«Ribeira Sacra debe centrarse en vinos jóvenes de Mencía, el resto son experimentos»

Entrevista a José Manuel Rodríguez, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribeira Sacra. Recuerda que "a nadie en Borgoña o en Champaña se le ocurre plantar Mencía, sin embargo en Galicia te acusan de retrógrado si defiendes mantenerse fiel a la tradición".

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«Ribeira Sacra debe centrarse en vinos jóvenes de Mencía, el resto son experimentos»

José Manuel Rodríguez, presidente de la DO Ribeira Sacra

José Manuel Rodríguez forma parte de la historia viva de la Denominación de Origen Ribeira Sacra, impulsando su reconocimiento desde el año 1991. Reparte su tiempo entre la presidencia del Consejo Regulador y su modo de vida, unas 2,5 hectáreas de viñedo en la subzona del Amandi, que posiblemente ya cultivaban los romanos.

Apasionado por su tierra y por su modo de vida, recuerda que «en la Ribeira Sacra la viticultura permite mantener un paisaje excepcional y fijar población en lo rural».

¿Cuáles son las previsiones de la vendimia de este año?
En el conjunto de la Denominación la uva está sana y en muy buen estado y si todo va bien en las próximas semanas podríamos superar los cerca de 5 millones de kilos de uva del pasado año hasta llegar a los 6 millones.

La metereología fue muy buena hasta ahora, lo que redujo mucho los problemas fitosanitarios. En la subzona del Bibei sí que hubo problemas con el granizo, que afectó gravemente a algunos viñedos.

¿Cómo se está comportando el mercado con los vinos de la Ribeira Sacra?
Volvemos a aumentar las ventas alrededor de un 10% este año, después del estancamiento de los años de la crisis. El mercado exterior también está creciendo y estamos recibiendo cada vez más visitas de importadores y prescriptores. El objetivo es que el vino se venda cada vez a un mejor precio.

¿Cuál fue la clave de este éxito?
El sector en su conjunto fue capaz de no entrar en las modas y ser fieles a la personalidad del vino de la Ribeira Sacra: un vino tinto, joven y agradable de beber.

La unidad del sector y ser fieles y serios en una estrategia y en una línea de trabajo pienso que fue la clave para que nuestros vinos estén bien posicionados en el mercado.

¿Cuáles son vuestros mercados prioritarios?
Preferentemente el mercado gallego y después el mercado español, sobre todo de Madrid para arriba. Y luego el mercado de la Unión Europea y de los Estados Unidos y los mercados emergentes.

¿Qué objetivos os planteais para los próximos años?
El reto prioritario es mantener la rentabilidad, porque cultivar vino en estas laderas de la Ribera Sacra tiene unos altos costes de producción y el precio de venta del vino tiene que hacer rentable el cultivo. Casi todo se tiene que hacer a mano y eso aumenta los costes de producción.

Al viticultor y al adegueiro tiene que serles rentable la viticultura en la Ribiera Sacra para poder continuar.

¿Como veis la nueva normativa de derechos de plantación?
Pienso que no deja mucho margen en las zonas de Denominación de Origen y no permite que crezcan las plantaciones sin control porque, de ser así, se pondría en peligro la rentabilidad. En este sentido, me parece positiva al no permitir la liberalización de los derechos de plantación de viñedo, por lo menos hasta el año 2030.

«Puede ampliarse la DO a los ayuntamientos de Coles, Pereiro de Aguiar y Negueira de Muñiz»

¿Cómo afrontáis el reto de una viticultura cada vez más sostenible y con menos fitosanitarios?
La viticultura en la Ribera Sacra estaría dentro de la agricultura integrada, cerca de la viticultura ecológica. Todo lo que sea reducir tratamientos fitosanitarios me parece bien pero pienso que los legisladores deberían estar más en contacto con el sector.

Por ejemplo, desde la Comisión Europea se prohibieron los productos contra la armillaria, pero ahora resulta que hay fuertes ataques de yesca y de armillaria y tenemos muchos problemas para combatirlos. Al mismo tiempo, la Unión Europea permite la importación de vinos de otros países en los que esos mismos productos sí que están autorizados.

