SAT Salgueiriña, una explotación mixta de cabras y ovejas para cuidar del monte comunal

La CMVMC de Santa Mariña de O Viso, en O Incio, ardía "un año sí y otro año también" hasta que, hartos de esta situación, en el 2010 un grupo de comuneros decidieron introducir ganado para mantener el matorral a raya. Desde entonces no ha vuelto a haber incendios y la actividad sirve de complemento a dos ganaderías de vacuno de carne de la parroquia

Belén e María co rabaño de ovellas da explotación ao fondo

Belén y María con el rebaño de ovejas de la explotación al fondo en una de las zonas de pasto del monte comunal

La Comunidad de Montes Vecinales en Man Común de Santa Marina de O Viso, en el municipio de O Incio, tiene desde el año 2010 un equipo de desbroce formado por un centenar de cabras y medio centenar de ovejas, una brigada tan efectiva que el monte de esta parroquia, que antes ardía todos los años, no lo ha vuelto a hacer desde que hay ganado.

Gracias al mantenimiento continuo que llevan a cabo las cabras y las ovejas el matorral se mantiene a raya, controlado, y los pinos con los que los comuneros repoblaron la zona crecen libres de competencia y con más vigor gracias al abonado que producen los excrementos de los propios animales.

Todo un conjunto de ventajas a nivel social y ambiental más allá del rendimiento económico que pueda generar la propia explotación a sus propietarios. «Dar da poco rendimiento, pero tienes el monte limpio, que era el objetivo, no hace falta desbrozadora ni gastar en apagar fuegos. Las cabras para quien más rentables son es para la Administración. ¿Tú sabes el dinero que lleva ahorrado aquí en extinción de incendios? Tenían que potenciarlo mucho más», argumenta María Castro, que junto a Belén Pereiro y Jaime Pardo son los tres socios actuales de SAT Salgueiriña.

Un aprovechamiento diverso del monte de la parroquia

Plantación de piñeiros, que ocupan 25 hectáreas, e que se encargan de limpar as cabras

Plantación de pinos, que ocupan 25 hectáreas, y que se encargan de limpiar las cabras

«Nuestro ejemplo puede servir a otras comunidades de montes a hacer lo mismo: cuidar el monte con animales. Gracias a eso tenemos el monte muy bien y hacemos un aprovechamiento diverso y variado de él. Hay pinos, hay cabras y hay praderas que pacen las vacas de las distintas explotaciones», añade María.

Las cabras para quien más rentables son es para la Administración. ¿Tú sabes el dinero que lleva ahorrado aquí en extinción de incendios? Tenían que potenciarlo mucho más

La CMVMC de Santa Marina de O Viso posee una superficie total de 189 hectáreas, de las que 25 están repobladas con pino, 33 son pastizales y el resto era improductivo hasta la llegada de las cabras y las ovejas. «Eran tojales que han ido ellas desbrozando. Año a año veías como iba retrocediendo la maleza. Es flipante ver como han ido limpiando el monte», asegura Belén.

El rebaño de cabras y ovejas pace también la zona repoblada con pinos, que de otro modo precisaría de labores de desbroce periódicos. «El proyecto de recuperación del monte comenzó hace 13 o 14 años. La idea fundamental era tener el monte limpio porque este monte ardía año sí y año también. Empezamos plantando las 25 hectáreas de pinos. A continuación se semilló un trozo en la parte alta, donde no valía para plantar, para hacer pradera. Luego vinieron las cabras en el año 2010, porque cuando se plantaron los pinos te daban 5 años de mantenimiento, pero ¿después qué, tojos y silvas? Fue cuando pensamos en meter ganado para tenerlo limpio», relata María.

Constituyeron una SAT con parte de los comuneros

A día de hoxe o rabaño está formado por un cento de cabras e medio cento de ovellas

A día de hoy el rebaño está formado por un centenar de cabras y medio centenar de ovejas

Barajaron distintas opciones y se decantaron finalmente por un rebaño mixto de cabras y ovejas. Descartaron, por ejemplo, introducir caballos, porque en la zona no había tradición de équidos en el monte. No todos los comuneros quisieron participar en el proyecto de montar la explotación, así que la SAT Salgueiriña, que lleva el nombre del lugar donde se construyó una pequeña nave para el ganado, echó a andar con 8 comuneros como socios, de los que en la actualidad quedan solo 3, ya que el resto han ido abandonando por culpa de la escasa rentabilidad inicial.

