El Centro Tecnológico, Forestal y de la Madera, Cetemas, en Asturias, colabora en la mejora de la productividad de las masas de pinos y su aprovechamiento resinero. La calidad de la resina es el eje de los trabajos desarrollados desde dicho centro. Su trabajo permitirá disponer de herramientas de bajo coste para caracterizar la calidad de la resina, lo que supone importantes ventajas para el sector, tanto para las industrias como para los resineros.
Conocemos con el investigador y director del Cetemas, Juan Majada, así como con la investigadora principal del proyecto, Amelia González Arrojo, la investigación y los avances que han logrado hasta el momento.
-¿Por qué decidieron centrar sus esfuerzos en la calidad de la resina?
-En el sector resinero, al igual que ocurre con otros sectores del ámbito forestal, la rentabilidad está centrada en la facturación por volumen y no hay una valorización en precios por calidad del producto. Por eso, cuando hace 3 años empezamos a trabajar en el proyecto planteamos un enfoque diferencial que incluyera el desarrollo de tecnologías para poder caracterizar la resina, tanto en el momento de la recogida como durante la transformación, de forma que se puedan revalorizar por calidades los productos que se obtengan, y que implique mayor ganancia tanto para quien extrae la resina como para el propietario forestal.
-¿Qué factores determinan la calidad de la resina?
-El concepto de calidad de resina es muy amplio, por lo que a la hora de evaluarlo pueden establecerse distintos escalones. Así, desde el punto de vista de la empresa resinera, una resina de calidad es aquella que tiene un alto rendimiento en los productos de interés, es decir, un porcentaje elevado de componentes principales (trementina y colofonia) y pocas impurezas. Esos componentes de la resina a su vez tienen una composición química con sus peculiaridades que le hacen ser más adecuados para ser utilizados por unas empresas de segunda transformación u otras. Así, por ejemplo, la presencia de algunos compuestos limita que puedan emplearse esas resinas para fines farmacéuticos o de perfumería.
-¿Qué componentes se tienen en cuenta para analizar la calidad de la resina?
-En el análisis de calidad de la colofonia o la trementina se tienen en cuenta, entre otros parámetros, la acidez, el color, las impurezas o el porcentaje en el que se encuentran determinados componentes. Esos dos componentes principales de la resina se procesan en la industria de segunda transformación para la obtención de productos derivados, por lo que la industria en cada modelo de negocio busca ciertos compuestos que les faciliten ese proceso industrial.
“Caracterizar y clasificar la resina por su pureza o cualidades permite obtener un mayor precio por el destino que se le pueda dar”
-¿En qué ha consistido el trabajo realizado desde Cetemas?
-Se planteó aplicar una tecnología sencilla, versátil y económica (tecnología NIRs) que permitiera obtener una herramienta de caracterización de la resina y poder darles un precio mayor a las resinas puras obtenidas por los métodos innovadores de Acrema o por el destino que pueda tener, o por ambos motivos. Con esta herramienta se podrá preseleccionar la resina en función del uso que se le quiera dar, consiguiendo un producto más competitivo.
-¿Disponen ya de esta herramienta? ¿Cuál es su funcionamiento?
La herramienta se basa en la aplicación de la espectroscopía del infrarrojo cercano (NIRs), y consiste en hacer incidir un haz de radiación con una longitud de onda determinado sobre la muestra. El comportamiento de la muestra frente a esa radiación es captada por un detector que genera una señal (espectro) la cual relacionamos con los datos obtenidos en laboratorio con técnicas tradicionales. Esta A partir de estos datos y aplicando softwares específicos podemos desarrollar modelos para predecir estos valores. El objetivo final es lograr un análisis de la resina de forma rápida, ya que tradicionalmente el análisis de la calidad se realiza en laboratorio con metodologías tediosas y que requieren tiempo, personal y que además generan abundantes residuos.
-¿Qué ventajas proporcionará el uso de técnicas NIRs?
-Son técnicas que, una vez implementadas y validadas, son rápidas, sencillas y no destructivas, ya que la muestra no se destruye como ocurre en los análisis clásicos de laboratorio. Estas herramientas permitirían automatizar estos análisis, además de ser muy versátiles y existir una gran variedad de dispositivos en el mercado que podrían adaptarse al análisis de la resina, de tal forma que casi in situ se podría determinar la calidad de la resina, prediciendo una serie de parámetros de interés. Un análisis de NIR dura menos de 1 minuto, por lo que proporciona una ventaja importante.
-¿Sería significativo para el sector conocer de esta forma la calidad de la resina?
-Se podría caracterizar y agrupar la resina por lotes en base a su origen geográfico y su calidad, de manera que se clasificaría con trazabilidad para diferentes usos.
“El uso de la tecnología NIR permitiría también una trazabilidad de orígenes geográficos de calidad, que puede ser de interés para las industrias”
-¿Se podrían hacer estos análisis NIR en campo?
