Solicitan incluir las variedades Agraria y Fina de Carballo en la IGP Patata de Galicia y ampliar el área a toda la Comunidad

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Solicitan incluir las variedades Agraria y Fina de Carballo en la IGP Patata de Galicia y ampliar el área a toda la Comunidad

Patata de Galicia

El Diario Oficial de Galicia publica hoy la solicitud para incluir las variedades Fina de Carballo y Agraria en la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Patata de Galicia. Hasta ahora sólo estaba autorizada la variedad Kennebec, y desde el Consejo Regulador esperan que con la inclusión de estas dos nuevas variedades, y sobre todo de la Agria, muy cultivada en A Limia, se puedan duplicar e incluso triplicar las cantidades comercializadas bajo a IGP Patata de Galicia. Además, se amplía el área de la IGP a todo el territorio gallego. Hasta ahora estaba limitada a las comarcas de A Limia, Lemos, Bergantiños, A Mariña Oriental y A Terra Chá.

Para ello, el Consejo Regulador de la IGP solicitó el pasado 30 de marzo La modificación del pliego de condiciones de la indicación geográfica protegida Pataca de Galicia/Patata de Galicia. Una vez publicada esta solicitud en el DOG, se someterá a un procedimiento de exposición pública en el Estado español antes de su remisión a los servicios de la Comisión Europea.

Introducción de nuevas variedades: Agria y Fina de Carballo.

La variedad Agria se viene cultivando en Galicia desde hace varias décadas, sobre todo en la principal comarca productora, la comarca de A Limia. No se incluyó en el primer pliego de condiciones de esta indicación geográfica protegida porque en aquel entonces se trataba de una variedad protegida, condición que hoy ya no tiene.

Tanto las características edafolóGicas como las climatológicas de Galicia confieren a la variedad Agria unas calidades organolépticas diferenciadoras respeto de las patatas de la misma variedad cultivadas en otras zonas productoras, según se pudo determinar en diferentes catas a ciegas realizadas en las que participaron expertos en análisis sensorial. En estos ensayos se probaron diferentes variedades de patatas procedentes de diversas zonas y preparadas de tres formas distintas: cocidas, en fritura francesa y fritas en chips. En todos estos ensayos la variedad agria cultivada en Galicia mostró una valoración comparativa muy favorable, con elevadas puntuaciones, sobre todo cuando se freía y especialmente frita en chips, lo que la hace muy demandada por la industria del frito.

Se trata de una variedad que da un contenido medio en materia seca de alrededor del 21 % y cuyo contenido en azúcares reductores está siempre por debajo del límite que se marcó para esta indicación geográfica protegida.

Cuanto a sus características, al igual que la variedad kennebec, la agria se caracteriza por su piel lisa y fina, con ojos muy superficiales, lo que la hace comercialmente muy demandada.

En lo referente a las características agronómicas, además de unos rendimientos por hectárea algo superiores a los de la variedad kennebec, hay que destacar su resistencia al nematodo dorado de la patata (Globodera rostochiensis), aspecto importante, ya que en la principal zona productora de patata de Galicia, la ya citada comarca de A Limia, está incrementándose el número de parcelas en que se encuentra este parásito al cual la variedad kennebec es bastante sensible. La introducción de la variedad Agria está suponiendo, además de una reducción en los costes de los tratamientos, una contribución a la mejora ambiental, ya que se pueden disminuir mucho, e incluso suprimir, los tratamientos para combatir esta plaga.

La fina de Carballo es una variedad autóctona de Galicia que se cultiva fundamentalmente en la comarca de Bergantiños, una de las zonas de mayor tradición en la producción de patata en Galicia. Como en el caso de las variedades kennebec o agria, su piel es lisa y fina. Con todo, frente a estas, presenta ojos profundos, característica que le restó valor comercial y por eso su cultivo sigue siendo bastante limitado.

Con todo, se trata de una variedad que, como la kennebec, presenta carne de color blanca y que tiene unas magníficas calidades organolépticas, sobre todo cuando se cuece, tal y como se pudo comprobar en las catas comparativas que se realizaron para su evaluación. El hecho de que sea una variedad autóctona y la necesidad de fortalecer el patrimonio fitogenético, aconsejan incluir esta variedad entre las admitidas dentro de la IGP Patata de Galicia.

Ampliación de la zona geográfica a toda Galicia

El pliego de condiciones vigente de la IGP Patata de Galicia considera cuatro subzonas de producción que abarcan distintos municipios distribuidos por tres de las cuatro provincias gallegas. En su momento, cuando se elaboró el primer pliego de condiciones, se incluyeron sólo aquellos municipios en que el cultivo con destino al mercado era más importante, dejando fuera del área geográfica el resto del territorio gallego.

Sin embargo, el cultivo de la patata se distribuye en Galicia de forma bastante homogénea por las cuatro provincias que conforman la comunidad. Así, según los últimos datos oficiales, correspondientes al año 2014, las hectáreas cultivadas por provincia son: 6.016 (A Coruña), 4.201 (Lugo), 6.883 (Ourense) y 3.158 (Pontevedra).

El hecho de que en Galicia una gran parte de la patata que se cultiva se dedica al autoconsumo o a la venta directa del productor al consumidor es también un motivo que explica que sólo determinadas zonas fueran incluidas en el territorio de la indicación geográfica protegida.

No obstante, las características edafoclimáticas que se recogen en el vigente pliego de condiciones se dan en mayor o menor medida en cualquiera de las comarcas de Galicia. Téngase en cuenta que las subzonas que se recogen en el pliego vigente están distribuidas por todo el territorio gallego. Estas condiciones, que se resumen en un clima húmedo, con precipitaciones alrededor de los 1.000 a 1.500 milímetros e incluso más, con un período seco al final del verano y temperaturas suaves durante el período vegetativo de la planta y suelos francos o franco-areentos con pH ácido (entre 5 y 6,5), son condiciones que se dan en general en Galicia. Es decir, el cultivo de la patata gallega se realiza en todo el territorio de la comunidad autónoma, excepto en las zonas de alta montaña, con terrenos en pendiente que hacen que la mecanización del cultivo sea difícil.

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