“Tenemos que situar los vinos de la Ribeira Sacra en una gama de precios media-alta para que sea rentable la viticultura heroica”

Abordamos con Antonio Lombardía, presidente de la DO Ribeira Sacra, cuáles son las prioridades en las que están trabajando, así como las medidas para hacer frente a la crisis de los vinos tintos o la falta de relevo generacional en esta viticultura heroica

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“Tenemos que situar los vinos de la Ribeira Sacra en una gama de precios media-alta para que sea rentable la viticultura heroica”

Desde hace poco más de un año, el presidente de la Denominación de Origen Ribeira Sacra es Antonio Lombardía, un viticultor y bodeguero. Su candidatura, que fue apoyada por los miembros del Consejo Regulador, trajo la renovación tras más de 20 años sin cambios en este organismo.

Pese a que hasta el momento carecía de experiencia en el seno de la Denominación de Origen, Lombardía ya había sido presidente de la Asociación de Bodegueros de la Ribeira Sacra, que agrupa a casi una veintena de productores que apuestan por la calidad y la sostenibilidad. Además, lleva más de 20 años dedicado al viñedo y a la elaboración de vinos.

Conocemos cuáles son sus prioridades para la DO y en qué temas está ya trabajando. Abordamos también algunas preocupaciones como la crisis de los vinos tintos, la falta de relevo generacional, el abandono de las viñas o los efectos del cambio climático en los viñedos.

-¿Cómo ha sido este primer año como presidente de la DO?
-Este primer año ha sido para conocer el funcionamiento de la DO, porque aunque llevo muchos años vinculado con el sector vitícola, tanto como viticultor, como bodeguero e ingeniero, nunca había estado dentro del organigrama de la DO y desconocía muchas cuestiones sobre su funcionamiento y es más complejo de lo que yo creía. Además ha sido ya un año intenso debido a la situación compleja que están atravesando los vinos tintos, que son los mayoritarios en esta DO. Con todo, por ahora tengo ánimo de seguir y buscar soluciones a los problemas que se presenten.

-¿Qué objetivos se ha marcado para su etapa al frente? ¿Qué temas tiene como prioritarios?
-El sentido de presentarme fue para impulsar la modernización de la DO. Hace ya años que un grupo de viticultores y bodegueros creíamos que se debía producir un relevo y modernización, ya que veíamos que estábamos quedando retrasados frente a lo que se estaba haciendo en otras Denominaciones de Origen. Uno de los aspectos en los que se busca esa modernización es a nivel normativo. Estamos ya abordándolo y, de hecho hemos hecho ya un cambio en el pliego de condiciones y estamos revisando los procedimientos, puesto que creemos que es demasiado complejo. Queremos simplificarlo para que los bodegueros trabajen de una manera más eficiente y tengan una menor carga burocrática, que era además una de las peticiones que nos habían hecho.

“Ya hemos realizado cambios en el pliego de condiciones de la DO para que los procedimientos sean más sencillos y reducir la carga burocrática”

También queremos apostar por la digitalización, puesto que tenemos una serie de programas que ya están obsoletos y que precisamos renovar. Estamos procurando financiación para poder abordarlo y contamos tener para el año que viene un nuevo sistema digital que nos sirva también para comunicarnos mejor con los viticultores, ya que hasta el momento solo lo podemos hacer mediante el sistema tradicional de carta. Buscamos que puedan hacer los trámites vía online, bien sea desde casa o desde un organismo público, sin tener que desplazarse hasta la DO.

Otro de los ejes que para nosotros es fundamental es la formación para bodegueros y viticultores. Tenemos unas 100 bodegas de pequeño tamaño para las que esta formación le puede ser de utilidad y ya estamos trabajando con un grupo de ellas que estaban interesadas. También vamos a intentar trasladar formación a los más de 2.000 viticultores.

