Recomendaciones para sembrar las praderas en un otoño húmedo

El retraso acumulado este año en el ensilado del maíz y las lluvias recurrentes del mes de octubre están dificultando los trabajos para labrar las praderas anuales en la mayoría de comarcas gallegas. Estos son algunos consejos para siembras tardías en tierras mojadas

Efecto do encharcamento invernal prolongado na lagoa de Antela dun cultivo de raigrás hibrido con tres trevos anuais (encarnado, persa e migueliano) en abril. Nótese a pouca presenza de trevos nas zonas mais afectadas onde si se observa raigrás.

Efecto en el mes de abril en la laguna de Antela del encharcamiento invernal prolongado en un cultivo de raigrás híbrido con tres tréboles anuales (encarnado, persa y migueliano). Nótese la poca presencia de tréboles en las zonas más afectadas, donde, al contrario, sí que se observa raigrás

La climatología ha alterado este año los tiempos habituales de los ciclos de cultivo del maíz en Galicia. Las lluvias del mes de mayo retrasaron el momento de labrarlo y las de octubre el de ensilarlo, por lo que muchas explotaciones se meterán a sembrar las praderas en las tierras en pleno mes de noviembre.

Juan Valladares Alonso, tecnólogo del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo, da algunas recomendaciones sobre laboreo, fertilización y elección de variedades, basadas en la información generada por los ensayos de campo llevados a cabo en el propio CIAM.

1. PREPARACIÓN DEL TERRENO

Labor de grada a esquerda e posterior sementeira con combinada de fresa rotativa e sementadora de pratenses nun terreo húmido do CIAM

Labor de grada a la izquierda y posterior siembra con combinada de fresadora rotativa y sembradora de pratenses en un terreno húmedo del CIAM

Después de la cosecha del maíz con maquinaria pesada entrando en las parcelas en condiciones de alta humedad (lluvia) prolongada en el tiempo que estamos padeciendo, se entiende necesario descompactar el terreno a una profundidad de 15-20 cm, donde se van a desarrollar las raíces de las forrajeras de invierno (pradera anual). Para ello, una pasada de grada de discos o dos cruzadas suelen ser suficientes.

La actuación con grada de discos sobre el suelo apenas degrada la materia orgánica ni modifica el perfil del suelo, por lo que se considera una técnica de mínimo laboreo. Se recomienda hacerlo perpendicular a la pendiente del terreno, con el fin de evitar la pérdida de suelo por erosión.

Se debe tener en cuenta que la compactación puede afectar al cultivo del maíz del año siguiente, por lo que sería conveniente, en aquellos terrenos que se han compactado en exceso este otoño, descompactarlos mediante un laboreo profundo (subsolado) antes del cultivo del maíz.

Puede haber un efecto residual del herbicida usado en el maíz sobre las leguminosas, por lo que es recomendable mover la capa superficial del suelo y esperar un tiempo prudencial antes de sembrar

Es importante considerar que, en el caso de utilizar una mezcla de raigrás con leguminosas anuales, es posible que haya un efecto residual del herbicida utilizado en el maíz sobre dichas leguminosas, que tienden a ser sensibles, lo que podría incluso provocar su desaparición en la mezcla. Por lo tanto, en este caso, se debe realizar un buen laboreo de la capa superficial del suelo, como el indicado paso de grada, y esperar un tiempo prudencial antes de la siembra. A día de hoy, aún no se han realizado estudios concluyentes sobre los efectos residuales de las materias activas de los herbicidas utilizados en el maíz sobre las leguminosas forrajeras anuales, por lo que la experiencia en campo por parte de los agricultores es la mejor indicación de cómo actuar.

2. FERTILIZACIÓN

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La fertilización dependerá del cultivo de invierno. Si se va a emplear raigrás, es conveniente un aporte de nitrógeno como abonado de fondo del orden de 50 kg N/ha, pero si se van a emplear mezclas de raigrás con leguminosas anuales, el aporte podría ser nulo o, en todo caso, no debería superar los 25 kg N/ha para no afectar a la simbiosis con el rizobium.

