Hace casi 2 años llegaron a la ganadería Ametsleku (Karrantza, en Vizcaya) el primer lote de vacas Fleckvieh que pasarían a formar parte de un rebaño integrado hasta el momento en exclusiva por Holstein. Las Fleckvieh llegaban para mejorar la rentabilidad de la granja y se han ganado a pulso su continuidad. Hoy el rebaño lo integran ya casi a partes iguales Holsteins y Fleckvieh y la intención de Sandra Aras y Ernesto Zulueta, el matrimonio de ganaderos al frente de Ametsleku, es que se mantenga en esa proporción, por la buena combinación que han conseguido.
“Somos unos apasionados de la raza Holstein, pero las Fleckvieh nos han conquistado por sus cualidades”, reconoce Sandra. El carácter extremadamente afable, el fácil manejo, su rusticidad y salud, la elevada tasa de preñez o su doble aptitud, con un importante aporte tanto para la producción de leche como de carne que ofrecen las vacas Fleckvieh les han asegurado su sitio en la granja. Aún con estas bondades que están descubriendo de la raza tampoco tienen previsto dejar de lado el rebaño de Holstein por el que han trabajado desde que comenzaron con la granja hace 20 años.
20 años trabajando con vacas Holstein campeonas
Sus primeros animales, Honey y Lace, fueron dos novillas Holstein que adquirieron en el año 2002, tras visitar cuatro años antes Tauste Ganadera, una granja zaragozana de referencia en el sector. Desde un principio decidieron contar con buenos ejemplares e hicieron una clara apuesta por la selección y mejora genética además de por conocer a fondo su rebaño. Prueba de ello es que hoy los casi 130 animales de raza frisona que tienen en la ganadería están genotipados, lo que les ofrece una importe fuente de información para seguir consiguiendo ejemplares de gran valor.
Tienen todo su rebaño Holstein genotipado y llevan años apostando por ejemplares cuyas cualidades han sido reconocidas en numerosos concursos
Su apuesta por animales con buenas cualidades y su pasión por la raza Holstein los ha convertido casi desde sus inicios en la ganadería en habituales de los certámenes de frisonas. “Un éxito es cuando toda una grada se olvida de ciertas diferencias y se emociona con dos jóvenes chalados que lloran mientras besan a su novilla, Argi, que acaba de ganar el Concurso Nacional”, recuerda Sandra una de las victorias en los certámenes morfológicos.
Ametsleku ha sido también una ganadería habitual en el certamen de la raza frisona que se celebró durante años en el marco de la Semana Verde. “Era un concurso del que hemos disfrutado mucho por el propio ambiente de la feria, el contacto con ganaderos gallegos y con gente que se acercaba a conocer más sobre la raza aún sin tener vinculación con el sector”, apunta la ganadera.
La llegada de las Fleckvieh a la granja
Las primeras Fleckvieh llegaron a la granja en julio de 2020 como una vía para incrementar las calidades y conseguir una mayor rentabilidad en la ganadería. “Decidimos introducir una nueva raza en la ganadería, ya que en nuestro caso las calidades han supuesto siempre un problema en cuanto al precio de la leche. Las Fleckvieh vinieron con el objetivo de mejorar esa carencia y para valorar diferentes razas”, explican.
Las medias que manejan las Fleckvieh en calidades de la leche contribuyeron a subir la media de la ganadería. Así, las 60 Fleckvieh que tienen ahora en la granja tienen una producción media de 28 litros por vaca con unas cualidades de 4,2% de grasa, 3,5% de proteína y un recuento de células somáticas de unas 90.000. Esta media consiguió incrementar el valor de la leche en la granja, ya que aunque las 70 frisonas tienen una producción más alta en volumen de leche, con una media de 36 litros por día, las cualidades se sitúan por debajo, con un 3,4% de grasa y 3,3% de proteína de media y un recuento celular de unas 220.000 células somáticas. La llegada de las Fleckvieh les ha permitido lograr una media de 4% de grasa y de 3,5 de proteína y conseguir así un incremento del precio de la leche, que venden a la cooperativa Kaiku.
Han conseguido subir las calidades medias de la granja con la llegada de las Fleckvieh, que alcanzan un 4,2% de grasa y un 3,5% de proteína. Aunque las Holstein se mantienen con mayor volumen de litros
El primer lote de Fleckvieh que llegaron a la granja fueron 32 animales, todas ellas novillas o vacas muy próximas al parto, con intención de escalonar el nacimiento de los terneros y facilitar su manejo en la granja en los primeros meses tras su llegada. “Ernesto tuvo la suerte de toparse con Antonio, de Ganados Barreira, que nos descubrió esta raza. Con Antonio desde Galicia y Alexander Manrique, de Genetic Austria, desde Austria conseguimos traer unos animales increíbles. Nos hemos sentido tremendamente arropados desde el minuto uno; antes de adquirir los animales, asesorándonos, atendiendo todas nuestras dudas, respetando nuestros tiempos y decisiones”, apuntan.
A principios de este año llegaba un segundo lote de animales a la ganadería. De este modo, cuentan ya con 60 Fleckvieh en producción, unas 12 vacas secas y 36 novillas y terneras. “Todas las vacas que compramos continúan con nosotros. No hemos tenido ninguna baja por el momento”, apunta la ganadera.
“El veterinario solamente conoce a nuestras Fleckvieh para inseminar, ya que son animales que no suelen tener problemas de salud”
Uno de los aspectos que más les ha sorprendido de esta nueva raza es su carácter afable, rusticidad y salud. “Confían en ti y te dan pie a confiar en ellas, lo que hace que la relación fluya y se respire un ambiente de tranquilidad y bienestar en la granja”, valoran.
