«Los incendios nos quemaron más de 18.000 olivos en la última década; no volveré a plantar en Galicia»

Pepe Barroso ha visto como los fuegos fueron reduciendo a cenizas buena parte de los olivos que tenía en Ourense, hasta el punto de que sólo le quedan 214. Ante las cuantiosas pérdidas, ha decidido desistir de su apuesta por el cultivo en la comunidad

«Los incendios nos quemaron más de 18.000 olivos en la última década; no volveré a plantar en Galicia»

Pepe Barroso contaba con diversas plantaciones en distintas zonas de monte de la provincia de Ourense.

Los incendios registrados en los últimos días en Ourense vuelven a dejar un reguero de pérdidas tras de sí en un rural herido y cansado de los embistes de las llamas. Los incendios suponen un duro revés e incluso marcan el final para algunas de las iniciativas que se estaban llevando a cabo en la provincia.

Pepe Barroso, propietario de Olivas Eidos de Iria, lleva tiempo sufriendo en sus olivos los incendios que año tras año arrasan Ourense. En los fuegos de los pasados días en Monterrei acaba de sumar nuevas bajas. «Eran las últimas parcelas que nos quedaban en zona de monte. Los fuegos nos dejaron heridos de muerte», explica desolado Barroso. Ni tan siquiera ha querido acercarse aún hasta el olivar para ver los daños. «Fue hasta allí el empleado y me recomendó no ir… Ya he sufrido bastante», comenta.

Acaba de perder los últimos olivos que le quedaban en montes de Monterrei en los incendios de los días pasados

Lleva años arrastrando las pérdidas de los fuegos que cada verano arrasan el monte ourensano. «Nos quedan 214 olivos de los casi 19.000 que teníamos censados en el 2011», apunta. En estos 9 años el goteo de daños ha sido constante. «En el 2012 perdimos 500, en el siguiente 400, luego 600, otro año perdimos 1.000 y ahora ya no podemos más», reconoce.

Sabe que sus olivos no eran el objetivo de los que prendieron el fuego, pero al igual que muchos otros productores de la zona, sus cosechas acaban siendo daños colaterales de los incendios. «No es que quieran arrasar con los olivos o con los viñedos, pero una vez que encienden el fuego en el monte y se descontrola arrasa todo lo que pilla a su paso», indica.

Una de las plantaciones que Barroso tenía en la zona de Ourense.

El apego al rural ourensano

Olivas Eidos de Iria cuenta con olivares también en la huerta de Madrid y de Castilla, pero los de Galicia eran los que tenían un mayor valor sentimental tanto para Barroso como para su familia, dado que estaban en su tierra natal, repartidos por distintos montes de la provincia de Ourense. «Hubo quien no llegó a comprender mi tesón por tener olivos en los montes de Ourense, pero yo siempre quise producir aquí por el cariño que tengo por esta tierra, pese a que no es fácil hacerlo por las condiciones climáticas», detalla.

Tras los últimos fuegos tiene claro que no seguirá apostando por Galicia, tanto por las pérdidas económicas que le suponen como por el desgaste mental que provoca ver las plantaciones arrasadas año tras año. «Al igual que se hace con los viñedos, hay olivos que pueden recuperarse con muchos esfuerzos tras los incendios. Con una buena poda, un buen riego y abonado además de muchos cuidados puedes conseguir recuperar un porcentaje de esos ejemplares, pero si dentro de 2 años vuelves a estar en las mismas, ¿para qué vas a hacer ese esfuerzo?», se pregunta.

«Tardé mucho en querer verlo, pero la realidad es que si no es un año será otro, pero va a terminar ardiendo»

La desconfianza a que el fuego vuelva a arrasar los olivares en los próximos veranos lo ha llevado a tomar la decisión de no plantar en estas tierras. «Tardé mucho en querer verlo, pero la realidad es que si no es un año será otro, pero va a terminar ardiendo», reconoce.

Olivas-

Barroso reconoce con pena que no volverá a llenar las cestas con aceitunas de los olivares de los montes de Ourense, como había hecho en años pasados.

Ahora conserva sólo 214 olivos en plantaciones que fue realizando en zonas más próximas a viviendas o que incluso se sitúan en el agro de las aldeas. «Si ahora arrasan con esas significará que el fuego también se ha llevado por delante viviendas», comenta. Son parcelas con un riesgo mucho menor y que espera poder seguir manteniendo.

Este mismo invierno también trasladó la última plantación que tenía en la Sierra del Xurés y de este modo consiguió salvar los ejemplares de los incendios que se produjeron en estos días. Ahora estos olivos, cerca de unos 1.400 ejemplares, están en Allariz, tras vendérselos a un amigo. Sin embargo, espera seguir procesando él la producción que tengan.

Sin opciones de seguros

A lo largo de estos años lleva invertido en las plantaciones de olivos en Ourense alrededor de 80.000 euros, un gasto que no puede volver a afrontar sin garantías. Además, se encuentran totalmente desprotegidos de los daños que provocan los fuegos . «Las compañías de seguros no te ofrecen ningún tipo de cobertura contra los incendios en estas zonas al haber incendios un año sí y otro también», indica.

«Las compañías de seguros no te ofrecen ningún tipo de cobertura contra los fuegos en estas zonas al haber incendios un año sí y otro también»

Pese a las pérdidas económicas que le suponen los fuegos, Barroso apunta a que lo peor está siendo encontrar los olivos queimados y la carga mental de ver el monte arrasado de este modo cuando regresan a Galicia desde Madrid, donde residen. «Antes mi familia, mis niños, subían ilusionados al monte, por la diversidad que allí encontrabas, ahora cada vez querían ir menos al encontrar siempre zonas quemadas», apunta.

El productor se muestra muy crítico con las politicas de gestión de los montes y del rural que se están llevando a cabo y que no están siendo efectivas para evitar los fuegos. «Hay muchas causas detrás de estos fuegos, muchos intereses detrás de que arda el monte y a todo esto se suma la despoblación, que también está contribuyendo a que sean más difíciles las labores de prevención», valora. «Esto sólo parará dentro de 7 o 8 años, cuando ya no queden más que peñascos y no haya nada que quemar», sentencia.

Una idea sobre “«Los incendios nos quemaron más de 18.000 olivos en la última década; no volveré a plantar en Galicia»

  1. Ruina

    Todo esto gracias a la política de plantar y olvidarse de la tierra hasta cortar del abandono total que se padece…….si no llega el fuego antes….estas son las consecuencias de la penosa gestión del suelo que se lleva haciendo décadas en el rural….

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