La siembra del maíz forrajero en Galicia se adelantó este año alrededor de dos semanas gracias al clima seco y cálido de la primera quincena de abril. En esta campaña se prevé un incremento del cultivo de los ciclos largos, una tendencia que ya viene de hace años, así como de la superficie dedicada a este forraje. Y es que ser lo más autosuficientes posibles en la alimentación del ganado resulta si cabe más determinante para las ganaderías de vacuno en un contexto como el actual de elevados precios de cereales como el maíz o de la soja.
Sin embargo, las siembras de temprano en el maíz no están exentas de riesgos y exigen una mayor profesionalidad, especialmente en el control de las hierbas adventicias. Analizamos con cuatro técnicos como evoluciona la plantación en este inicio de la campaña y sus recomendacions para garantizar un buen desarrollo de la planta en las primeras etapas.
Adrián Cundíns (GANXABAR): “No se deben realizar abonados nitrogenados muy agresivos”
Adrián Cundíns es el gerente de la cooperativa GANXABAR, que agrupa a varias ganaderías de las comarcas coruñesas del Xallas y A Barcala. En estas comarcas este año la siembra se adelantó casi 3 semanas y en el caso de esta cooperativa ya sembraron a comienzos de abril alrededor del 70% de la superficie dedicada a este cultivo. “De las 700 hectáreas que cultivamos a maíz algo más de 450 ya están sembradas y con el maíz nacido”, destaca.
En este caso sembraron un ciclo largo -comenzaron con un 600 y a finales de abril fueron a un 500- que, tal y como destaca, “compensa sobradamente, ya que el sobrecoste en herbicidas se ve recompensado con una mayor producción en cantidad y en calidad que los ciclos largos y los medios o cortos (300-350). En nuestro caso la diferencia es de sobre 10 toneladas por hectárea”.
En cuanto a las recomendaciones para estas siembras tempraneras, Adrián Cundíns aconseja “intentar trabajar con tierra suelta, que no esté pesada o húmeda para que la nascencia del maíz sea buena”, unas condiciones que este año se cumplieron por el tiempo seco de la primera quincena de este mes. Además, en el caso de GANXABAR la siembra es algo más superficial, a entre 3 y 4 centímetros de profundidad, para favorecer que germine antes.
Otro aspecto que destaca “es no realizar abonados muy agresivos de nitrogenados pues con el frío no funcionan muy bien e incluso acaban dañando el maíz”.
Por último, el gerente de GANXABAR aconseja aplicar un herbicida de presiembra, sobre todo en aquellas fincas que suelen ser más húmedas. “Este año separamos las fincas más pesadas e hicimos aplicación en presiembra por el riesgo de que comience a llover la finales de abril o comienzos de mayo y no podamos entrar para aplicar el herbicia. Es un herbicida más caro por hectárea pero te da la seguridad de que vas a tener las malas hierbas controladas durante un par de meses, de forma que cuando tengas que hacer una aplicación en postemergencia puedas entrar sin problema”, destaca.
Pablo Amado (DEKALB): “Recomendamos sembrar el maíz a entre 5 y 6 centímetros porque hay menos pérdidas por ataques de los cuervos”
Pablo Amado, asesor agronómico de DEKALB, corrobora la tendencia de que cada vez se cultiva maíz forrajero de ciclos más largos. “Aunque lo más común sí que siguen siendo los ciclos 300 y 350, actualmente en las siembras tempraneras en Galicia se emplean cada vez más ciclos largos, de 400 y 500, incluso en fincas de un sólo corte de hierba. Y es que hoy se busca cada vez más en el maíz muy buena digestibilidad y la energía, y no almidones tan altos como hace 10 años, y ahí entran muy bien los ciclos 500 hasta el 10 o 15 de mayo, o incluso hasta el 20 en algunas zonas”, explica.
Ademáis de una mayor productividad, Pablo Amado destaca de estas siembras de temprano que “la germinación es mejor porque hay menos problema de rosquilla y también de sequía”.
En cuanto a las limitaciones de temperatura -el maíz precisa una temperatura mínima en el suelo de 10 grados para poder germinar- el técnico de DEKALB considera que cada vez es menos problemática, tanto gracias a los dobles test de germinación a los que se somenten las semillas -uno a temperaturas normales y otro con temperaturas frías-, como al empleo de bioestimulantes, en el caso de su empresa la tecnología Acceleron.
Donde sí incide especialmente es en la profundidad de siembra: “El año pasado vimos mucha diferencia en ataques de cuervos según la profundidad de siembra, por lo que incluso en estas condiciones seguiría recomendando sembrarlo a 5 o 6 cm de profundidad, pues si está más superficial es mucho más fácil a los cuervos sacar la planta”, subraya Pablo Amado.
Jorge Meiriño (Cooperativa AIRA): “En las siembras de temprano es muy importante aplicar un herbicida de preemergencia”
En la zona sur de Lugo de momento se lleva sembrado alrededor de un 15% de la superficie que se dedica al maíz forrajero y estos días están volviendo a retomar los trabajos tras el parón al que obligó las lluvias de la pasada semana.
“Se empezó sembrando sobre el 20 de abril pues las fincas estaban secas y el tiempo era bueno. Seguiremos sembrando hasta el 15 de mayo ciclos 400 y luego vamos acortando los ciclos hasta la primera semana de junio”, afirma Jorge Meiriño, técnico de la cooperativa AIRA.
En cuanto a sus recomendaciones para estas siembras de temprano, incide en que “es importante hacer un tratamiento con herbicidas de preemergencia”. “Los tratamientos de postemergencia hay que fiar mucho en las siembras tempraneras porque si los haces muy pronto vas a tener que repasar después y si los haces muy tarde vas a correr el riesgo de que salga mucha hoja estrecha, que va a parar el cultivo”, añade.
Beatriz Vázquez (RAGT): “Los abonos starter son de gran ayuda en las siembras de temprano”
Beatriz Vázquez González, delegada en la zona Norte de RAGT, considera que en las siembras de temprano del maíz “es interesante emplear abono starter pues las plantas aumentan el vigor de nascencia y consiguen quitar las primeras hojas más rápido”. “Son productos interesantes, incluso en siembras o de temprano, pues se ven diferencias al final del cultivo, gracias a que estos abonos incorporan nutrientes como el fósfoso, que se mueve poco en el suelo y que resulta interesante localizarlo al pie de la semilla”, añade.
Este mayor desarrollo inicial de la planta también resulta interesante para reducir la gravedad de los ataques de los córvidos y también de la rosquilla. “Cuanto antes consigamos una masa radicular y desarrollo foliar importante de la plántula de maiz, mejor”, subraya.