SAT Cives, una explotación láctea referente en bienestar animal

Esta explotación ganadera de Colúns (Mazaricos) agrupa a cuatro ganaderos que decidieron agruparse para ser más competitivos. La dificultad para ampliar la base territorial y el cumplimiento del pago verde son algunos de los problemas a los que se enfrentan.

SAT Cives, una explotación láctea referente en bienestar animal

Nave principal de SAT Cives

La SAT CIVES nació de la unión de varios ganaderos de Colúns, en el ayuntamiento coruñés de Mazaricos, que en el año 2007 comenzaron a percatarse de que sus explotaciones lácteas se quedaban pequeñas y obsoletas para hacerle frente a un entorno en el sector lácteo cada vez más competitivo.

Fue así como 4 ganaderos se pusieron de acuerdo para juntar tierras, cuota y ganado y en el año 2008 constituyeron la SAT CIVES con una participación al 25% para cada uno. Hoy es una de las explotaciones más grandes de la comarca, con 280 cabezas de ganado, de las que 230 están en ordeñado con una producción media de 36 litros por vaca y día. Pero los comienzos no fueron fáciles debido sobre todo a las oscilaciones del precio de la leche en origen.

Después de una fuerte inversión, en marzo de 2009 trasladaron el ganado a las nuevas instalaciones, una nave de más de 2.000 metros cuadrados con 220 cubículos destinados sólo a vacas en lactación. Las instalaciones también incluyen 2 silos y una fosa de purín cubierta de 3 millones de litros de capacidad. La inversión, incluida la sala de ordeño -de 24 puntos y ampliable a 32- y un tanque de frío de 16.000 litros rondó los 3.000 euros por vaca.

En el 2010 vino la primera ampliación: una nave para la maquinaria y para cereales y soja. En el 2011 construyen otro silo y el pasado año hicieron una ampliación en la nave destinada a las vacas secas y en preparto.

Preocupados por el bienestar animal

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Cama caliente de paja para las vacas en preparto.

Según Antonio París, uno de los socios de la SAT CIVES, esta última ampliación «fue uno de las mejores inversiones que hicimos porque las vacas agradecen mucho estar en cama caliente de paja durante la fase de preparto».

«Antes de la ampliación las vacas tenían menos espacio y las secas eran las que lo peor lo pasaban. Fue entonces cuando decidimos hacer mejoras en el confort de los animales: los cubículos, de cama de arena, pasaron de 1,25 a 1,30 metros de ancho; la barra educadora también es más ancha, e hicimos una zona para las vacas secas, con cama de cáscara de pino molida, en la que pasan 40 días y otra zona de preparto, en cama caliente de paja, en la que pasan de 20 a 25 días,» explica Antonio París.

Un confort y bienestar animal que, según los socios de SAT CIVES, «repercute en vacas más relajadas, que comen más, llegan mejor al parto y que van a arrancar mejor».

La importancia de la calidad de los forrajes

Junto al confort de las vacas, otro de los aspectos que cuidan mucho en SAT CIVES es la calidad del forraje que, según Antonio París, «parte de recoger la hierba y el maíz en su punto». Así, explica que “acabamos de recoger la hierba para ensilar y durante una noche sólo pudimos dormir 3 horas y la otra ninguna, todo porque teníamos poco tiempo de sin lluvia y tuvimos que aprovecharlo al máximo para coger la hierba en su punto óptimo de proteína».

Como ejemplo de la importancia de un buen silo de hierba afirma que «entre darle un silo bueno de hierba al ganado y que darle uno que no fue hecho con una hierba en el punto, el rendimiento por vaca y día llegó a variar en 3 litros de leche».

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Aspecto de los silos.

En cuanto la ración, para las vacas secas está formada por 7 kilos de silo, 6 kg de paja y 3 kg de concentrado, y que en el caso de las vacas en preparto se complementa con 2 kg más de pienso.

Para las vacas en lactación la ración diaria es de 28 kilos de silo de maíz, 14 kg de silo de hierba, 1,5 de alfalfa, 9,5 kilos de concentrado y 2,5 kilos de soja.

«Habría que volver a hacer la concentración parcelaria»

Al igual que muchas otras explotaciones ganaderas gallegas, uno de los problemas de esta sociedad es la falta de base territorial, una paradoja en un país, Galicia, en el que una parte importante de su superficie agraria está abandonada.

En el caso de SAT CIVES cultivan 90 hectáreas, de las que 45 son en propiedad y el resto en alquiler. Han previsto en breve alquilar 10 hectáreas más de dos explotaciones ganaderas próximas que acaban de cerrar.

En cuanto a los cultivos, plantan 72 hectáreas de maíz y el resto de hierba. Hacen análisis de tierras todos los años para adecuar la fertilización a las necesidades de cada terreno.

Según Antonio París, la base territorial es uno de sus principales limitantes en este momento: «Ojalá pudiéramos aumentar nuestra superficie de cultivo porque es la clave para la competitividad del sector». En este sentido, junto a a falta de superficie disponible en el su entorno, otro de los problemas que detecta «es que las parcelas son pequeñas». «La concentración parcelaria en esta zona se hizo hace 40 años y hoy habría que hacerla de nuevo», explica.

Descontento con el pago verde y con la falta de información

Al tratarse de una explotación de más de 30 hectáreas, la SAT CIVES será una de las 3.000 de toda Galicia obligadas a cumplir con las obligaciones del llamado pago verde.

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Cama de arena en los cubículos.

El descontento de los socios con la forma en que se está aplicando y con la falta de información es palpable. «Pagamos bien por el alquiler de las tierras y que ahora nos digan que no podemos cultivar el 5% de la superficie arable es una auténtica faena», critica Antonio París. Igualmente echa en falta información sobre la otra obligación del greening y qué tercer cultivo fijador de nitrógeno plantar.

«La PAC de este año aun la tenemos sin hacer porque pone respeto y no tenemos nada claro», confiesa.

Situación de los precios

SAT CIVES vende su leche a FEIRACO y dentro de 45 explotaciones que la cooperativa mantiene en un plan de gestión se sitúa como la tercera con menores costes de producción.

El mes pasado vendieron la leche a 0,33 €/litro, IVA y prima de calidad incluida, pero para este mes prevén el precio descienda. «Estamos relativamente contentos: nos cubre los gastos y la gran ventaja de estar en Feiraco es que los precios no tienen los picos y bajadas tan fuerte de las explotaciones que se lo venden a la industria de capital privado, son precios más estables», explica.

No obstante, Antonio París confiesa su preocupación por la incertidumbre de los precios. «Vemos que el mercado libre no funciona, porque con las cotas teníamos que reducir la producción para que no nos sancionaran y ahora que no las hay tampoco podemos producir más leche porque la industria tampoco nos garantiza la recogida», asegura.

«El sentir general es que los ganaderos hicimos los deberes para estar preparados para esta situación sin cotas, pero la industria nos parece que no los hizo», concluye.

«Una SAT no es garantía de nada: la hacen las personas y el trabajo»

Una de las claves para que una SAT vaya adelante es la comunicación, trabajar con objetivos comunes e implicación en el trabajo. Así lo ve Antonio París, que pone como ejemplo que «en nuestro caso, después del ordeño de la mañana todos los socios desayunamos juntos y hablamos de todas las cuestiones que se suscitan».

“Si cada uno tira para un lado o no hay buen ambiente laboral, la SAT no funciona: hay que sentarse, hablar y arreglar las diferencias,» asegura.

«Una SAT -concluye- no es garantía de nada: la hacen las personas y el trabajo»

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