Uno de los cambios acordados para la PAC en el 2018 es la obligación de que las granjas apliquen el purín a través de una inyección en el suelo. En las medidas de condicionalidad de la PAC, se prohíbe el esparcido de los purines por bandeja o cañón, exigiendo su inyección en el suelo, salvo determinadas excepciones justificadas que se puedan decidir a nivel autonómico. Unións Agrarias advierte, sin embargo, de que esa medida es inviable para Galicia.
La organización agraria entiende que la inyección en el suelo implicaría tal aumento de costes que la hacen “imposible de llevar a la práctica”, pues aumentaría sensiblemente el tiempo de aplicación. Desde Unións solicitan de la Xunta la puesta en marcha de una mesa de trabajo para buscar soluciones, ya que entienden que la Consellería de Medio Rural dispone de las competencias para concretar algunas de las excepciones previstas en la norma.
De no existir una modulación de la normativa en Galicia, Unións advierte de que el sector se vería abocado a un grave problema para gestionar los 15 millones de metros cúbicos de purín que se producen cada año. “El cambio de la normativa de la PAC crea un problema donde antes no existía, pues en Galicia, salvo zonas puntuales con una concentración alta de granjas de porcino, no hay problemas de gestión de los purines. Los ganaderos están cada vez más concienciados en aplicarlo bien, entre otras cosas, porque si pierden nitrógeno por una mala aplicación, tendrán un mayor gasto en fertilizantes químicos”, subraya Óscar Pose, de Unións Agrarias.
Consultada la Consellería de Medio Rural sobre esta cuestión, señala que está trabajando en el tema y que esta semana tiene previstos contactos con otras comunidades autónomas para acordar una posición al respecto.