
Josef Sieder, en la nave de producción láctea del centro de enseñanza agraria que dirige en Pyhra (Baja Austria)
La oferta formativa en la rama agraria en Galicia está repartida en 30 centros educativos, tanto públicos como privados, que ofrecen una docena de ciclos de FP tanto de nivel básico como medio y superior. En pleno inicio del curso escolar, conocemos el funcionamiento del sistema de educación pública austríaco, un país puntero en Europa en formación agraria y relevo generacional.
En Austria, las granjas pasan de padres a hijos. Es una tradición arraigada, pero la gran mayoría de los jóvenes que toman el relevo en las granjas familiares cuentan con una formación previa que los capacita para tomar decisiones al frente de la explotación.
Son un mínimo de tres años de formación que se imparte en centros públicos como el ubicado en la localidad de Pyhra, en Baja Austria, donde estudian 300 alumnos y alumnas. Tres cuartas partes de ellos proceden de familias agrícolas, aunque el porcentaje varía en las dos especialidades que ofrece esta escuela técnica: en la especialización en Agricultura, el 80% del alumnado tiene granja en casa, pero en la especialidad de Tecnología Alimentaria esa proporción baja a la mitad.
El 75% del alumnado procede de familias con explotación agrícola o ganadera
Sea cual sea la rama elegida, la formación es eminentemente práctica. “Nuestra enseñanza está muy centrada en la parte práctica, porque queremos formar agricultores y ganaderos prácticos”, defiende Josef Sieder, el director del centro.
Granja propia y quesería

Alumnos del centro de formación de FP de la rama agraria de Pyhra haciendo prácticas de fabricación de quesos y yogures
La formación del alumnado busca abrirles caminos para cuando se hagan cargo de sus propias granjas. El contacto con la realidad de la producción agraria y ganadera se logra mediante las prácticas que realizan en la granja de vacas con la que cuenta el centro, donde producen leche y ceban terneros, y en las 170 hectáreas de superficie agraria y forestal que gestionan.
El establo, construido en el año 2020, alberga 60 vacas en producción, además de la recría y las vacas secas. Tienen también una zona de engorde de los terneros, que alimentan hasta los 17 meses, alcanzando los 700 kg de peso vivo (ganan una media de 1,5 kg de peso al día).
Cada semana, cuatro alumnos realizan las tareas diarias de la granja supervisados por personal del centro
Un total de 5 trabajadores del centro se ocupan de los establos, pero cada semana 4 alumnos están en la granja para realizar con ellos todas las tareas y familiarizarse así con la realidad diaria de una granja de producción.
La granja cuenta con dos salas de ordeño, una paralela y otra en espina de pescado, y tienen un acuerdo con otra explotación vecina que dispone de robots de ordeño, para que los alumnos puedan conocer los distintos sistemas disponibles.

También tienen cubículos de tres marcas diferentes, para que los alumnos puedan experimentar y ver los resultados, pros y contras de cada uno de ellos, de cara a su posterior implementación en sus explotaciones.
Además de producción, la escuela cuenta con instalaciones de transformación como quesería, carnicería y destilería
La mayoría de las vacas que tiene el centro son de raza fleckvieh y algunas pardo alpinas, y la producción media se sitúa entre 10.000 y 11.000 litros por vaca y año. La granja produce en total unos 1.500 litros de leche al día, y una parte de ellos se destina a las prácticas en la propia quesería de la escuela, que cuenta también con carnicería y destilería, para que el alumnado aprenda no solo a producir, sino también a transformar esa materia prima.
Tienda para vender los productos

Los jueves, la tienda del centro, que es gestionada por los alumnos, abre al público para vender los productos que elaboran
El centro cuenta también con una tienda propia, donde se venden los productos que elaboran los alumnos. Ellos mismos la atienden con la ayuda de un profesor. “Es también parte de la formación del alumnado, para que puedan adquirir experiencia en cómo gestionar su propia tienda y realizar venta directa de sus productos”, explica Josef.
Todos los jueves, de 2 a 6 de la tarde, está abierta al público para que la gente del pueblo o de localidades cercanas pueda venir a comprar los yogures, cervezas, zumos o mermeladas de frutas elaborados en el centro. Además de lo que se produce y fabrica en la escuela, en la tienda también hay productos de otras granjas vecinas.
50 profesores

La escuela agraria de Pyhra cuenta con 170 hectáreas de terreno: entre ellas 40 de tierras de cultivo, 30 de praderas, 70 de monte, 5 hectáreas de vivero y 2 de frutales, además del espacio que ocupan todas las instalaciones (aulas, talleres, internado, laboratorio, quesería, parque de maquinaria, destilería, invernadero, etc.).
Medio centenar de profesores se encargan de formar a los alumnos en las distintas disciplinas. Muchos de ellos son profesionales que tienen su propia explotación y la compatibilizan con la impartición de algunas materias o especialidades en la escuela, de manera que la formación que reciben los alumnos está conectada directamente con la realidad del sector.
Van a comenzar a producir cerveza con la cebada que cultivan y el bagazo lo utilizarán para engordar los terneros
Por ejemplo, en este momento están construyendo una fábrica de cervezas en colaboración con una cooperativa local que necesitaba unas nuevas instalaciones de producción. La cooperativa producirá sus cervezas en el centro y, a cambio, los alumnos podrán participar en el proceso y recibir formación en ese ámbito por parte de los maestros cerveceros de la cooperativa.
Formación multidisciplinar

