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Laura con su madre, Maricarmen, en la nave de producción de la explotación
Cuatro de cada diez incorporaciones de jóvenes a la actividad agroganadera producidas el año pasado en Galicia tuvieron lugar en la provincia de Lugo pero casi todas están protagonizadas por chicos. Las mujeres son minoría en las estadísticas pero su trabajo es cada vez más importante en las explotaciones. Hablamos con Laura Vázquez que con 32 años dirige junto a sus padres San Martiño SL, una ganadería de leche ubicada en la parroquia de Vedro.
Con 450 cabezas totales y 235 vacas en producción San Martiño es una de las ganaderías más grandes de Portomarín. Entregan unos 8.500 litros diarios de leche, pero su intención es seguir creciendo. «La idea no es parar aquí, queremos seguir aumentando poco a poco», cuenta Laura.
Laura es hija única, por lo que el relevo en la granja pasa por ella cuando sus padres se jubilen dentro de 10 años. Su incorporación a la explotación fue un proceso natural. «Siempre me gustó el trabajo con los animales y es una alternativa laboral que ya tienes en casa. Empecé a estudiar una ingeniería, pero no la finalicé porque ves el trabajo en casa y te acabas centrando en eso, sobre todo cuando es algo que te gusta. Así que dejé la universidad y opté por hacer el curso de incorporación en Monforte para seguir con la granja», explica.
Tres décadas de crecimiento sostenido
La última ampliación fue hecha en el año 2017
A sus 32 años Laura dirige junto a sus padres, Antonio y Maricarmen, esta ganadería que había iniciado los padres de Antonio. «En el año 87 mis padres se casaron y vinieron para aquí. Eran los dos muy jóvenes, mi madre tenía 22 años y mi padre 23. Mis abuelos tenían ya entonces aquí 20 vacas de leche y granja de cerdos, que se fue dejando al ir aumentando a las vacas», cuenta.
«En el año 88 se construyó un establo nuevo para 50 vacas pero enseguida quedó pequeño y fuimos ampliando, así casi todos los años prácticamente. Teníamos 80.000 litros de cuota y fuimos comprando mucha», recuerda su madre.
Laura, que nació el mismo año que se construyó aquella nave para 50 vacas, se incorporó hace ahora tres años y fue entonces cuando constituyeron la SL. Fue también en ese momento, en el 2017, cuando hicieron la última ampliación. «Hicimos más camas y sacamos las parideras y las terneras para fuera de la nave de producción para hacer sitio», cuentan.
15 años sin entrar ganado de fuera de la explotación
Un antiguo silo adaptado para la recría. Disponen de 165 animales entre becerras y novillas, lo que les garantiza reemplazo suficiente para cubrir las necesidades de la ganadería e les permite ir creciendo año a año
Aunque sus padres sigan dirigiendo la granja, el futuro de la explotación está ya en buena medida en las manos de Laura, ya que son ella y su madre las que se encargan de sacar adelante a las terneras pequeñas, fundamentales para que el número de cabezas y de vacas en producción siga aumentando sin tener que recurrir a la compra de animales.
El año pasado instalaron una amamantadora para reducir mano de obra en las terneras pequeñas
A pesar de que el crecimiento ha sido notable y el crecimiento continuo en los últimos años, San Martiño lleva 15 años sin meter ganado de fuera en la explotación. «Llevamos 15 años sin comprar vacas, las últimas habían venido de Alemania. Criamos todo y nos sobra la recría que tenemos. En este momento tenemos 165 animales entre terneras y novillas», indica Laura.
Las terneras están hasta los 6 meses en las instalaciones de San Martiño, donde tienen la amamantadora y hacen el destete, y luego pasan a las de Castrolázaro para completar el proceso de recría e inseminación
Como en muchas otras ganaderías de leche a medida que van aumentando su tamaño, en esta explotación la recría precisa cada vez más espacio y roba más horas de trabajo, por lo que el año pasado optaron por la instalación de una amamantadora.
«Llevamos un año con ella y estamos contentos, solo tuvimos una baja en estos doce meses y no fue de diarrea ni de y neumonía ni de ninguna enfermedad de ese tipo, fue algo súbito. No notamos cambio en cuanto al crecimiento de las terneras, porque antes ya poníamos mucho énfasis en su alimentación, pero ahora además de verlas bonitas las ves en libertad, antes estaban en boxes individuales en la cuadra vieja pero tenían menos espacio», explica.
Las terneras entran en la amamantadora con entre 7 y 10 días de vida y echan un mínimo de 68 días mamando en la máquina nodriza hasta que son destetadas
Las terneras entran en la amamantadora con entre 7 y 10 días de vida y echan 68 días mamando en la máquina. «Si vemos que hay alguna pequeña aún le prolongamos algún día más», dice. Además de este nuevo espacio habilitado para la nodriza de la marca Delaval, usan también para la recría dos silos antiguos que adaptaron para tener el lote de destete y la cuadra vieja que tenían ya sus abuelos, donde los animales ya destetados tienen opción de salir a un patio de recreo.
