La recría es uno de los activos más valiosos de las ganaderías ya que condicionarán la evolución de la granja. “El reto en el cuidado de las terneras pasa por adaptar las instalaciones de la granja para ofrecer el mayor bienestar a la recría y que al mismo tiempo sean fáciles de manejar por los ganaderos”, afirma Carlos Carbonell Baeza, veterinario especialista en recría y miembro del servicio técnico de la firma MSD Animal Health.
En su participación en las XVIII Jornadas de Seragro, que se iniciaron en septiembre y que este año se celebran por primera vez de forma telemática, Carbonell Baeza analiza las claves para conseguir proporcionar bienestar tanto a las terneras como facilitar su manejo a los ganaderos.
“Tenemos que intentar que el espacio en el que esté nuestra recría y el manejo que hagamos de él le genere el mínimo estrés y el mayor bienestar”
Baeza destaca además, que dejar de invertir en el bienestar de la recría tiene un importante coste para los animales.“Los rumiantes se adaptan a un medio ambiente no confortable con un coste biológico que repercute negativamente en el crecimiento y la inmunidad de los animales, como consecuencia de un estrés duradero”, detalla. Así, incide en garantizar un espacio adecuado para las terneras. “Tenemos que intentar que el espacio en el que esté nuestra recría y cómo lo manejemos le genere el mínimo estrés y el mayor bienestar a las terneras”, incide.
El ABC en el manejo de las instalaciones de recría
En su intervención, el veterinario se fija en 3 aspectos básicos, un particular ABC, que a modo de guía básica ofrece claves para garantizar el bienestar de la recría. Baeza hace hincapié en la gestión de los animales (A), el bienestar de la recría (B) y el confort ambiental (C) para ofrecer confort a la recría.
La gestión de los animales
Un de los principales aspectos a tener en cuenta en la gestión de la recría es el objetivo que se pretende lograr en la granja, si se busca que la ganadería siga creciendo o se mantenga el número de animales actuales. “Si se quiere mantener el censo y no seguir creciendo tenemos que prestar atención al semen que utilizamos, empleando semen sexado o razas de carne, ya que los ganaderos gallegos funcionan muy bien en la reproducción, con lo que si no se toman medidas la ganadería sigue creciendo”, apunta el veterinario. En este sentido es fundamental tener presente el % de novillas por vaca en el rebaño y que este sea equilibrado.
Carecer de unas instalaciones suficientes para la recría y adaptadas a sus necesidades trae consecuencias directas a las terneras
Al margen del objetivo que se persiga, hay que ver si las instalaciones de la granja son suficientes para la recría que se va a gestionar, puesto que no tener un espacio suficiente y adaptado a sus necesidades tiene unas consecuencias directas sobre los animales. Un estudio realizado en 2018 en 35 granjas de la Cornisa Cantábrica revela que las granjas con problemas en la recría tenían poco espacio para las terneras. “Casi 7 de cada 10 granjas analizadas tenían unas instalaciones insuficientes para la recría”, sentencia Carbonell.
Las instalaciones tienen que adaptarse al número de animales que haya o vaya a haber en la granja y para ello basta con calcular la entrada de novillas lactantes de la granja de leche. Carbonell ejemplifica esta previsión con una ganadería de 100 vacas. Con un 30% de eliminación y 400 días de intervalo entre partos se generarán unos 64 partos. Estas cifras apuntan a que habrá unas 85 novillas, de las que habrá que descontar un 10% de bajas, lo que supondrá unos 41 partos al año, de manera que sumado a los de las vacas adultas tendremos unos 105 partos al año. Una vez que se tiene esa cifra, se estima que habrá un 5% de mortalidad en el parto. De media serán unas 100 terneras al año, por lo que habrá unas 4 al mes. “En unas condiciones estándar podemos establecer que nacerán un 4% de terneras en la granja”, explica el veterinario.
En estos cálculos también es preciso tener en cuenta la estacionalidad, ya que hay épocas con mayor número de partos, así como de nacimientos de terneras. Se estima que la estacionalidad puede suponer un incremento del 25%. De esta manera se pueden calcular las plazas necesarias en las casetas de lactantes, la amamantadora, la zona de postdestete, crecimiento y preinseminación.
Garantizar el bienestar
Otro de los pilares indispensables para el cuidado de la recría es su bienestar. “El diseño de la nave y el manejo de las instalaciones en las terneras de menos de 4 meses tiene que estar enfocado en el bienestar de los animales, ya que eso nos traerá crecimiento y salud, que son los principales desafíos de esta fase”, argumenta el veterinario.
Al margen del bienestar de los animales, Carbonell también identifica el bienestar del ganadero como fundamental para lograr buenos resultados. Incide en la importancia de proporcionar condiciones laborales y espacios de trabajo adaptados para que los productores puedan realizar adecuadamente el cuidado de los animales.
En el bienestar de las terneras uno de los factores determinantes es la cama, pero ¿Qué espacio necesitan y cómo debe ser? En cuanto al espacio que precisa la ternera, la recomendación del veterinario, en base a distintos estudios, pasa por proporcionar mínimo unos 3,3 metros cuadrados por animal.
