Resultados “prometedores” para reducir el uso de cobre en viticultura

El proyecto  Coppereplace fue desarrollado durante más de dos años por 13 socios de Francia, Portugal y España y en él participó el  Área de Edafología y Química Agrícola de la Universidad de Vigo

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Resultados “prometedores” para reducir el uso de cobre en viticultura

Durante algo más de dos años, 13 socios de Francia, Portugal y España, entre los que estuvo un equipo de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Vigo, desarrollaron el proyecto Coppereplace, centrado en la búsqueda de alternativas para reducir el uso de cobre como fungicida en viticultura y su impacto ambiental. La iniciativa, destacan desde su organización, cierra ahora su actividad «con resultados prometedores» y marcando «un antes y un después» en este reto «esencial» para los viñedos europeos. Así, subrayan, se consiguió «un gran acercamiento a soluciones integradas y sostenibles por medio de métodos de producción respetuosos con el medio ambiente».

1,6 millones de presupuesto

La Plataforma Tecnológica del Vino lideró este proyecto, que arrancó en noviembre de 2020 y en el que participaron además de la Universidad de Vigo la Associaçao para o Desenvolvimento da Viticultura Duriense, el Institut Français de la Vigne et du Vine, el Centro de Valorización Ambiental del Norte, a Universitat Politècnica de Catalunya, el Vignerons Bio Nouvelle Aquitaine, a Fundació Eurecat, la Universidade de Oporto, así como las bodegas Familia Torres, Jean Leon, Sogrape Vinhos y LBS (Gerard Bertrand).

Además, el consorcio contó con el apoyo técnico de la consultora Artica Ingeniería e Innovación (artica+i). Por parte de la UVigo participó el área de Edafología y Química Agrícola, del Grupo de Investigación Planta, Suelo y Aprovechamiento de Subprodutos BV1, con sede en la Facultad de Ciencias del campus de Ourense, siendo David Fernández Calviño su investigador principal en Coppereplace.

El proyecto, cuyo título completo fue «Desarrollo e implementación integral de nuevas tecnologías, productos y estrategias para reducir la aplicación de cobre en viñedos y remediar suelos contaminados en la región Sudoe», contó con un presupuesto de 1,6 millones de euros, recibiendo una financiación de casi 1,17 millones de euros por parte del Programa de Cooperación Territorial Europa Suroccidental (Interreg Sudoe), a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).

Como cierre de su actividad, los socios de Coppereplace se reunieron el pasado 22 de febrero en Vilafranca del Penedés, en el Vinseum. En la cita, cada uno de los seis grupos de trabajos del proyecto presentó sus resultados para, a continuación, dar lugar a un espacio de debate en el que se abordó la posible continuidad del proyecto, su relevancia a nivel internacional y algunos aspectos normativos estratégicos para afrontar el futuro del uso del cobre en viticultura.

Menor pH, mayor riesgo de daños ambientales

Entre estos seis grupos de trabajo, el equipo de la Universidad de Vigo fue responsable del grupo centrado en la identificación de suelos vulnerables a la contaminación por cobre, analizando en total diez suelos diferentes en función de su pH y contenido en materia orgánica. Este trabajo se enmarcó y dio continuidad a la línea de investigación del área de Edafología y Química Agrícola de la UVigo centrada en los impactos de la aplicación de fungicidas de base cúprica sobre la calidad de los suelos de viñedo.

Entre los resultados conseguidos en Coppereplace, David Fernández Calviño subraya que se identificó «que la vulnerabilidad de los suelos de viñedo a la contaminación por cobre es mayor cuanto menor es el pH del suelo».

También destaca entre las conclusiones del trabajo realizado desde la UVigo que «por encima de pH 7, los efectos del cobre sobre la biota del suelo se redujeron significativamente» y que «los riesgos de que el cobre acumulado en los suelos de viñedo cause impactos sobre los organismos del suelo o que contamine las aguas del entorno de los viñedos es mucho mayor en suelos ácidos que en los neutros y alcalinos».

La investigación desarrollada desde el Campus de Ourense-Campus Agua también permitió concluir que «el uso de bioadsorbentes que incrementen el pH y contenido en carbono del suelo, pueden ayudar a reducir los impactos del cobre sobre la biota del suelo».

Más resultados

Entre los resultados más relevantes de los demás grupos de trabajo de Coppereplace, estuvo la presentación de productos potencialmente alternativos al cobre y una guía para su implementación sostenible o el desarrollo de una nueva patente que «permitirá una mejor disposición y retención en la superficie de las plantas».

Concretamente, Caroline Gouttesoulard, investigadora en protección de la vid del Institut Français de la Vigne et du Vine, presentó en la jornada de cierre los ensayos técnicos realizados en campo y laboratorio para evaluar productos alternativos al cobre como agente de control de las enfermedades de la vid. Así, indicó que algunos de los productos que mejor respondieron fueron planteamientos alternativos al cobre, como el gluconato de cobre (Glucosei) y el sulfato tribásico (Vicure) y reflexionó sobre la necesidad de continuar con este proyecto para comparar y tener «datos más sólidos».

Por su parte, la Universitat Politècnica de Catalunya, representada en la jornada de cierre por el catedrático Emilio Gil, lideró la actividad técnica centrada en la optimización de la distribución en spray de fitosanitarios concluyendo que el empleo de tecnologías innovadoras conjuntas (como el uso de mapas de vigor NDVI y las dosis variables según el desarrollo vegetativo de la planta o el empleo de microcápsulas), pueden ayudar a ahorrar producto (un 25%) y agua (un 20%) en las aplicaciones para lo mismo nivel de control, traduciéndose «en un beneficio económico y ambiental».

Antonio Graça, director de I+D+i de Sogrape Vinhos SANA, presentó el trabajo realizado en desarrollo e implantación de un sistema de gestión integrada con dosis bajas o nulas de cobre, adaptado a las condiciones de cada cultivo. Así, señaló que, aunque el cobre sigue siendo esencial para la protección de la vid, puede ser posible reducir sus dosis y que el gluconato de cobre en asociación con aceite esencial de naranja mostró resultados prometedores en situaciones de presión moderada de mildiu (resultados que, dijo, no pueden extenderse a todos los escenarios climáticos, reforzando la importancia del contexto a la hora de definir una estrategia de protección fitosanitaria).

Del mismo modo, Cátia Santos, responsable de él árela de economía circular de la Associaçao para o Desenvolvimento da Viticultura Duriense, explicó las actividades de evaluación del impacto económico, ambiental y social de las nuevas técnicas de reducción del cobre en los viñedos realizadas en Coppereplace. Las encuestas hechas, indicó, concluyen que «con las nuevas tecnologías aplicadas se observa una optimización de la aplicación, menos pérdida de producto y menos contaminación», añadiendo que la reducción del cobre se observó hasta en un 40% y podría llegar a un 60% con técnicas de precisión.

Por último, Mario de la Fuente, gerente de la Plataforma Tecnológica del Vino, puso en valor la red de conocimiento creada alrededor de esta iniciativa dentro del sexto paquete de trabajo y de la que forman parte 26 entidades de carácter técnico y político de los tres países participantes.

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