Ternera Gallega ampliará la edad de sacrificio de los 10 a los 12 meses

La modificación en el Pliego de Condiciones de la IGP, que podría estar en vigor ya a partir de mediados de enero, busca que el ganadero tenga mayor flexibilidad a la hora de vender los terneros para poder hacer frente a la estacionalidad de los precios

O presidente do Consello Regulador, Jesús González, xunto a outros membros de Ternera Gallega nas xornadas celebradas este venres en Lugo

El presidente del Consejo Regulador, Jesús González, junto a otros miembros de Ternera Gallega en las jornadas celebradas este viernes en Lugo

Ternera Gallega celebra este año su 30 aniversario y lo hace con una modificación que va a suponer ampliar la edad de sacrificio de los terneros desde los 10 meses actuales hasta los 12. El cambio, que se prevé que ya pueda estar en vigor a mediados de enero para poder hacer frente a la habitual bajada de precios de los meses del invierno, busca «flexibilizar» la edad con la que los terneros son enviados al matadero para que el ganadero tenga más capacidad de adaptarse al mercado escogiendo el momento de venta.

«Todos los años en los meses de febrero, marzo y abril hay exceso de ganado, lo que provoca atascos en su salida al mercado y bajada de precios, sobre todo en Ternera Gallega Suprema», explicó el presidente del Consejo Regulador, Jesús González, en el transcurso de la Jornada Técnica celebrada este viernes en el Pazo de Ferias y Exposiciones de Lugo y que reunió a cerca de 400 productores.

«Los ganaderos en esos meses tienen que andar pidiendo que les saquen los terneros de la explotación y en ocasiones el animal pasa de 10 meses porque no hay salida y eso hace que caiga de categoría y pierda mucho valor comercial», añadió. Según la situación actual, cuando un ternero supera los 10 meses de edad, tanto si está marcado como Ternera Gallega Suprema como si es Ternera Gallega, pasa a ser considerado Añojo y debe venderse bajo este indicativo, previsto para los sacrificios entre los 10 y los 18 meses de vida.

No se modifica el límite para Ternera Gallega Suprema, que seguirá fijado en los 10 meses, ni para Añojo, que es de 18 meses

Tras mucho debate en el Pleno del Consejo Regulador sobre esta problemática recurrente a la que se enfrentan muchos ganaderos, sobre todo en épocas de poca demanda de carne en el mercado, el órgano gestor de la IGP decidió hacer una modificación en la edad de las distintas categorías comerciales establecidas dentro de Ternera Gallega, ampliando dos meses la edad máxima permitida para el sacrificio bajo el amparo de Ternera Gallega, sin tocar los límites fijados tanto para Suprema como para Añojo, que seguirán situados en los 10 y en los 18 meses respectivamente.

De este modo, con el cambio realizado, un ternero marcado como Ternera Gallega Suprema que supere la edad de los 10 meses podrá ser vendido como Ternera Gallega hasta que tenga un año de vida y solo después pasará a ser considerado Añojo. La modificación normativa en la edad permitida de sacrificio beneficiará a los terneros marcados como Ternera Gallega, pero sobre todo a los inscritos como Ternera Gallega Suprema, que son en la actualidad los que más se devalúan de precio al superar la edad máxima de sacrificio y caer dos escalones pasando directamente de Suprema a Añojo.

Los cambios fueron enviados a Bruselas para su aprobación

«Es una medida con la que se pretende conseguir una mayor flexibilidad a la hora de comercializar los terneros, para que el ganadero pueda decidir en un momento puntual si adelanta la salida del ganado de la explotación o la retrasa en función del mercado y de la demanda», explica Jesús González. Pero se trata de una solución para determinadas coyunturas, que no implica con carácter general que a partir de ahora los terneros se vayan a sacrificar todos al año de vida. «El objetivo de Ternera Gallega no es producir animales de 12 meses y 300 kilos de peso. No queremos cambiar nuestro sistema productivo y pasar a hacer animales de más edad y más kilos», aclara. Entre otras cosas, porque «si todo el mundo comienza ahora a vender a los 12 meses no solucionamos nada», insistió. «No sabemos como va a reaccionar el sector a este cambio y el tiempo dirá se acertamos o no en la decisión», admitió.