“Por cada metro cuadrado por ternera que se proporcione a la recría se reducen las probabilidades de presentar síntomas respiratorios en la amamantadora”
“Los estudios apuntan a que por cada metro cuadrado por ternera que se proporcione a la recría se reducen las probabilidades de presentar síntomas respiratorios en la amamantadora”, concreta. En este cómputo de la superficie de la cama se tiene en cuenta solo la cama útil y se descartan las zonas de comederos o próximas a bebederos, ya que son espacios más pisados o mojados.
Del mismo modo que uno de los primeros pasos es calcular el número de terneras que habrá en la granja, también es preciso estimar el número de casetas que se precisarán. En esta estimación, Carbonell Baeza recomienda calcular un número superior de casetas de los animales que se prevé tener para garantizar que el ganadero dispone de un margen de tiempo para tener limpias las casetas, ya que en esta fase es muy importante la higiene. “No se puede dejar que las terneras tengas problemas como diarrea, lleguen a la amantadora con menos peso o que haya que demorar su paso a la amantadora porque están bajas de peso”, explica el veterinario.
El veterinario toma como ejemplo la Cooperativa Grille, en Mazaricos (A Coruña) con unas 350 vacas. En este caso estiman que necesitan de cama unos 3,5 metros cuadrados por ternera, mientras que serán precisos unos 150 metros cuadrados de corral.
El material empleado en la cama es otro factor clave. Según los estudios del veterinario gallego Alfonso Lago el crecimiento de las terneras está condicionado por el tipo de encamado. Una cama seca, con poca cantidad y con materiales como serrín o tierra reduce el confort, ya que el animal no es capaz de tapar las patas, la zona donde más temperatura pierden. “Seguimos encontrándonos granjas que trabajan con serrín o con camas con poco material, que podrían ser una opción en verano, pero en invierno y en terneras de menos de un mes es insuficiente”, valora Carbonell.
Por contra, la paja es una alternativa en la que el animal ya puede esconder las patas y reducir esa pérdida de calor corporal. La cama ideal es aquella en la que la ternera, sobre todo en los 3 primeros días, puede taparse casi por completo.
Hay que darle salida a la orina con pendiente y sistemas de drenaje para proporcionar una cama seca también en el fondo y reducir el contacto del animal con emisiones de gases
Para garantizar el confort de la cama no basta con disponer de espacio suficiente y contar con un encamado adecuado, sino que este material debe estar en condiciones óptimas. Uno de los problemas habituales en las granjas gallegas es que la zona de recría carece de drenaje, tanto en los boxes como en las zonas de grupo, lo que dificulta mantener seca y confortable la cama. “Hay que darle salida a la orina con pendiente y sistemas de drenaje”, comenta el veterinario.
El drenaje permite trabajar con paja larga, el material más recomendable para las terneras. Si bien, la paja larga no absorbe la humedad de manera eficiente si no hay elementos como la inclinación del suelo o el drenaje. “Aunque la paja corta parece una buena solución, si non hay inclinación del suelo y drenaje no lo es, ya que parece atajar la humedad pero el amoníaco se queda en ese espacio y persiste humedad en el fondo de la cama, lo que resulta contraproducente para la ternera”, detalla el veterinario ante una opción muy empleada en gran número de ganaderías de vacuno de leche gallegas.
¿Crianza individual o en grupo?
Otro de los aspectos que influyen en el bienestar de la recría es el modelo que se escoja para su gestión: crianza individual o en grupo. Ambos sistemas presentan ventajas e inconvenientes, por lo que Carbonell aboga por combinarlos, optando por los boxes individuales en los primeros días y la crianza en grupo en las seguintes fases.
Con la cría individual hay menor riesgo de infección, ya que un ternero con diarrea no contagia al que está al lado. Así, penalizan en menor medida los errores de manejo y se proporciona una mayor atención al animal. La necesidad de mayor espacio y más mano de obra son los inconvenientes que presenta este modo de crianza.
En grupo los animales comen mayor cantidad de materia seca y concentrado y ganan mayor peso
La principal ventaja de criar a las terneras en grupo es que son animales más felices, tienen mayor desarrollo cognitivo al aprender unos de otros y se adaptan mejor a los cambios. Los estudios realizados sobre esta modalidad ratifican que los animales comen mayor cantidad de materia seca y concentrado y ganan mayor peso. Además, es un sistema con mayor respaldo ante la opinión pública. El mayor desafío en este modelo es el riesgo de infección y contagio ante enfermedades y por errores de manejo.
Otro de los inconvenientes de este sistema es la competencia que surge al tener a los animales juntos. “Come más el que mama más rápido y eso no es bueno, ya que provoca que mamen más rápido a la par que se mantiene el reflejo de mamado aún al acabar su toma, por lo que maman en las compañeras”, detalla el veterinario.
En el diseño de los corrales en grupo es importante tener claros 6 criterios:
-Agrupar a las terneras tras las 2 semanas de vida.
