Ullama, cómo el cooperativismo profesionalizó el cultivo tradicional de manzana

La producción de manzanas para sidra en A Estrada pasó de ser una tradición a un fenómeno cada vez más abundante. La cooperativa Ullama es uno de los referentes, no sólo en el municipio, sino a nivel gallego, con la totalidad de su producción ecológica absorbida para sidra

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Ullama, cómo el cooperativismo profesionalizó el cultivo tradicional de manzana

La cooperativa Ullama trabaja con manzanos en ecológico, lo que obliga al desbroce

En el año 1999 se hicieron las primeras plantaciones a escala de manzanas para sidra en A Estrada. A partir de entonces, este cultivo comenzó a coger cada vez más protagonismo hasta pasar a ser una de las actividades más representativas del municipio. Debido a la creciente producción de manzana, en el año 2002 se constituyó la cooperativa Ullama, la cual, en el 2007, pasó casi en la totalidad a la vertiente ecológica al establecer un vínculo comercial con Maeloc (Estrella Galicia). Hoy en día, la producción de la cooperativa se acerca al millón de kg, principalmente de variedades asturianas, mientras que la cantidad producida en todo el municipio se aproxima al millón y medio.

Para el año que viene, están por debajo de estas cantidades por causa de la vecería (ciclos de baja producción en años impares), pero los próximos años esperan un aumento de cantidad producida. Entre las variedades principales que Ullama cosecha están “raxao, regona, de la riega, durona o verdialona”, especifica Miguel Soto, técnico de la cooperativa. Estas tipologías se incluyen en el catálogo manzanas de la DOP Sidra de Asturias, cada una con rasgos diferentes en términos de sabor y maduración. De la riega, por ejemplo, es una manzana de un grupo tecnológico semiácido, caracterizada por un buen nivel productivo, y su maduración tiene lugar en la primera quincena de noviembre.

La sociedad de Ullama visita una recogida de manzana de Serida Asturias

La sociedad de Ullama visita una recogida de manzana de Serida Asturias

La dinámica de cultivo de manzana en el municipio pontevedrés proviene de la tradición de producir manzanas, tanto de mesa como de sidra. Con el descenso de la actividad ganadera que se dio a finales del siglo pasado, el vecindario comenzó a plantar cada vez más árboles. Desde la formación de Ullama, se apostó en mayor medida por un cultivo para sidra, hasta llegar a la actualidad, en la que la recuperación de variedades autóctonas gallegas es uno de los nuevos horizontes de trabajo de la cooperativa.


La producción De Ullama


“A partir de una subvención del 1999 a nuevos proyectos, se acordó entre varios vecinos plantar manzana de sidra; y en el 2002 se constituyó la cooperativa con 26 socios fundadores, con la finalidad de facilitar la gestión y comercialización de la producción”, explica José Manuel Villaverde, secretario de Ullama. En el 2009-10 aquellas personas productoras de manzana, que en un inicio no habían entrado en la cooperativa, fueron sumándose a la iniciativa; desde entonces la agrupación creció año a año, hasta llegar a la actualidad con 60 socios.

En sus inicios Ullama contó con 26 socios, y hoy en día escaló hasta los 60

En el 2022, Villaverde tiene encargadas más de 1.700 nuevas plantas, y hace referencia a que el año pasado “le encargaron a un vivero de Asturias otras tantas, lo que es señal de crecimiento”. “Teniendo el paraguas de la cooperativa, que te garantiza una venta y una recogida, aparece cada año nueva gente interesada”, detalla Miguel Soto.

El rendimiento por cultivo de manzanos se produce a medio-largo plazo “hasta los 4-5 años no comienza a producir, y hasta los 8 o 10 no empieza a dar beneficios”, afirma Villaverde. Igualmente, el secretario hace hincapié en que una plantación de manzanas permite otras ventajas como “tener las fincas limpias y cuidadas puesto que no se permite el uso de herbicidas o de determinados abonos, sólo aquellos que autoriza la certificación ecológica”.

“Para conseguir la certificación es necesario estar tres años en período transitorio, y después tienes inspecciones que velan por el desbroce de las fincas en lugar del uso de herbicidas, etc.”, detalla Soto. Una de las posibilidades que otorga esta forma de trabajar es una fruta de mayor calidad, más interesante para la industria, y asimismo, uno de los requisitos de su principal comprador.