Si se siembran mezclas de raigrás con leguminosas, el aporte de nitrógeno no debe superar los 25 kg por hectárea

En ambos cultivos se puede aplicar el nitrógeno en forma de purín, dependiendo de la riqueza que este tenga. A tal efecto, cabe recordar que en la página web del CIAM está disponible la aplicación RAX, que puede ayudarnos a determinar la dosis de purín a aplicar.

Posteriormente, en cobertera, cuando las temperaturas aumenten tras el invierno, se puede aplicar otra dosis de nitrógeno. En este punto, es importante señalar que en diversos ensayos llevados a cabo por el CIAM, comparando niveles de fertilización nitrogenada de cobertera (hasta 100 kg N/ha) en dos cultivos de raigrás con y sin leguminosas anuales sembrados en otoño, se concluye que el abonado de cobertera de 50 kg N/ha en mezclas de leguminosas con raigrás provoca un rendimiento en materia seca al momento de la cosecha similar al de fertilizar con 100 kg N/ha en raigrás, siempre que el cultivo de raigrás con leguminosas anuales presente en su composición botánica al momento de la cosecha alrededor de un 50% de estas, sin variar su composición proteica (obviamente mayor en la mezcla de raigrás con leguminosas anuales) ni la digestibilidad de la materia orgánica.

Si se va a fertilizar con purín, se recomienda aplicarlo inmediatamente antes de hacer los pases de grada para evitar las pérdidas de nitrógeno por volatilización

Si se va a fertilizar con purín como fondo, se recomienda aplicarlo inmediatamente antes de hacer los pases de grada para evitar las pérdidas de nitrógeno por volatilización (la eficiencia media del nitrógeno es del 80-90% dependiendo de si las condiciones de aplicación son malas u óptimas). Si se entierra antes de 4 horas, la eficiencia pasa a ser del 70-80%, y si se hace el mismo día, pasa a ser del 60-70%. Cabe recordar que, en el caso de parcelas con fuerte pendiente y con previsión de alta precipitación, dado que el terreno está desnudo, el Código de Buenas Prácticas Agrarias recomienda no aplicar purín para evitar pérdidas por escorrentía.

3. FECHA DE SIEMBRA

variedades de trevos forraxeiros anuais empregados en mesturas con raigras3.1. Comparación de raigrás con y sin leguminosas anuales

Este es un punto importante a tener en cuenta. Nuevamente se considera, por ser lo más habitual en el agro gallego, el uso de raigrás con y sin leguminosas. En un ensayo desarrollado en el CIAM en 2014-2015, se comparó el rendimiento de raigrás italiano alternativo (tipo Westerwold) con una mezcla de raigrás híbrido con tres tréboles anuales (encarnado, migueliano y persa) en dos fechas de siembra con un mes de diferencia (20 de octubre y 20 de noviembre).

Fueron cosechadas en el momento del encañado para el raigrás (se le dio un corte de limpieza en marzo) y floración en el caso de la mezcla de raigrás con leguminosas, para un año con una precipitación en octubre de 53 mm (más baja que la del mes de octubre de 2024, ya que hasta el día 21 de este mes han caído 225 mm) y en noviembre de 219 mm, pero que nos da indicaciones del comportamiento de estos dos cultivos forrajeros.

Las siembras de raigrás en octubre frente a noviembre mejoran un 8% el rendimiento en materia seca y energía, sin verse afectadas significativamente la proteína y la digestibilidad

Se observó que la siembra en octubre frente a noviembre mejoró en un 8% el rendimiento en materia seca (6,7 vs 6,2 t MS/ha) y energía (6.196 vs 5.782 UFL/ha), sin verse afectado significativamente el rendimiento en proteína bruta (625 vs 585 kg PB/ha), aunque su contenido mejoró en un 23% (10,2 vs 8,3%), y tampoco se vio afectada significativamente la digestibilidad de la materia orgánica (77,8 vs 78,2%).