-Mantener un grupo homogéneo y estático.
-El tamaño de grupo debe estar entre los 6 y 8 animales, aunque el grupo puede incrementarse en aquellas granjas de mayor tamaño que tienen grupos muy homogéneos de edad.
-Contar con 3,3 metros cuadrados efectivos de cama por animal.
-Disponer de un espacio con ventilación.
-En la amamantadora, tener entre 15 o 20 terneras en el corral y tetina, aunque también es variable en función del tamaño de la granja.
“En función de cómo se maneje y muevan tanto los boxes individuales como el grupo deben organizarse el resto de tareas, desde la limpieza, la vacunación o el descornado”, detalla Carbonell. Resulta clave que en el destete, las terneras tengan acceso fácil a concentrado y agua. Para los lactantes en caseta, el veterinario recomienda utilizar cubos tanto como comedero y como bebedero. Mientras, en el corral serán necesarios 30 centímetros lineales de comedero por ternera y unos 5 centímetros lineales de bebedero por animal. “Hay que evitar los bebederos en forma de cazueleta y en obra, ya que son difíciles de limpiar. Se recomiendan los bebederos volteables, que permite limpiar bien y proporcionarle agua limpia a las terneras y fomentar que beban, ya que así también incrementarán el consumo de materia seca y el desarrollo del animal”, especifica el experto en recría.
Confort ambiental
No menos importante para garantizar el confort de los animales es prestar atención a las condiciones ambientales que pueden jugar un papel muy destacado. Carbonell destaca 3 variables climáticas: la velocidad del aire, la humedad y la radiación solar. Para todas ellas es determinante la orientación de la granja y podrá variar de una estación a otra. Mientras que contar con una buena velocidad de aire en verano es beneficioso, en invierno enfría a los animales. Lo mismo ocurre con la radiación solar: durante los meses de verano las terneras buscan evitar el sol y durante el invierno resulta favorable. En el caso de la humedad, un factor muy presente en las granjas gallega, resulta perjudicial en cualquier época del año, ya que incluso en verano contribuye al estrés térmico por calor. “Tenemos que intentar tener espacios secos, ya que la humedad contribuye al desarrollo de bacterias y virus”, declara.
“En Galicia se tiene la impresión de que las terneras enfermarán por el frío y se tiende a cerrar las naves, pero los espacios abiertos y ventilados reducen los riesgos de infección”
Carbonell Baeza incide en la importancia que llega a tener la ventilación en las granjas para que las terneras tengan buena salud. “En Galicia se tiene la impresión de que las terneras enfermarán por el frío y se tiende a cerrar las naves, cuando lo hemos visto con el Covid-19, los espacios abiertos y ventilados reducen los riesgos”, detalla. El sistema de ventilación debe proveer de aire fresco y limpio el espacio de las terneras, eliminar el exceso de humedad, gases nocivos como el amoníaco y calor y disminuir el estrés térmico.
Uno de los métodos para conseguir la renovación del aire es la ventilación vertical, de manera que una cumbrera abierta permite que exista una diferencia de temperatura y el aire cargado y caliente salga por esta parte de la nave.
También se puede optar por la ventilación lateral, muy utilizada en verano. En este caso, el aire entra por un lateral, arrastra el aire del interior y se lo lleva por el otro. Para lograrlo puede recurrirse a tener el lateral abierto, como en las zonas de vacas adultas y utilizar cortinas, para en invierno reducir esta ventilación.“Las cortinas es uno de los mejores sistemas que tenemos actualmente para favorecer la ventilación. Siempre debemos dejar una abertura en la parte alta para mantener la ventilación también en el invierno”, concreta el veterinario. En este tipo de ventilación, el aire debe entrar siempre por el lateral y no por la parte longitudinal, ya que de esta forma no será capaz de renovarse el aire. “En esta ventilación es muy importante el ángulo de entrada del aire con respecto al eje longitudinal”, esgrime.
La orientación y las instalaciones de la nave van a determinar si puede funcionar la ventilación natural. Echar mano de herramientas como la rosa de los vientos, que ofrece información sobre los vientos predominantes, es muy útil para establecer los espacios abiertos y saber si es suficiente la fuerza del viento. En Galicia predominan los vientos nor-noroeste y sur- suroeste.
En las naves en las que la ventilación natural es insuficiente existen otros sistemas como la ventilación por tubos de presión positiva. “El tubo capta el aire del exterior y tiene un ventilador en el fondo que permite que el aire se reparta encima de las terneras. Está programado en una velocidad adecuada para que no genere corrientes. Continuamente entra aire y lleva aire fresco a las terneras”, explica.
En cuanto a la radiación solar, los terneros evitan exponerse al sol durante el verano aunque en invierno puede satisfacerles estar tumbadas al sol. “La incidencia solar en el corral reducirá la superficie de cama útil por animal y agrupa a las terneras”, concreta. En Galicia, el veterinario recomienda tener especial atención a las granjas que tengan la recría en la zona oeste, ya que tendrán más incidencia de sol durante las tardes de verano.