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Becerras con crotales electrónicos en el centro de recría Cowvet, en la Comunidad Valenciana
La aplicación de nuevas tecnoloxías en vacas en producción se ha generalizado en los últimos años pero su uso avanza también, aunque todavía de forma incipiente, en el periodo de recría. Ubicado en Titaguas, en Valencia, el centro Cowvet ha empezado a utilizarlas, con buenos resultados, dentro de los protocolos de manejo de novillas. Conocemos como gestionan, a través de ellas, el crecimiento de las terneras.
Alejandro Pérez Navarro, que forma parte del equipo técnico de este centro valenciano, acaba de participar en las jornadas técnicas de Africor Lugo, que este año por culpa de la situación de pandemia se han celebrado de forma virtual retransmitidas por Vaca Pinta, para contar en qué aspectos focalizan su estrategia de trabajo diario para lograr devolver a las explotaciones novillas que llegan al primer parto con más de 600 quilos de peso antes de los dos años de edad.
Trabajan para varias explotaciones de la zona de Levante, a las que recrían novillas que llegan al primer parto con más de 600 quilos de peso antes de los dos años de edad
Para lograrlo, el centro de recría valenciano está aprovechando las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías aplicadas al periodo de recría para optimizar las fases de crecimiento e inseminación mediante la utilización de crotales electrónicos así como de collares de actividad. El uso que hacen de estas nuevas tecnologías en Cowvet está basado en cuatro pilares y objetivos fundamentales: control de la lactancia, control del crecimiento, control de la salud y control reproductivo.
1. Control de la lactación
«La lactación es un periodo crítico que va a condicionar la vida productiva de la vaca», asegura Alejandro, ya que diversos estudios correlacionan la ganancia media diaria en esta etapa con la producción de leche futura. «Cada kilo de peso en las 8 primeras semanas de vida equivale a un incremento de 500 kilos de leche producida», expone, de igual forma que la ingesta temprana de pienso también está relacionada con el desarrollo del rumen.
Cada kilo de peso ganado en las 8 primeras semanas de vida equivale a un incremento de producción de 500 litros de leche
Aunque en el centro de recría valenciano no las utilizan, el uso de amamantadoras en esta etapa de crecimiento a nivel de ganadería permite precisión en el volumen de las tomas, así como temperatura y concentración de leche constante. «Eso repercute positivamente en la salud de la ternera», afirma. El uso de amamantadoras también permite dar un mayor número de tomas.
«Las últimas tendencias es a aumentar la cantidad de leche y concentración de lactoreemplazante», indica Alejandro, que destaca asimismo que las amamantadoras permiten hacer destetes a la carta e individualizados a cada ternera. «Al aumentar la cantidad y concentración de leche no es aconsejable un destete abrupto, que es negativo para la ternera, y con las amamantadoras se pueden hacer destetes progresivos acordes a las ingestas de piensos», valora.
Agrupar en edades precoces va en consonancia con la legislación europea en materia de bienestar animal pero conlleva mayor riesgo de trasmisión de enfermedades
Por el contrario, el uso de amamantadoras nodriza tiene como desventaja el riesgo sanitario que supone trabajar en grupo. «Nosotros recomendamos a los ganaderos a los que asesoramos en sus explotaciones la incorporación de las terneras a las nodrizas a las 2 semanas de vida para evitar problemas en la competencia por acudir a la amamantadora y de esta forma también las terneras ya habrán pasado el periodo de mayor riesgo de diarreas neonatales en box individual», argumenta.
2. Control del crecimiento
Báscula móvil de pesaje dotada de dispositivo electrónico conectado a los crotales para el registro de datos
El centro ubicado en Titaguas cuenta con crotales electrónicos, que permiten identificar a cada animal de forma individual y registrar su historial de pesos y medidas a partir de los datos obtenidos mediante básculas electrónicas móbiles, que pueden llevar de esta forma a los distintos parques donde se encuentran los lotes de animales en cada fase y que les permiten hacer una toma de datos precisa. «El hecho de no tener que usar hojas de campo para apuntar nos agiliza el proceso y hace que en el menor tiempo posible podamos hacer estos controles», cuenta Alejandro.