Lo mismo sucede con el azufre, que era utilizado desde la época de los romanos y que ahora está muy limitado.

Vendima na Ribeira Sacra

Vendima na Ribeira Sacra

¿Hay posibilidades de ampliación de la DO RibeIra Sacra a otras zonas de Lugo y de Ourense?
Ahora mismo sería posible si esas zonas cumplen las mismas condiciones que la Ribeira Sacra, pero a partir del 1 de enero de 2016 sería muy difícil porque aumentarán las exigencias por parte de la Comisión Europea.

Aun así, dentro de la OCM deja lugar para ampliar el 1% de superficie en denominaciones en fuerte pendiente.

La DO empezó abarcando a 11 ayuntamientos y hoy somos 20 ayuntamientos. Hay viñedos de los ayuntamientos orensanos de Coles y de Pereiro de Aguiar, y otra zona en la zona en Lugo, en Negueira de Muñiz, en las laderas del Río Navia, que podrían entrar en Ribeira Sacra. Pero tiene que haber una solicitud de esos territorios y ser aprobada por el Pleno del Consejo Regulador.

¿Cómo os está afectando en la Ribeira Sacra a los ataques al viñedo de la fauna salvaje?
Nos están afectando mucho porque la población de corzo y de jabalí está descontrolada, sin depredadores naturales que mantengan un equilibrio. Tiene que haber, por lo tanto, una regulación para reducir su población.

Sobre todo en las partes altas de la Ribeira Sacra estamos teniendo unos destrozos enormes en las viñas por parte de los corzos, ya que comen todos los brotes. Además, está eliminando muchos árboles jóvenes lo que provocará problemas de erosión.

¿Cuál es la clave para que haya relevo generacional en la viticultura?
Está incorporándose gente joven tanto como viticultores como como trabajadores en los viñedos de las bodegas. La clave está en que la viticultura sea rentable en la Ribeira Sacra; si es así, la gente joven se incorporará a este medio de vida.

Para la gente interesada que no tenga tierras aquí, hay mucha gente mayor que ya no puede trabajar las viñas y que las cede o las alquila a quien las quiera trabajar.

«Las grandes denominaciones del mundo tienen una o dos variedades que las identifican»

¿Hay posibilidad de introducir nuevas variedades de vid?
El Mencía supone más del 85% del vino de la Ribeira Sacra. Es la variedad que nos diferencia. Después hay experiencias con Brancellao, Caíño, Albarello o Garnacha, que son positivas, pero minoritarias.

De todas formas, las grandes Denominaciones de Origen del mundo se caracterizan por tener dos o tres variedades de vid, y a veces solo una que las identifica. La identidad de una DO se marca porque hay una línea a lo largo del tiempo.

A nadie en la Borgoña o en la Champaña se le ocurre hacer experiencias con Mencía o con nuevas variedades, y aquí parece que eres un retrógado si te mantienes fiel a la tradición y a la identidad de la DO: vinos tintos, jóvenes y afroitados, que es el que nos demanda el mercado y sustenta el 99% de la DO.

¿Debe irse a una diferenciación de la calidad y del origen de los vinos dentro de una misma Denominación de Origen?
Pienso que hay que caminar hacia una diferenciación de pendientes y de laderas. El Consejo Regulador establece un límite en la Ribeira Sacra de 9.500 kilos por hectárea, pero hay pendientes muy acusadas en las que no producen más de 6.000 kilos.

 «En la etiqueta y en el precio de la uva deben diferenciarse los distintos tipos de laderas»

Eso debe diferenciarse en la etiqueta y también en el precio de la uva, porque es positivo para toda la DO que se mantenga el cultivo del vino en las laderas de más pendiente, las más difíciles de trabajar y de menor rendimiento, pero que son la postal y la imagen de la Ribeira Sacra.

Hay ya una propuesta para caminar en ese sentido pero debe ser aprobada por el Consejo Regulador.

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