¿Qué le cuesta a una granja descuidar el control del agente causante de la IBR?

El herpesvirus bovino tipo 1 se relaciona también con otros problemas, como abortos, mamitis o síndrome respiratorio. Resumimos la intervención de Ramón Armengol, profesor de la Universidad de Lleida, en las jornadas de la ADS Xundeva

¿Qué le cuesta a una granja descuidar el control del agente causante de la IBR?

El control de la IBR se suele abordar en el marco de las ADS.

El agente causante de la IBR, el herpesvirus bovino tipo 1, se asocia a otras enfermedades y problemas, como abortos, síndrome respiratorio bovino y descensos en la producción de leche. Su control, de carácter voluntario, se desarrolla normalmente a través de las Agrupaciones de Defensa Sanitaria (ADS), si bien las explotaciones lácteas desconocen con frecuencia la importancia de erradicar el herpesvirus bovino tipo 1 de su rebaño. ¿Qué coste tendría para una granja el descuido del problema?

El veterinario Ramón Armengol, profesor del departamento de Ciencia Animal de la Universidad de Lleida y socio de Lleidavet SL, participó recientemente en el encuentro ganadero de la ADS Xundeva (Deza-Tabeirós), patrocinado por Hipra, para analizar la repercursión del herpesvirus bovino tipo 1 en granjas de leche. Resumimos a continuación su intervención.

Puntos de impacto económico

“En este tipo de enfermedades sistémicas, a menudo se produce una gran pérdida económica antes de que se reconozca la enfermedad”, valora Ramón Armengol. El herpesvirus bovino tipo 1 se relaciona con multitud de casos clínicos y subclínicos, tanto en vacas adultas como en recría. La aparición de problemas y enfermedades puede ser incluso acumulativa.

– Casos clínicos: abortos, infertilidad, síndrome respiratorio bovino, pirexia, mastitis, descensos en la producción de la leche.

– Casos subclínicos: “Como mínimo, hay una sutil bajada en la producción de leche -subraya Ramón Armengol- y alteración en su calidad, con un mayor número de células somáticas”.

El impacto del herpesvirus bovino no acaba ahí, pues también hay que tener en cuenta otras consecuencias, como un incremento de los riesgos de mortalidad y desecho, recaídas de las mismas patologías y riesgo de enfermedades secundarias (metritis e infecciones respiratorias bacterianas, entre otras).

Jornadas de Xundeva. / Arquivo.

Jornadas de Xundeva. / Arquivo.

Cuantificación del impacto
Cuantificar en dinero el impacto del herpesvirus bovino tipo 1 en las vacas lecheras adultas es una tarea complicada. “Pueden utilizarse dos vías, por la bibliografía especializada o por un análisis a medida de cada granja, que presenta mayor necesidad de información contable de la explotación”, señala Armengol. El veterinario destaca tres áreas básicas a cuantificar: problemas reproductivos (infertilidad y abortos), pérdidas en cantidad o calidad de la leche y Sindrome Respiratorio Bovino, menos frecuente en adultos pero no por ello menos importante si se presenta.

Reproducción: infertilidad y abortos

Las consecuencias son diversas: aumenta el número de días abiertos (intervalo entre parto y concepción), hay una menor producción durante la primera lactación, se reduce la vida productiva del animal y aumentan los costes.

Un aborto representa una pérdida media para una granja de entre 443 y 1.140 euros, según la bibliografía veterinaria

En el periodo de parto, también se produce un riesgo de enfermedades posparto y malformaciones en el neonato, mayores riesgos de mamitis y del síndrome respiratorio bovino.

Desde la bibliografía veterinaria, los distintos autores estiman el coste de un aborto para el ganadero entre los 443 euros y los 1.140 (incluyendo pérdidas reproductivas y en producción de leche). “Nadie dice otra cosa, toda la información va en la misma dirección”, destaca Armengol.

Un cálculo exacto para una explotación exigiría tener en cuenta multitud de factores, como precio de la leche y carne, la producción de leche por animal, el coste de sus tratamientos, el coste del semen, precio del pienso, coste de la mano de obra y otros.

También hay que considerar que el coste de una vaca por día abierto varía entre unas ganaderías y otras. “A partir de la bibliografía, puede estimarse un incremento del coste medio por día abierto de 2,20 euros”, apunta el profesor de la Universidad de Lleida.

Los animales seropositivos producen 2,6 litros/día menos, según un estudio que comparó durante dos años vacas sanas con infectadas

Pérdidas de producción y en la calidad de la leche

Aumenta el número de células somáticas, baja la producción, al menos de forma sutil, y aumenta la leche de descarte por mastitis clínicas. En consecuencia, el ganadero ingresa menos por la venta de la leche, tanto por la menor cantidad que entrega como por su menor calidad.

Estos factores incrementan a su vez la probabilidad de sacrificio o muerte del animal, afectan a la mejora genética, a parámetros reproductivos y aumentan el coste en veterinarios y medicamentos.

En un análisis de la bibliografía para cuantificar el problema, Armengol cita diversos estudios, como uno que se hizo durante dos años y en el que las vacas seropositivas produjeron de media 2,6 litros / día menos que aquellas que eran seronegativas. Otro estudio cifra la pérdida anual por vaca en 1.000 litros. Nuevamente, todos los datos apuntan en una misma dirección.

Para cada granja, podría elaborarse un cálculo exacto si se estima la reducción del precio de la leche por el aumento de células somáticas, la pérdida de producción y la leche descartada en mamitis clínicas.

Cuantificación económica de la solución
El control del herpesvirus bovino tipo 1 también tiene un coste (herramientas diagnósticas, vacunación, cambios en bioseguridad), pero en este caso necesario. “Necesitamos conocer cúal es la situación de la granja. Si no monitorizamos de forma estratégica la IBR, no corregiremos la parte subclínica de la enfermedad, lo que afectará a la producción de la leche. La toma de medidas de control como la bioseguridad y la vacunación son claves”, incide Armengol.

Desde la perspectiva del veterinario, conocer la prevalencia del herpesvirus bovino tipo 1 en la explotación sería de gran ayuda, si bien lo perfecto sería la identificación de animales seropositivos con análisis individuales. Para conocer la prevalencia del problema en la explotación, pueden utilizarse test Elisa con muestras del tanque de leche.

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