasado marca la diferencia
El estudio ha mostrado que más allá del tipo de cobertera escogido o la ubicación del viñedo, la historia previa es un factor determinante sobre la evolución de la cobertera y su impacto en el suelo del viñedo. “Aunque la ubicación determina la diferencia botánica, hay un factor más determinante, la historia de la parcela. La preparación previa del terreno ha resultado ser un aspecto crítico”, explica el investigador.
La historia previa de la parcela antes de implantar cultivos de cobertera influye en la evolución de la cubierta
Los cultivos implantados en el viñedo que anteriormente había contado con pradera permanente tienen una mayor variedad de especies. “La pradera natural es el tratamiento que ofrece mayor cobertura por cantidad de biomasa producida”, explica García Berrios.
En el caso del viñedo donde se había labrado la tierra hasta la implantación de la cubierta vegetal, se contabilizaron un total de 49 especies, mientras que en el viñedo que previamente había contado con pradera el número de especies se eleva a 53. “Incluso se apreciaron diferencias en cómo han respondido las diferentes cubiertas ya que las especies que aparecían eran diferentes”, apunta el investigador.
Resultados por especies
Otro de los aspectos sobre los que se centró el estudio es en la evolución de la cobertura y en este sentido, los investigadores han constatado diferencias entre las especies. En el caso de las leguminosas destaca su precocidad y su capacidad para establecer cobertura. Así, el tratamiento con altramuz alcanzó mayores grados de cobertura que otras especies y un rápido desarrollo.
“En las cubiertas con gramíneas como el centeno consiguieron mayores valores de biomasa y un control más eficaz sobre el número y peso de especies adventicias”, explica el investigador. Además, el uso de estas especies, al contar con una gran capacidad de resistencia hasta la resiembra, resulta de gran interés para conservar el agua del viñedo y proteger el suelo.
En el tratamiento con crucíferas como la colza lograron un control de adventicias similar al resto de cultivo de cobertera con unos valores muy inferiores de biomasa y cobertera.
Ventajas de las cubiertas vegetales sobre los suelos de viñedos
En esta misma línea de trabajo sobre la optimización de las cubiertas vegetales en viñedos, en el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Cataluña (Irta) analizaron los efectos de las cubiertas vegetales, así como su fertilización sobre la microbiota de suelos de viñedos comerciales en el Alt Empordá (Girona). El investigador Marc Viñas Casals presentó los resultados también en el marco de las V Jornadas de Viticultura celebradas en Ourense.
En su trabajo han comprobado como las cubiertas y compost contribuyen a un enriquecimiento del terreno y cómo factores como la edad de la cubierta influye de forma específica en la diversidad microbiana del suelo, tanto de bacterias y arqueas como de hongos.
Además, las cubiertas vegetales son también otro aliado para la agricultura de carbono, ya que como evidencia este trabajo, incluir este tipo de prácticas en los viñedos tiene un impacto positivo en el carbono orgánico del suelo, así como en macronutrientes, diversidad microbiana y en la propia funcionalidad potencial del suelo. “Este impacto positivo durante el uso de cubiertas jóvenes con adición de compost se debe a una mayor disponibilidad de compuestos de compost para la microbiota del suelo», detalla Viñas Casals.
El estudio también evidencia el efecto de las cubiertas vegetales y el compost sobre el pH de los suelos. Así, en suelos ácidos, incrementa la riqueza Procariota del suelo y su potencial nitrificante aunque no la diversidad fúngica.
Viñas Casals insiste en la importancia de considerar la edad de la cubierta vegetal y la dosificación del compost para mejorar la microbiota del suelo y contribuir a mejorar los servicios que este tipo de prácticas posibilitan en el suelo de viñedos.