
Ángeles Pita, en las Fragas do Eume.
El Parque Natural de las Fragas do Eume cumplirá tres décadas próximamente, sin que aún haya un consenso a su favor en el territorio que abarca. Una parte de los propietarios siente el Parque Natural como una expropiación de derechos y reivindica compensaciones por las limitaciones de uso.
Hablamos con Ángeles Pita, que preside una de las asociaciones de propietarios con tierras en el Parque Natural.
Pita subraya que están a favor del Parque Natural, pero cuestiona tanto la falta de compensaciones para los propietarios como el propio enfoque de protección de la Xunta, pues considera que se podrían hacer mejor las cosas. “Es un error que nos culpen a los pequeños propietarios de la expansión del eucalipto en el espacio natural protegido, pues es un proceso que está sometido al control de la Xunta”, opina.
Con carácter general, la normativa del Parque permite mantener los usos de las tierras que había antes de la declaración del Espacio Natural Protegido (1996). En cuanto a posibles cambios de uso, hay algunos permitidos, pero siempre con autorización previa.
– Háblenos de cuando se creó el parque natural de las Fragas do Eume, de los usos que tenía el monte de aquella y de cómo recibisteis los propietarios la creación del parque.
– Vivimos en una tierra muy fértil con un clima muy suave y aquí de siempre se practicó lo mismo que en la mayoría zonas rurales, la economía agrícola y ganadera de subsistencia, para vivir y darle una vida mejor a los hijos.
Había mucha producción de madera, muchos frutales, castaños… Incluso se llegó a cultivar centeno y otros cereales en las zonas altas. La madera se vendía, se usaba para leña y también para construir las casas y el mobiliario. La gente vivía de eso y también de los trabajos del entorno, como en las centrales hidroeléctricas del Eume.
La primera noticia que tuvimos los vecinos de que querían convertir esto en un Parque Natural fue en una información de prensa del año 1989. La gente lo tomó mal, porque se entendió que se iban a limitar nuestros derechos, perjudicando la productividad y favoreciendo el abandono.
En el año 1996 fue cuando se declaró oficialmente el Parque Natural y fue algo protestado por todos los vecinos, que formamos una asociación para luchar contra este proceso, que se había hecho sin contar con nosotros, y que nos estaba perjudicando, pues lo vimos como una especie de expropiación sin compensación.
En 2004 fuimos además incluidos en la Red Natura, lo que hace que el Estado se implique con fondos europeos, pero limita y complica aún más la gestión del territorio.

Vista de las Fragas do Eume.
– ¿Cómo fue el proceso de organización de los propietarios?. Cuéntanos la evolución desde el inicio hasta el día de hoy.
– Nuestra asociación nació llena de buena voluntad y de unión entre los vecinos, pero la gente se fue desanimando poco a poco, al ver que las protestas no daban frutos, que dabas un paso para delante y otro para atrás… La estrategia de las Administraciones es la de desgastarnos, ignorarnos, es una posición totalmente feudal, donde hay que acatar lo que ellos dicen y no se respetan nuestros derechos.
No dejamos de protestar desde el primer día hasta hoy, hacemos una manifestación mensual y todos los procedimientos posibles para defender nuestra causa.
A finales de los 90 se creó la primera asociación y en el 2005 una segunda, la nuestra, ya que había algunas diferencias, pero seguimos trabajando codo a codo, pues sabemos que la unión es importante, y nuestros objetivos son los mismos, que se respeten los derechos de los propietarios.
Fuimos a los valedores do pobo, presentamos recursos, hablamos con la en su día ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, con Manuel Fraga cuando era presidente de la Xunta, fuimos a los tribunales, al Parlamento… Hicimos y hacemos todo lo que podemos para que se busque una solución justa.
Nosotros, desde nuestra asociación, estamos a favor de la declaración de Parque Natural, pero queremos que se haga de una manera más justa, compensando a los propietarios, como se hace en otros territorios.
Sólo queremos defender nuestra propiedad y el desarrollo de la comarca. Defendemos que haya Parque Natural, pero que los propietarios sean compensados por la limitación de uso de una manera justa.