Cuando se analizó el comportamiento de los dos cultivos en ambas fechas, el mayor rendimiento en materia seca y energía lo obtuvo el raigrás híbrido con tres tréboles (7,7 t MS/ha y 6.915 UFL/ha respectivamente) en la siembra de octubre, mientras que el mayor rendimiento de raigrás italiano Westerwold resultó en noviembre con 6,3 t MS/ha y 6.148 UFL/ha respectivamente, pero sin diferenciarse significativamente de lo obtenido en la mezcla de raigrás híbrido con tres tréboles anuales. El rendimiento proteico de los cultivos no se vio afectado significativamente por la fecha, siendo casi tres veces superior en la mezcla de raigrás híbrido con tres tréboles anuales. Tampoco se vio afectada la digestibilidad de la materia orgánica, aunque resultó entre 4 y 6 puntos porcentuales más alta en el raigrás italiano Westerwold.

3.2. Comportamiento productivo de tréboles anuales sembrados entre septiembre y diciembre

producion de materia seca do trevo en funcion da epoca de sementeira

Cuando se analiza el comportamiento de diversos tréboles anuales (trébol encarnado, trébol migueliano, trébol persa resupinatum, trébol suaveolens y trébol vesiculoso) sembrados en cuatro fechas (siembra el 15 de septiembre y posteriormente cada mes hasta el 15 de diciembre) y cosechados en el momento de plena floración, se observó cómo el índice productivo (la producción por hectárea medida como índice relativo de producción respecto de la obtenida a mediados de septiembre) fue similar estadísticamente hasta la siembra de mediados de diciembre (IRP=1), cuando baja a algo más de un tercio (IRP=0,37), manteniéndose la digestibilidad de la materia orgánica sobre todo en las tres últimas fechas entre el 73,9 y el 75,6%.

La mayoría de tréboles incrementan su rendimiento sembrados a mediados de octubre frente al mes de septiembre

En la figura 1 se muestra el comportamiento de los cinco tréboles analizados, donde se observa cómo en la siembra de mediados de octubre se ven favorecidos respecto a la de septiembre el trébol encarnado, que incrementa su rendimiento alrededor de un 10%, y los tréboles persa y suaveolens, que lo incrementan en un 50%. Mientras que en la siembra de noviembre, solo el trébol suaveolens aumenta su rendimiento otro 50%, manteniendo el trébol encarnado y el trébol persa el rendimiento de mediados de septiembre, y los demás por debajo de ese rendimiento. En las siembras de mediados de diciembre, todos los tréboles se mantuvieron por debajo del rendimiento de septiembre, rondando en general una caída del 50%.

3.3. Comportamiento productivo de tréboles anuales sembrados en el período de otoño e invierno

El comportamiento productivo expresado en materia seca por hectárea en el momento de la plena floración de seis tréboles anuales sembrados en otoño (meses de septiembre a noviembre) fue comparado con el sembrado en invierno (diciembre, febrero, marzo y abril) en un ensayo llevado a cabo en el CIAM, observándose que en el período de otoño el rendimiento fue de 7,8 t MS/ha, sin diferencias significativas entre meses, mientras que el obtenido en invierno fue un 53% inferior (3,7 t MS/ha), también sin diferencias significativas a excepción del rendimiento de la siembra del mes de febrero, que resultó ligeramente superior (5,8 t MS/ha).

Los tréboles sembrados en invierno tienen un comportamiento productivo un 53% inferior a los sembrados en otoño

La fecha de plena floración ocurrió en la primera quincena de mayo, sin variaciones significativas para las especies sembradas en otoño, mientras que las sembradas en invierno florecieron entre finales de mayo y mediados de julio con diferencias significativas. Así, las sembradas en diciembre florecieron a finales de mayo, las sembradas en febrero el 15 de junio y las sembradas en marzo y abril el 2 y el 11 de julio, respectivamente.

