Rapadores de la montaña, el esquilado de las ovejas con sello gallego

Un equipo de esquiladores de la montaña lucense asumen en los últimos años el trasquilado de buena parte de las ovejas gallegas. La crisis del coronavirus ha propiciado que se encargaran casi en exclusiva de esta labor en las ganaderías gallegas. Conocemos cómo trabajan estos profesionales

Rapadores de la montaña, el esquilado de las ovejas con sello gallego

Esta campaña los Rapadores de la Montaña se han encargado del trasquilado de la mayoría de las ganaderías gallegas.

El trasquilado de las ovejas ha sido durante años especialidad de trabajadores polacos que hacían en Galicia la campaña. En los últimos tiempos, los Rapadores de la Montaña, un equipo de profesionales integrado en su mayoría por gallegos, han tomado el relevo. Este año la crisis del coronavirus y el cierre de las fronteras hizo que se hayan encargado del esquilado de la mayoría de las ovejas de las ganaderías de Galicia.

Llevaban ya varias campañas asumiendo el trasquilado de los animales de las ganaderías socias de la Asociación de Criadores de Ovino y Caprino de Galicia (Ovica). «En Ovica empezamos a trabajar con ellos hace un par de años y los socios quedaron contentos con su trabajo y seguimos apostando por ellos», explica Diego Fernández, presidente de Ovica. Este año, las limitaciones para la llegada de profesionales extranjeros propició que finalmente hayan asumido el trasquilado de buena parte de las ganaderías de ovino gallegas. «Muchas veces llegas a un pueblo para esquilar las ovejas de una ganadería y una vez que estás allí van surgiendo encargos de otros vecinos que tienen rebaños pequeños», indica Kevin Daniel Wuttke Durán, uno de los rapadores que lleva 4 años en este trabajo.

La crisis del coronavirus provocó que los trabajos se retrasaran casi un mes

La campaña se vio también condicionada por el coronavirus, ya que en los primeros días del estado de alarma se paralizó la actividad, con lo que se retrasaron casi un mes los trabajos, a lo que se añade el incremento de la demanda. «Deberíamos de haber empezado a finales de marzo o comienzos de abril y este año tuvimos que esperar hasta contar con una autorización específica de la Xunta para poder desplazarnos a las ganaderías», detalla Kevin.

Un oficio en declive

La mayor parte de los integrantes de Rapadores de la Montaña son gallegos o proceden de zonas limítrofes del Bierzo (León). Asentados en Negueira de Muñiz (Lugo) se desplazan por toda Galicia en cuadrillas en base a las necesidades de las ganaderías. Junto con los 5 rapadores también trabajan otras tres personas que colaboran en el montaje de las máquinas así como en coger las ovejas en el rebaño y prepararlas para el trasquilado. «Ahora somos de los pocos que continuamos haciendo este trabajo», comenta.

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Buscan que la oveja se encuentre en una postura cómoda para limitar sus movimientos y evitar los daños al animal durante el esquilado.

Para atender la demanda se distribuyen por zonas y para reducir al máximo los desplazamientos del personal. «Esta temporada estoy trabajando sobre todo en granjas de Ourense, pero he estado ya en A Coruña y en Monforte», explica Kevin. Él comenzó hace 4 años de mano de Adriano Borrás, el más veterano de los esquiladores, que lleva más de 20 años en el oficio. «Yo no había trasquilado ni había trabajado con ovejas antes. En la primera campaña en la que Adriano me llevó para ayudarle empecé a ver cómo lo hacía él y también esquilé los primeros animales. Me di cuenta de que me gustaba y que quería seguir en esto», recuerda este joven de padre alemán y madre viguesa y que vivió buena parte de su vida en Matavenero, un pueblo del Bierzo, aunque viajando mucho a Galicia. «Al vivir en un pueblo pequeño, aunque no tenía ovejas ya estaba en contacto diario con los animales, que además me gustan mucho y por eso decidí seguir apostando por este trabajo», indica.

En los comienzos, Kevin trasquilaba unos 30 animales al día. Hoy puede llegar a esquilar unas 200 ovejas en cada jornada

En este tiempo ha ido mejorando en destreza con los animales y en tiempo preciso para el esquilado. Así, de los 30 animales que trasquilaba en sus comienzos ahora algunos días puede llegar a esquilar unas 200 ovejas en el día. «Depende mucho de la oveja, mientras que unas te puede llevar poco más de un minuto esquilar, otra puedes tener que llegar a pararte 3 o 4 minutos con ella», detalla.