La sostenibilidad también es prioritaria por las exigencias que se le vienen a las bodegas y a los viticultores, pero también por la propia conciencia para conservar este patrimonio natural. Hemos solicitado, junto con las demás DOs de Ourense, un proyecto para instalar una red de estaciones meteorológicas con la que tener avisos específicos por zonas que permita ajustar mejor los momentos de riesgo y poder dar tratamientos en base a eso, en lugar de realizar aplicaciones sistemáticas. Ya hemos logrado el apoyo para la instalación por parte de algunas Administraciones y contamos comenzar a instalar esta red el año que viene. En tema de sostenibilidad también se está trabajando sobre la huella de carbono de las bodegas.

Otro de los ejes para la DO es el enoturismo y estamos trabajando en cuestiones como la certificación y la digitalización de la Ruta del Viño.

-Para conocer un poco mejor la DO, ¿qué datos productivos manejan?
-Hoy en día, a Ribeira Sacra es la DO más pequeña de Galicia, por su orografía. Es una DO especializada en los vinos tintos. Recogemos entre 6 – 6,5 millones de kilos de uva cada año y ponemos en el mercado unos 3,8 millones de litros de vino. Pese a ser una DO pequeña, tenemos una base muy importante de viticultores (2.300 inscritos en el Consejo Regulador) en 1.300 hectáreas, que son auténticos mantenedores del territorio y que realizan una viticultora heroica.

“Se prevé una cosecha incluso superior a la del año pasado”

-¿Cómo está siendo la evolución de la campaña de este año?
-Ya hubo alguna tormenta puntual, como la registrada hace unos días en la zona de Trives y Quiroga, y tenemos un tiempo muy revuelto que puede dejar daños en cualquier momento. Por ahora, se espera una cosecha semejante a la del año pasado o incluso superior, pero hasta el día que se meta la uva en la bodega no se sabe cómo será. Mismamente la cosecha del año pasado se preveía inicialmente más reducida, y unos días de lluvia previos a la vendimia hicieron que se llegasen a alcanzar los 6,5 millones de kilos.

-¿Y cómo es la situación del mercado?
-Estamos en una situación bastante complicada. El mundo del vino tinto a nivel mundial está atravesando una crisis, con una reducción importante debido al cambio de hábitos de consumo y al propio cambio climático que también están influyendo en la demanda de estos vinos, ya que con altas temperaturas la preferencia es mayor por los vinos blancos. La incorporación de la mujer, que prefiere los blancos, también está frenando la demanda de tintos.

“En los vinos tintos de la Ribeira Sacra el año pasado se notó un descenso del 5%, mientras que en otras DOs de tinto la bajada fue del 20%”

-¿Cómo le está afectando esta crisis de los tintos, teniendo en cuenta el papel significativo de estos vinos en la DO?
-El 85% de los vinos que se producen en la DO son de variedades tintas, con lo que nos está afectando de manera significativa, pero estamos resistiendo bastante bien este cambio de tendencia. Aunque después de la pandemia se había recuperado un poco el consumo, el año pasado se volvió a observar una bajada de entorno al 5%, pero no es significativo si se compara con otras DOs de tinto, donde esta bajada ha sido del 20%. Por ahora en la DO no sabemos si es una bajada puntual o es un cambio de tendencia.

-Hay viticultores que incluso llegaron a barajar replantar o reinjertar sus viñedos tintos con variedades blancas. ¿Se está produciendo este cambio de variedades?
-En muy pocos años se ha pasado de alrededor de unos 200.000 kilos de uva blanca a situarse cerca de los 800.000 kilos. Ha sido un cambio paulatino y tranquilo, pero se está viendo un cambio de tendencia.