El cultivo de manzana para sidra en ecológico otorga más facilidades para su venta

El cultivo ecológico también repercute en el precio, “puesta en fábrica anda en unos 30 cts., pero hay que tener en cuenta que hay que organizar la recogida, y después enviarla en camiones de 20-25.000kg a la fábrica”, avanza Soto. Debido la reducción de gastos de transporte que implica el envío colectivo, pequeñas producciones locales vieron una buena oportunidad de unión a la cooperativa, puesto que, si no, “llevar 4 o 5.000 kg de manzanas a Chantada, por ejemplo, no es muy rentable”, comenta el técnico.


Dificultades y nuevos retos


Ullama procede a la recogida del fruto con un modelo mixto. “Ahora, en la toma de fuerza de los tractores se conecta un vibrador que desempeña la misma función que la sacudida tradicional, cuestión que reduce, en cierto modo, la mano de obra necesaria”, explica Soto. El técnico de la cooperativa destaca que “la otra parte que les falta es la mecanización completa de la recogida”, aunque “surgió una iniciativa local de una vecina que compró una máquina para recoger manzanas del árbol, y que, 3 personas pueden llegar a colectar 1 ha diaria, cuando lo habitual para la misma extensión serían 6 personas y 3 días”.

La mano de obra de la recogida de la manzana sigue siendo el gasto más alto en todo el ciclo de producción, no sólo por el amplio número de personas que se necesitan para cada cosecha, sino también por su disponibilidad. “En muchos casos compartimos mano de obra para la recogida con el sector vitícola, por lo que, algunos años nos vemos obligados a esperar a que terminen en la viña para poder recoger de seguido nuestras manzanas”, amplía Miguel Soto.

Otra de las dificultades es la novedad que representa el cultivo profesional de la manzana. Aunque está cambiando la concepción, “la fruticultura está casi de complemento de la casa; estamos trabajando con algo que, en cierta escala, apenas existía en Galicia hasta hace unos cuantos años”, comenta Miguel Soto.

Pero el “talón de Aquiles” que el técnico destaca es “el trabajo con planta de fuera, en nuestro caso, principalmente de Asturias”. Aunque existen variedades autóctonas, muchas de ellas se perdieron.

Socios y socias de la cooperativa observando plantaciones y métodos de trabajo en el Museo Astigarraga

Socios y socias de la cooperativa observando plantaciones y métodos de trabajo en el Museo Astigarraga

“Nuestro talón de Aquiles es que estamos trabajando principalmente con planta de fuera de Galicia” (Miguel Soto)

Bajo la intención de recuperar el uso de variedades autóctonas, Miguel Soto hace alusión a un “campo de ensayo que están trabajando con Estrella Galicia, con 10 variedades autóctonas, y que, asimismo, están para publicar los resultados del estudio”. “Esto es para industria, para hacer sidra, mostos y vinagre, por lo tanto, si les interesa puede haber una alternativa con variedades gallegas; en los próximos meses a ver que dice Estrella, por cuales tipologías se interesa, y a partir de ahí hacer una previsión a años, y entrar en contacto con viveros, con la Xunta, etc.”, detalla el técnico de Ullama.

Trasfondo de la cosecha en A Estrada

José Manuel Villaverde recuerda trabajar desde pequeño en su casa con manzana, pero no siempre fue una tradición impulsada por la gente local. El secretario de Ullama afirma que “hubo un momento en el que la concentración parcelaria y la expansión de la ganadería apartó la cosecha de manzanas de sidra cara un segundo plano, inexistente a gran escala”.

Vistos los cuidados de las fincas y las ventajas a medio-largo plazo para el terreno, y las facilidades de absorción de la producción desde la constitución de la cooperativa, cada vez más vecindario de A Estrada se sumó la producción frutícola; pero en A Estrada, no sólo se produce, también se transforma. Hoy en día, Miguel Soto y José Manuel Villaverde hacen referencia a cuatro sidrerías en activo: Peroja, Bioestore, Lagar de Ribera y Bioibérica. También destacan que existen particulares dentro de la cooperativa que están retomando, a pequeña escala, a producción de sidra.

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