-Podría adaptarse, con los dispositivos adecuados, para hacer un cribado inicial ya sea en el monte o la fábrica. En monte se presta más atención a lograr una extracción rápida y eficaz, por lo que sería más operativo hacerlo en fábrica, permitiendo una ventaja considerable para determinar grado de impurezas y calidades. Esto permitiría también una trazabilidad clasificando y agrupando lotes en función de la calidad para utilizar después en un destino y utilidad diferente según su composición.
-¿Cuándo podrá estar operativa esta para el análisis de la resina?
-Por ahora estamos trabajando en adaptar la tecnología, para que pueda aplicarse a las muestras de resina y comprobando qué parámetros de interés para la caracterización de la resina se pueden predecir. Los resultados son prometedores y para esta primavera esperamos tener resultados más robustos. El éxito de la tecnología NIRs está condicionado en disponer de una población de calibración (muestras) muy amplia, que sea representativa de la variabilidad de las muestras para poder desarrollar modelos robustos que permitan una predicción fiable.
-A la hora de obtener resina de mayor pureza, ¿resulta determinante el método de extracción para lograr una resina de calidad?
-El primer paso abordado en el proyecto, además de evaluar resina de distintos puntos de recogida y especies, ha sido evaluar el rendimiento comparativo de los diferentes métodos de extracción. En este análisis se incluye la cantidad de resina que se recoge, así como cuál es el porcentaje de componentes principales. Sin entrar en un análisis de componentes, recoger la resina sin impurezas a la industria le supone un gran avance, ya que con los métodos tradicionales de extracción llegan en la resina desde hojas o cortezas del pino, así como insectos, lo que implica que de media la resina tenga entre un 10 – 15% de impurezas, por lo que las fábricas deben asumir un proceso de limpieza. Estas impurezas, además de reducir el volumen de resina utilizable, generan un residuo en fábrica, por lo que recibir la resina más limpia para la industria es ya en sí misma una ventaja.
Además, uno de los objetivos que tiene el proyecto es desarrollar y evaluar métodos de extracción de la resina que implican modelos de gestión diferentes a los clásicos de recogida de resina. La intención es definir métodos de trabajo para los resineros adaptados a este tipo de tecnologías que son un poco diferentes. Estas innovaciones ya permiten recoger una resina pura, lo que se traduce en un mayor rendimiento en la composición química con mayor valor y es más interesante para determinados usos, ya que se están probando inductores ecológicos, lo que abriría a ampliar el uso de la resina en sectores como la biomedicina y cosmética.
“Con el método de extracción cerrada se logra una resina más pura y con un mayor porcentaje de trementina”
-¿Qué avances hay ya en cuanto a los métodos de extracción?
-Se han comparado dos metodologías de extracción: el método cerrado, en el que la resina no tiene contacto con el aire frente al método tradicional o de pica ascendente. A simple vista ya se aprecia que con el método cerrado se logra una resina más pura, y además se logra un mayor porcentaje de trementina.
También afecta al índice de acidez, dentro del rango que se considera adecuado para el uso de las colofonias, así como a parámetros como el grado de color que resulta más adecuado y una mejora en la composición química de compuestos de interés.
Por otro lado, dentro del proyecto se está trabajando con distintos inductores para conseguir que el pino mantenga esa capacidad de resinación durante más tiempo, lo que alarga los tiempos entre las revisiones que debe hacer el resinero, de manera que se consigue una mayor rentabilidad al poder reducir el número de visitas.
-¿Hay diferencia entre la resina de los Pinus pinaster y Pinus radiata? ¿Cuál proporciona resina de mayor calidad?
-Hemos analizado tanto muestras de resina de Pinus pinaster y radiata extraídas tanto con métodos tradicionales como en bolsa cerrada. Hemos visto que los porcentajes de trementina más elevados siempre los alcanza el Pinus pinaster. El Pinus radiata se acerca bastante, pero no llega a esos valores, al menos en las muestras que hemos manejado por el momento. Son resultados preliminares y con un número de muestras no muy elevado en el caso de Pinus radiata.
«Hemos constatado que hay árboles superproductores, que producen una cantidad ingente de resina, dispersos en todo el territorio nacional»
-¿Hay diferencias en la calidad de la resina entre los pinares de distintas zonas geográficas?
-A nivel general y con los mismos métodos de extracción, se ha constatado una ligera mayor producción media en zonas más mediterráneas como Segovia frente a las zonas más atlánticas como la costa coruñesa. Se debe a cuestiones climáticas. Lo interesante es que también hemos constatado que hay árboles superproductores, que producen una cantidad ingente de resina, dispersos en todo el territorio nacional, lo que confirma que la producción resinera también puede ser viable en las regiones más atlánticas.
Proyecto financiado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020 con un importe de 558.710,55 euros. El importe del proyecto es cofinanciado al 80% por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y al 20% por fondos de la Administración General del Estado (AGE), tal como se establece en el Real Decreto 169/2018, de 23 de marzo.
El organismo responsable del contenido es el GO-ACREMA y la Dirección General de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria (DGDRIFA) como autoridad de gestión encargada de la aplicación de la ayuda FEADER y nacional correspondiente.