Recría repartida en distintas naves alquiladas
Lote de las novillas preñadas, en uno de los establos alquilados en Castrolázaro
La nave de producción está en el lugar de San Martiño, el mismo que pone nombre a la explotación, donde también tienen a las vacas secas y a las terneras pequeñas, pero a medida que el número de cabezas iba creciendo estas instalaciones les han ido quedando pequeñas, por lo que cuentan en la actualidad además con dos naves alquiladas en Castrolázaro, en la misma parroquia de Vedro, para completar el proceso de recría.
«Eran de vecinos que han ido cerrando al jubilarse. Las terneras salen de aquí con 6 meses y van para una de estas naves que tenemos alquiladas, donde están hasta los 13 o 14 meses. Después las cambiamos para la otra de las naves, que es donde está el segundo lote. Allí es donde se hace la inseminación y están hasta que se aproximan al parto. Vuelven para San Martiño un mes o 20 días antes de parir», explica Laura.
La recría la tenemos en tres emplazamientos distintos pero están cerca entre sí, las cambiamos andando de una cuadra para la otra
El hecho de que las distintas instalaciones, tanto el establo de producción como las naves alquiladas de recría, se encuentren próximas entre sí, en un radio de un kilómetro de distancia, les permite mover el ganado a pie entre unos lotes y los otros, sin necesidad de transporte. «La recría la tenemos repartida pero está cerca, las cambiamos andando de una cuadra para la otra», cuenta.
Entregan a Inleit desde esta primavera
La mayor parte de las novillas son inseminadas con frisón, al igual que las vacas, pero desde hace un año están cruzando con montbeliard algunos de los animales, siguiendo el método Procross y esperan para final de este año el nacimiento de las primeras crías híbridas. «Para poder implantar los cruces primero tuve que convencer a mi padre de las ventajas. Yo entiendo que son muchos años inseminando con frisón y cuesta decidirse a hacer algo diferente, pero es cuestión de probar», admite Laura.
«Producimos un promedio diario de 36 litros por vaca y en las calidades siempre estamos bien», asegura. Se mueven en medias de 3,85% de grasa y 3,33% de proteína y Laura espera que la introducción de los cruces con montbeliard y rojo sueco sirva también para incrementar estos parámetros, que son interesantes para la empresa a la que entregan su producción.
Desde hace un año están inseminando algunos animales con montbeliard, siguiendo el método Procross de cruzamiento
San Martiño SL es una de las 200 explotaciones a las que recoge Inleit, la planta instalada en el polígono industrial de Teixeiro dedicada a la elaboración de derivados lácteos para nutrición, bebidas energéticas para deportistas, alimentación infantil o la industria farmacéutica, y que decidió instalarse en Galicia tanto por la disponibilidad de materia prima como por el mayor porcentaje de sólidos de la leche producida en nuestra comunidad.
Finca para las secas y el preparto
Igual que los distintos lotes de recría tienen la opción de salir a un patio, también las vacas secas disponen de una finca amplia al lado del establo en la que pueden estar y que comparten con el lote de preparto y con cuatro burros. «Los trajimos hace 5 años para vigilar, porque en esta zona hay lobo. Andan en medio de las secas y vienen con ellas también a comer al establo», explica.
Además de las pérdidas por los ataques del lobo, estar fuera supone que se incrementen los riesgos de ciertos tipos de enfermedades, como determinados fallos reproductivos provocados por la neosporosis, responsable de abortos y pérdida de fetos. «Tenemos algunos problemas de neosporas, no es mucho pero algo hay», reconocen. En estos casos inseminan con toros cárnicos, tanto azul belga como limusín, para evitar que el parásito se transmita a la descendencia.
Tenemos algunos problemas de neosporas, no es mucho pero algo hay
La Neospora caninum es un parásito procedente del perro que entra en contacto con la vaca a través de la ingesta de agua o pasto con restos de excrementos de perro y que se enquista en el sistema nervioso y en el músculo esquelético de la vaca, provocando desajustes en el sistema inmune del animal durante la época que está preñada.
Mejora de la salud podal
El baño de pies dos veces a la semana con sulfato de cobre les ayuda a mantener una buena salud podal
Del otro lado de la balanza, la posibilidad de salir al exterior conlleva otra serie de beneficios y mejora considerablemente la salud podal del ganado, favoreciendo la recuperación de las patas en los periodos de secado. Pero además en esta ganadería dos días a la semana hacen baño de pies con una solución a base de sulfato de cobre a las vacas que están en producción en el establo para de este modo prevenir posibles cojeras.
Dos veces a la semana hacen baño de pies a las vacas en producción para prevenir cojeras
«Antes había bastantes problemas de cojeras, ahora puede haber un caso o dos al mes como mucho. Además de atender esas urgencias, hacemos dos revisiones anuales a todo el ganado», detalla Laura.
Siete puestos de trabajo
Arriman tres veces al día la ración con un invento casero que han hecho para el tractor viejo
En esta explotación trabajan 7 personas, tres de la familia (Antonio, Maricarmen y Laura) más otros cuatro empleados con contratos fijos y a tiempo completo. «Empezamos con tres trabajadores pero necesitábamos otro a mayores para cubrir las vacaciones y las libranzas. Libran un día a la semana y tienen un mes de vacaciones», explica Laura.
