Sistemas de alerta frente al mildiu: una herramienta para reducir los costes en patata

Un estudio realizado en A Limia muestra la utilidad de los sistemas de alerta en base a las condiciones meteorológicas para optimizar la aplicación de tratamientos contra esta enfermedad. Consiguieron reducir la aplicación de fungicidas sin casi pérdidas en la cosecha. Conocemos más detalles

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Sistemas de alerta frente al mildiu: una herramienta para reducir los costes en patata

Daños por mildiu en una parcela de patatas en la que no se aplicaron tratamientos preventivos contra la enfermedad. // Imagen. Laura Meno.

Los trabajos de la investigadora Laura Meno Fariñas en A Limia (Ourense) abordaron dos de los desafíos que se le presentan al cultivo de la patata: la incidencia del mildiu y la reducción del uso de fungicidas, para procurar una producción más sostenible y rentable. Un sistema de alertas meteorológicas, similar al estudiado y empleado en otros cultivos como el viñedo, muestra también resultados de interés para la producción de patata frente a esta enfermedad.

“Con estos sistemas de alerta se evita aplicar ciertos tratamiento preventivos e innecesarios contra el mildiu, manteniendo igualmente controlada la enfermedad y logrando reducir los costes de producción sin perder producción”, apunta la investigadora Laura Meno, que lleva tiempo centrada en la investigación sobre la patata, trabajando en temas como la incidencia de la Alternaria, sobre la que gira su tesis doctoral.

El sistema de alertas permite predecir los momentos de mayor riesgo, lo que facilita la toma de decisiones al agricultor para mantener protegido el cultivo

El sistema de alertas con el que trabajan tiene en cuenta las condiciones meteorológicas favorables para la aparición del mildiu, de modo que consiguen establecer los momentos de mayor riesgo de incidencia del patógeno. “Estas alertas le facilitan la toma de decisiones a los agricultores, evitan la aplicación de tratamientos de prevención innecesarios y permiten proteger el cultivo en aquellos estados más críticos”, destaca la investigadora.

Gracias a estas alertas pueden ajustarse los tratamientos preventivos que se acostumbran a dar, haciendo un manejo de mayor precisión. El empleo de este sistema reduciría el número de aplicaciones, lo que supone no solo una reducción de los costes de producción sino lograr una producción más sostenible y respetuosa con el medio.

Así, el uso de estos modelos permiten responder a las exigencias de la Unión Europea, que busca reducir la aplicación de fitosanitarios, consiguiendo producciones con un menor impacto ambiental. De hecho este trabajo de investigación forma parte del proyecto SoildiverAgro, para la mejora de la biodiversidad del suelo y los agroecosistemas europeos, y cuenta con financiación europea.

A investigadora Laura Meno presentou os resultados dos seus traballos ante o produtores da Limia nunha xornada celebrada no Inorde.

La investigadora Laura Meno presentó los resultados de sus trabajos ante productores de A Limia en una jornada celebrada en el Inorde.

Centrados en la variedad Kennebec

En el estudio se incluyeron un total de 11 variedades de patata empleadas para la producción en Galicia. Sin embargo, los primeros resultados que la investigadora hizo públicos en una jornada con productores de patata celebrada en el Instituto Ourensano de Desarrollo Económico (Inorde), se centraron en la variedad Kennebec que es de las variedades más empleadas en A Limia, una de las principales zonas productoras de patata en Galicia.

Los trabajos de investigación se realizaron en una finca de patatas del Inorde situada en A Limia durante las dos últimas cosechas, la del 2021 y 2022. En este predio contaban con parcelas en las que se hizo un manejo convencional, aplicando tratamientos preventivos cada 10 -12 días, otras en las que se probó el sistema de alertas y solo se aplicaban los fitosanitarios siguiendo las alertas del sistema; así como otra parcela testigo, en la que no se aplicó ningún tipo de tratamiento.