“La gran mayoría de los planes de reestructuración del viñedo son para cambiar Mencía por variedades blancas, así esperamos que en esta vendimia se llegue ya al millón de kilos de uvas blancas”

-¿Contemplan alguna medida desde la DO para abordar esta situación?
-La DO ya se está adaptando al mercado, ya que esos casi 6 millones de kilos que se recogen de tintas en la Ribeira Sacra difícilmente se van a poder mantener en el mercado. Se está informando a los viticultores de la situación del mercado, para que ellos tomen sus decisiones contando con información tanto del mercado gallego, como estatal y mundial. Además se están haciendo charlas en aquellas zonas donde puede ser factible un cambio hacia variedades blancas, como puede ser el Valle de Quiroga o Pantón, ya que las zonas de ribera no se adaptan para este cambio. Se prevé que en esta vendimia nos podamos situar ya en el millón de kilos de uva blanca. Estimamos que con este ajuste que se está haciendo, la producción de uva quede en un 70% uva tinta y un 30% de blanca, cuando ahora mismo la blanca representa un 15%.

Por otro lado, desde el año pasado los planes de reestructuración del viñedo se están haciendo de manera gratuita desde la DO para ahorrar estos gastos. En este tiempo, la gran mayoría de las solicitudes que hemos tenido han sido para cambiar de uva tinta a blanca o en algún caso también se ha propuesto cambiar Mencía por otras variedades tintas minoritarias.

Por el momento, es un cambio muy paulatino, ya que el año pasado se solicitó el cambio en 7 hectáreas y este en otras tantas.

-¿Qué variedades blancas se están plantando?
-Principalmente Godello. Hay algo también de Albariño, Treixadura, Loureira y Doña Blanca, pero son variedades muy minoritarias en la Ribeira Sacra. No representan ni un 15% de la uva blanca que hay en la DO.

-Nos comentaba un viticultor y enólogo de la DO Ribeira Sacra que, teniendo en cuenta que buena parte de la viticultura de esta DO es de fin de semana, cambiar a Mencía, menos exigente en cuidados, por la Godello, mucho más demandante de atención, puede traer consigo muchos problemas. ¿Comparte esta reflexión?
-Sin duda. El Godello es una variedad que hay que pensar muy bien donde se planta y que requiere estar mucho más pendiente de ella, ya que entre otros problemas es más susceptible al oídio y a los golpes de calor. El Godello no es una variedad para un viticultor de fin de semana, ya que si no se puede acercar en el momento que lo precisa después puede ser muy tarde para ella. Es una variedad que requiere de una ‘profesionalización’. También es cierto que las solicitudes que se están recibiendo son de viticultores con un perfil profesional o de pequeños empresarios bodegueros que quieren contar también con un vino blanco en su cartera.

“Pedimos la destilación de 2 millones de litros de vino para dar salida a los excedentes que había en las bodegas debido a la pandemia”

-La Xunta acaba de solicitar al Ministerio de Agricultura la medida de destilación de crisis para regularizar los excedentes de vino que no encuentran salida en la Ribeira Sacra. ¿Qué los ha llevado a solicitar esta medida? ¿Cómo se va a implantar y qué volumen tienen previsto retirar del mercado?
-Cuando entramos vimos que había unos excedentes que no eran normales, por lo que hablamos con la Xunta para darle solución. Estos excedentes venían provocados por el desajuste producido durante la pandemia, ya que hasta ese momento la DO tenía un equilibrio entre la oferta y la demanda, así como con cosechas de mayor tamaño intercaladas con otras de menor volumen. Sin embargo, debido a la pandemia, tanto en el 2020 como ya en el 2021, se acumuló un importante excedente de vino, sobre todo en las grandes bodegas, que no tuvo salida y al que se sumó que en los últimos años se produjo un récord de kilos en las cosechas de la DO, donde se superan los 6 millones de kilos. Estos dos factores provocaron esta situación. Nosotros cuando llegamos y conocimos esta situación pensamos que había que abordarla con total transparencia y así se lo solicitamos a la Xunta, que fue la primera sorprendida ante esta situación. Sí es cierto que el año pasado hubo una mínima bajada en las ventas, pero no es un problema de que se venda menos, sino que se debe a ese desajuste. Solicitamos aproximadamente la destilación de 2 millones de litros de distintas bodegas. El problema es que el mercado está muy parado y por ahora siguen ahí. Una vez que se le dé salida a esos excedentes, las bodegas deberán ajustar la compra a esa venta real de los vinos.

