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Toño, Claudio y José en la ampliación de la nave de producción hecha en 2017
Muchas de las ganaderías familiares que se asociaron en Galicia en las últimas décadas buscaban compartir tareas y mejorar sus condiciones de vida a través del trabajo en conjunto. Pero la llegada de la edad de jubilación para algunos de los socios trastoca irremediablemente el funcionamiento de las explotaciones y la organización de las tareas diarias en muchas SATs, que tienen que reinventarse para suplir esa mano de obra y poder seguir adelante.
SAT Os Carrís lleva tres años preparando ese escenario. Ubicada en la parroquia de Nodar, en el ayuntamiento de Friol, fue creada en el año 2004 por la unión de tres explotaciones de la zona. Está formada por Toño Villar y su tío Claudio, por José Manuel Seijas y su madre Alicia y por José Corredoira y su mujer Concepción. Trabajan los seis y no precisan de mano de obra contratada, pero la próxima jubilación de tres de los socios en los próximos tres años los obliga a ir buscando soluciones.
«Yo lo de crecer por crecer no lo veo, hay que crecer hasta poder sacar un sueldo digno», dice Toño
«Trabajamos dos de cada casa y hasta ahora no tuvimos personal contratado porque dábamos hecho el trabajo nosotros, pero las tres jubilaciones que se avecinan van a cambiar la situación», afirma Toño. Él tiene 40 años y junto a José Manuel, de 32, son el relevo en esta SAT. Para Toño la ganadería fue algo vocacional. «Mis padres nunca tuvieron vacas, pero a mí siempre me gustaron y seguí con la explotación de mi tío. Trabajé en otros sectores, como por ejemplo en la construcción o en la jardinería, pero prefiero esto. Cada fin de semana trabaja una de las casas y tenemos días libres por la semana», dice.
Dos ampliaciones en los últimos tres años
Obras de la última ampliación acometida a finales de 2019 para 80 vacas más
Con 340 cabezas totales y 170 animales en producción, esta explotación de Friol acaba de acometer una ampliación para 80 vacas más, que se suma a la hecha en el 2017 para un ciento de animales. El crecimiento constante en los últimos años, en los que duplicaron el número de vacas que ordeñan, les permite enfrentar con garantías la baja de parte de los integrantes de la sociedad. «Yo lo de crecer por crecer no lo veo, hay que crecer hasta poder sacar un sueldo digno», asegura Toño.
Ese fue siempre el objetivo de los socios de esta SAT. Cuando la constituyeron en el 2004 estuvieron aún un año funcionando cada uno en su casa mientras no acababan las obras en la nueva nave, con 160 cubículos iniciales. En el 2007 hicieron los silos pero el crecimiento en los primeros años fue muy lento. «Los comienzos fueron difíciles, tuvimos muchas bajas de animales y teníamos poca recría. Ahora tenemos mucha», cuentan.
Como no tienen espacio suficiente para la recría cuando las novillas están preñadas pasan a estar en las praderas
Eso los llevó a hacer en el 2014 una nave para la recría y tres años después otra nave pegada a la de producción para ordeñar otras 100 cabezas con una nueva ampliación acometida a finales del 2019 para otras 80 vacas más. La producción media de esta explotación en el 2018 fue de 10.516 litros de promedio por vaca, con 3,94% de grasa y 3,33% de proteína.
Ordeñan dos veces al día y desde abril de 2019 entregan su producción a Naturleite. Antes llevaban 11 años con Larsa. «Naturleite exige, pero lo que pide ya lo cumplíamos y sin embargo la empresa anterior no lo valoraba, así que son dos céntimos más por litro con respeto a lo que estábamos cobrando haciendo lo mismo», indica Toño.
La diferencia de contar con carro propio
Estaban en una CUMA pero en 2012 decidieron comprar un carro mezclador
Junto al incremento en el precio de la leche, una serie de mejoras en el manejo hicieron que la rentabilidad de la explotación se multiplicara en los últimos años. «Nosotros mejoramos mucho desde que compramos nuestro propio carro mezclador para alimentación, hace 7 años. Ese fue, en nuestro caso, el elemento que hizo que la explotación despegara», afirma contundente. «Estábamos en una CUMA pero el servicio no era el adecuado, así que en mayo del 2012 decidimos invertir en adquirir un carro propio. Yo no estoy en contra de una CUMA, pero siempre y cuando el servicio sea bueno», añade.
