‘Nutri-score’, un semáforo dietético en el etiquetado de alimentos que genera recelo en España

La Federación de Nutrición reclama mejoras en los criterios nutricionales que rigen el etiquetado Nutri-score para que se ajuste más a la dieta mediterránea y tenga en cuenta aspectos como la calidad y cantidad de grasas o el tipo de proteína de los alimentos

‘Nutri-score’, un semáforo dietético en el etiquetado de alimentos que genera recelo en España

El etiquetado frontal Nutriscore prevé implantarse en España en estos primeros meses de 2021. // Foto de archivo.

En las últimas semanas se ha vuelto a avivar el debate en torno al sistema de etiquetado frontal Nutri-score, que el gobierno español pretende incorporar a los alimentos en los primeros meses de este 2021. La valoración que algunos alimentos básicos de la dieta mediterránea o atlántica obtienen con los parámetros de este sistema está suscitando las críticas y recelos de los expertos en nutrición.

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El sistema Nutri-score plantea un sistema de colores y letras para clasificar los alimentos.

Un semáforo nutricional

El sistema Nutri-score es un etiquetado utilizado en países como Francia o Bélgica que se focaliza en la cantidad de calorías, azúcares, sodio y grasa saturada que contiene el alimento. Es un algoritmo que atribuye puntos positivos y negativos en relación con la cantidad de estos nutrientes en una suerte de semáforo nutricional, de 5 colores (del verde al rojo) y 5 letras (de la A a la E). De esta manera, los alimentos clasificados con las letras A y B (en color verde) serían los más saludables, mientras que la letra E y D (en color rojo y ámbar) se encontraría entre los más perjudiciales. Se trata de un semáforo similar al utilizado en otros ámbitos, como a la hora de evaluar la eficiencia energética de los aparatos eléctricos.

Uno de los ejemplos más comentado en los últimos días está siendo el caso del jamón ibérico, valorado según este sistema como menos saludable que los refrescos por su contenido en sal y grasas, sin llegar a tener en cuenta otros factores que son determinantes, según los expertos, a la hora de clasificar un alimento. También el aceite de oliva se ha encontrado en una situación similar, lo que ha motivado que desde el Ministerio de Consumo anunciasen ya que quedará fuera, ya que el algoritmo no recoge sus beneficios nutricionales.

“Es necesario mejorar los criterios nutricionales de implantación de Nutri-score en España”: Ascensión Marcos, presidenta de Fesnad

Este lunes, la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad) ha presentado en un webinar las principales conclusiones del análisis de este sistema de etiquetaje. Aunque el colectivo se muestra a favor de un etiquetado frontal que muestre al consumidor información clara sobre el valor nutricional de los alimentos, el sistema Nutri-score tampoco ha convencido a los nutricionistas. “Es necesario mejorar los criterios nutricionales de implantación de Nutri-score en España”, explica la doctora y presidenta de Fesnad, Ascensión Marcos Sánchez.

Sus principales deficiencias: no es todo lo claro que debiera a la hora de ofrecer información nutricional y tampoco se adapta a la dieta mediterránea, según ha reiterado la experta. “El etiquetado frontal debe ser comprensible, práctico, neutral y adaptado a los hábitos alimentarios y las guías alimentarias de la población a la que va dirigido, y esto no ocurre con Nutriscore”, detalla Marcos.

Critican que el algoritmo enmascara los puntos desfavorables, lo que genera dudas al consumidor

El cálculo del algoritmo que guía Nutri-score es uno de los puntos más conflictivos de este sistema. “El cálculo se realiza a partir de la cantidad de energía y de algunos nutrientes por 100 gramos o 100 mililitros y del porcentaje de presencia de ciertos alimentos, sin considerar la porción ni la frecuencia”, detalla la presidenta de Fesnad. Además, “el algoritmo no está bien ponderado, y la presencia de algunos puntos favorables enmascara los puntos desfavorables, lo cual no es científicamente razonable y genera dudas al consumidor”, indica Marcos.

Mejorar los criterios nutricionales

Otro de los aspectos en los que inciden desde Fesnad a la hora de valorar este sistema es el hecho de que se evalúe con criterios distintos los alimentos y las bebidas. Además, tampoco se considera el grado de procesamiento de los alimentos, lo que deja con mejores puntuaciones a elaboraciones procesadas frente a alimentos frescos o incluso que un mismo alimento obtenga igual puntuación aún cuando ha sido sometido a algún proceso que altera su valor nutricional. «Observamos que los anacardos naturales tenían la letra C, pero los fritos también tenían la C», indica la doctora.

Los nutricionistas también cuestionan que el sistema Nutri-score no distingue la calidad y procedencia de la proteína de los diferentes alimentos. Tampoco diferencia la cantidad y calidad de la grasa presente, ya sean ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados. Los lácteos son otros de los alimentos en los que el sistema Nutri-score no llega a valorar el aporte nutricional y los beneficios de la grasa láctea, de este modo siempre obtienen una mejor valoración los productos desnatados. “Este sistema no considera el valor esencial de minerales, vitaminas, ni de otros compuestos bioactivos, con funciones fisiológicas imprescindibles para una buena nutrición”, señala Marcos.

Nutri-score tampoco tiene en cuenta la cantidad de nutrientes en su conjunto, solo estima los ingredientes

Fesnad también apunta que otro inconveniente de este sistema es que no valora la cantidad de nutrientes en su conjunto, sino solo de los ingredientes. Además, este semáforo nutricional tampoco aporta información detallada que pueda ajustarse a las necesidades de determinados grupos de población española, con carencias nutricionales.

En base al análisis del etiquetado Nutri-score realizado desde la Federación de Nutrición proponen realizar algunas mejoras en el algoritmo para que se incluyan aspectos como la valoración del equilibrio social, económico y medioambiental del producto, así como la frecuencia con la que debe aparecer en la dieta ese producto.

Introducir algunos cambios sobre los elementos de cálculo del etiquetado podría mejorar la puntuación de algunos alimentos como el aceite sin necesidad de excluirlos del Nutri-score, tal y como apuntan expertos como el consultor en regulación alimentaria, Antoni García Gabarra. Este especialista aboga además por un sistema unificado en Europa, siguiendo el ejemplo de EEUU que cuenta con un sistema único para todos sus estados.

Proponen implicar a profesionales de la salud, productores, administración y consumidores antes de implantar este sistema

Por su parte, desde el Fesnad reclaman además, que antes de implantar este sistema de etiquetado se realice un trabajo previo en el que se involucre tanto a profesionales de la salud, como a productores alimentarios, desde agricultores y ganaderos a la industria, además de la administración y los consumidores.

Marcos incide en la importancia de desarrollar campañas de educación nutricional de forma continuada “para lograr que el consumidor sea capaz de tomar decisiones informadas con el fin de realizar la compra y el consumo de alimentos y bebidas más saludable”, concluye.

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