La normativa nueva está en tramitación pero cuentan poder aplicarla ya para la próxima campaña de invierno. La modificación del Pliego de Condiciones de Ternera Gallega se aprobó en el Pleno del Consejo Regulador del pasado mes de junio y la Consellería de Medio Rural la publicó en el DOG en agosto. La Xunta le dio traslado de los cambios en este mes de octubre tanto al Ministerio como a la Comisión Europea, que tiene un plazo de tres meses para contestar. «Es una modificación menor, pero Bruselas tiene un retraso enorme», dice Jesús, que explica que la Comisión Europea dispone de tres meses para responder, que se cumplen a mediados de enero, y superado ese plazo, si no puso objeciones, los cambios ya se podrían aplicar de cara a el próximo año.

Á Xornada Técnica celebrada en Lugo asistiron case 400 gandeiros e gandeiras

Á Xornada Técnica celebrada en Lugo asistiron case 400 gandeiros e gandeiras

El «error» de no programar los partos

Jesús González indicó que los precios este año fueron » regulares en invierno y bastante buenos en verano» e incidió en que los ganaderos siguen cometiendo el «error» de no programar la producción a lo largo del año según el mercado. «Seguimos repitiendo el error de siempre, no se programan los partos y hay dientes de sierra en los nacimientos que hace que haya fluctuaciones en las cotizaciones del invierno al verano y eso no permite estabilizar los precios», asegura.

Por eso consideró básico de cara al futuro «adaptar la oferta a la demanda» con una regularización productiva y la planificación de los partos. «Debe haber mayor orientación al mercado, pero los ganaderos en Galicia tradicionalmente dejan que la naturaleza sea la que establezca el ciclo reproductivo», explicó.

«Tradicionalmente los ganaderos en Galicia dejan que la naturaleza sea la que establezca los ciclos reproductivos y eso provoca que haya dientes de sierra en los nacimientos que no permiten estabilizar los precios» (Jesús González, Ternera Gallega)

Del mismo modo, consideró que es necesario «aprovechar y valorizar la canal con elaborados premium y nuevos usos culinarios» porque «va a menos la venta de canales y medias canales y aumenta la demanda de fileteado y producto elaborado», aseguró. También es preciso, dijo, «mejorar los circuitos comerciales apostando por la internacionalización», así como «cumplir con los requisitos de bienestar animal tanto en las explotaciones como durante lo transporte y el sacrificio» y comunicar al consumidor y a la sociedad en general «la importancia del vacuno de carne en el mantenimiento de la naturaleza y el medio rural para evitar la despoblación».

La mayor de las marcas de calidad gallegas

La situación actual de la IGP refleja su importancia dentro de las denominaciones de origen gallegas. Con 8.200 explotaciones inscritas con actividad, un ciento de industrias cárnicas y una facturación en primera venta de 122 millones de euros, Ternera Gallega ocupa el primer puesto en el ranking de las I.G. P. y D.O. gallegas, que cerrarán este año con un volumen de negocio de 500 millones de euros en su conjunto, según detalló en la clausura de las jornadas Manuel Rodríguez, director de la Agencia Gallega de Calidad Alimentaria (Agacal).

Más de la mitad de la carne de vacuno que se vende con un distintivo de calidad en España pertenece a Ternera Gallega

Ternera gallega certificó 96.000 canales, lo que supone 21,5 millones de kilos de carne comercializada en 1.360 establecimientos con la imagen corporativa de la IGP. Más de la mitad (el 55%) de la carne de vacuno que se vende con un distintivo de calidad en España pertenece a Ternera Gallega, que cuenta con 134.000 terneros identificados en este momento. La segunda IGP de vacuno de carne por volumen en el conjunto del Estado español es Ternera Asturiana y luego se sitúan las marcas propias del País Vasco y Navarra.

La IGP Ternera Gallega fue creada en 1989 y en este momento ostenta la presidencia de Origen España, que engloba a un total de 60 Indicaciones Geográficas Protegidas. Según detalló también el presidente de la Agacal, Galicia es la tercera comunidad con mayor número de IGPs, solo superada por Andalucía y Cataluña.

