
Pedro (secretario) y Pablo (presidente) en terrenos de la Comunidad de Montes Lor Marxe Esquerda
En la primera semana de septiembre de 2021, el incendio forestal más grave de aquel verano en Galicia arrasó durante tres días, desde el domingo hasta el martes, 1.600 hectáreas de monte en los municipios de Ribas de Sil, Quiroga y A Pobra do Brollón. La proximidad del fuego a las casas obligó a decretar el nivel 2 de alerta.
Tres años después de aquel episodio, el monte comienza a recuperarse con distintas especies forestales pero bajo un modelo diferente. Los comuneros de la parroquia de Quintá de Lor tomaron conciencia de lo sucedido y decidieron hacer lo posible para evitar que en el futuro la historia se repita.
El monte, conveniado con la Xunta, estaba plantado mayoritariamente con pinos que fueron arrasados por el fuego. Ahora, están apostando por otras especies, como castaños y otras frondosas, con las que crear cortafuegos naturales y obtener ingresos de mayor valor, aunque sean a más largo plazo.
Diversificación de especies
“De las 600 hectáreas, el 95% eran repoblaciones de pino. Nosotros fuimos la primera comunidad que tuvo Plan de Ordenación en el sur de Lugo y estábamos cortando ya según lo indicado en ese Plan”, explican Pablo, Antonio y Pedro, presidente, tesorero y secretario, respectivamente, de la CMVMC Lor Marxe Esquerda.
Pero ni siquiera el hecho de tener el monte ordenado fue suficiente para salvarlo del incendio. “El incendio demostró que los Planes de Ordenación y el sistema forestal utilizado hasta ahora eran totalmente obsoletos”, aseguran.
El incendio demostró que los Planes de Ordenación y el sistema forestal utilizado hasta ahora eran totalmente obsoletos
Por eso los comuneros quisieron cambiar la estrategia y apostar por algo por lo que, dicen, ya deberían haber apostado hace 50 años: diversificar las plantaciones. “Solo había castaños y mucho madroño en los valles donde había arroyos y en las zonas más cercanas a los núcleos de población. El resto del monte era todo monoespecie, solo había pino”, relatan.
¿Por qué arde el monte?

Una imagen del incendio del 2021 en Quiroga, cuando el fuego puso en riesgo a varias aldeas
“Los equipos de extinción hacen lo que pueden dentro de los medios que tienen y de las características del fuego porque es cierto que las condiciones climáticas de hoy en día no son las de hace 30 años”, reconocen. Sin embargo, para los vecinos de Quintá de Lor el factor clave es la desconexión con el monte. “Conforme pasa el tiempo van aumentando las prohibiciones y las trabas para trabajar en el monte y va avanzando con ellas el abandono”, opinan.
“Si no es por Red Natura es por Patrimonio, por la Confederación, por Carreteras, por estar en el Camino de Santiago; el caso es que no se puede hacer nada. El monte parece que es de todos menos de los propietarios”, dicen los 31 comuneros de la CMVMC Lor Marxe Esquerda.
Agilizar las cortas de la madera quemada
Una vez quemado el monte, la primera decisión que tomó la asamblea de comuneros de la parroquia fue la de cortar cuanto antes la madera quemada, por un lado para obtener de ella el mayor retorno económico posible y, por otro, para agilizar la recuperación del terreno calcinado.
“El 100% de lo que se obtiene de la venta de la madera de un monte quemado hay que reinvertirlo en el propio monte, por lo que teníamos claro que cuanto antes cortáramos, más recursos tendríamos para la restauración del propio monte. Además, cuanto antes saques esa madera, antes regenera el monte, porque si dejas que pase un año, los pinos que van naciendo los machacas después al sacar la madera”, argumentan.
Si esperas un año a sacar la madera, lo que haces es machacar la regeneración natural del monte
“Aunque era un monte conveniado con la Xunta, decidimos ir nosotros directamente a la subasta, y a los 2 meses de quemarse teníamos la madera retirada. Hay un artículo en la Ley de Montes que dice que si en 30 días de quemarse el monte no tienes comunicación de la Administración, la Comunidad tiene la potestad de hacer ella la subasta”, explican.
Al sacar la madera, los restos vegetales y las cañas más delgadas las trituraron y las dejaron en el propio monte como aporte de materia orgánica para el suelo. “Cortar rápido nos permitió no tener que replantar la mayoría de las zonas de pinos y hoy en día ya hay ejemplares de más de un metro de altura”, indican.
Castaños

Bancales y preparación del terreno llevada a cabo este otoño para la plantación de los castaños
Pero la verdadera apuesta de futuro de la CMVMC Lor Marxe Esquerda no son los pinos, sino las frondosas. “Queremos llegar a unas 100 hectáreas entre castaño, abedul y roble. El año pasado hicimos preparación de terreno y plantación de castaño y roble en unas 40 hectáreas y este año actuamos sobre otras tantas. Lo que queremos es dejar los pinos en las zonas que no sirven para otra cosa”, razonan.
En total queremos llegar a unas 100 hectáreas de frondosas entre castaño, abedul y roble
Este año prepararon 38 hectáreas para castaño en una zona óptima para esta especie, con orientación norte y mucha humedad. De ellas, 28 ya están plantadas a través de un convenio con ADIF, que está compensando de este modo los árboles que está cortando en el arreglo de la línea ferroviaria Lugo-Monforte, y las otras 10 las va a plantar la comunidad con castaño injertado para producción de fruto.
Para llevar a cabo las plantaciones de castaño contaron también con la ayuda de la IXP Castaña de Galicia, además del asesoramiento de los propios técnicos forestales de la Comunidad. “Desde la Administración no nos animaban a plantar castaños porque nos decían que se iban a secar, pero lo que hay que hacer es analizar por qué pasa eso y poner los medios para que no ocurra, por ejemplo, vamos a instalarles sistema de riego”, avanzan.
ADIF está replantando mediante un convenio con la Comunidad de Montes los árboles que tiene que cortar en el arreglo de la línea Lugo-Monforte
Otra de las características que buscaban para las zonas de plantación de castaños era que pudieran ser mecanizables. “En este momento tenemos unas 80 hectáreas para castaño que se pueden mecanizar, de las cuales la mitad serían óptimas para fruto y el resto podrían ir para madera”, explican.
Venta de créditos de carbono y corcho km0

