El amor que siente Iván Marino por la agricultura viene de muy lejos. Su abuela, Regina Castro, fue una de las agricultoras fundadoras de Horsal Cooperativa Gallega. Esta agrupación fue creada a finales de 1985 por 16 agricultores y agricultoras visionarios que apostaron por sacar adelante un proyecto ilusionante con pocos medios, pero con mucho tesón. Querían dignificar la horticultura como medio de vida y, buscando en la asociación bajo la fórmula cooperativa, un medio para desarrollar económica y socialmente la comarca del Salnés. Ahora, casi cuarenta años después, pueden asegurar con orgullo que lo han conseguido.
Este agricultor, uno de los más jóvenes de la comarca, no sólo heredó parte de la infraestructura que históricamente venía trabajando su abuela. También heredó la pasión por el campo y lo que es más importante, la sabiduría de toda una vida dedicada la agricultura. «Los recuerdos de mi abuela están muy vinculados al campo, pero en aquel momento las cosas eran muy diferentes. Imagina que regaban a pie, algo que para nosotros ya es inconcebible. Trabajaban a destajo, de sol a sol. Cuando era época de cosecha, también trabajaban por las noches encajando todas las hortalizas que habían cogido por el día y que tenían que ir a vender a la mañana siguiente», explica Marino haciendo un repaso por toda la transmisión de conocimiento que absorbió en la casa.
Aunque, en un principio, Iván se iba a dedicar al sector de los montajes y automatismos, al poco tiempo de estar trabajando, se enteró de que en el campo tenía una oportunidad laboral que le satisfacía mucho más y en la que era más feliz: «Luego tenía que trabajar muchos días fuera de casa sin ver a la familia y a los amigos. Ahora como todos los días en mi casa y gobierno mi vida. Distribuyo mi tiempo de trabajo como quiero sin que nadie esté detrás de mí ni me meta prisa. Desde luego animo a la gente joven a que, se tiene la oportunidad, lo intente», explica con pasión.
A día de hoy, Iván trabaja alrededor de tres hectáreas de terreno. Una mitad al aire libre y, a otra, en invernaderos. Su producción se centra en la lechuga, en los pimientos de Padrón y grelos. Además, a través de Horsal, abastecen a grandes cadenas de distribución como Vegalsa, Mercadona, Lidl o Día. «Estar asociado a Horsal me suponen grandes beneficios como agricultor. Por una parte la tranquilidad de la venta y distribución y, por la otra, el asesoramiento técnico que recibimos en todas las fases del cultivo», añade Iván Marino.
Iván Marino acompañado por el presidente de Horsal Cooperativa Gallega
Con todo, a pesar de estar asociado con otros muchos agricultores de la comarca, hay ciertas guerras de precios en las que les resulta muy complejo competir. Una de ellas es la del pimiento de Padrón: «En los precios vamos muy ajustados, especialmente por las competencias internacionales. Estamos asistiendo a una ocupación del mercado del pimiento por producciones de países como Marruecos de especies similares a las nuestras en aspecto y que están empezando a sustituirnos en la hostelería. Pero sólo se parecen en aspecto. Ninguno pica y además el sabor es mucho más suave. Lo que pasa es que sus precios están por el suelo y, al final, hay muchos bares y restaurantes que sólo miran eso y nosotros salimos muy perxudicados», termina.