El modelo de alerta y las condiciones climáticas

El sistema de alertas se basa en un modelo ya aplicado en países como Dinamarca y que trabaja teniendo en cuenta la temperatura, la humedad relativa y las precipitaciones registradas para estimar los momentos de mayor riesgo. “Decidimos emplearlo por las buenas estimaciones hechas al contar con 10 años de base de datos”, detalla la investigadora. En este tipo de estudios, cuanto mayor sea la base de datos de la que se dispone más acertado se vuelve el ajuste del modelo para reconocer los momentos críticos para el desarrollo del patógeno del mildiu.

Danos por mildio en plantas de pataca. // Imaxe. Laura Meno Fariñas.

Daños por mildiu en plantas de patata. // Imagen. Laura Meno Fariñas.

El modelo alerta del riesgo de infección de mildiu y de los picos de esporulación del patógeno, cuando se registra una humedad que sobrepasa el 88% y la temperatura se encuentra entre 10 y 24 grados. Si esta situación se prolonga durante más de 14 horas diarias el riesgo es máximo.

Pese a las diferencias meteorológicas de los años de estudio, el mayor riesgo en la comarca se centró en la semana del San Juan y los primeros síntomas los detectaron a comienzos de julio

En estos dos primeros años de estudio las condiciones meteorológicas fueron muy diferentes. En el 2021 hubo un mayor riesgo de incidencia del mildiu, con temperaturas más suaves y mayor humedad. En el 2022 hubo un incremento de la temperatura media de 1,4 grados con respeto del año anterior. La planta sufrió mayor estrés hídrico y hubo 47 días en los que se superaron los 30 grados, lo que provoca la paralización del desarrollo de la planta mientras se registran esas temperaturas. “En el 2021 tuvimos varios días con picos diarios de hasta 80 esporangios contabilizados en 24 horas, mientras en el 2022 solo hubo un día en el que se superaron los 10 esporangios diarios”, explica la investigadora. Con todo ninguno de los dos años estudiados, fueron campañas de gran incidencia de mildiu.

A pesar de las diferencias en cuanto a las condiciones meteorológicas de los dos ejercicios, el período de mayor riesgo en la comarca coincidió en ambos casos en la semana de San Juan, alrededor del 24 y 25 de junio, por lo que los primeros síntomas de afección de mildiu se registraron entre el 6 y 7 de julio.

Imaxes do ano 2021. De esquerda a dereita: Parcela control con danos por mildio, parcela convencional e parcela tratada segundo o sistema de aviso. // Fotos de Laura Meno Fariñas.

Imágenes del año 2021. De izquierda a derecha: Parcela control con daños por mildiu, parcela convencional y parcela tratada según el sistema de aviso. // Fotos de Laura Meno Fariñas.

Los primeros resultados

Pese a que son aún los primeros resultados y como apunta la investigadora, sería preciso contar con más años de estudio, el sistema de alertas consiguió que se redujera casi a la mitad la aplicación de tratamientos preventivos, sin que esto llegara a tener una gran incidencia en la producción. Mientras que en las parcelas en convencional se aplicaron 6 tratamientos preventivos contra el mildiu en el 2021 y 7 aplicaciones en el 2022, en aquellas gestionadas con el sistema de alertas solo fue preciso utilizar 3 tratamientos en ambas campañas. Es preciso tener presente que en las parcelas en las que no se aplicó ningún tipo de tratamiento, la incidencia de mildiu en el 2021 fue del 47% y en el 2022 la incidencia fue mínima.

Pese a reducirse el número de tratamientos, con el impacto positivo que esto genera, apenas se contabilizó una reducción de menos del 10% en la producción. En concreto se registraron unos 3.000 kilos menos por hectárea. Como apuntaba la investigadora, esta pérdida de rendimiento no está confirmada que esté relacionada con la reducción de los tratamientos preventivos, sino que puede haber otros factores que hayan afectado.

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