Cuando la actual junta rectora de la comunidad de montes de O Carballo (Friol, Lugo) entró en la dirección, en 2007, se encontró con un monte vecinal como tantos que hay en Galicia. La comunidad estaba conveniada con la Xunta, que se limitaba a hacer un aprovechamiento maderero y a repartir beneficios con los vecinos. En aquel momento, la junta rectora optó por retomar el control del monte, un proceso que se dilató dos años, y por hacer de la comunidad un proyecto vivo en el que participase toda la parroquia.
«Cuanto tuvimos el monte conveniado, la gente no lo veía como propio. Nosotros nos propusimos hacer un monte vivo con la participación de todos»
El convenio que se había mantenido con la Xunta para el aprovechamiento maderero del monte no convencía a la nueva junta rectora. «Analizamos el proyecto de ordenación y nos dimos cuenta de que estaban sin hacer la mayoría de los trabajos forestales comprometidos por la Administración, como claras» -recuerda el presidente de la comunidad, José Manuel Iglesias.- «Otra cosa que veíamos era que, en el aspecto social, la gente no apreciaba el monte como propio».
La comunidad de montes vecinales se preguntó entonces que recursos tenía en el monte y como valorizarlos, siempre con la participación y visto bueno de la mayoría de comuneros, que hoy en día son alrededor de medio centenar. La regulación del aprovechamiento maderero continuó siendo la principal actividad y la vía de ingresos más importante en O Carballo, pero ya en 2008 emprendieron otros proyectos.
Caballos en cierres con pastor
La primera iniciativa fue la introducción de caballos de pura raza gallega en el monte. Para el control de los equinos, se cerraron tres zonas arboladas, hasta sumar 270 hectáreas, de manera que los alambres del cierre, conectados a un pastor alimentado por placa solar, impedían la salida de los animales.
En un inicio, las zonas acotadas con electricidad fueron también efectivas para evitar incursiones del lobo, aunque en los últimos años el lobo ya aprendió a sortear los alambres y los daños sobre la cría de potros se volvieron importantes.
«El año pasado fue un año bueno y sobrevivieron más de la mitad de los potros, pero eso no es lo habitual. Este año ya estamos viendo más daños» -reconoce José Manuel Iglesias.- «Antes había más ganado en los montes de la zona, pero ahora ya casi quedan sólo nuestros caballos y pensamos que es uno de los factores que explica la presión del lobo».
Los caballos le generan cada año recursos a la comunidad por la venta de potros, si bien su principal interés es el mantenimiento del monte libre de matorral, sobre todo en las plantaciones nuevas. También cada verano se celebra en el monte vecinal una rapa das bestas, un evento festivo que congrega a toda la parroquia y a más de un millar de visitantes.
Pinos y frondosas
La comunidad de montes de O Carballo suma en total 710 hectáreas, de las que unas 450 se dedican a la explotación forestal. El resto de la superficie se reserva para pastos y tierras de labor, que se le ceden de manera gratuita a las explotaciones ganaderas de los comuneros.
La parte arbolada del monte se reparte principalmente entre las tres especies de pino más habituales de Galicia, el pino del país (pinus pinaster), el insigne (pinus radiata), habitual en zonas del interior de Lugo, y el silvestre, propio de áreas de montaña.
La intención de la comunidad es mantener esa línea de trabajo con los tres tipos de pino y también está a estudio el inicio de un proyecto experimental para la recogida de la resina, un aprovechamiento que en los últimos años se está retomando en la zona sur de Galicia pero del que aún no hay experiencias en la provincia de Lugo.
A mayores del pino, en las riberas de los arroyos, el monte vecinal mantiene franjas de protección de frondosas autóctonas, en tanto que en las zonas inferiores de las laderas, otro punto habitual de frondosas, se optó por la plantación de árboles de fruto como castaños, cerezos y nogales. Todas las actuaciones están diseñadas en el correspondiente plan de ordenación y cuentan con el aval de las certificaciones FSC y PEFC.
