«Si no fuese por la velutina seguramente me estaría dedicando profesionalmente a la apicultura»

Noé Fernández ha continuado con la tradición familiar que había iniciado su padre en el lugar de Painzás, en O Valadouro, y es uno de los productores locales que en los últimos años lucha contra la avispa asiática. Su arma principal es el trampeo de primavera. Con todo, ha visto como la plaga mermaba su población de abejas. "A veces se te cae el alma a los pies", admite

Noé, no medio das súas colmeas, "fortificadas" xusto antes de sacar o mel o ano pasado

Noé, en medio de sus colmenas en Frexulfe, «fortificadas» justo antes de sacar la mel el año pasado

En casa de Noé Fernández Rolle, en el lugar de Painzás, perteneciente a la parroquia de Frexulfe, en el ayuntamiento mariñao de O Valadouro siempre hubo colmenas. «Abejas aquí las hay desde que tengo recuerdo, yo desde pequeño siempre le ayudé a mi padre con la miel», explica.

Lo que no había antes era velutinas, una avispa invasora que desde que llegó no ha dejado de expandirse por Galicia y de colonizar nuevos espacios cada año. Noé, que desde hace 6 años tiene la explotación familiar registrada a su nombre por la avanzada edad de su padre, ha sufrido las consecuencias de una plaga que merma las poblaciones de abejas y aumenta el desánimo de sus dueños.

«A mí la velutina me ha echado mucho para atrás, sino seguramente estaría dedicándome a esto profesionalmente», admite Noé. «Tengo un primo que vive en Suiza y allí un kilo de miel como este vale a 25 euros. Antes trabajaba en una empresa de máquinas expendedoras y, en su momento, cuando lo dejé, me planteé producir miel para exportar pero en esa época fue justo cuando vino la velutina y me desanimó», cuenta.

Me planteé en su momento dedicarme profesionalmente a producir miel para exportar a Suiza pero en esa época fue justo cuando llegó la avispa asiática

Noé trabaja ahora en la funeraria local. «En ese trabajo tienes una nómina fija todos los meses», justifica. Aquella otra idea ha quedado en el aire por el momento pero no descarta retomarla en el futuro. «Tengo colmenas y material, con una inversión mínima podría dedicarme a la apicultura», argumenta.

El colmear bajo mínimos

Noé mantiene hoy su apiario bajo mínimos, con solo 25 colmenas de las 60 que llegó a tener. «Hace dos años me murieron muchas y quedé con menos de la mitad. Esto de la velutina desanima a cualquiera, porque combates y combates pero es una plaga que no das eliminado y que te merma la producción y el número de enjambres», explica.

En Apicultura Painzás achacan el aumento de la mortalidad de colmenas que se está dando en los últimos años en Galicia a distintos factores, entre los que estarían «la velutina, el cambio climático y el uso masivo de sulfatos», dicen. «Es una suma de todo y el cambio climático favorece la mayor afectación por velutina, porque en noviembre hay años en los que parece primavera, lo que hace que la avispa asiática trabaje casi todo el año debilitando mucho las colmenas y haciendo que no sean capaces de sobrevivir al invierno», indica.

Módulos frontales para proteger las piqueras

Además de las colmenas y la afición por las abejas, Noé heredó de su padre los clientes que compran su miel. «Él ya tenía su clientela de todos los años y yo la sigo manteniendo», cuenta. Por eso no tiene problema para dar salida a una producción que ha ido a menos.

Por el contrario, los gastos se incrementaron, ya que tuvo que acometer una serie de inversiones para hacer frente a la avispa asiática. «El año pasado compré módulos frontales para las piqueras. Es una especie de cajón que se pone en la entrada y que tiene dos rejas metálicas. Lo que hace es proteger a las abejas al entrar y salir de la colmena, no se sienten tan intimidadas», describe.

Vas aguantando porque es resistir o tirar con todo, pero es duro ver que en un colmear donde llegó a haber 60 colmenas quedan hoy solo 25

En la época fuerte de los ataques, en los meses de agosto y septiembre, Noé coloca también una trampa al lado de cada trobo para intentar reducir la población de velutinas y su padre pasa horas entre las colmenas con un cazamariposas a la captura de avispas. «Vas aguantando porque es resistir o tirar con todo, pero hay veces que llegas al colmenar y se te cae el alma a los pies porque ves que en un apiario donde llegó a haber 60 colmenas quedan hoy solo 25», resume.

