Una bodega de La Rioja acapara el 21% de las ayudas a la reestructuración del viñedo en Galicia

El Sindicato Labrego Galego advierte de que “un proyecto de Ramón Bilbao llevó 156.706 euros de unas subvenciones que están diseñadas para favorecer a las grandes bodegas y discriminar a las más pequeñas”

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Una bodega de La Rioja acapara el 21% de las ayudas a la reestructuración del viñedo en Galicia

Plantación de viñedo

La Consellaría de Medio Rural publicó, el pasado 9 de enero, el listado de personas y empresas beneficiarias de las últimas ayudas a los planes de reestructuración y reconversión de la viña en Galicia.

En este sentido, desde el Sindicato Labrego Galego advierten de que «de los 726.400 euros que se repartieron entre los 62 planes aprobados, una bodega de La Rioja, Ramón Bilbao, beneficiada con 156.706 euros, quedó con el 21% del presupuesto».

Pero para la organización agraria este «acaparamIento» de ayudas no queda ahí: «SI vamos ampliando el listado, siguen apareciendo grandes bodegas con grandes subvenciones. Así, solo las cinco primeras coparon el 60% del dinero. Además de Ramón Bilbao, y por orden: Agrícola Anmar (Martín Códax), con 94.941 euros; Terras Gauda, con 61.907 ; Virxe de Galir, con 74.753 euros; y González Byass, de Jerez (Cádiz), con 51.115 euros.

7 bodegas llevan casi el 70% de las ayudas para la reestructuración del viñedo en Galicia

«Añadiendo las dos siguientes bodegas (Pazo das Tapias, con 27.526 euros; y Bodegas Campante, con 27.451), este selecto grupo llevaría casi el 70% de las ayudas», añaden desde el Sindicato Labrego.

En este sentido, Bernardo Estévez, responsable del Vino en el SLG y pequeño bodeguero en el Ribeiro, explica que «las ayudas a la reestructuración están diseñadas para beneficiar a grandes bodegas y que, debido a las exigencias, excluyen las pequeñas explotaciones vitivinícolas».

Bernardo Estévez: «Las ayudas tal como están diseñadas excluyen a los pequeños viticultores»

«Muchos viticultores y viticultoras, entre quienes me incluyo, que estamos plantando todos los años nuevas viñas de poca superficie -1.000 metros en mi caso- no pedimos las ayudas» explica Bernardo. El motivo es que «las condiciones que te imponen no son rentables, ya que Medio Rural te obliga a encargar los trabajos de la nueva plantación a una empresa y no te deja hacerlos a ti mismo, con lo cual la subvención no da ni para cubrir el primer día. Al final quien pueden pedir estas ayudas son las grandes bodegas, a las que sí les compensa».

Ante esta situación, desde el Sindicato Labrego Galego demandan que la Consellaría de Medio Rural «se siente a dialogar con el sector productor otras normas del juego para apoyar, estimular y potenciar la actividad de las pequeñas bodegas familiares, que son las que realmente mantienen personas viviendo en el rural y del rural y las que conservan la esencia de nuestra viticultura».

«Y eso puede hacerse con cambios normativos que permitan un reparto más justo y equitativo del dinero público de todos y todas a la parte más vulnerable y olvidada del sector productor», concluye.

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