La comunidad valora un proyecto experimental para la extracción de resina
De cara al futuro, O Carballo cuenta también con una zona del monte en la que las características del terreno no permiten la instalación de una masa consolidada de coníferas ni de frondosas para fruto, por lo que se planificó la plantación de eucalipto. «Probamos con el pino, pero fracasó, así que decidimos cambiar de especie y probar con el eucalipto, que sí prevemos que se adapte a las condiciones de la zona, lo que permitirá la obtención de mayores rentas madereras», explica José Manuel Iglesias.
Apicultura y cerdo celta
La diversificación de aprovechamientos en O Carballo ha cogido un fuerte impulso en los últimos dos años con la introducción de abejas y del cebo del cerdo celta. Primero fue la apicultura, que comenzó en el 2014 con 25 colmenas. Para este año, se prevé la ampliación del apiario hasta 40 colmenas por la alta demanda del producto, una miel multifloral, claro, suave y con alta presencia de miel de silva.
El último proyecto en iniciarse es uno de los más ambiciosos, el cebo en extensivo de cerdo celta, con la colaboración de la Asociación de Porco Celta (Asoporcel). La comunidad habilitó una zona de arbolado de 15 hectáreas, acotada con un vallado de malla electrificada, en la que los animales pasan el día, en tanto a la noche pernoctan en un curro equipado con comedero y agua.
La primera campaña, en la que se introdujeron un centenar de animales, está finalizando, y ya comenzó la planificación de la próxima, en la que la comunidad quiere ampliar la superficie a disposición de los cerdos y hacer una rotación de terrenos.
O Carballo dispondrá en breve de embutidos propios de cerdo celta
Los animales llegan al monte de O Carballo con 3-4 meses y una vez cebados, su venta se dirige principalmente a particulares, bien por cerdo entero, bien por medio cerdo, y también a la industria. Las personas interesadas pueden contactar con la comunidad en el correo electrónico [email protected]. En breve, O Carballo dispondrá también de embutidos propios de cerdo celta.
Setas
El abanico de usos del monte vecinal de O Carballo se completa con la recogida de setas, que se están comercializando en establecimientos de la ciudad de Lugo y que cuentan con la certificación de agricultura ecológica del Craega. Los aficionados a las setas también pueden acudir directamente al monte de O Carballo, donde previo pago y con la autorización pertinente, pueden hacer recogida de los hongos.
«Es importante explicar en detalle lo que se hace, cómo se gestiona y ofrecer un balance económico, social y ambiental»
Para acometer todos estos proyectos, la comunidad de montes se autoorganizó en grupos que se hacen responsables de distintas tareas y también echa mano de profesionales y de vecinos contratados para tareas específicas, como pueden ser los desbroces y podas en las zonas arboladas.
Consenso social
El método de trabajo para cada uno de los proyectos que se emprendió en el monte fue siempre el mismo. «Lo estudiamos, hablamos con gente con experiencia en el tema y se lo exponemos con la máxima información posible a los comuneros» -explica el presidente de la comunidad, José Manuel Iglesias.- «A partir de ahí, la comunidad valora y decide por mayoría».
«También es muy importante ofrecer resultados detallados de la explotación de cada proyecto, de lo que se hace, de cómo se gestiona y del balance a nivel económico, social y ambiental», valora el presidente del monte vecinal de O Carballo, una comunidad que se convirtió en los últimos años en una de las principales referencias en Galicia en el aprovechamiento multifuncional del monte.
La comunidad se distingue además por una importante actividad social, con la programación habitual de jornadas y cursos relacionados con su actividad. Cuenta también con un grupo de voluntarios que se reúne cada sábado para acometer tareas varias, como la preparación de los distintos eventos sociales que organiza la comunidad, caso de la fiesta del comunero o de la rapa das bestas.