Seis mitos sobre la leche que son falsos

La relación entre lácteos y salud humana es a menudo objeto de controversia social. Resumimos a continuación un análisis científico sobre la realidad de la leche a cargo de Carlos Spuch, del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur

Seis mitos sobre la leche que son falsos

Carlos Spuch, durante su intervención en la jornada de Lugo.

En internet no es dificil encontrar diversidad de opiniones contrarias al consumo de leche, amplificadas con frecuencia en redes sociales. ¿Qué hay de verdad y de mentira en todo lo que se cuenta sobre los lácteos?. Carlos Spuch, investigador senior del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur, ha ofrecido una charla en Lugo en la que abordó los mitos y realidades sobre la leche desde un punto de vista científico.

El acto se enmarcó en unas jornadas de apoyo al consumo de leche fresca organizadas ayer por Leite Lugo. Aprovechando las jornadas, Spuch hizo una llamada a apoyar la investigación sobre la leche en Galicia. «Tenemos un potente sector lácteo que merece que haya una buena investigación en paralelo. Sabemos mucho de la leche y de sus efectos positivos sobre la salud humana, pero nos queda aún mucho por investigar».

El análisis sobre la leche que realiza Spuch, desde un marco científico, desmonta los siguientes 6 mitos:

1) Es poco natural que los seres humanos consumamos leche

Uno de los argumentos habituales contra la leche cuestiona como poco natural que los seres humanos seamos los únicos animales que consumimos leche en la época adulta. Lo cierto es que la tradición de consumo de leche tiene más de 8.000 años. Se inició en el Neolítico gracias a una mutación genética en la población europea que le permitió el consumo de leche. Esa leche fue clave para el desarrollo de la ganadería, el establecimiento de poblados sedentarios y el abandono de la caza y de la recolección como únicas formas de conseguir alimento.

De hecho, la vaca es un elemento sagrado en muchas culturas tradicionales. En la mitología de los países escandinavos, se le atribuye a la llamada gran vaca cósmica, Audhumla, el origen y alimentación con leche de algunos de sus dioses.

2) La mayoría de la población mundial es intolerante a la leche

Los seres humanos precisamos de una enzima, la lactasa, para digerir uno de los componentes de la leche, la lactosa. En Europa, buena parte de las personas contamos con lactasa en el intestino de manera natural, si bien las personas intolerantes a la lactosa carecen de lactasa en su organismo.

Quesos, yogures y leche pasteurizada aportan lactobacilus, unas bacterias que mejoran la flora intestinal y facilitan la digestión de lácteos

La ausencia de lactasa no quiere decir que no se puedan consumir productos lácteos. Los quesos, yogures y la leche pasteurizada, entre otros productos, le aportan al organismo lactobacilus, que son bacterias que segregan lactasa y que, por tanto, con un consumo continuado, permiten que las personas puedan consumir leche y otros lácteos.

A nivel mundial, la población de Europa, Rusia y Norteamérica presenta los mayores niveles de lactasa de forma natural. En países de Asia, como China, el porcentaje de población con lactasa es menor, pudiendo rondar el 10-20%, si bien el resto también puede consumir lácteos que tengan lactobacilus.

El investigador Carlos Spuch precisa que ni la leche UHT ni la esterilizada cuentan con lactobacilus, por lo que en el caso de personas que detecten problemas para digerir la leche, recomienda el consumo de quesos, yogures y leche pasteurizada.

«El cuerpo, con la incorporación de lactobacilus al organismo, se va adaptando progresivamente al consumo de lácteos. También ocurre lo contrario. Si dejamos de consumir lácteos, vamos a perder lactobacilus y es probable que, al volver a tomar leche más adelante, nos siente mal», explica el investigador.

3) La grasa de la leche es mala para el colesterol y para las enfermedades cardiovasculares

La grasa de la leche tiene en ocasiones mala fama, si bien la realidad es que la leche es uno de los alimentos que presenta mejor equilibrio de grasas omega 3 (consideradas buenas) y omega 6 (consideradas malas). «La leche tiene un equilibrio 1-1, que es muy positivo. Los alimentos con mejor equilibrio de grasas son el pescado y la leche. Lo del pescado lo sabemos casi todos. Lo de la leche se desconoce de manera generalizada», compara Carlos Spuch.