-En ese afán de las bodegas de la venta de los vinos, ¿centrarán esfuerzos en nuevos mercados?
-Otro problema que encontramos cuando entramos fue el mercado en el que se estaba trabajando y el perfil de los vinos que se están comercializando. Los vinos de la DO Ribeira Sacra están vendiéndose principalmente en el mercado gallego y, en la mayoría de los casos, con un perfil medio-bajo, lo que resulta un problema si se reduce el consumo del vino. Nuestra idea es hacer campañas promocionales tanto en Galicia como en el mercado estatal con aquellos vinos de gama media alta. De aquí a final de año estaremos en Madrid, en Bilbao y el año que viene estaremos en la feria de Barcelona. Ya hemos estado también en ferias como la de París o en Alemania para promocionar este tipo de vinos de gama media alta. Este año aún nos queda una acción promocional, ya que participaremos en Londres en un salón de vinos gallegos.

-Pese a todo, se está viviendo la entrada de nuevos inversores en la DO. ¿Qué perfil tienen? ¿Suponen una amenaza o una oportunidad para los pequeños viticultores de la DO?
-Son inversores, incluso internacionales, pero que hacen pequeñas inversiones. Son principalmente bodegas o enólogos que tienen en otras DOs inversiones y que han quedado prendados de los vinos de la Ribeira Sacra y deciden hacer estas inversiones para poder tener un vino de gama alta propio de esta zona. Son gente que se implica mucho con la zona. No son grandes inversiones de grupos foráneos que estén cogiendo posiciones con estas inversiones como está ocurriendo en otras DOs. Son gente que además está ayudando mucho a la propia DO porque están brindando en muchos casos su experiencia y colaboración en la comercialización de vinos de gama alta.

-Como en otros sectores del campo, ¿el relevo generacional está siendo una de las preocupaciones en la DO?
-Estamos viendo que para los jóvenes no les resulta atractivo incorporarse, ya que suelen ser explotaciones muy pequeñas y con una rentabilidad muy baja, en parte porque en la DO estuvimos centrados en un tipo de vinos con un perfil muy bajo, lo que hace que el precio de la uva tampoco sea alto y la rentabilidad del viticultor que vende las uvas sea bajo. Lo que nos tememos es que incluso vaya a más, ya que la situación que atraviesan los vinos tintos también dificulta que se mejore. Además, en la zona tampoco hay muchos jóvenes y la media de edad de los viticultores es alta, por lo que también habrá más cese de la actividad.

“En los últimos tiempos se han perdido alrededor de unos 800 viticultores, porque se hicieron explotaciones más grandes o se dejó la actividad”

-¿Están quedando viñedos abandonados por falta de relevo?
-Sí, lleva pasando ya desde hace unos años. En este momento es cuando más hectáreas tenemos inscritas en la DO, pero es verdad que esto es a base de perder viticultores. En los últimos tiempos se perdieron alrededor de unos 800 viticultores, porque se hicieron explotaciones más grandes o se dejó la actividad. En algunas zonas la falta de relevo es patente desde hace años, ya que hay pequeñas parcelas que tras cesar la actividad el viticultor que las gestionaba no encontraron quien se haya hecho cargo de ellas.

-En una DO donde la viticultura se torna heroica en muchos viñedos y donde la mecanización en el viñedo es muy compleja o incluso imposible, ¿resulta un condicionante significativo para procurar ese relevo generacional? ¿Qué están haciendo al respeto desde la DO?
-Nuestros esfuerzos se centran en posicionar los vinos en otro tipo de mercados para incrementar la rentabilidad y que se pague al viticultor lo que realmente vale la uva, de manera que sea más atractivo para la gente joven. Si lo conseguimos puede que tengamos más relevo generacional.