Descartamos los caballos porque en estos montes no había tradición

Para habilitar legalmente la utilización del monte comunal para que pastasen los animales de la explotación se hizo un arrendamiento de la CMVMC a la SAT de la que formaban parte los comuneros que participaban en el proyecto. Antes se acometió el cierre de la superficie por parte de la Comunidad de Montes con la ayuda de la Xunta de Galicia. «Las estacas las pusimos los vecinos a mano con una maza a relevos», recuerda María

Puntos de agua en todas las parcelas

A Comunidade de Montes fixo un pozo e unha balsa para paliar os problemas de auga no verán

La Comunidad de Montes hizo un pozo y una balsa para paliar los problemas de agua en verano

La superficie total del monte comunal, 189 hectáreas, está perfectamente delimitada y rodeada de caminos perimetrales que hizo la propia Comunidad de Montes. Hicieron también un pozo en la parte alta que pagó la Comunidad para tener agua y construyeron una balsa donde almacenan el agua que extraen y que sirve para suministrar a los helicópteros y motobombas de los servicios de extinción de incendios y también para coger agua para el ganado, con un sistema que impide la contaminación del agua de la balsa. «En verano había escasez de agua e íbamos con las cisternas a llenar al río, pero luego nos venía Seprona», explican.

Tenemos el monte cerrado y cada parcela tiene un bebedero. Tenemos derecho al aprovechamiento de dos parcelas cada vecino

Cada vecino tiene derecho al aprovechamiento propio de dos parcelas de monte, que sumarían unas 5 hectáreas de superficie. Esta zona de pastizal de uso individual está dividida en parcelas de entre 2 y 4 hectáreas y todas cuentan con un bebedero. Tanto las vacas propiedad de los vecinos que pacen estas fincas, como también las cabras y ovejas, que disponen de puntos de agua repartidos por el monte para que puedan beber sin tener que bajar a la nave, disponen de agua procedente del pozo comunal.

Compatibilizan la explotación de ovino y caprino con la ganadería de vacuno

A nave serve de abrigo para o gando e para suplementar con herba seca o pasto

Una nave metálica sirve de abrigo para cabras y ovejas y para suplementarles con hierba seca el pasto

La explotación de ovino y caprino sirve de complemento a la ganadería de vacuno de carne, actividad principal tanto de María como de Belén. María cuenta con 27 madres reproductoras y un toro de raza rubia gallega y lleva 21 años produciendo carne ecológica. Belén está en convencional y tiene 17 vacas. El otro de los socios de la SAT Salgueiriña, Jaime, trabaja en otro sector aunque mantiene 8 vacas de carne.

Como el resto de vecinos, ellos también tienen parcelas en el monte comunal que usan para sus explotaciones de vacuno, a mayores de la superficie que pacen las cabras y ovejas. «Lo que quedó para las cabras fue lo que no valía para las vacas, lo que estaba sin aprovechar porque era la zona menos productiva, por pendiente y porque estaba erosionada por los continuos incendios. Muchas de estas zonas no son mecanizables, no se pueden trabajar ni con doble tracción, son las cabras las que las cultivan», dice Belén.

Disponen de un pequeño cobertizo para resguardar el rebaño de las inclemencias del tiempo y de los ataques del lobo

Las áreas de menos pendiente han sido sembradas con hierba y en ellas se rota el ganado para poder hacer rollos de hierba seca en los meses de más producción de forraje. «Son 50 o 60 rollos que tienen a su disposición en invierno y en verano», indican.

Disponen de un pequeño cobertizo para resguardar el rebaño de las inclemencias del tiempo y de los ataques del lobo. «Dentro les tenemos la hierba seca y está abierta siempre para que puedan entrar cuando quieran. Bajan solas por la noche o cuando llueve y se traen también cuando van a parir», explica María.

Producción en ecológico pero venta en convencional

Usan o penso ecolóxico Ecofeed da cooperativa asturiana Campoastur

Usan el pienso ecológico Ecofeed de la cooperativa asturiana Campoastur

En la parte más accesible de las 33 hectáreas, junto a la nave donde meten el ganado, tienen una parcela reservada para la época de los partos. «Tenemos separados a los machos para tener un poco controladas las inseminaciones y los partos. Intentamos concentrar los partos para poder vender en verano, que es cuando hay más salida», indican.

Con la venta directa saldría ganando tanto el productor como el consumidor

El 2020 no fue un buen año para las explotaciones de ovino y caprino. «El coronavirus nos afectó mucho. Llevar te los llevaban igual, pero te los pagaban mucho menos. Pienso que la pandemia fue usada como una disculpa para pagar menos por la carne», opina María, que aboga por la venta directa pues, con ese sistema «saldría ganando tanto el productor como el consumidor», dice.

Aunque el sistema de producción que utilizan sigue los estándares fijados por el Craega, a la hora de vender los corderos y cabritos no les sirve para revalorizarlos. «La explotación está en ecológico, pero los cabritos los comercializamos en convencional porque en ecológico no hay a quien venderlos», asegura Belén.  

«Era un ganado que no conocíamos, tuvimos que ir aprendiendo como era su manejo»

María e Belén con Angus e Tina, os dous mastíns da explotación

María y Belén con Angus e Tina, los dos mastines de la explotación

A unos 800 metros de altitud, las nevadas hacen estragos en el pinar. «La plantación que hicimos nos la estropea mucho la nieve, porque es un terreno de losas donde los pinos tienen poco agarre y cuando nieva nos los tumba la nieve», reconoce María. En el ganado, las bajas vienen por otros motivos. «Nos ha entrado dos veces el lobo y nos despeñó a las ovejas», relatan. «Había muchas heridas y acabaron muriendo todas porque a las que les muerde no se curan», dicen. Para tratar de evitar que entre el lobo tienen la cerca perimetral electrificada y para defender el ganado en caso de que logren franquearla cuentan con dos mastines, Augus y Tina, conviviendo con las cabras y las ovejas de manera permanente.