– A nivel de propiedad, en el parque hay cerca de 2.000 hectáreas de terrenos públicos (20%) y el resto es propiedad privada. ¿En que medida están limitados los usos en la propiedad privada?
– Contamos con un total de 9.125 hectáreas y más del 80% del terreno es privado. El parque se divide en cuatro zonas: la zona de reserva (la más limitada en uso, casi 500 hectáreas), la zona de uso limitado (la segunda de mayor protección, poco más de 3.000 hectáreas), la de uso compatible (algo menos limitada, con más de 5.000 Ha), y la zona de uso general, que serían las zonas urbanas y periurbanas.
Hay varios problemas que se plantean aquí. El primero es que si tienes algún terreno en las dos zonas de mayor protección, no puedes hacer prácticamente nada. Si los tienes en la tercera zona, la de uso compatible, no está claro en la ley qué puedes y qué no puedes hacer, lo que hace que te expongas a multas o que haya incoherencias, como que hace años, un vecino plantara eucaliptos y no pasara nada y otro del lado hiciese lo mismo y recibiese una multa…
Tienen que dejar claro en la ley qué se puede y que no se puede hacer. Mi familia pidió un permiso para reforestar en la zona de uso compatible y nos salió denegado, por ejemplo. Entonces, si quieren limitar nuestra productividad tendrán que compensarnos comprando o alquilando nuestros terrenos, como se hace en otros territorios y como indica la propia ley.
Por otro lado, en lo que es el bosque caducifolio, los vecinos de toda la vida dicen que un bosque como este no se conserva si no se trabaja. Me explico. Este bosque se conservó así porque los vecinos de vez en cuando cortaban algún árbol, si un árbol caía, aprovechaban la madera, limpiaban… Ahora que el bosque no se puede ni tocar, y que la tienen medio abandonada, dicen que el bosque va a morir, que dejarla así sin hacer nada es matarla.
– Si uno visita las Fragas do Eume, hay contrastes muy marcados. La ribera del Eume y algunas laderas están con frondosas caducifolias, y la parte media alta de los montes con eucalipto. Háblanos de cómo se reparte ahora el terreno del parque natural de los bosques del Eume, a nivel de especies forestales.
– En las zonas más cerca del río, está lleno de frondosas, en las zonas más altas, hay eucaliptos. También es importante señalar que hay algún eucaliptal antiguo, grande y hermoso, justo antes de entrar en la zona del parque…
Y a día de hoy, parece que a los pequeños propietarios, que somos la mayoría, no nos quieren dejar plantar eucalipto, y, al mismo tiempo, años atrás -antes de la actual moratoria del eucalipto- estuvieron apareciendo en la zona grandes plantaciones de eucalipto y que tuvieron que ser hechas con permiso de la Xunta… Entonces, no se entiende cuál es el criterio.

Frondosas y eucaliptos en las Fragas do Eume.
– Sobre el eucalipto que hay dentro del parque, ¿cómo está la normativa?
– En la zona de la reserva no hay, pero en la zona de uso limitado sí, y ahí la estrategia del Parque en teoría pasa por buscar su erradicación.
En la zona de uso compatible, sí que en teoría si tenías eucaliptos puedes mantener la especie que tenías, aunque aconsejan ir cambiando el eucalipto por sotos de castaños, pero claro, para los propietarios ese cambio es poco rentable.
Usos del territorio en el Parque Natural de las Fragas do Eume
El Plan Rector de Usos y Gestión del Parque analiza cuál es la situación de usos del territorio:
– Un 31% del territorio de las Fragas do Eume está conformado por bosques caducifolios.
– Las áreas de matorral y/o rocosas ocupan un 27% de la superficie.
– El eucalipto ocupa un 13,5% y conforma las plantaciones más importantes. En la segunda mitad del siglo XX, antes de la protección del espacio natural, los eucaliptos ganaron espacio en algunas zonas tradicionales de frondosas próximas a las riberas. En el siglo XXI, un estudio del CSIC apunta también a que el eucalipto aumentó su presencia en el Parque en un 48%.
– Los pinos ocupan un 9,2% de la superficie.
