La Consellería de Medio Rural ha desarrollado esta semana una serie de reuniones con alcaldes de las provincias de Ourense, A Coruña y Pontevedra para trasladarles la inminente declaración de Zonas Vulnerables a Nitratos en siete comarcas de la comunidad. El anuncio generó preocupación en el campo, en buena medida por la falta de información suficiente y precisa. Para este lunes está prevista una reunión entre el sector agrario y la Consellería, en la que se espera que se aclare la situación.
La perspectiva es que las zonas vulnerables que se declaren en Galicia funcionen de manera similar a las de otras comunidades autónomas. La práctica totalidad de las comunidades, con la excepción de Galicia, ya tenían zonas vulnerables a nitratos, por lo que sólo hay que analizar sus normativas de prácticas agrarias para conocer las que probablemente se vayan a aplicar en Galicia.
Las exigencias para las explotaciones agrarias van principalmente en tres líneas:
– Registro de las aplicaciones / movimientos de abonos orgánicos (purines, estiércoles y lodos): cantidades aplicadas y parcelas. En algunos casos se piden analíticas de los abonos aplicados, si bien en otros casos se permite el uso de valores medios de referencia.
– Registro de los fertilizantes químicos aportados a cada parcela, con acompañamiento de las correspondientes facturas de compra.
– Cuaderno digital de explotación (asociado a los registros anteriores).
A mayores, hay que tener en cuenta las limitaciones que se establezcan en cuanto a los periodos de aplicación de abonos y las dosis máximas permitidas por cultivo. Lo analizamos a continuación.
Limitaciones en las aplicaciones de nitrógeno por hectárea
Lo habitual es establecer limitaciones diferentes por cada cultivo. Y dentro de cada cultivo, también se permiten distintas aplicaciones en función de las toneladas de producción esperada, es decir, se autorizan diferentes dosis de abonado según el rendimiento previsto.
Del mismo modo, se establecen dosis distintas en función de si el cultivo está implantado en secano o en regadío, e incluso se estratifican las aplicaciones en función de los tipos de secano y regadío.
Abonado orgánico
Para todos los cultivos, con carácter general, el abonado orgánico está limitado a 170 kg. de nitrógeno por hectárea y año. Con independencia de que haya uno o dos cultivos en rotación al año en la misma parcela, aplica ese límite para el conjunto del año.
Aportaciones totales de nitrógeno (orgánico + mineral). Veamos por ejemplo el caso de Cataluña:
- Trigo, hay un abanico entre 130 Kg. (secano, tipo 1) y 210 kg. (regadío) de nitrógeno por hectárea y año. Entre medias, en el secano tipo 2 se permiten 170 Kg. por año.
- Girasol y colza, entre 130 Kg. (secano, tipo 1) y 210 Kg. de nitrógeno por hectárea y año.
- Raigrás, corte único con 210 kg. de nitrógeno al año. En caso de 2 – 4 cortes, hasta 400 Kg. de nitrógeno al año (solo 170 de esos kg pueden ser de abono orgánico).
- Pradera permanente, 200 kg al año en secano y 300 kg. año en regadío.
- Maíz, 210 kg. nitrógeno en secano, en tanto en regadío puede llegar a 300 kg. con carácter general y, en determinados casos, a 450 kg. de nitrógeno al año (con obligación de aportar dos aplicaciones en cobertera y de alcanzar unos umbrales de producción).
- Viñedo, aportaciones máximas de entre 50 kg. (secano tipo 1) y 100 Kg. (regadío) de nitrógeno por hectárea.
- Patata en regadío, 220 Kg. de nitrógeno al año.
- Cultivos hortícola: cada hortaliza tiene unos límites propios, con variaciones en algún caso entre invernadero y aire libre. Oscilan entre 150 Kg. por hectárea el mínimo (espinacas, escarola) y el máximo en el tomate en invernadero (450 Kg.).
En definitiva, la previsión es que en Galicia las explotaciones agrarias en zonas vulnerables tengan que llevar un registro estricto de los abonos aplicados. La cuestión que queda por concretar, y que es clave, son los límites de abonado totales que se van a autorizar para cada cultivo.