La superficie de la CMVMC Lor Marxe Esquerda comprende 600 ha en la parroquia de Quintá de Lor
Están mirando también la posibilidad de obtener ingresos por la venta de créditos de carbono, ya que al ser un monte quemado las repoblaciones que se hagan en él tendrían la posibilidad de entrar en el Registro oficial que existe en este momento, el del Ministerio para la Transición Ecológica.
“No lo tenemos puesto aún en el mercado porque pensamos que cualquier proyecto que se haga tiene que ser atractivo y, en este momento en el que prima mucho la imagen, ese carbono capturado hay que asociarlo a algo más. No se trata de vender unas simples toneladas, hay que pensar también en lo que busca quien compra esas toneladas”, defienden.
Queremos que las bodegas de la Ribeira Sacra tengan en la comarca materia prima local para corchar sus botellas
Dentro de ese “algo más”, estaría el cuidado del monte y de la aldea, la puesta en valor del Camino de Santiago y la producción tanto de castaña como de corcho Km0, ya que en el proyecto de diversificación de la Comunidad está también dejar una zona reservada, de entre 8 o 10 hectáreas, donde plantar alcornoques, con la finalidad de poder sacar rentabilidad a la producción de corcho en una zona asociada al vino. “Queremos que las bodegas de la Ribeira Sacra tengan en la comarca materia prima local para corchar las botellas”, dicen.
Además, consideran que hay que esperar para vender el carbono, porque el mercado va a ser alcista en los próximos años y porque en este momento se está dando mucha especulación. “Hay empresas que te están a firmar contratos a 30 o 40 años con un reparto al 50% de los beneficios, pero nosotros queremos que ese dinero sea para los vecinos, no para unos intermediarios que nada tienen que ver con estas zonas”, dicen.
Cuidar de las aldeas y de su gente
Entre las funciones sociales de las Comunidades de Montes, defienden, debe estar la de “cuidar de las aldeas”, dicen en la directiva, para lo que es necesario prestar servicios a sus vecinos. “Las Administraciones no llegan y las Comunidades debemos tener un pequeño remanente económico con el que dar solución a los problemas. De poco sirve que vengan a limpiar las pistas en septiembre, si la gente mayor cuando pasea es en primavera y en verano”, ejemplifican.
Esa labor de mantenimiento quieren extenderla también a los caminos forestales, empleados también por los cazadores, con los que quieren trabajar en conjunto. “Hacen una función importante en el control de la fauna salvaje, además de suponer también un motor económico para las zonas rurales”, defienden.
“Buscamos un efecto contagio en la zona; ojalá otras comunidades colindantes se animaran a hacer lo mesmo”

Vista de la zona quemada en el entorno de la Capilla de Los Remedios
El cambio en la gestión del monte que los comuneiros de Quintá de Lor iniciaron pretende también demostrar la viabilidad de este tipo de proyectos, buscando un efecto contagio en la zona. “No buscamos ser exclusivos, sino que los demás hagan lo mismo. Mirar para el ombligo de uno es condenarse al fracaso; el éxito del rural es la colaboración. Sería importante que otras Comunidades también se animaran a hacer lo mismo porque cuantas más Comunidades colindantes se animen a esto, menos riesgo de incendio habrá y más potencial productivo y económico tendríamos. Si 5 o 6 comunidades de la zona tuviéramos castaña, lo siguiente sería hacer una mesa de trabajo entre todos para vender en conjunto, porque el precio seguramente sería distinto para 100.000 kilos que para un millón de kilos”, argumentan.
Mirarse al ombligo propio es condenarse al fracaso; el éxito del rural es la colaboración
Ese mismo espíritu de colaboración es el que aplican a otras instituciones académicas, a las que abrieron las puertas de sus montes. La Universidad de Santiago, por ejemplo, está llevando a cabo varios proyectos de investigación en la parroquia, entre ellos uno de plantación de aromáticas y otro de regeneración de suelos. “Eso nos permite también contar con analíticas para nutrir el suelo según lo que necesita”, valoran.
Puesta en valor del Camino de Santiago
El fuego de 2021 rodeó por completo la capilla de los Remedios, situada en pleno Camino de Santiago en la parroquia quiroguesa de Quintá de Lor. Las llamas pararon a las puertas del templo, enclavado en medio del monte comunal.
Ahora, los vecinos quieren protegerla de cara al futuro rodeándola de una carballeira de unas 6 hectáreas todo alrededor, una especie con la que pretenden dar sombra también a los peregrinos a lo largo de todo el tramo del Camino de Invierno que atraviesa la CMVMC.
“En total son unos 8 km de largo en los que queremos plantar frondosas a un lado y al otro. Queremos involucrar en ese proyecto, que llamamos ‘El Camino más hermoso’, a los colegios de la comarca y que esos árboles que planten los niños puedan ser apadrinados, bien por peregrinos o por personas que lo deseen”, avanzan.