«Queríamos que FEIRACO se creara de abajo a arriba, no como se hizo»

Entrevista Amador Rodríguez Troncoso, impulsor del proyecto de FEIRACO y ex-director de la Agencia de Extensión Agraria de Negreira, la primera de España. Este sábado por la noche recibe un homenaje en la capital barcalesa por su trabajo y compromiso con la modernización de la agricultura.

«Queríamos que FEIRACO se creara de abajo a arriba, no como se hizo»

Amador Rodríguez Troncoso

A sus 93 años, Amador Rodríguez Troncoso, muestra una memoria prodigiosa de su larga etapa al frente de la Agencia de Extensión Agraria de Negreria, la primera de España, creada en el año 1956. Su trabajo contribuyó de manera decisiva tanto a la creación de FEIRACO – detallada en su libro Os albores de Feiraco– como a la modernización de la agricultura y de la ganadería gallegas, enfrentándose muchas veces a fuertes intereses creados, lo que le valió desde intentos de agresión física hasta un expediente sancionador.

Hoy recibe un merecido homenaje por su compromiso con los agricultores y ganaderos. Será a las 20:30 horas en el Hotel Millán, en Negreira.

¿Cómo recibe el homenaje que le van a brindar este sábado?
Pues con mucha alegría, porque cuando uno llega a los 93 años y le reconocen su trabajo es muy valioso. Sin embargo, el trabajo que se hizo en el Servicio de Extensión Agraria fue colectivo, tanto de los agentes extensionistas como de los propios agricultores y ganaderos. Este homenaje no es a mí sino a mucha gente que, gracias a sus esfuerzos e ilusión, modernizó la ganadería y agricultura de la comarca.

Con el bagaje de tu amplia experiencia profesional y vital, ¿cómo valoras la situación actual de la ganadería en Galicia, especialmente del vacuno de leche?
La ganadería en Galicia, especialmente la de vacuno, fue siempre un recurso importante por las características climáticas y edafológicas de nuestra tierra. Por eso, el sector de vacuno de leche y de carne gallego van a tener futuro, pero para ser competitivos quizás se debería aumentar la dimensión de las explotaciones.

Participaste en la primera concentración parcelaria que si hizo en España. Ahora ya se está hablando de la necesidad de nuevas concentraciones parcelarias para aumentar el tamaño de las parcelas….
Fue un intento de luchar contra el minifundio, pero no se consiguió porque las explotaciones gallegas siguen siendo minifundistas. Habría que pensar en ampliaciones mayores.

El Banco de Terras me parecía una idea interesante porque tenemos en Galicia un sentido de propiedad de la tierra muy sentimental y afectivo. El precio de la tierra en Galicia es superior a su rentabilidad. En este sentido, pienso que una solución podría ser el asociacionismo, el cooperativismo de tierras y ganado.

Pienso que no hay fórmulas matemáticas para solucionar el problema del uso de la tierra en Galicia pero creo que una vía podría ser el cooperativismo.

¿Cuáles son las principales dificultades a las que se enfrentaba en el Servicio de Extensión Agraria?
Tratamos de romper las barreras que había entre la administración y el agricultor. En este sentido, suprimimos las ventanillas y las citas previas, recibíamos al agricultor en el propio campo y casi que en cualquier momento y a nivel idiomático empleábamos el gallego. Antes de que llegara yo había un cartel que ponía «Llame antes de entrar» y nosotros pusimos «Pase sin llamar».

 «La clave del éxito de Extensión Agraria fue el contacto directo y la supresión de barreras con el agricultor»

Ante todo, teníamos una concepción del servicio público y el agricultor muchas veces lo que quería es que lo escucháramos, plantearnos sus problemas, aunque no se los solucionáramos. Y eso fue la clave del éxito del Servicio de Extensión Agraria.

¿Se echa en falta ese contacto directo entre la Administración y los ganaderos a través de los Servicios de Extensión Agraria?
El Servicio de Extensión Agraria nunca fue concebido como algo útil para el país. A los primeros a los que no les gustaba era al sindicato vertical, y luego a los sindicatos agrarios, que querían que hiciéramos lo que ellos querían y no lo que demandaban los agricultores.

Nos enfrentamos a muchos intereses creados que iban contra el agricultor. Por ejemplo, en esta comarca de A Barcala el Gobierno Central la tenía reservada para que criase sólo raza Rubia Gallega. Y los propios veterinarios e ingenieros agrónomos se repartían el negocio de la representación de la raza Rubia Gallega y de otras de carne como Alpina…..etc.

En Extensión Agraria queríamos introducir las vacas de raza Frisona en la comarca porque pensábamos que tenía un gran potencial para la producción láctea y había una industria lechera en la zona que tenía falta de materia prima. De hecho, ayudamos a los ganaderos a importar las primeras novillas de Holanda y fuimos boicoteados y, en mi caso, incluso agredido físicamente por el delegado de Rubia Gallega.

 «Tuvimos muchos problemas en la Extensión Agraria por defender a los agricultores y ganaderos»

También empezamos a exportar directamente los terneros al matadero de FRIGSA en Lugo, evitando los tratantes, que se repartían el mercado de la comarca y fijaban unilateralmente los precios. Esto también nos supuso enfrentamientos e incluso alguna agresión física También desde Extensión Agraria introducimos la Cooperativa Provincial de A Coruña en la recogida de leche en la comarca para que hubiera más competencia y mejores precios para los ganaderos.

En definitiva, tuvimos muchos problemas en la Extensión Agraria de Negreira por defender a los agricultores y ganaderos de la comarca.

Este compromiso con mi trabajo y con los agricultores provocó que me expedientaran y me enviaran a la oficina de Betanzos.

También fue uno de los impulsores de la cooperativa FEIRACO… ¿Como valora su recorrido?
FEIRACO era una necesidad para los agricultores de la comarca para ser competitivos y hacer frente al alza de las materias primas, de las semillas y de los fertilizantes. Para eso, ayudamos a crear 18 cooperativas parroquiales. Una vez hecho esto, propusimos que se asociaran en lo que era el germen de Feiraco, que ya comercializaba becerros y leche, contaba con un comité rector y con una cuenta corriente.

Sin embargo, había un interés de los alcaldes de la comarca por manipular el proyecto de FEIRACO. Para evitarlo propuse a Jesús García Calvo porque pensaba que era la persona más adecuada para la dirección de la futura FEIRACO, pero en vez de eso acabó siendo presidente de Cáritas Interparroquial Rural, pero no de la cooperativa. Sin embargo, gracias a eso, automáticamente consiguió un crédito de 15 millones de pesetas de la Caja de Ahorros de Santiago que fue con el que ya puso en marcha FEIRACO en 1969.

Nuestro proyecto para FEIRACO era partir de abajo a arriba, de las cooperativas y de los ganaderos

Sin embargo su modelo de cooperativa no era el que nosotros pensábamos: fijo un diseño de arriba a abajo, con cierto autoritarismo y prescindiendo de las cooperativas de base. No obstante, hay que reconocer que hizo una labor importante e indiscutible en Feiraco y los resultados ahí están. Nuestra idea quizás era más idealista, de un cooperativista un voto y partir del propio ganadero, pero quizás fue más realista la vía de García.

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