Los gastos veterinarios con estos animales también están siendo mínimos, sin apenas incidencia de patologías como la mastitis o con índices de preñez muy tempranas. “El veterinario solamente conoce a nuestras Fleckvieh para inseminar, ya que son animales que no suelen tener problemas de salud”, ratifican. En este sentido reconocen que mientras que con las frisonas puntualmente pueden tener brotes de mamitis por factores ambientales u otras causas ajenas al manejo del ganadero, las Fleckvieh apenas se han visto afectadas.
En cuanto a lo reproductivo, en estos momentos están buscando incrementar el rebaño de las Fleckvieh, por lo que utilizan semen sexado. “Utilizamos el semen mínimo, con una media de 1,5 dosis por animal y todo el sexado”, apunta Ernesto. Están apostando por la genética austríaca con semen sexado genómico y de esta forma también genotipan a las hembras. “Buscamos sólidos, valores de producción de leche intermedios y fitnes”, matiza el ganadero.
Además, en este tiempo han tenido ya varios partos gemelares que han salido adelante sin incidencias. “No ha habido ningún problema de retención de placenta o animales que por este motivo hayan tenido dificultad para arrancar la lactación”, indican.
Dos razas, dos rebaños
En el día a día en la granja trabajan con dos rebaños, para adaptar el manejo a las características de cada una de las razas. Pese a ser unos grandes defensores de las frisonas, reconocen importantes diferencias entre ambas en sus requerimientos. “Las Fleckvieh parecen conservar aún un carácter más primitivo y virgen en comparación con la evolución que ha experimentado la raza Holstein en estos años de trabajo con la raza. Las frisonas son como ‘deportistas de élite’ que requieren unos cuidados especiales debido a la evolución que han experimentado para llegar donde están, mientras que las Fleckvieh son mucho menos exigentes”, valora la ganadera.
“La Fleckvieh no pierde condición corporal aún en los picos de lactación. El animal se mantiene estable por esa doble aptitud de esta raza, por lo que lo que ingiere lo traduce en leche y carne”
Así, se observa por ejemplo en la alimentación, donde la Fleckvieh no es nada exigente y si extremadamente agradecida. La ración de las Holsteins en producción es de un fardo de mezcla seca de 18 kilos, más 7 kilos de pienso en el robot y 3 kilos de avena. En el caso de las Fleckvieh la ración se compone de 14 kilos de avena y 6 kilos de concentrado en el robot por vaca al día. “La Fleckvieh no pierde condición corporal aún en los picos de lactación. El animal se mantiene estable por esa doble aptitud de esta raza, por lo que lo que ingiere lo traduce en leche y carne”, concreta la ganadera.
Las Fleckvieh también han sabido acostumbrarse al robot de ordeño sin mayores dificultades. “Nosotros llevamos ya muchos años haciendo el ordeño con el robot y las Fleckvieh se adaptaron desde el primer momento”, explica Sandra.
Tanto Fleckvieh como frisonas en producción permanecen en la granja, mientras que las vacas secas y la recría salen al pasto, si la meteorología lo permite. También en esta etapa se muestran diferencias entre las dos razas. “El instinto de la Fleckvieh es de pacer, mientras que la frisona cuando están fuera prefiere comer en el comedero”, reflexiona. Manejan unas 10 hectáreas destinadas al pasto y tienen otras 20 hectáreas, las más alejadas de la granja, alquiladas a vecinos.
En la ganadería Ametsleku fueron de los primeros en poner goma en los patios para mejorar el bienestar de las vacas, que les ayuda en cuestiones como la detección de celos, pero sobre todo en el confort de animales mayores que están más torpes o que tienen mucho peso. Hoy solo las frisonas están en estos patios con goma. “Las Fleckvieh no tienen goma en los patios y de momento no hemos tenido el mínimo problema de patas”, señala Sandra. En ambos rebaños las camas son de paja con red, que revisan dos veces al día y que renuevan una vez por semana.
La recría es otro de los aspectos en los que se aprecian diferencias entre los dos rebaños. “El valor económico de los terneros machos Holstein a día de hoy es poco menos que insultante para el ganadero, y en el caso de los Fleckvieh es un aporte fundamental para la economía de la granja”, valoran. Las hembras que nacen en la granja las están criando todas. Mientras, los machos de Fleckvieh puro los suelen criar hasta que tienen un año y luego los venden para carne o vidal.
Además, tienen otra línea de cruce con Azul Belga, tanto en los frisones como en las Fleckvieh. Son terneros que comercializan mediante un tratante cuando tienen entre 4 y 6 semanas. En este caso, con los terneros de Fleckvieh-Azul Belga logran de media sobre 100 euros más que con los frisones-azul belga.
Apuesta por la granja
La pasión por sus vacas se palpa nada más comenzar a hablar con Sandra y al conocer más detalles de su historia se confirma. Sandra recuerda con gracia el momento en que decidieron dar el paso de convertirse en ganaderos. “Necesitábamos un sofá nuevo para casa y nos preguntamos. ¿Nos compramos el sofá o dos novillas? Así empezamos y hoy seguimos priorizando la granja”, apunta.
Ahora se preparan para un nuevo proyecto, convertir la granja en un Centro de Interpretación en el que recibir visitas de colectivos diversos a los que mostrar su día a día y los entresijos de la producción de leche y carne. En esta misma línea, la Ganadería Ametsleku acogerá a finales del verano el encuentro de Genetic Austria, organizado en colaboración con Ganados Barreira, en el que los ganaderos participantes conocerán de primera mano el rebaño Fleckvieh.