Los alumnos y alumnas llegan al centro después de cursar sus estudios básicos obligatorios, con 14 o 15 años, y permanecen 3 años en el centro, equivalentes a un ciclo medio de FP. No existen pruebas de admisión, sino que la entrada depende de la nota que traen de la escuela. Tras esos 3 años, los alumnos pueden hacer otros 3 en otro centro (equivalentes al ciclo superior de FP) y luego continuar en la Universidad.
La enseñanza en Austria es pública (también la Universidad), pero los alumnos pagan una cuota mensual por el alojamiento y la manutención en el centro: 360€ al mes por comer y dormir, y 170€ solo por la comida si no se alojan en el internado. De los 300 alumnos que tiene la escuela, 215 se quedan a dormir en el internado.
Los alumnos salen del centro con el carnet de tractor y de motoserrista y con el permiso para poder cazar
Cuando terminan su formación en el centro, los alumnos obtienen el carnet de tractor (algo necesario para realizar las prácticas con la maquinaria de la escuela), así como el permiso para poder cazar, una afición muy común en Austria y para la cual se requiere realizar un curso de formación específico.

Zona de prácticas sobre uso de motosierra e aserradero móvil
En el ámbito forestal, los alumnos y alumnas obtienen el título que los habilita para manejar una motosierra o una grúa. También reciben formación sobre mantenimiento y reparación de maquinaria y herramientas, y realizan prácticas en la zona de monte de la escuela sobre cómo talar árboles o cómo aserrarlos, en un aserradero móvil del que disponen.
El alumnado recibe formación y concienciación en materia de cuidado del paisaje
El alumnado recibe también enseñanzas en poda, injertos, huerta, etc., así como nociones de cuidado del paisaje (green care), un concepto que las granjas austríacas tienen muy interiorizado. Existen también olimpiadas de agricultura y silvicultura.
2 millones de euros de presupuesto anual

Los alumnos atienden semanalmente en grupos de 4 la granxa de vacas con la supervisión de un profesor de la escuela
El presupuesto que Josef gestiona para la administración del centro se sitúa en 2 millones de euros, a los que habría que añadir los sueldos del profesorado, que paga directamente el Gobierno regional. El centro genera también 200.000 euros anuales de ingresos por la venta de leche, carne y otros productos, que ingresan igualmente de forma directa en el Gobierno regional.
Solo en Baja Austria hay 8 centros de formación secundaria de FP de la rama agraria como este, de los que egresan cada año 600 alumnos. “Antes éramos 18 centros, pero el Gobierno regional decidió concentrarlos en 8 y mejorar las instalaciones”, explica el director de la escuela agraria de Pyhra.
El centro trata de aportar una formación útil y versátil, adaptada a la realidad del sector productor. En Austria abundan las granjas familiares de pequeño tamaño (el alumno con la granja más pequeña tenía solo 6 vacas), pero también existen otros modelos de producción intensiva en Hungría llevados por austríacos (la familia de otro alumno que pasó por el centro gestionaba una granja de 2.000 vacas en el país vecino).

Josef, delante del centro que dirige, con ganaderos y técnicos gallegos en el viaje organizado esta primavera por Agacal
Fomento del uso de la madera en naves y edificios

Establo construido en madera en el año 2020 en la escuela agraria de Pyhra
En los últimos años el Gobierno regional ha hecho importantes inversiones en el centro para renovar dos tercios de sus instalaciones: las aulas, los laboratorios, el internado, etc. El proyecto de reforma se llevó a cabo bajo la premisa de usar la mayor cantidad de madera posible, por ser un recurso local. El nuevo edificio del internado, por ejemplo, está hecho íntegramente en madera. “Es un edificio de tres pisos y lo único que está construido en hormigón es el hueco de la escalera y del ascensor”, detalla el director.
Ese mismo interés en la utilización de la madera como material de construcción es algo que tratan de inculcar a sus alumnos, que cuentan con una zona exterior de prácticas donde aprenden a emplear la motosierra y otro tipo de maquinaria forestal. El centro tiene también un taller, por donde pasan todos a hacer sus prácticas, y donde aprenden conceptos básicos de mecánica o de soldadura.

Edificio de aulas e internado, construido íntegramente en madera
“Entrenamos a nuestros alumnos y alumnas para que sean unos manitas, para que puedan hacer muchas cosas por sí mismos, porque eso les es muy útil después en las granjas. Que aprendan y se familiaricen con el uso de la madera es fundamental, por ejemplo, para que después puedan ellos mismos construir sus establos. Muchas de las granjas en Austria están hechas por los propios ganaderos con la ayuda de amigos y familiares y eso es más fácil y más barato de hacer en madera”, indica.
Español









Control OJD