Una metasecuoya de Lourizán, candidata a ‘Árbol europeo de 2016’

La especie se identificó en 1941 en material fósil, pero se consideraba desaparecida hasta que se descubrió un ejemplar vivo en China en 1943. El árbol de Pontevedra se plantó en 1951 a partir de semillas chinas

Una metasecuoya de Lourizán, candidata a ‘Árbol europeo de 2016’

Metasecuoya del Pazo de Lourizán.

El arboreto del Centro de Investigación Forestal de Lourizán, en Pontevedra, alberga una especie que se puede catalogar cómo fósil viviente, la metasecuoya (Metasequoia glyptostroboides H.H.Hu & Cheng), que se identificó por primera vez en 1941 en restos fósiles y que se creía desaparecida hasta que en 1943 se redescubrió un ejemplar vivo en China. En Lourizán se plantó en 1951 a partir de las primeras recolecciones de semillas del árbol chino. La metasecuoya pontevedresa es ahora candidata a ‘Árbol europeo de 2016’.

El certamen del ‘Árbol europeo de 2016’ está promovido por varias asociaciones ambientalistas. La idea del galardón es que cada año, a través de votación popular, se seleccione un árbol por país que luego pasa a una final europea. El objetivo no es tanto premiar al ejemplar más singular como medir y promover el aprecio de la ciudadanía por estas especies. En 2015 resultó galardonado un roble que está situado en un campo de fútbol de Estonia.

El galardón busca medir y promover el aprecio de la ciudadanía por especies singulares o simbólicas

La edición 2016 del certamen está ahora mismo en la fase de votar a los ejemplares más singulares de cada país. La asociación Bosques sin Fronteras, que gestiona en España el proceso, seleccionó la metasecuoya de Lourizán como finalista española junto con otros seis árboles, que están ahora sometidos a votación popular. De entre ellas saldrá el candidato español a ‘Árbol europeo de 2016’.

La metasecuoya de Lourizán trata de hacer valer en el certamen un hito en el mundo de la botánica, como es la ‘vuelta a la vida’ de una especie que se creía desaparecida, con la particularidad de que tal situación se produjo en plena Segunda Guerra Mundial, cuando un grupo de botánicos identificó el árbol, garantizó su conservación e incluso fue capaz de distribuir sus semillas por todo el mundo a pesar de la coyuntura histórica.

La metasecuoya pontevedresa es el ejemplar de su especie de mayor edad y mejor conservado de Europa

A Lourizán, la metasecuoya llegó a través del botánico español Luis Ceballo y Fernández de Córdoba, que le entregó 11 semillas a Fernando Molina, creador en 1947 del Centro de Investigación Forestal. De esas semillas de apenas unos milímetros sólo nació una, que se plantó en 1951 y que se convertiría en el ejemplar de la especie de más edad y mejor conservado de Europa. En España sólo hay otra metasecuoya, en Cantabria, propiedad de la familia Botín, pero es posterior y se queda lejos de los 35 metros del árbol de Lourizán.

Votación popular
El procedimiento de votación, que está abierto hasta el 30 de octubre, es a través de las redes sociales. Hay que entrar en el facebook de Bosques sin Fronteras, en concreto en el apartado de Fotos, donde se pueden ver siete imágenes de las candidatas en España, y darle al botón ‘Me gusta’ en el árbol que se quiera votar. Por ahora, en la votación española marchan destacados un olmo de la plaza mayor de Guadarrama y un pino – roble ubicado en Canicosa (Burgos). Este último ejemplar se trata de un pino que nació sobre un roble ya hace más de cien años, manteniéndose desde entonces ambos ejemplares vivos en un singular caso de ‘árboles siameses’. La metasecuoya de Lourizán precisará de un importante apoyo popular para colarse en la final europea.

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