“Buscábamos una manera de alimentar a nuestros animales que fuera acorde con la filosofía de nuestro proyecto. Nosotros ofrecemos una carne y huevos como los de antes, con una textura conseguida a base de un manejo tradicional, con cría en libertad y turnos de sacrificio más largos que los de las granjas en intensivo. Tenemos un manejo semejante al que se hacía en las casas gallegas y precisábamos una alimentación que se ajustara a eso”, explica David Sueiro, promotor junto con Patricia Lorenzo de la ganadería avícola en ecológico Sueiro y Lorenzo Avicultura Artesanal, situada en Vila de Cruces (Pontevedra) y que comercializa sus productos bajo la marca Galo Celta.
Ese fue el punto de partida de un proyecto de investigación con el Centro Tecnológico de la Carne (CTC). Tres años después cuentan con una fórmula personalizada para alimentar tanto a los gallos como a las gallinas ponedoras o a las pulardas que crían en su ganadería. La nueva fórmula trajo, entre otras ventajas, una drástica reducción de los costes, una mejora significativa toda vez que la alimentación de los animales es el principal gasto en las granjas. En concreto, sustituir el pienso en ecológico por esta mezcla de cereales y legumbres personalizada y certificada en ecológico supuso un ahorro de más del 50% de los gastos en alimentación. “Conseguimos una fórmula con la que reducimos a más de la mitad el gasto que veníamos teniendo en pienso y ganamos otras prestaciones”, explica Sueiro.
Sustituir el pienso en ecológico por esta mezcla de cereales y legumbres personalizada y certificada en ecológico supuso un ahorro de más del 50% de los gastos en alimentación
Una de las prioridades del proyecto era procurar una fórmula elaborada a base de cereales de proximidad, para ser más sostenible y reducir la huella de carbono de la propia ganadería. Así, casi todos los ingredientes que conforman la ración actual son gallegos. “Buscábamos que los ingredientes de la ración procediesen de un radio máximo de 200 kilómetros de distancia a la ganadería”, concreta Sueiro. Reconocen que en estos últimos meses, en los que los piensos y los cereales importados experimentaron importantes subidas ante la escasez, al optar por productos de proximidad casi no sufrieron subidas.
Contar con una fórmula propia le permitió disponer de una ración adaptada a los tiempos de crianza que tienen en la ganadería y que se alejan de los turnos propios de las granjas con un manejo intensivo. “Nuestros gallos los sacrificamos cuando tienen un año, mientras que los pollos de otras ganaderías intensivas salen a los 50 días. Nuestras gallinas llegan a tener 5 o 6 años, lo que permite conseguir unos huevos especiales, aunque tengamos una producción más baja. Todos estos factores son diferentes de las exigencias que tienen que cumplir los piensos pensados para una granja en intensivo, por eso buscábamos una fórmula personalizada y certificada en ecológico”, indica el productor.
Los ingredientes de la ración
Sueiro y Lorenzo tenían claro que en esta nueva fórmula querían suprimir la soja, por el impacto que supone incluirla en la ración tanto a nivel ambiental, ya que la mayor parte de ella se importa; así como por el precio que tiene habitualmente esta legumbre. La solución que encontraron para proporcionar la proteína necesaria para sus animales fue incluir otra leguminosa en la ración: el guisante. “Los guisantes son los únicos ingredientes que traemos de fuera de Galicia, proceden de Castilla”, comenta.
Con la nueva ración también procuraban mejorar el aporte nutricional de los huevos y carne al incrementar la aportación de ácidos grasos saludables
Junto con los guisantes, la ración, que le prepara la cooperativa asturiana Campoastur, está basada en trigo y maíz, ambos llegados de Ourense. Además, en el proyecto trabajaron con otros ingredientes con la intención de mejorar el aporte nutricional y conseguir así mejores cualidades para su carne y huevos.
Con un aporte del 5% de bagazo de cerveza, otro tanto de bagazo de aceite y la misma cantidad de linaza, consiguieron que sus productos tengan un mayor contenido tanto en Omega 3 como Omega 6. “En seguida pudimos etiquetar nuestros huevos como productos con contenido de estos ácidos grasos saludables y luego también la carne de nuestras aves, ya que en ambos casos superan ampliamente la cantidad requerida para poder indicarlo en el etiquetado”, especifica el productor.