-Otro de los retos de la viticultura actual son los efectos del cambio climático, con condiciones climáticas cada vez más extremas, sobre todo con episodios de sequía muy significativos que causan situaciones de estrés hídrico en los viñedos. En otros territorios se está abordando el riego del viñedo, ¿se contempla por los viticultores de la Ribeira Sacra?
-Realmente el riego en viñedos no está autorizado como tal, solo se permite una fertilización por riego, por lo que no podemos impulsar ese tipo de prácticas. Creo que llegará un momento en el que se deba abordar, no sé si desde la DO o las Administraciones.

“Alrededor de un 70% de las bodegas cuentan con un seguro, pero pocos de los 1.200 viticultores están asegurados”

-Precisamente hablando de episodios climáticos extremos, en los últimos años ya se dieron tormentas que dejaron arrasadas las viñas en varias zonas de la DO. ¿Se está optando más por asegurar los viñedos?
-Somos una de las DOs en la que más seguros se hacen, pero la propia estructura de la propiedad limita que se pueda incrementar ese número de asegurados. Buena parte de los viticultores son mayores y son reticentes a hacer estos seguros porque tienen explotaciones muy pequeñas y no ven ese interés por asegurar las viñas. Muchas veces la experiencia con los seguros no es la mejor, por lo que prefieren asumir las pérdidas que puedan producirse por un mal año que estar pagando un seguro. Nosotros desde la DO ya hemos hecho alguna charla informativa al respeto, pero que no ha tenido demasiado éxito, ya que la gente que ya tenía seguro no fue y los que no lo tenían no estaban interesados en hacerlo. Desde el Consejo Regulador también contactamos directamente con los bodegueros para elaborar una estadística sobre el tema. Así conocemos que alrededor de un 70% de las bodegas cuentan con un seguro, pero pocos de los 1.200 viticultores están asegurados, debido a las trabas que luego encuentran para cobrar indemnizaciones por daños.

“Si la Ribeira Sacra resulta reconocida como Patrimonio de la Humanidad, creo que al sector del vino le va a traer más beneficios que perjuicios”

-Ya para finalizar, ¿cómo valora que la Ribeira Sacra vuelva a ser aspirante para ser reconocida como Patrimonio de la Humanidad?
-Personalmente siempre lo valoré de una manera muy positiva. Las reticencias que hubo en un primer momento por parte de viticultores y bodegueros creyendo que iba a haber unas limitaciones a la actividad creo que ya están superadas, aunque sí que hay ciertas limitaciones sobre todo a nivel burocrático. Al margen de eso, creo que al sector del vino le va a traer más beneficios que perjuicios. El primer intento hubo que replantearlo y ahora creo que está mejor, entre otras cosas porque se está involucrando y contando con la ciudadanía, ya que una candidatura de este carácter no se debe hacer de espaldas a la gente del territorio. Salga o no elegida la Ribeira Sacra, debemos considerarnos Patrimonio de la Humanidad para seguir conservando este patrimonio.

-¿Algo más que quiera comentar sobre algún tema prioritario para la DO?
-Sobre todo me gustaría insistir en la importancia de los viticultores y de la viticultura como mantenedores del paisaje. Toda la pirámide de la viticultura se basa en los viticultores y pocas veces estuvieron reconocidos cómo merecen, un esfuerzo que muchas veces hacen de manera altruista. Nosotros tenemos más de 800 viticultores que no venden uvas, pero que pertenecen y pagan su cuota del Consejo Regulador y esto es por un sentimiento de pertenencia y conservación del patrimonio. Creo que las Administraciones le deben reconocer ese esfuerzo a los viticultores. Los viticultores son el sustento de parte de las provincias de Lugo y Ourense y se deben apoyar.

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