Hace 10 años todas las IGP gallegas juntas facturaban unos 200 millones de euros, mientras que este año llegarán a los 500 millones, un volumen equivalente a más de la mitad del que factura el sector lácteo gallego, según destacó Manuel Rodríguez. De esa cifra, una cuarta parte de la facturación corresponde a Ternera Gallega.

Se frenan las inscripciones en Vaca e Boi Galego

O cebadeiro de Prodeme, en Monforte, ten 200 bois e é o maior dentro da IXP

El cebadero de Prodeme, en Monforte, tiene 200 bois y es el mayor dentro de la IGP

La nueva IGP Vaca e Boi Galego lleva dos años de funcionamiento. En este momento está reconocida por la Xunta de Galicia y también a nivel estatal, mediante una Protección Nacional Transitoria, lo que le da cierta provisionalidad. Sin embargo, los trámites para su reconocimiento por parte de la Comisión Europea y la inscripción en el Registro Comunitario de Indicaciones Geográficas Protegidas se están alargando en el tiempo. «Nos estamos encontrando con problemas burocráticos en Bruselas y con lentitud en la respuesta de las autoridades europeas, que tardaron un año en contestar», se quejó el presidente de Ternera Gallega.

El próximo día 14 de noviembre, explicó, está prevista una nueva reunión en Bruselas de miembros del Consejo Regulador y de la Consellería con técnicos de la Comisión Europea para explicarles de nuevo el proyecto de IGP. «Ya veremos si podemos seguir con el nombre único o hay que hacer dos denominaciones, una para la vaca y otra para el buey, porque parece que en Bruselas no les gusta que vayan juntos vaca y buey en el nombre de la IGP», indicó.

Solo 478 bueyes

A pesar del interés que la nueva IGP suscitó en muchos ganaderos en sus inicios, el número de inscripciones se fue ralentizando, con pocas nuevas altas este año. Los datos en este momento se sitúan en 880 explotaciones y 11 industrias cárnicas inscritas. El número total de animales certificados es de 17.802, de los que 17.324 son vacas y 478 bueyes. El número total de canales certificadas en estos dos años fue de 693, entre las que solo se contaron 18 bueyes, y la carne comercializada bajo la nueva IGP supuso solo 305 toneladas.

«Las cadenas de distribución están interesadas en comercializar carne de vacuno mayor pero hay industrias que están desincentivando a los productores»

Sin embargo, Jesús aseguró que «la distribución está interesada en comercializar carne de vacuno mayor y tenemos propuestas de cadenas que no se pueden atender por falta de producto». Y advirtió: «Si nosotros no somos capaces de sacar la IGP adelante, llenarán los lineales con carne de vacuno mayor de otros lados, incluso procedente de otros países», dijo.

Este interés de la distribución contrasta con la de la industria cárnica. «Algunas de las industrias más importantes no certifican las canales y prefieren seguir trayendo reses de fuera como hasta ahora», dice. E incluso alguna de estas industrias «está desincentivando a los productores», denunció. «Nosotros no podemos prometer precio a 2 o 3 años vista porque nosotros no compramos el ganado», justificó.

La importancia de contar con volumen

También se queja el presidente de la IGP de la poca colaboración mostrada por los ganaderos. «Hay 160.000 vacas en las explotaciones de Ternera Gallega pero solo 17.000 de ellas están inscritas en la nueva IGP Vaca e Boi Galego, insistió. Y recordó que las altas no tienen coste alguno para el ganadero.

«Cuando esté aprobada a IGP vamos a denunciar prácticas actuales de venta de carne de Zamora o del norte de Portugal como carne gallega»

«Es importante tener volumen de producción para poner encima de la mesa tanto para generar expectativa en el mercado como para poder cubrir las necesidades de las cadenas de distribución», aseguró Jesús.

Y lanza una advertencia: «No podemos permitir que se siga usando el nombre de Galicia en el mercado sin una garantía de origen de esa carne. Cuando tengamos el reconocimiento de Bruselas, no se podrá vender carne de Zamora o del norte de Portugal con el nombre de vaca gallega porque vamos a actuar en el mercado y denunciar esas prácticas», advierte.

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