Valdesil, vinos que expresan el ‘terroir’ de Valdeorras

La bodega de Vilamartín se distingue por una cuidada viticultura en la que procura mostrar la diversidad de la denominación. Elabora 5 godellos, entre ellos dos vinos de finca, 2 mencías y un maría ordoña, una variedad autóctona que trata de poner en valor

Publicidade
Valdesil, vinos que expresan el ‘terroir’ de Valdeorras

Vista de uno de los viñedos de Valdesil. / Imágenes: Valdesil.

A muchos vinos de la denominación de origen de Valdeorras les pasa lo mismo que a los goles de la Champions de fútbol. Tienen el doble de valor fuera que en casa. Valdesil, una bodega de Vilamartín de Valdeorras, comenzó a exportar sus vinos blancos de godello y sus tintos de mencía a comienzos de los años 90, cuando el godello era una variedad aún desconocida en Galicia y el mencía carecía de la aceptación de hoy en día. Su éxito en el exterior excedió las expectativas más optimistas. Inglaterra, Estados Unidos y Australia constituyen en la actualidad sus principales mercados.

La ambición de Valdesil es la de situar los vinos de Valdeorras en la primera división mundial. El director técnico de la bodega, Borja Prada, defiende la potencialidad del conjunto de la denominación. «El godello es una de las grandes variedades blancas a nivel internacional. Tiene el handicap de ser una uva local, casi desconocida, pero se puede equiparar sin complejos a las más afamadas variedades del mundo», valora.

«El godello es una de las grandes uvas blancas a nivel mundial, con el handicap de ser una variedad local casi desconocida»

De entre las características de la uva, Prada incide en su capacidad para expresar el ‘terroir’, que viene marcado por elementos como el clima, la biodiversidad del entorno, la altitud o la variación de suelos, un factor importante en Valdeorras. «A mayores, el godello se sitúa entre los vinos blancos con mayor potencial de envejecimiento de España», añade el director técnico de Valdesil, una bodega familiar con más de un siglo de tradición vitícola.

Cepas históricas
La historia de Valdesil está muy presente en sus elaboraciones. La bodega conserva un viñedo de godello que fue plantado a finales del siglo XIX. «Es probablemente una de las primeras plantaciones de una finca con una única variedad, pues antes de la llegada de la plaga de la filoxera, lo habitual era plantar varias variedades en la misma parcela» -explica Borja Prada.- «Nuestro bisabuelo se dio cuenta de que el godello daba lugar a vinos más longevos y de más calidad y decidió ya entonces plantar una finca sólo con esa variedad».

cepas-vellas-estandar

De aquella parcela plantada a finales del XIX, denominada Pedrouzos, sale un vino de godello con el mismo nombre y que es criado 6 meses en barrica. «La elaboración de vinos parcelarios, de una parcela o ‘peza’, como se le llama aquí, forma parte de nuestra filosofía. Cada finca tiene sus características de suelo, situación y altitud que se expresan a través de la variedad», señala Borja Prada.

Prácticas de cultivo
El cuidado de la viticultura es uno de los factores sobre los que Valdesil trata de asentar la calidad de los vinos. Buena parte de sus viñedos están injertados a partir de púas de la finca de Pedrouzos, una práctica con la que la bodega ha buscado mantener las cualidades de aquella uva, caracterizada por un menor tamaño y una mayor intensidad aromática.

Las cubiertas vegetales protegen el suelo de la erosión. «Si perdemos el suelo, perdemos la uva»

La adecuación de los marcos de plantación a las propiedades del suelo y de los viñedos es otra de las prácticas de cultivo habituales de Valdesil. «Buscamos un equilibrio entre el vigor de la planta y el potencial de cada entorno», detalla el director técnico de la bodega. «En Valdeorras tenemos suelos de ladera, pedregosos, que le aportan al vino un componente mineral, pero que tienen una fertilidad limitada que hay que tener en cuenta», sopesa.

Una de las fincas de la sociedad llegó a cultivarse con 5.000 plantas por hectárea, una de las densidades más altas de Galicia, según Borja Prada: «Para producir 5.000 kilos de uva, tienes varias opciones. Puedes poner 1.000 plantas y que cada una produzca 5 kilos, o plantar 5.000, buscando extraer sólo un kilo de cada vid», compara.

La frugalidad del suelo de Valdeorras, marcado principalmente por la presencia de pizarras, obliga a un especial cuidado del terreno, que en Valdesil se plasma en el uso de cubiertas vegetales permanentes entre las cepas. «La erosión del suelo es uno de los grandes problemas de la agricultura y aquí en Valdeorras, en zonas de fuertes pendientes y lluvias, hay que tener especial cuidado. Si perdemos el suelo, perdemos la uva».

Amplia gama de vinos

botella-pezas-portela

Valdesil gestiona un total de 30 hectáreas de viñedo propio y también compra uva de viticultores colaboradores, que suman otras 10 hectáreas. Cada año elabora alrededor de 200.000 botellas. El grueso de su producción se centra en el godello y en la mencía, si bien también produce un monovarietal de maría ordoña, una variedad autóctona, y está haciendo pruebas con otras variedades recuperadas.

En godellos, los vinos de mayor difusión son el Montenovo, elaborado a partir de uvas del conjunto de la denominación, y el Valdesil, elaborado a partir del ensamblaje de uvas propias. La bodega también embotella ediciones limitadas de pequeñas parcelas como Pedrouzos, su viñedo más viejo, que crece sobre pizarra, y O Chao, parcela plantada en 1941 y asentada sobre granito.

Su gama de godellos se completa con Pezas da Portela, un vino que es resultado de la uva de 11 parcelas próximas. La uva de cada finca es elaborada individualmente y criada sobre lías. Cuando finaliza la crianza, se realiza un ensamblaje para obtener el vino final.

Tintos
En cuanto a los mencías, la bodega lleva trabajando ya con ellos unos 25 años, tanto en la gama de vino joven (Valderroa) como en la de crianza (‘Valderroa carballo’, elaborado a partir de cepas con más de medio siglo). «El Valderroa es un vino del año, afrutado, con poco cuerpo y taninos ligeros. Es el tipo de tinto que más se está bebiendo ahora en Galicia», apunta Borja Prada.

La oferta de la bodega se completa con un monovarietal de maría ordoña (Valteiro), una variedad de uva que en Valdesil consideran que puede representar para los tintos lo que el godello a los blancos. «Es un vino muy singular, con aromas de fruta joven pero a la vez con los aromas derivados de la sobremaduración a la que tiende la variedad. Se produce una cierta podredumbre noble» -describe Borja-. «Son casi dos vinos en uno solo y llama mucho la atención en restaurantes a nivel internacional. De Balteiro hacemos una edición limitada de unas 600 botellas. Es un vino de culto», concluye.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información