En ciertas personas, puede estar aconsejado el consumo de leche desnatada, si bien Spuch advierte de que para otro grupo de consumidores, como son los niños, se recomienda el consumo de leche entera. «El cuerpo humano precisa de grasas. Nuestro cerebro tiene un 70% de ácidos grasos» – explica.- «Nos preocupa que se hayan detectado niños con problemas cognitivos por un bajo consumo de grasas», critica.

Positivo para el corazón

El investigador cuestiona que la leche se haya asociado a enfermedades cardiovasculares y asegura que su consumo es muy bueno para el sistema cardiovascular y para la prevención de infartos.

«Hay estudios científicos al respecto. Por ejemplo, se hizo un ensayo clínico con personas que tenían problemas de hipertensión y se comprobó que el consumo diario de tres vasos de leche pasteurizada reducía la tensión alta a valores normales. También fue positivo comprobar que personas con la tensión normal no experimentaban variaciones por el consumo de leche», señala Carlos Spuch.

La ingesta de lácteos está además muy indicada para deportistas, pues contribuye a una mejor recuperación de los electrolitos que se pierden durante el ejercicio. La proteína láctea también es ideal para los músculos tras la práctica del deporte.

4) El consumo de leche provoca alergias y mucosidades

El porcentaje de población europea con intolerancia al consumo de lácteos está por debajo del 1%. El resto no tiene ningún tipo de alergia a los lácteos, aunque sí es cierto que las variaciones que pueden experimentar ciertas moléculas de la leche en el procesado térmico UHT tienden a generar mucosidades. Sin embargo, Spuch precisa que la leche pasteurizada se comporta de forma contraria y presenta propiedades antiinflamatorias.

El consumo de leche pasteurizada, frente a la leche UHT, tiene, según el investigador, una serie de ventajas. «El procesado térmico de la leche UHT o de la esterilizada provoca una alteración de la estructura tridimensional de ciertas moléculas. Esa alteración dificulta la digestibilidad de compuestos como el triptófano, que es la base de la producción de serotonina en el cerebro», detalla Spuch. «Antes, tomar un vaso de leche a la noche se consideraba la mejor manera de tener un sueño de calidad. Eso se perdió en parte por la proliferación de la leche UHT», cuestiona.

5) La leche causa cáncer

El investigador asegura que no hay ningún estudio científico que relacione la leche con el cáncer. «Es una barbaridad decir eso», concluye. «Hay estudios que demuestran que la leche tiene efectos anticancerígenos y protectores frente a determinadas tipologías de cáncer, como el de colon o de mama. Evidentemente, la leche no cura, pero sí es cierto que puede contribuir a mejorar la respuesta del cuerpo a tratamientos de quimioterapia o radioterapia», valora.

6) La leche no es buena para absorber el calcio

Otra falsedad, según el investigador: «El consumo de leche está indicado en todas las edades como vía para nutrirse de calcio. No sólo se precisa en los niños, pues el calcio contribuye a la conservación de los músculos en personas adultas y en mayores ayuda a prevenir la osteoporosis», enumera Carlos Spuch. «La leche presenta además la ventaja de que su calcio es de muy fácil absorción por el organismo, al contrario de lo que sucede con algunos vegetales que también son ricos en calcio», señala.

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Cata de lácteos frescos

La jornada organizada por Leite Lugo para la promoción del consumo de leche fresca culminó con una cata de productos lácteos elaborados por explotaciones ganaderas de la provincia. Hubo leche pasteurizada, quesos, mantequilla, yogures y leche mazada.

El acto contó con la participación de cinco explotaciones de Lugo que apostaron por la vía de transformar parte de su producción. Son Arqueixal (Palas de Rei), Lácteos Casa Vidal (Guitiriz), Veigaria (O Incio), Ganadería Quintián (O Páramo) y D’Vaca, de O Saviñao.

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