Sin embargo, reconoce que lo que más condiciona el número de ovejas que trasquilan al día es el tamaño de las ganaderías y la distancia entre ellas. «Hay días en los que tienes que ir de una granja a otra y recurrir muchos kilómetros para trasquilar pocas ovejas», comenta. La mayor parte de las 20.000 ganaderías que integran el sector ovino en Galicia son de pequeño tamaño y familiares. «Aunque también hay ganaderos que deciden trasquilar ellos las ovejas, la mayor parte prefiere encargar ese trabajo, aunque sean pocos animales», indica.

Más destreza que fuerza

El trasquilado de las ovejas es unas tareas fundamentales en las ganaderías de ovino tanto para la desparasitación de los animales como por el confort que le proporciona de cara a los meses de verano. «Las ovejas son muy sensibles al calor, enseguida quedan sofocadas si tienen la lana, van dejando de comer y quedan delgadas y menguadas», concreta el rapador.

El trabajo del esquilado en la ganadería se organiza en función del tamaño del rebaño. Así, una vez que llegan a la ganadería, si se trata de un gran número de animales disponen un pequeño cercado en el que ir separando por lotes las ovejas, con el objetivo de facilitar el manejo para la persona encargada de cogerlas y que los traslada hasta la zona donde se trasquilan. Luego, en función de cómo sea la oveja, el tiempo de esquilado oscila, y puede prolongarse hasta cerca de los 4 minutos o terminar en poco menos de un minuto.

Uno de los integrantes de la cuadrilla se encarga de transportar las ovejas hasta la zona de esquilado.

«Te tienes que adaptar a cada oveja, procurar la postura para que esté cómoda, de manera que el animal esté tranquilo y no se agobie», detalla el rapador. De este modo, evitan que la oveja termine moviéndose mucho mientras la están trasquilando y se reduce la probabilidad de que se le hagan cortes. Para el esquilado emplean maquinaria profesional traída de países con una honda tradición ovina como Suiza o Nueva Zelanda.

El precio también varía en función de los animales que se esquilen. Han estipulado un coste mínimo de 25 euros por el desplazamiento de la maquinaria que precisan y luego se ajusta el precio por oveja con el propietario y se reducirá en aquellos rebaños de mayor tamaño.

Pese a encargarse de trasquilar las ovejas, los rapadores no se encargan de gestionar la lana, que en el caso de ser pocos animales suele descartarse. Mientras, en los grandes rebaños otras empresas la recogen, aunque tampoco está siendo muy valorada, según apuntan los rapadores.

Kevin ha ampliado su formación en países como Escocia donde la mayoría de las razas tienen una lana más larga y similar al pelo.

Recorrer el mundo trasquilando ovejas

La campaña del esquilado no se limita sólo a Galicia para estos rapadores, sino que una vez que rematan el trabajo en las granjas gallegas se trasladan a otros países para continuar formándose y adquiriendo destreza. Países y regiones como Suiza, Sicilia, Nueva Zelanda, Australia o Escocia son algunos de los destinos en los que continúan trabajando.

Tanto Kevin, que ha estado ya 2 años trabajando como rapador en Nueva Zelanda, como otros compañeros de Rapadores de la Montaña volaran muy positivamente estas experiencias. «Te permite aprender de los mejores. El esquilado de las ovejas es todo un arte, vas incorporando movimientos con los que se facilita el trabajo tanto para  el rapador como para proporcionar mayor confort al animal», detalla.

«El esquilado de las ovejas es todo un arte, vas incorporando movimientos con los que se facilita el trabajo tanto para el rapador como al animal»: Kevin Wuttke Durán, rapador

En países como Nueva Zelanda, la campaña de esquilado se prolonga durante casi 9 meses, aunque en el caso de Kevin, suele estar entre 2 o 3 meses. El rapador apunta que hay una gran diferencia en el trasquilado con respeto a las razas que más abundan en Galicia. «Las oveja de Nueva Zelanda tienen mucha más cantidad de lana, pero de muy buena calidad lo que te permite apurar más en el esquilado», detalla. Para trabajar en el país los rapadores obtienen un visado de trabajo y apuntan que las condiciones laborales son también un aliciente al incluir buenos pagos, alojamiento y manutención.

En Escocia, el trasquilado se concentra en los meses de mayo a agosto y los profesionales también encuentran grandes diferencias. «Por lo general, las ovejas son más nerviosas y, aunque hay muchos cruces de raza, su lana suele ser más larga y semejante al pelo», concreta Kevin.

Las experiencias internacionales les permiten también participar en competiciones de pelado muy populares en otros países junto a otros profesionales y conocer mejor la profesión.

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