Manzanos y haba verdina

APICULTURA PAINZAS (Valadouro) mazá velutinas

Ante las dificultades para aumentar la producción de miel en las zonas de la costa por culpa de la avispa velutina, Noé optó por diversificar con otras producciones. Hace 4 años plantó un centenar de manzanos de 5 variedades distintas (Fuji, Prima, Gala, Gran Smith y Florina).

No usa tratamientos y busca soluciones naturales. Para controlar el pulgón, por ejemplo, deja crecer la hierba entre las filas de frutales. «Los saltones que se crían entre la hierba hacen su trabajo, son las ventajas de la biodiversidad», asegura Noé, que forma parte de Afruval, la asociación de foiticultores de O Valadouro.

Para controlar el pulgón de manera natural deja crecer la hierba entre las filas de frutales para que los saltones hagan su trabajo

Hace un año Noé decidió también sembrar habas verdinas junto a un amigo, que es productor de huerta, en las fincas de su casa que se encontraban sin uso. «A la hora de echarla la verdina da menos trabajo que la Faba de Lourenzá porque no hay que estacar pero luego da más trabajo para recogerla y secarla. Nosotros lo hacemos con ventiladores de aire. Tenemos un invernadero oscurecido que hemos habilitado como secadero», cuenta.

El Concello de O Valadouro empieza por cuarto año consecutivo el trampeo para capturar reinas

O Concello colocará este ano 1.500 trampas por todo o municipio

El Concello colocará 1.500 trampas por todo el municipio

Con la llegada del buen tiempo las velutinas despiertan de su letargo invernal y es el momento de comenzar a combatirlas. En esta primavera de 2021 el Ayuntamiento de O Valadouro instalará más de 1.500 trampas repartidas en las 6 quincenas que durará la campaña de trampeo para capturar a las reinas, cubriendo toda la extensión del municipio y potenciando las zonas donde más nidos se detectaron en 2020.

Este será el cuarto año en el que se realiza el trampeo en el término municipal, desde que empezó la extensión de la plaga de la avispa asiática en la comarca de A Mariña. El numero de nidos siempre iba en aumento año tras año hasta que en 2018 se comenzó a realizar un trampeo a gran escala en este municipio que mantiene una importante tradición apícola.

Esta apuesta decidida por el trampeo, combinado con la retirada de nidos, fue la única forma que encontraron en O Valadouro para mantener a raya la plaga y hacer que el numero de nidos que se detectan en verano se acabara reduciendo en un 80%.

La colaboración del Gobierno municipal y los vecinos logró reducir en un 80% la presencia de nidos

«La implicación de los apicultores locales y de otros vecinos del municipio en estos últimos años siempre fue un aliado a la hora de aumentar el numero de trampas que se colocan», destacan desde el Ayuntamiento. «Siempre que se empieza el trampeo paralelamente se hace una campaña de divulgación y sensibilización» para favorecer la participación social en el trampeo masivo, explican.

Colocación en árboles en flor o con pulgón

Realizar una trampa es algo rápido y sencillo. Con una simple botella de agua o refresco con dos agujeros enfrentados de 8,5 cm de diámetro y rellenada con zumo de arándanos mezclado con un poco de cerveza negra podemos atrapar esa reina de velutina que eligió la zona para pasar el invierno aletargada. Dado que las reinas de avispa asiática tan sólo se desplazan unos 400 metros en busca de alimento, la clave del trampeo es la distribución uniforme de cuantas más trampas mejor por todo el territorio, sobre todo cerca de cauces fluviales, árboles en flor o garajes y cobertizos.

Las trampas deben ponerse desde mediados de marzo hasta mayo

Es este momento inicial de la primavera la única época del año en la que se pueden capturar a las reinas de velutina, de ahí la importancia del trampeo, pues una vez que comiencen a formar el nido secundario ya no volverán a salir al exterior, y por cada reina capturada evitaremos la formación de una colonia que puede llegar a tener hasta 20.000 obreras.

Otra labor no menos importante pero algo más compleja es intentar localizar y destruir los nidos primarios. En su inicio tienen el tamaño de una pelota de tenis, y las reinas suelen escoger zonas de abrigo, como pueden ser aleros de casas o tejados de cobertizos y garajes, para hacerlos.

Cartel trampeo

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