«Contar con carro propio fue el elemento que hizo que la explotación comenzase a despegar»
Cuando compraron el carro comenzaron a hacer la ración para las vacas de producción dos veces al día, mientras que para las secas y las novillas continuaron haciendo únicamente una ración diaria. Destetan cuando las terneras tienen entre los dos meses y los dos meses y medio de vida y después las tienen en lotes con cama caliente de paja hasta que están confirmadas como preñadas.
«En ese momento las echamos fuera porque no tenemos sitio para ellas y están en el pasto hasta que se aproximan al parto», explican. Han sufrido algún que otro ataque del lobo, aunque solo contabilizan una baja en todos estos años por este motivo. Con este sistema ahorran costes y logran buenos resultados en la recría. De hecho, dos de las novillas del 2018 de esta explotación se situaron entre las 50 mejores de la provincia de Lugo por ICO.
«Lo primeiro que te recomiendan los nutrólogos es el maíz, pero habría que estudiar si compensa sembrarlo»
Vacas en la nave de producción de SAT Os Carrís, a las que hacen la ración dos veces al día
SAT Os Carrís dispone de 121 hectáreas de superficie agrícola pero «repartidas en mil fincas», matiza Toño. En esta zona no hay concentración parcelaria «y la gente es reacia a hacer cambios», añade. «Coges terrenos que quedan libres pero alguna finca que coges no es ni siquiera rentable trabajarla, de menos de una hectárea tenemos muchas», describe.
Disponen de 121 hectáreas de superficie agrícola pero «repartidas en mil fincas», por lo que solo siembran 32 a maíz
En esta explotación echaron en la última campaña 32 hectáreas de maíz. «Escogemos las parcelas que valen para el maíz, aquellas que además de dar un buen rendimiento son piezas algo grandes, y vamos rotando para no echar siempre en las mismas», indican. Junto al minifundio, el jabalí es otro condicionante grave en esta zona.
En las camas combinan la arena en los cubículos con la paja en el restno
«Lo primero que te recomiendan los nutrólogos para producir leche es el maíz, pero habría que mirar bien si compensa sembrarlo», argumenta Toño. «Nosotros estamos a 700 metros de altitud y es un sitio frío en el que dependes mucho de la climatología para sacar forraje. Las cosechas de hierba en esta zona vienen muy tarde, muchas veces no puedes segar hasta mayo, y eso retrasa y condiciona después a siembra y la cosecha de maíz para ensilar», afirma.
Un sistema «que te arrastra»
Toño asegura que en los quince años transcurridos desde que constituyeron la SAT «cambió mucho el sistema de producir leche, es cierto que las vacas dan mucha más, pero también duran mucho menos», dice. «Entras en un sistema que te lleva y te arrastra», indica.
«Las vacas ahora dan mucho más, pero también duran mucho menos»
Excepto el picado de la hierba y del maíz hasta el momento hacen ellos todo el trabajo de campo. «No estoy en contra de externalizar cosas y si no tienes gente para trabajar está claro que tienes que depender de eso», afirma Toño.
Cuentan con un sistema de bombeo que enganchan al tractor para enviar el purín desde el pozo viejo hasta la fosa nueva
En 2017, cuando hicieron la primera de las ampliaciones de la nave de producción, construyeron también un pozo de purín nuevo, cubierto y de más capacidad y un estercolero anexo. Por falta de espacio se vieron obligados a hacerlo en la parte alta de la parcela e idearon un sistema para bombear hasta el pozo nuevo el purín. «En la parte de abajo no teníamos sitio y tuvimos que hacerlo en la parte de arriba, en una zona más alta que el establo. Las arrobaderas siguen barriendo para el pozo viejo y cuando la fosa antigua está llena bombeamos desde ella el purín para el pozo nuevo. Cuando sacamos el purín para las fincas hacemos al revés, porque nos es más fácil cargar desde la fosa vieja», explica José.
En ese sistema la arena de los cubículos que acaba en el purín supone un problema añadido. «La arena es genial para las vacas, mamitis cero, manejo fácil y el coste no sale muy caro, pero el problema viene después en el pozo», dice Toño.
