Uso de carbón vegetal en fosas de purín para reducir las emisiones e incrementar su valor fertilizante

Juan Castro, investigador en el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (Ciam), afirma que este material tiene grandes propiedades de cara a reducir las emisiones de amoniaco y metano de las fosas de purín y mejorar su valor fertilizante, mediante su incorporación en los materiales de las camas del ganado

Uso de carbón vegetal en fosas de purín para reducir las emisiones e incrementar su valor fertilizante

Una muestra de biochar de pino utilizado en el proyecto

El biochar o carbón vegetal se obtiene a partir de un proceso de pirólisis, o quema de la biomasa vegetal en ausencia de oxígeno. En este sentido, Juan Castro, investigador en el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (Ciam) afirma que «este material tiene grandes propiedades de cara a reducir las emisiones de amoniaco y metano de las fosas de purín, y mejorar su valor fertilizante mediante su incorporación en los materiales de las camas del ganado.

Estos resultados forman parte del proyecto “Biofore Plus”, coordinado por la empresa Foresin. Asimismo, está enmarcado en las ayudas de Agacal, cofinanciadas por el Feader para el apoyo de proyectos piloto que desarrollen nuevos productos agrícolas, prácticas, procesos y tecnologías en el ámbito agroforestal. En esta optimización del aprovechamiento de la biomasa forestal residual y de la revalorización del material extraído también participa la Fundación Conde de él Valle Salazar y el Ciam.

Complemento al sector ganadero

El objetivo de la investigación es ayudar a cumplir la legislación europea y española en materia de emisiones de gases a la atmósfera, que carga sobre el sector vacuno de leche un 45% de reducción de las emisiones de amoniaco de aquí al año 2030, mientras que otros sectores como el porcino intensivo, tendrán que reducirlas en un 9%, siguiendo el Programa Nacional de Control de la Contaminación Atmosférica Miteco 2019, enviado a Europa.

En palabras de Juan Castro, que realizó una investigación sobre el uso de biochar en fosas de purín, “debemos recuperar el papel que tenía el monte en nuestra paisaje, como una forma inteligente de sostenibilidad de la actividad agraria en el rural gallego, como por ejemplo, en la mitigación de la contaminación del agua (nitratos), en la compensación de las emisiones de gases de efecto invernadero con la fijación neta de CO2, o en la riqueza de elementos del paisaje que sirven de hábitat para una rica biodiversidad”. En un estudio realizado en el Ciam, más del 72% de las granjas de vacuno de Galicia tenían superficie forestal, que en conjunto representaba casi 37.000 ha.

“Todo esto tiene una conexión con que antiguamente monte y ganadería eran espacios complementarios” (Juan Castro)

El biochar podría tener su principal utilidad como aditivo para el material de camas en explotaciones con el ganado estabulado, que producen más emisiones de amoniaco que las que tienen el ganado en extensivo. La normativa europea para la reducción de las emisiones de amoniaco y de gases de efecto invernadero es cada vez más exigente. Por este motivo, Castro aporta que “es necesario saber interpretar las demandas de cumplimiento de la legislación ambiental que llegan de Europa”.

Es necesario buscar soluciones adaptadas a las condiciones del territorio, muy diferentes de otras partes de España, y que además no sean tan costosas, como lo es la maquinaria de inyección de purines o las plantas de tratamiento, pero que pueden ser tanto o más eficientes para cumplir que legislación ambiental. El biochar representa una aportación en este contexto de búsqueda de mejores prácticas para aprovechar y poner en valor la gran cantidad de biomasa que existe en los montes gallegos.

Experimentación y aplicaciones

 La madera de pino quemada fue uno de los primeros materiales utilizados en las investigaciones del Ciam. “De los restos quemados pasamos a hacer pruebas con carbón vegetal en una serie de bidones, observando una reducción de amoniaco muy alta, más del 90% durante el primer año, en aquellos en los que se aplicó el carbón vegetal”, explica el investigador del Ciam.

En vista de los buenos resultados, se procedió a probar con biochar, repitiendo la misma técnica. Juan Castro reflexiona sobre que “queda mucho por saber en cómo influyen las características de la madera o biomasa vegetal que se utilice, y también la influencia de la temperatura y el tiempo de pirólisis”. Con estos precedentes, crearon dos tipos de biochar: uno de madera de pino y otro de corteza, tratados a 700º. En ambos casos se cumplía el mismo fenómeno que con el carbón vegetal.

“Hemos visto que el biochar de madera de pino tenía una mayor reducción de las emisiones, similares a las del carbón vegetal, mientras que el de corteza dio unos resultados peores”, destacó Castro. Sin embargo, “las emisiones de metano se vieron reducidas en menor medida, un 16% y un 13% aproximadamente para el biochar de madera y de corteza de pino, respectivamente”, detalló el investigador del Ciam.

Bidones de experimentación con diferentes tratamientos de purín con biochar

Bidones de experimentación con diferentes tratamientos de purín con biochar

Las camas del ganado son el lugar de aplicación que puede ser más útil y fácil de incorporar de manera rutinaria. Este material, al mezclarse con las heces y con la orina, ayudaría a reducir las emisiones de amoniaco, tanto en las cuadras, como en las fosas de purín o esterqueros, mejorando su valor fertilizante. También debe considerarse como una medida para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, tanto por la reducción de metano, como por la fijación de Co2. El carbono aportado por el biochar al suelo se estima que puede tener una duración de cientos de años; así queda recogido en los últimos informes del panel intergubernamental del cambio climático.

“El principal mensaje para el sector es que conciba las fosas de purín como almacenes de abono, sobre todo en un contexto de elevados precios de los fertilizantes, donde el nitrógeno es, con diferencia, el nutriente más caro de producir por la industria debido a los altos costes del gas natural. Por todo esto, el biochar es tan prometedor para aumentar el valor del purín y de los estiércoles, y disminuir el impacto ambiental de la ganadería”, avanza Juan Castro.

La aplicación del biochar en camas de ganado mejora el valor fertilizante de purines y estiércoles, y se comprobará si también reduce las emisiones en el campo


Disponibilidad para su uso

Países como Canadá o Finlandia ya tienen apuestas propias para potenciar su uso, tal y como trasladó Castro. Aun así, en el caso gallego la disponibilidad es limitada. En los experimentos hasta ahora realizados por el Ciam, el biochar provenía de una planta de producción asturiana.

La disponibilidad en el ámbito gallego dependerá del cambio de gestión de la biomasa y de todo lo que se apueste por su evolución. Según Juan Castro “es posible que en un futuro suponga un valor añadido para la ganadería o mismo que se incluya como una medida medioambiental en la PAC porque se trata de un sumidero mucho más duradero que la mayoría de los existentes”.

Las investigaciones del Ciam están pendientes de entrar en una nueva fase del proyecto para analizar si las emisiones de amoniaco y metano se reducen también en su aplicación al campo, y además comprobar si mejora su valor fertilizante en relación con el purín sin tratar con biochar.

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