– El mosaico agrícola – ganadero representa un 10,8%
– Aguas continentales, humedales y otras superficies suman alrededor de un 7% restante.
– ¿Piensas que el territorio de la Fraga está bien ordenado como está o habría que cambiar algo, en consenso con los propietarios?
– Debería estar mejor. En primer lugar, la Fraga debería estar más cuidada. Si cae un roble viejo en medio de un camino lo retiran, pero si cae en medio del bosque no, porque dicen que es un refugio para los animales… Pero insisto, la gente que vivió toda la vida en el bosque considera que hay que ir renovando la Fraga, que es como se hizo toda la vida y se mantuvo así, porque no renovarla es dejar que muera.
No están limpiando lo suficiente en los terrenos públicos, y claro, estoy de acuerdo en que hay que eliminar los eucaliptos de la zona del bosque, pero no a costa de los propietarios. No estamos en contra de la Fraga, pero sí en contra de regalarla. Ahora quieren seguir comprando fincas, pero ofrecen por ellas menos de la mitad de lo que ofrecían en el año 1995.
En las zonas con explotación forestal, los caminos de saca tienen 2-3 metros de ancho y los maderistas no pueden pasar con las máquinas y no compran la madera porque no les compensa.
Después, el tema de la fauna está completamente descontrolado. Cada vez hay más jabalís, lobos, ciervos y corzos, y eso por una parte está bien, pero por otra genera mucha inseguridad porque no puedes tener animales porque sabes que el lobo los va a comer. Hay que controlar eso de alguno manera.
– Las compras de tierra por parte de la Xunta en el parque de las Fragas do Eume, para ampliar la superficie pública, ¿es una vía que veis de utilidad?
– Me parece una vía interesante, pero con varias premisas. Primero, que el dueño quiera vender, en caso contrario la Xunta tendría que pagar un alquiler por esas fincas, y con precios justos. Me parece imprescindible esta solución, especialmente en la zona de reserva, pues quien tiene una finca ahí no tiene otra salida.
En las zonas de uso limitado lo mismo. Así es como está recogido en el plan director de los parques naturales de Galicia y en el Plan Rector de Uso y Gestión de las Fragas do Eume. En el papel está todo correcto, pero no están cumpliendo la ley que ellos mismos crearon. Sentimos que la Administración está ejerciendo una visión feudal y soberanista sobre lo nuestro.
– Cuando se habla de las limitaciones en los espacios naturales protegidos, en ocasiones se compara con un plan general de ordenación urbana, que limita los usos de los solares y parcelas urbanizables. Es decir, un propietario no puede hacer lo que quiere en su finca…
– La cuestión no es esa. Nosotros lo que percibimos es que aquí se produjo un agravio comparativo, pues a mediados de los años 90 la Administración compró o expropió determinadas parcelas a unos precios, mientras al resto de vecinos se nos impuso unas limitaciones de uso sin ninguna compensación.
La propiedad en el Parque Natural de las Fragas do Eume
– El 90% de las parcelas catastrales del parque (19.400) tiene menos de 5.000 metros cuadrados, pero suman solo un 25% de la superficie del parque.
– Un 11% de la superficie corresponde a parcelas que oscilan entre media hectárea y 1 hectárea.
– Existen 969 parcelas con más de 1 hectárea, que suman un 23,9% de la superficie del parque.
– Hay también 84 parcelas con más de 10 hectáreas y que suman casi el 40% de la superficie del espacio natural protegido, tanto de propietarios privados como parcelas públicas y de dos montes vecinales.
– Hace años, Medio Ambiente había sacado una línea de ayudas para que superficies de eucalipto en parques naturales se pudieran replantar con frondosas caducifolias, como por ejemplo el abedul. ¿Cómo veis ese tipo de apoyos?
– Hubo una ayuda muy pequeña que desconozco si continúa, pero el éxito fue muy pequeño. La idea podría ser buena si el propietario ve que le compensa, pero la gente no se decantó por ella porque la ayuda era irrisoria.
– En los medios de comunicación aparecen periódicas noticias sobre la expansión del eucalipto en las Fragas do Eume. Desde una visión ecologista, existe el sentir de que los propietarios estáis contra el parque porque queréis plantar todo el monte a eucaliptos. ¿Estás de acuerdo con esa visión?