Aunque las tareas diarias se reparten en función de a quién le toque trabajar cada día, hay ciertas labores asignadas previamente. «Uno de los empleados está centrado en ordeñar y en las inseminaciones junto con mi padre, eso es cosa de ellos, igual que las terneras pequeñas son cosa mía y de mi madre, en eso no toca nadie más, y para el resto de las cosas nos vamos alternando, no hay trabajos fijos, vamos organizando en función de los que estamos cada día y vamos rotando, como por ejemplo para ir atender a las novillas a las otras dos naves», detalla.
Determinadas tareas como ordeñar, las inseminaciones o el cuidado de las terneras están asignadas a una o dos personas, el resto de las cosas nos vamos alternando, no hay trabajos fijos y vamos organizando en función de los que estamos cada día
Disponen de una sala con 20 puntos donde realizan dos ordeños diarios, a las 6 de la mañana y a las 6 de la tarde, una tarea que les lleva dos horas y media. «Empezamos con una sala de 5 puntos, luego pusimos 9 y hace 6 años la reformamos para instalar 10 puntos de cada lado», explican.
Las camas de las vacas en producción son de arena y ponen especial énfasis en su limpieza. «Las camas se hacen todos los días por la mañana, a mediodía se revisan y por la noche antes de ordeñar se vuelven a hacer», indican.
Pertenecen a la CUMA de Vilaxuste
La maquinaria de la CUMA se encarga de ensilar y el carro mezclador de hacer las distintas raciones de alimentación
San Martiño SL forma parte de la CUMA de Vilaxuste junto a otras 5 explotaciones del ayuntamiento de Portomarín (SAT A Campiña, Abrita SC, SAT A Cruz, Ganadería Luchana y Ganadería Outeiro). Es esta cooperativa de maquinaria compartida la que se encarga de hacer casi todos los trabajos en la ganadería, desde las tareas agrícolas de siembra y recogida de los forrajes, a servir la ración diaria del ganado o ayudar a echar el purín en las campañas.
«Hasta ahora si no era en plena campaña sacábamos nosotros el purín y si era en campaña para poder sembrar antes venía la CUMA a ayudar, pero si cambia la normativa del purín y no se puede echar el purín con el sistema de plato habrá que adaptar la maquinaria de la CUMA porque para uno solo no vale la pena poner inyectores», razona Laura.
El carro de la CUMA viene todos los días a las siete de la mañana a hacer una ración para las vacas de leche y después de hacer el recorrido por las otras 5 explotaciones vuelve a hacer las raciones para las vacas secas y para la recría
El carro mezclador también es compartido y la persona que lo conduce está contratada por la CUMA, que cuenta con otros tres tractoristas fijos durante todo el año, más los contratos de refuerzo para las campañas. «El carro pasa todos los días a primera hora, a las siete de la mañana y nos hace una ración para las vacas de leche. Luego sigue el recorrido por el resto de las explotaciones que formamos la CUMA y después vuelve a hacer las raciones para el lote de secas y el de las novillas y nos hace otra ración más para las de leche, porque con una sola no nos llega para todas. Después lo que hacemos es arrimar nosotros otras tres veces más a lo largo del día con un invento casero que se hizo para el rastrillo y el tractor viejo», cuenta.
Vilaxuste S. Coop. Gallega fue en el año 1998 la primera CUMA en crearse en Galicia y segunda a nivel de todo el Estado y, además de contar con un parque de maquinaria que da servicio a todas las explotaciones, tiene contrata una persona que lleva también la gestión de todas las granjas.
El 75% de la superficie es alquilada
San Martiño cuenta con 120 hectáreas de superficie, de las que solo 30 son propias. «Tenemos 90 hectáreas alquiladas, cuando van cerrando explotaciones vamos cogiendo las fincas. Pagamos a 200 euros», detalla. Para rentibilizar ese gasto tratan de que el terreno produzca lo más posible. «Sacamos tres cosechas de hierba, en los meses de marzo, mayo y finales de junio, dependiendo de como venga el tiempo, y luego echamos el maíz. Abonamos mucho porque algunas de las fincas que tenemos alquiladas pertenecen a dos vecinos que tienen granjas de cerdos y les sacamos también el purín», explica Laura.
Hacen hincapié en el abonado para sacar el máximo rendimiento posible a las fincas y de este modo logran tres cortes de hierba y uno de maíz
Echan 90 hectáreas a maíz y el resto lo tienen a pradera. Este año la cosecha de maíz fue más escasa que en años anteriores. «Este año el maíz se quedó retrasado, le afectó la sequía y después también algo el jabalí como todos los años», se queja. Pero además la inestabilidad meteorológica durante la campaña de ensilado de este año hizo que la recogida tuviera que hacerse más tarde. «Como llovió muchos días, en la segunda semana de octubre buena parte del maíz aun estaba sin meter», recuerda Laura.
