Teis, el monte vecinal que apostó por transformarse en un bosque

La comunidad de montes se orientó a sustituir un pinar invadido de acacias por plantaciones de robles, castaños y otras frondosas caducifolias. Alcanzó acuerdos con propietarios privados colindantes para extender su proyecto

Teis, el monte vecinal que apostó por transformarse en un bosque

Bosque autóctono regenerado en el monte vecinal de Teis. / Imágenes: Comunidad de Montes de Teis.

El monte vecinal de Teis, en Vigo, cuenta con una pequeña superficie de 50 hectáreas en uno de los entornos más poblados de Galicia. Cuando se constituyó la comunidad de montes, en el año 1997, los vecinos se encontraron con una superficie en estado de abandono que albergaba un viejo pinar ya pasado de turno de tala, con parte de los pies secos e invadido de acacias negras. La comunidad tomó entonces una decisión singular. Transformar el monte en un bosque autóctono de robles, castaños, cerezos, fresnos y otras especies de frondosas.

«Fue una decisión que hoy en día puede parecer normal, pero en aquel monte, hace 20 años, resultaba extraña» -reconoce Alfonso Pazos, tesorero de la comunidad e ingeniero forestal-. «La comunidad de montes se creó con motivo de las obras de la autopista en la zona de Rande a Puxeiros y cuando nos juntamos, pensamos qué hacer en la superficie que teníamos. Somos un monte periurbano, pequeño, en el que el valor de la madera, por mucho que se haga, no permitiría unas rentas constantes, y entonces nos decidimos a primar la conservación sobre la producción», cuenta.

Trabajos en el monte vecinal.

Trabajos en el monte vecinal.

El proceso de creación de un bosque se inició de manera progresiva, con pequeñas actuaciones en el monte de A Madroa que se orientaron a eliminar las acacias y a plantar árboles caducifolias en sustitución de los pinos. «Tratamos de plantar el mayor número de especies posibles para fomentar la diversidad, siempre buscando que sean árboles autóctonos con una genética próxima», explica Alfonso Pazos. Parte de la planta se compró en viveros y otra parte se recuperó del propio entorno del monte.

Otra característica diferencial de las plantaciones de Teis es que se implantan árboles de diferentes edades y se evita la formación de calles alineadas y con separaciones simétricas entre los pies, a fin de que el bosque se asemeje a una masa natural.

Los trabajos de regeneración del monte se encontraron con varias dificultades. Una, la eliminación de las acacias, una especie que rebrota de cepa y de raíz y que se caracteriza por la alta diseminación de semillas. Ese problema se agravaba por las fincas privadas limítrofes, en su mayoría pequeñas parcelas sin manejo, en las que la acacia negra, una especie invasora, continuaba campando sus anchas y protagonizando nuevas incursiones en el monte vecinal.

Soto de castaños.

Soto de castaños.

Acuerdos de custodia
En vista de la situación, la comunidad de montes optó por iniciar la negociación con los propietarios privados para comprar fincas colindantes, aprovechando unas partidas económicas obtenidas de las expropiaciones de la autopista. Desde hace una década, cuando mermó el dinero para compras, la comunidad buscó continuar con esa línea de trabajo con una fórmula imaginativa, la de llegar a acuerdos verbales con los propietarios particulares para desbrozarles las fincas, eliminar las acacias y plantar en su lugar especies frondosas como castaños y cerezos.

Esos acuerdos verbales iniciales con los propietarios particulares están en proceso de formalizarse en la actualidad en convenios escritos de custodia del territorio, por los que la comunidad de montes se compromete al cuidado y conservación de parcelas privadas, manteniendo los propietarios la titularidad de las fincas, con el único compromiso de conservar las plantaciones realizadas.

«La extensión del bosque en el entorno del monte vecinal es además un factor positivo de cara a posibles fuegos, pues las frondosas presentan una menor propagación de los incendios, aunque pueden arder en condiciones propicias», señala Alfonso, que participó recientemente en unas jornadas sobre fuegos forestales, organizadas por el colectivo Iniciativa Comunales, para explicar la gestión del monte de Teis.

Vista de la Ría de Vigo desde el monte vecinal.

Vista de la Ría de Vigo desde el monte vecinal.

Voluntariados
Para los trabajos de plantación y de eliminación de acacias, se echó mano en parte de voluntarios, a fin de impulsar una mayor implicación social en el monte. «Lo importante es que la gente del entorno nos conozca y nos valore. Somos unos 50 comuneros, que es poca gente implicada para una parroquia como Teis -de alrededor de 25.000 vecinos-. Hace falta gente que quiera participar y que ayude», reconoce Alfonso Pazos.

El monte vecinal se distingue por la labor de educación ambiental, con visitas organizadas de escolares al monte, y por el voluntariado, en el que también colaboran asociaciones ecologistas. «Somos un monte abierto, con un parque forestal y un uso social cotidiano del monte», destacan.

«La idea es no cortar los árboles en un futuro. Sí se talaron pinos para madera y también tuvimos ingresos por venta de leñas»

La comunidad concibe su terreno con unos fines sociales y medioambientales, en los que la explotación forestal queda en un segundo plano. «La idea es no cortar los árboles en un futuro para venta de madera. Sí se cortaron pinos para madera y tuvimos también algunos ingresos por venta de leñas».

Teis exploró además la producción de miel, una actividad que desarrolla desde hace unos años, si bien con un objetivo primordial no de generar ingresos, sino de contribuir a la polinización de las plantas y de aportarle miel a los comuneros. También baraja en un futuro otras posibles actividades como la venta de castañas o el aprovechamiento de setas.

La sostenibilidad económica del monte es unas de las preocupaciones que están sobre la mesa. La comunidad está dotada de un tractor con aperos y pudo ir contratando en los últimos años a una cuadrilla durante algunos meses para la ejecución de trabajos forestales, una línea que tratará de mantener en el futuro.

Trabajos de eliminación de especies invasoras.

Trabajos de eliminación de especies invasoras.

Combatir las acacias sin herbicidas

La filosofía conservacionista que tiene la comunidad de montes de Teis la llevó a probar diferentes alternativas al herbicida glifosato para combatir las acacias. Su experiencia en el tema, de ya dos décadas, le permitió evidenciar que no hay varitas mágicas. «Pueden cortarse las acacias y desbrozar el suelo pero vuelven. Rebrotan y en cuanto la luz llega al suelo, nacen muchas de semilla», explica Alfonso Pazos.

La comunidad probó varias vías de trabajo para frenar su propagación. Una fue la de arrancar las acacias pequeñas, pero eso exigía un control permanente. Finalmente, se optó por dejar que las acacias pequeñas compitan entre ellas, a fin de que la mayor parte muera de manera natural, y por arrancar con un tractor los pies que llegan a los 2-3 años.

«A medida que los árboles autóctonos crecen y van cubriendo la parte aérea del bosque, el problema se reduce», subrayan desde la comunidad de montes.

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