Quince enfermedades profesionales en el agro gallego

Las posturas forzadas originan la mayoría de los problemas de salud laboral entre agricultores y ganaderos. Las enfermedades transmitidas por agentes biológicos y las derivadas de la manipulación de fitosanitarios completan el grueso de riesgos

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Quince enfermedades profesionales en el agro gallego

El uso de fitosanitarios es un riesgo habitual en el sector agrario.

¿Qué enfermedades profesionales son más habituales en el campo en Galicia y qué se puede hacer para prevenirlas? Este es el punto de partida de un trabajo del Instituto Gallego de Seguridad y Salud Laboral (Issga), que recopiló en un documento una veintena de fichas representativas de los problemas de salud laboral entre agricultores y ganaderos. El trabajo analiza las causas y aconseja las posibles medidas de prevención a adoptar.

El grueso de los problemas son de carácter físico, motivados por acciones repetitivas en la jornada laboral a lo largo de los años. Le siguen los riesgos por agentes biológicos y químicos. Recopilamos 15 de las enfermedades profesionales más representativas.

Problemas por agentes químicos

Intoxicación crónica por exposición a fitosanitarios. La despreocupación en el uso de plaguicidas, sin medidas de protección idóneas (máscara, gafas, guantes y mono de trabajo), puede dar lugar a graves intoxicaciones.

El Instituto de Seguridad Laboral da cuenta del caso de un obrero que trabajaba en invernaderos con una mochila de mano aplicando un insecticida (dimetoato y clorpirifós) sin usar guantes ni máscara ni proteger la cabeza. A mayores, tampoco respetaba un plazo de seguridad para la reentrada en los invernaderos fumigados. La reiteración de tales prácticas, 2-3 días a la semana en los meses de primavera-verano, derivó en una intoxicación crónica de carácter grave. El obrero disponía del carné de manipulador de fitosanitarios de nivel básico.

Dermatitis por contacto con plaguicidas. Los problemas de piel derivados del contacto con los agentes químicos es otro de los riesgos de los fitosanitarios. No emplear guantes ni hacer una buena higiene tras la aplicación del producto puede causar una dermatitis que cursa con dolor.

Riesgos por agentes físicos

Problemas en las rodillas. Apoyar la rodilla de manera repetida sobre superficies duras supone una presión para la articulación que puede derivar en problemas varios. El documento del Instituto de Seguridad Laboral recoge el caso de un operario que durante la vendimia acabó con una bursitis crónica en la rodilla derecha, que presentaba inflamación y acumulación de líquido. Alternar el uso de ambas rodillas para apoyar el peso del cuerpo y usar medidas de protección como rodilleras son los consejos que ofrece el Instituto. También se recomienda alternar dentro de lo posible este trabajo con otras tareas que no exijan una postura tan forzada.

Rodillas y hombros son de las zonas más castigadas por malas posturas o sobreesfuerzos

El trabajo en los invernaderos genera problemas similares cuando se apoya el peso del cuerpo sobre las rodillas. El Issga recoge el caso de una trabajadora de huerta que tuvo un síndrome de compresión del nervio ciático de una rodilla.

Tendinitis en el hombro. Es un problema de dolor en el hombro motivado por coger cargas excesivas o por posturas forzadas y continuadas en la jornada laboral. En un caso analizado, la tendinitis venía originada por la conducción de maquinaria agrícola durante muchas horas con los brazos ligeramente elevados. El mismo operario también cargaba con sacos de 40 kilos y hacía sobreesfuerzos en los brazos en la manipulación de aperos. Mecanizar dentro de lo posible las tareas de carga y manipulación de aperos, o contar con la ayuda idónea, es uno de los consejos del Issga para evitar este problema. Hacer pausas y rotar tareas es otra medida aplicable a este caso.

Síndrome del túnel carpiano en la muñeca derecha por la poda de viñedo. La poda obliga a movimientos repetidos con la mano en postura forzada y aplicando fuerza de manera continuada y prolongada en el tiempo, lo que puede provocar la inflamación a nivel del túnel carpiano de la muñeca derecha. El documento del Issga presenta el caso de un trabajador con este problema. Para evitar estas situaciones, se aconseja, entre otras medidas, descansar 10 minutos por cada hora de poda y usar herramientas con buenos agarres y adaptados a la mano.

