Cuando hace 11 años los matrimonios formados por Manuel Legaspi y Yolanda Alba y por Pilar Legaspi y Suso Otero decidieron juntarse en una SAT les cambió la vida. Juntaron las vacas de las dos explotaciones y comenzaron un camino de mejora imparable que los sitúa entre las mejores explotaciones de Galicia por producción, con un promedio en 2016 de 13.532 kilos de leche por vaca, con 3,89% de grasa y 3,13% de proteína.
Y todo, a base de constancia y trabajo organizado. Ese es, para Manuel, la clave de su éxito. Hoy, solo una década después, y con esa receta, lograron aumentar un parto de promedio la duración de sus vacas y pasar de 2,6 a casi 4 lactancias. Y eso se nota en la producción y, sobre todo, en la rentabilidad de la explotación. «Aquí hay vacas muy rentables y que dan dinero, porque duran y lo hacen sin dar problemas ni gasto a mayores», explica Yoli, que es veterinaria y se encarga de todo lo relativo a enfermedades y control reproductivo.
Contar con una veterinaria en la casa ayuda porque «el ganado está siempre mucho más controlado», admite su cuñada, Pili, pero más allá de esta ventaja «para que las vacas duren 6 o 7 partos hay que tratarlas con mucho mimo, cuidarlas y estar pendiente de ellas, y aquí las tenemos como en un hotel», añade. Por ejemplo, limpian las camas, que son de arena para las vacas en producción y la recría y de paja para las recién paridas y las secas, hasta cinco veces al día.
Pero las instalaciones del resort de producción hace tiempo que quedaron pequeñas y por eso están acometiendo una obra de ampliación con capacidad para un ciento de huéspedes que estará lista en primavera. Trasvasarán a ella una parte de los animales que ahora están acopiados en la nave actual, que cuenta con un déficit de unos 20 cubículos, y luego irán completando el resto de las plazas con recría propia que hasta ahora se veían obligados a vender por falta de espacio. «Estamos muy saturados y por ese problema de espacio todos los años teníamos que vender 8 o 10 novillas, incluso las hemos llevado a subastas», explica Manuel.
Los animales que salieron al matadero en el 2016 lo hicieron con un promedio de 55.000 litros y ahora aún cuentan con varias vacas que superaron los 100.000 litros
Con la ampliación en marcha la explotación será capaz de absorver su propia recría, de la que se hizo excedentaria precisamente en la medida en que fue logrando paulatinamente incrementar la longevidad de las vacas en producción. Los animales que sairon al matadero en el año 2016 de esta granja lo hicieron con un promedio de 55.000 litros producidos durante su vida y hoy por hoy quedan en la explotación varias vacas dando leche que ya superaron los 100.000 litros de producción vitalicia. Y eso que la falta de espacio también hace que las vacas sean reemplazadas antes. «Aquí no se aguantan las vacas, porque no tenemos dónde tenerlas, si bajan de 30 litros se venden», cuenta Yoli.
«Es mentira que las vacas duren menos con tres ordeños»
Entre los factores clave para aumentar la duración de las vacas ella apunta como fundamental el paso de dos a tres ordeños diarios dado hace ya 8 años. «Para evitar enfermedades es importantisimo el vaciado de la ubre, sobre todo en animales de gran producción, y antes, cuando estábamos en dos ordeños, veías cubículos llenos de leche; ahora no», dice. «La teoría esa de que las vacas con tres ordeños diarios duran menos no es cierta, lo que pasa es que las vacas hay que cuidarlas», argumenta.
Ordeñan en una sala de 16 puntos con retiradores automáticos, medidores electrónicos e identificación automática a las 5 y media de la mañana, a las 12 y media del mediodía y a las 8 y media de la tarde. «Variamos poco, somos bastante categóricos con las horas de todos los trabajos», dice Manuel.
Su hermana Pili también opina que la constancia y el hecho de contar con unos protocolos bien definidos es la clave para acabar obteniendo resultados. «Dentro de cada modalidad, sea pastoreo o intensivo, lo que hay es que hacerlo bien y claro está que para eso es necesario trabajo y dedicación, porque si estás metido en casa en vez de estar en la cuadra no puedes ver celos ni vacas enfermas», argumenta.
«La constancia es la clave en todo, tanto en genética como en el resto. Estar cambiando los métodos de trabajo continuamente no es bueno», añade Yoli. Cuenta, por ejemplo, que desde hace 12 años siguen el programa de acoplamientos de Africor y esto hizo que pudieran evitar la consanguinidad de las vacas, que acaba provocando animales más débiles.