Luego de la experiencia de incorporar estos ingredientes (bagazo de cerveza y aceite y linaza) durante el proyecto de investigación van a continuar con el aporte tanto del bagazo de cerveza como con la linaza, no solo por los buenos resultados sino también por su disponibilidad y facilidad para incorporarlo a la ración. El bagazo de cerveza procede de Chantada (Lugo), de la fábrica que la firma Estrella Galicia tiene en la localidad. “Aprovechar el bagazo para la alimentación de las aves es un ejemplo de Economía Circular, ya que para la cervecera es un residuo y para la ganadería supone un recurso óptimo para alimentación de nuestros animales y con un gran aporte nutricional”, añaden. El bagazo se lo proporcionan en bidones de manera que pueden conservarlo sin dificultad.
“Aprovechar el bagazo es un ejemplo de Economía Circular, ya que para la cervecera es un residuo y para la ganadería supone un recurso óptimo con un gran aporte nutricional”
La linaza procede de Ourense, al igual que el bagazo de aceite, que decidieron no continuar administrando a sus animales pese a su aportación nutricional. “Nos resultaba muy difícil el manejo del orujo de aceite y garantizar su conservación en buenas condiciones, por lo que debido a estas dificultades hemos decidido suprimirlo y solo seguiremos aportando un 5% de linaza y de bagazo de cerveza”, concretan.
La fórmula se complementa con un corrector certificado en ecológico y libre de químicos.
Producir cereales y huerta en ecológico
Por el momento, los cereales y la leguminosa que conforman la ración los compran, pero están ya gestionando la disposición de terrenos para producir de manera ecológica parte de sus cereales. “La intención es producir tanto el trigo, como el maíz y el guisante en ecológico. Ya disponemos de tierras y este año comenzaremos con las primeras siembras a modo de prueba”, detalla el productor. Los plazos para acreditar que la parcela y la producción son ecológicos por parte del Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica de Galicia (Craega) también retrasaron el proceso de producir su propio grano.
Además de los cereales, las aves de la ganadería Galo Celta se alimentan a base de verduras como la berza de col o los grelos. Este ha sido un aspecto en el que también han estado trabajando desde la ganadería para conseguir una certificación para sus fincas de berzas. Hoy tienen ya acreditada su huerta como berza gallega certificada en ecológico para producción avícola. “Cuando quisimos certificarla nos encontramos con que no había semillas ni planta certificada, con lo que tuvimos que conseguir también esa certificación”, detalla. De la mano de la empresa Horta da Lousa y el trabajo realizado en el CTC y en el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (Ciam), lograron la primera semilla y planta gallega de berza certificada en ecológico.
En la actualidad tienen ya una parcela de 4.000 metros cuadrados de berzas de col para alimentar a sus aves. Este año también sembraron una finca de Grelo de Santiago, que ya contaba con la certificación, y que además de aporte para complementar la dieta de sus animales, los emplearon como abono verde. “El aporte vegetal diario de los animales proporciona la pigmentación amarilla característica tanto de la carne como del huevo criados bajo este tipo de alimentación y manejo, que es tan apreciado”, detalla.
A corto plazo también quieren instalar un molino en la ganadería que le permita moler el grano que le proporcionan a los animales y seguir trabajando en una producción sostenible. Por el momento, con esta nueva fórmula también han desterrado los plásticos, ya que el grano les llega a granel y tienen arcas en las que guardarlo.
Diez años recuperando la crianza tradicional del gallo y la gallina
Cuando Sueiro comenzó hace 10 años con Galo Celta se fijó en la crianza tradicional que se hacía de las gallinas y gallos en el rural gallego. Su granja se basa en tres pilares: la cría de las aves en libertad, mantener los turnos de sacrificio tradicional y recuperar los sabores de la carne y del huevo producido bajo estos criterios, alejados de los ritmos de una avicultura intensiva.
Con estas premisas, sus aves viven más que las que permanecen en granjas intensivas. En el caso de los gallos, los turnos de sacrificio llegan a los 12 meses, los pollos los sacrifican a los 6 meses y las gallinas de carne a los 24 meses.
Además de la producción, Sueiro y Lorenzo comercializan directamente sus productos. Así, es habitual que los dos socios de la ganadería participen en ferias y encuentros gastronómicos especializados y también disponen de un puesto de venta directa de sus productos en el Mercado de Abastos de Santiago de Compostela.