3.4. Comportamiento de leguminosas anuales frente a encharcamiento y temperatura

resistencia a encharcamento de leguminosas

En la tabla 1, basada en la bibliografía, se muestra el comportamiento de diversas leguminosas anuales frente al encharcamiento y temperatura en su etapa de crecimiento, observándose cómo el trébol vesiculoso, trébol esquarroso, la veza villosa y los altramuces no soportan el encharcamiento, mientras que el trébol suaveolens lo soporta, pero no de forma prolongada. En cuanto al frío, no es soportado por el trébol suaveolens, vesiculoso y alejandrino, junto con la serradela rosa, así como el altramuz tremosillo y azul.

3.5. Diferencias de implantación de los diversos raigrases

rendemento en materia seca e dixestibilidade do raigras sementado en outubro dependendo do momento de ensiladoRespecto al raigrás, en un ensayo realizado en el CIAM (figura 2), comparando la evolución de dos raigrases italianos alternativos (A), dos no alternativos (NA) y dos híbridos (H), se comprobó que sembrados en la misma fecha de otoño el rendimiento en materia seca a principios de marzo ya era superior en los raigrases alternativos, mientras que en los no alternativos y en los híbridos fue inferior, en ese orden. Esto indica que la implantación y el crecimiento fueron más rápidos en los raigrases alternativos, mientras que los híbridos fueron los que se implantaron y crecieron más lentamente. En contrapartida, el contenido proteico y la digestibilidad funcionaron de manera inversa, siendo más altos en el raigrás híbrido y más bajos en el alternativo.

4. SIEMBRA

Una vez preparado el terreno, se puede proceder a la siembra, procurando realizarla con maquinaria poco pesada, lo cual es habitual en muchas explotaciones gallegas, donde las siembras se realizan con una sembradora de pratenses en línea acoplada a una fresa de giro horizontal o vertical, que en una sola pasada realiza el refinado de la capa de siembra, el alisado y ligero compactado, la siembra y el tapado de la semilla. Otras opciones de siembra con maquinaria más pesada compactarían el terreno y dificultarían la emergencia de la pradera anual.

5. LABORES CULTURALES

El pase de rodillo posterior (preferiblemente mediante rodillo acanalado y flotante) siempre es recomendable después de la siembra, y en el caso de emplear mezclas con leguminosas anuales es obligatorio. Debe realizarse inmediatamente después de la siembra para conseguir un íntimo contacto de la semilla con el suelo, asegurando la emergencia y evitando la posterior contaminación por tierra y piedras cuando se lleva a cabo el ensilado.

Las leguminosas anuales no soportan el paso de rodillo una vez emergidas

En general, las leguminosas anuales no soportan el paso de rodillo una vez emergidas, por lo que debemos evitar esta práctica, procurando hacerla justo después de la siembra.

Principales conclusiones: 

  • Usar maquinaria ligera en las labores de preparación del terreno y siembra.
  • Labrar en sentido perpendicular a la pendiente del terreno.
  • En base al rendimiento de materia seca, proteína y energía, en octubre y noviembre se recomiendan como más adecuadas las mezclas de raigrás con leguminosas anuales o raigrás italiano solo, mientras que en diciembre se aconseja sembrar raigrás italiano.
  • En las siembras de noviembre con tréboles anuales, deberían emplearse mezclas variadas de especies, incluyendo al menos trébol suaveolens, trébol persa y trébol encarnado.
  • Usar las leguminosas forrajeras anuales según su adaptación a las condiciones climáticas.
  • Si se busca un establecimiento rápido, el raigrás alternativo es una buena opción, aunque tiene menor calidad que el no alternativo y el híbrido.
  • Las siembras de leguminosas de septiembre a noviembre alcanzan la plena floración antes de mediados de mayo, lo que permite cosechar con alto rendimiento en la segunda quincena de abril, a tiempo para rotar con maíz. Esto no ocurre con las siembras realizadas de diciembre a abril, donde el aprovechamiento para forraje, además de obtener un rendimiento en materia seca mediocre, no permitiría la rotación con maíz.

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