– Es una visión negativa que implica que no nos escuchan. Llevamos años diciendo que si la sociedad y las instituciones consideran que las Fragas do Eume son un bien a conservar, que no tenemos nada en contra, pero que no sea a nuestra costa.
La mayoría queremos vender la tierra, pero no queremos malvender, pues sabemos del valor de esto. Los eucaliptos avanzaron por quien permitió esas plantaciones, que fue la Xunta. Poner el foco en culpar a los pequeños propietarios es un error. Tenemos que defendernos frente a la Administración, ecologistas… Tú pones todo, la tierra, los árboles, el turismo, el medio ambiente…
Y ya casi no hay gente viviendo en las aldeas… Al desaparecer las explotaciones ganaderas desaparece mucho más, y todo se llena de maleza y la poca gente que queda quiere plantar algo que le dé productividad, es lo normal.
– Pasamos al tema fuegos. ¿En que medida os afectó el gran incendio que tuvieron las Fragas do Eume, ya hace más de una década?. ¿Cómo se recuperó el monte desde aquella?
– Afectó mucho. Los que tenían pinares los perdieron todos, se convirtió todo en ceniza. Los eucaliptos ardieron, la madera tuvo mucho menos valor, hubo que esperar a venderla, y cuando se fue a cortar la madera, el maderista contrató a un precio y cuando vio como rompía, tuvimos que bajarle el precio. Fue una gran pérdida ambiental y económica. Ni yo ni nadie que yo conozca recibió ninguna ayuda y ardieron muchas hectáreas.
Pero ya pasó un tiempo y estamos en una zona privilegiada, si no te lo cuentan no vas a saber que hubo un incendio porque se recuperó el monte muy bien y rápido, aquí todo se recupera muy rápido. Tenemos un clima muy suave y eso beneficia que crezca bien todo.
Desde EL incendio del año 2012, el eucalipto fue ganando terreno, entiendo que por expansión espontánea pero también porque la Xunta autorizó la creación de nuevas plantaciones de eucalipto bastante grandes en la zona. Ese incendio hizo mucho daño económico y ecológico. Al mismo tiempo, los pequeños propietarios que decidieron plantar eucalipto recibieron multas.
– Qué medidas verías necesarias para reducir el riesgo de fuegos en la zona?
– Primero, que la Fraga estuviese cuidada. Dicen que los castaños no arden pero no es cierto. Ardieron muchos castaños, la madera arde, todo arde. Tendría que haber más zonas disuasorias, depósitos de agua, cortafuegos (que irían contra el parque natural).
Tiene que estar todo más vigilado… El fuego fue porque no lo cortaron a tiempo, no había medios, donde comenzó creo que no era parque, pero el fuego avanzó y bajó…
– Desde la perspectiva de los propietarios, cómo valoráis la afluencia turística que generan las Fragas do Eume y los senderos marcados en el parque natural?
– El turismo favorece a la gente que se dedica a la hostelería, pero a los que vivimos aquí no nos favorece en nada. Respetamos a la gente que viene de visita, pero la mayoría no vivimos de eso. Nos alegramos también de que a la gente de la hostelería le vaya bien con el turismo, si bien también nos gustaría que mostraran solidaridad con nuestras demandas.
Para los turistas, la señalización es bastante deficiente. Eso implica que los vecinos se quejan de la invasión turística, que a veces los turistas se confunden por la mala señalización y llegan hasta las casas de los vecinos, hasta la parte alta que ya no pertenece a los bosques, y a veces hasta meten la cabeza por la ventana para ver como vives… Como si fuésemos una tribu perdida. Los senderos son mejorables, la información y señalización también.
Alguna gente se piensa que lo que está aquí es de ellos, que los castañares son de uso común, y cogen lo que quieren porque piensan que es de todos.
Otra cosa que merecería mayor atención es la situación del patrimonio cultural en el ámbito del Parque Natural, caso del monasterio de Monfero o de la antigua central hidroeléctrica de A Ventureira, que se podría rehabilitar y musealizar, como ejemplo de patrimonio industrial.