«Antes no sabíamos lo que era un domingo»
Pero el verdadero cambio que notaron los cuatro socios de esta SAT fue en su propia calidad de vida. «Tenemos cada matrimonio 14 días de vacaciones y libramos de manera alterno un fin de semana sí y otro no. Ahora tenemos algo de vida, que antes no sabíamos lo que era ni un domingo», explica Pili.
Los Foros cuenta en la actualidad con 270 cabezas totales, que atienden con la ayuda de dos personas más contratadas. Las 140 vacas en ordeño están en la casa de Manuel y Yolanda, en Álvare, y la recría la hacen en la cuadra de Pilar y Suso, en la parroquia vecina de Aldurfe, perteneciente ya al ayuntamiento de Riotorto, donde las xatas están desde que son destetadas a los dos meses hasta que vuelven a la nave de producción con 8 meses de preñadas.
Hoy por hoy en Aldurfe tienen 105 terneras, con muchos partos previstos a partir de primavera para ir llenando la nueva nave de producción que están construyendo en Álvare. «Primero queremos aligerar de animales la nave actual y después ir ganando progresivamente otras 50 vacas en ordeño a mayores», avanza Manuel.
«La superficie agraria escasea y se paga bien; la hectárea en alquiler en la zona está entre los 300 y los 500 euros anuales»
El crecimiento de esta explotación está condicionada por la superficie agraria disponible en esta zona. «No nos venía mal conseguir algo más de terreno, pero aquí es difícil, porque escasea y se paga bien; la hectárea en alquiler está entre los 300 y los 500 euros anuales», cuenta.
Así que de momento se conformarán con las cerca de 70 hectáreas que tienen en la actualidad, de las que 50 sonido en propiedad, y en las que siembran hierba y maíz (48 hectáreas en 2016). Excepto la recogida del forraje y su picadillo para el ensilado, el resto de los trabajos, incluido el laboreo, los hacen los miembros de la SAT.
También la ración, que hacen dos veces al día, a las 8 de la mañana y a las 7 de la tarde. La de las vacas en producción está compuesta por 30 kilos de silo de maíz, 12 de silo de hierba y otros 12 de concentrado. En la ración de las vacas secas sustituyen el silo de maíz por paja.
A la dificultad para aumentar la superficie agraria disponible se añade otra razón para que no piensen en nuevas ampliaciones a corto plazo. «Cuando rematemos la ampliación que tenemos en marcha miraremos de estabilizarnos, porque sino lo único que haces es juntar dinero para invertir», dice Manuel, que se queja de los precios bajos del sector. «Si el precio de la leche fuera otro y ayudase un poco te animabas a invertir con más decisión», opina. Os Foros entrega a Lactalis, ya desde antes de constituir la SAT.
Una parroquia viva
La parroquia de Álvare tiene solo unos 160 habitantes pero quince veces más vacas (unas 2.500), pertenecientes a unas 20 explotaciones en activo, la mayoría bien dimensionadas y con un bueno funcionamiento, lo que convierte a esta zona del ayuntamiento de A Pastoriza en una de las principales áreas productoras de leche de toda Galicia. «Yo no sé los litros que saldrán de esta parroquia cada día, pero calcula aunque sea solo un promedio de 30 litros por vaca y fíjate», reflexiona Manuel.
Las explotaciones de la parroquia juntaron 460 rollos de forraje que enviaron a ganaderos afectados por los fuegos
La competencia por la tierra en Álvare es grande y su precio se asemeja al de un solar urbanizable en primera línea de playa, pero los ganaderos de esta parroquia se llevan bien y son capaces de llevar a cabo iniciativas conjuntas. Como la que pusieron en marcha en este otoño luego de la ola de incendios forestales. Entre las distintas explotaciones de esta parroquia juntaron 460 rollos de forraje que enviaron de manera solidaria a ganaderos de Cervantes, en la provincia de Lugo, y de Castro Caldelas, en la de Ourense, afectados por los fuegos. Un gesto a lo que personas como Manuel restan importancia. «Nos pusimos en la piel de esos ganaderos y quisimos ayudarles, simplemente», dice.
En Álvare no hay tierras abandonadas ni plantaciones de eucalipto y se hace realidad ese objetivo de lograr un medio rural vivo. Manuel da otro dato para demostrarlo: «El ayuntamiento de la Pastoriza está formado por otras 18 parroquias, pero uno de cada 5 niños del colegio son de esta parroquia», explica. «Una cosa lleva a la otra, si hay explotaciones funcionando y gente nueva que quede en el sector también acaba habiendo niños», opina. Como Iker, el hijo de Pili y Suso, o Xurxo, hijo de Manuel y Yolanda, y al que con solo 10 años ya le gustan mucho las vacas. Quizás dentro de unos años sean ellos los que estén al frente de esta explotación.