El rebaño de cabras y ovejas pace en las 33 hectáreas de monte en un sistema en extensivo en el que prima la libertad de los animales pero tanto María como Belén están muy pendientes de ellos. «Vamos todos los días a verlas y por la noche bajan solas, tanto las cabras como las ovejas, para la nave que tenemos y por el día si empieza a llover también», explican.

Las cabras y las ovejas andan juntas pero no revueltas porque las ovejas se apartan de las cabras

Aunque las cabras y las ovejas andan juntas, no se mezclan. «Las ovejas se apartan de las cabras, normalmente están en dos grupos separados. La cabra hace muchos más kilómetros al día, mientras que las ovejas se quedan en las fincas de más cerca», cuentan.

Problemas con el verdín

Unha das pradeiras que se atopa a carón do establo, na que están as cabras na época dos partos

Una de las praderas que está al lado del establo, en la que sólo están las cabras en la época de los partos

Cada grupo tiene también sus preferencias de alimentación. «La oveja es de pastizal, no va a la zona de tojo, y la cabra al revés, va más a la zona de monte donde están plantados los pinos», cuenta María. De hecho, para las cabras la hierba de retoño es contraproducente. «En primavera no les dejamos ir a los pastizales porque en dos días se mueren con el verdín», advierte.

Las cabras no pueden estar siempre en el pastizal porque sino se mueren con el verdín

«Para nosotras es más fácil el manejo de las cabras que el de las ovejas, pero son más delicadas las cabras que las ovejas. Las ovejas son más duras y aguantan mucho más, mientras en las cabras hay más mortalidad», aclaran. «Era un ganado que nosotros no conocíamos. Aquí los vecinos teníamos vacas pero no cabras y ovejas, para nosotros era un ganado nuevo, eran animales con los que no estábamos familiarizados», reconoce María.

Ataques del lobo, el zorro y el gavilán a las crías

Unha das cortes individuais nas que están os años e os cabritos pequenos ano naceren

Disponen de cuadras individuales en las que están los corderos y los cabritos pequeños al nacer

Uno de los momentos de más trabajo es la época de los partos. También aquí hay diferencias en cuanto al comportamiento de las dos especies. «Cuando paren las ovejas, las madres no se separan de los corderos hasta que son capaces de caminar y llevan a las crías con ellas para el rebaño o incluso las bajan para la nave. Con las cabras tenemos que estar más pendientes porque paren y ya dejan solas a las crías. Por eso las tenemos en la época de los partos en la finca que tenemos cerrada alrededor de la nave para poder controlar los nacimientos y meter dentro a los cabritos, que de otro modo quedarían indefensos en el monte», explican.

Nosotros nunca habíamos tenido cabras ni ovejas, tuvimos que aprender, pero ahora ya tenemos el manejo más controlado

Tanto los corderos como los cabritos pequeños al nacer quedan unos días dentro para protegerlos del lobo, el zorro y el gavilán. «Vienen las madres al establo para que mamen», explica María. Cuentan con unas pequeñas cuadras donde poder separar, tanto a las crías como a las madres, del resto del rebaño y donde suplementan la alimentación con pienso ecológico Ecofeed que compran a la cooperativa asturiana Campoastur.

Una vez al año sacan el estiércol que hacen las cabras y las ovejas y lo echan en las praderas para abonarlas. «No tenemos tampoco mucho estiércol porque los animales pasan poco tiempo en la nave, la mayor parte del día están fuera», aclara María.

Aumento paulatino del número de cabezas a base de recriar

Os dous sementais actuais do rabaño

Los dos sementales actuales del rebaño, que renovaron para evitar los problemas de consanguinidad

Desde que pusieron a andar la explotación en el 2010 el número de animales fue aumentando poco a poco a base de recriar. «Las cabras vinieron de As Nogais y el macho procedía de Andorra. Empezamos con muy pocas cabezas, un par de docenas solamente, y luego fuimos recriando para aumentar», explican. Para evitar los problemas de consanguinidad cambiaron ya dos machos caprinos y un cordero usados como sementales.

Pero en estos 10 años han sufrido toda una serie de percances que retrasaron el crecimiento de la explotación y el aumento paulatino de cabezas. «Tuvimos algún sabotaje en los cierres y en el año 2015 nos entraron a robar. Nos habían llevado 70 cabritos, y el problema no fue ya la pérdida de producción en sí, sino la recría de ese año. Había sido lo que más nos había dolido, porque cuesta mucho crecer de este modo, poco a poco, en base a la recría propia», lamenta María.

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