El uso frecuente de la motosierra exige el empleo de protección auditiva

Sordera en el uso de la motosierra. El ruido de la motosierra puede llegar al entorno de los 100 decibelios, un nivel muy superior a los límites establecidos por la normativa para evitar daños en la salud. La exposición prolongada a este ruido sin usar protección auditiva genera problemas de sordera. Se recomienda el uso de protecciones auditivas y alternar el trabajo con la motosierra con otras actividades con menor riesgo sonoro.

Enfermedad de Kenböck en el uso de una desbrozadora. El uso prolongado de una desbrozadora en la jornada laboral puede originar dolores en la muñeca derivados de la exposición laboral a vibraciones en el sistema mano-brazo. La enfermedad de Kenböck es una necrosis en el hueso semilunar del pulso con aparición de dolor, pérdida de fuerza y limitación de la mobilidad de la mano. Cuando hay un uso frecuente de la desbrozadora, se aconseja hacer pausas y alternar este trabajo con otros que no supongan la exposición a vibraciones. El uso de un sistema de protección antivibraciones es otro de los consejos a tener en cuenta.

Amenazas biológicas

Transmisión de bacterias de animales a humanos. Son varios los problemas identificados relacionados con la manipulación de animales en su traslado, ayudas al parto y otros contactos. El documento da cuenta del caso de un trabajador de una granja porcina que contrajo el erisipeloide de Rosenbach, una infección cutánea caracterizada por ronchas rojizas, fiebre y malestar general. No utilizar la protección individual idónea y los insuficientes controles sanitarios en los animales explican el problema, segundo el Issga. Es precisa también la periódica limpieza de las instalaciones para eliminar fuentes de infección como excrementos.

La buena desparasitación del ganado y el uso de ropa de protección reducen el riesgo de infecciones bacterianas

En vacuno, se analiza el caso de un trabajador que contrajo la Fiebre Q, un problema caracterizado por fiebre, escalofríos y tos que se detectó semanas después de que hubiese atendido el parto de una vaca. La fiebre Q es motivada por una bacteria que infecta al ganado y que a veces no presenta sintomatología en los animales. Usar ropa protectora y desinfectar las áreas de trabajo es la medida de prevención recomendada para evitar este problema.

La enfermedad de Lyme, causada por una garrapata infectada, es otro ejemplo de enfermedad bacteriana transmitida por animales. Para evitarla, se recomienda de nuevo el uso de ropa de protección idónea, una buena desparasitación del ganado y el empleo de biocidas contra las garrapatas en los locales de alojamiento del ganado.

Tras contactos sospechosos, es necesario ducharse y revisar todo el cuerpo en busca de garrapatas. En el caso de encontrar alguna, debe retirarse agarrando la garrapata cerca de la cabeza o de la boca mediante unas pinzas, siempre con guantes y tirando hacia fuera con un movimiento lento y firme, sin destriparla ni aplastarla. Hay que desinfectar la zona de contacto.

La inhalación de hongos del heno o del maíz puede desencadenar el ‘pulmón del granjero’

Pulmón del granjero. La hierba y el maíz almacenados en seco o ensilados pueden dar lugar a la formación de hongos. La manipulación de la forraje expone entonces al trabajador a la inhalación de polvo que contiene estos hongos. Esto puede provocar una reacción inflamatoria pulmonar y dar lugar a síntomas como pérdida de fuerza y tos con expectoración. El documento presenta el caso de un operario afectado por este problema al que se le diagnostica finalmente alveolitis alérgica extrínseca, conocida como ‘pulmón del granjero’, por ser típica de esta actividad.

Asma. El ordeño es una de las tareas en las que el operario tiene un mayor contacto con los animales. Una trabajadora que desempeñaba tareas diarias de ordeño acabó contrayendo una rinitis y asma bronquial por alergia al epitelio de la vaca. El uso de máscara para evitar el contacto con partículas de los animales y una buena ventilación en las instalaciones pueden ayudar a reducir este tipo de problemas.

Micosis en las manos. Las tareas agrícolas en condiciones de humedad alta pueden propiciar la aparición de hongos en la piel. El uso de guantes en las manos y de botas de goma en los pies puede mantener la piel seca y protegida.

Otros riesgos de carácter biológico recogidos por el Issga se derivan del contacto con la procesionaria del pino en trabajos forestales o con el veneno de las abejas en labores apícolas.

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