Nos sería de gran ayuda poder prever qué momento es el óptimo para el destete
Están trabajando también en la monitorización de la rumia a través de los crotales electrónicos para ajustar mejor el destete al estado de desarrollo del rumen de cada animal. «Nos sería de gran ayuda poder prever qué momento es el óptimo para su destete porque el rumen de ese animal ya está preparado», reconoce. «Medir el tiempo de rumia individualizada y de grupo nos ayuda a prever también posibles enfermedades e incluso es posible también detectar el estrés por calor a través del jadeo», avanza.
3. Control de enfermedades
En Cowvet están usando también las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para la detección precoz de enfermedades. «Una ternera enferma reduce su ganancia media diaria, tiene más riesgo de ser desechada, incrementa su edad al parto y producirá menos leche, por lo que tener una detección precoz de las patologías es fundamental. Muchas veces esta supervisión de la salud de las terneras se realiza de forma visual y va a depender del entrenamiento y la subjetividad del operario que se encargue de su cuidado pero ya hay tecnologías incipientes que podemos utilizar», asegura Alejandro.
Los 6 primeros meses son el periodo de mayor riesgo para la salud de las terneras por episodios de neumonías y diarreas
Además de los datos que aportan los crotales electrónicos, que sin embargo no miden la temperatura de los animales, en este centro de recría hacen ecografías pulmonares para detección precoz de casos de neumonía hasta los 6 meses, que es el periodo de mayor riesgo para la salud de las terneras. «De esta forma reducimos el uso de antibióticos y logramos un mayor éxito en los tratamientos en caso de tener que aplicarlos, bajando el número de animales crónicos, y prevenimos fallos en la curva de crecimiento de las novillas, prestando más atención a aquellos animales enfermos y monitorizando su recuperación», cuenta.
Realizan tres controles ecográficos: a la entrada de los animales, al destete y a los 120 días, antes de mezclarse en lotes más grandes
De forma rutinaria en estos 6 primeros meses de vida realizan tres controles ecográficos: «el primero a la entrada de los animales en las instalaciones, para ver qué problemas pueden traer (diarreas, fiebre, neumonía); un segundo control al destete, para ver si ha podido haber algún problema en la lactación; y un tercer control ecográfico a los 120 días, cuando las terneras pasan a parques más grandes, pasando de grupos de 6 a lotes 30-40 animales, porque son esos tres momentos cuando más riesgo de neumonía vemos», reconoce Alejandro.
4. Detección de celos
La detección de celos en novillas se sigue haciendo en la mayoría de las explotaciones mediante la observación visual pero este sistema tiene algunos problemas, a juicio del técnico veterinario del centro de recría valenciano. «Muchos celos ocurren durante la noche y su duración es más corta por lo que en muchas ocasiones pasan desapercibidos», considera.
Muchos celos ocurren durante la noche y su duración es más corta en las novillas por lo que muchas veces pasan desapercibidos
En los últimos años se ha producido también la trasposición de la tecnología de los podómedros de medición de actividad, con 30 años de experiencia en vacas adultas, a la recría. «Nosotros empezamos con los podómetros y ahora hacemos esta monitorización de la actividad a través de collares, que miden en tiempo real, cada uno o dos minutos, lo que hace cada animal. «Esta tecnología tiene una aplicación clara en reproductivo, que permite bajar la edad de la primera inseminación y ejercer mayor presión en la reinseminación en caso de no quedar preñada a la primera», destaca.
El software que acompaña a los collares combina el aumento de actividad y el descenso de rumia, lo que permite una detección de celos más precisa. «Este hecho permite elegir el momento óptimo de inseminación para hacerla en las horas donde mayor tasa de gestación existe, aumentando el éxito y reduciendo el uso de dosis de semen y de hormonas necesarias y da ventajas para la utilización del semen sexado, que tiene una vida útil menor que el convencional», indica Alejandro.
El aumento en la detección de celos mediante esta tecnología permite una reducción en el uso de hormonas y sacar más partido al semen sexado
Estas tecnologías permiten también detectar patologías reproductivas, como novillas en anestro, celos irregulares o detección de abortos en gestaciones avanzadas. También reducir los falsos positivos en detección de celos que provoca a veces pérdidas embrionarias iatrogénicas por reinseminar novillas que ya están gestantes.
Según los datos facilitados por Alejandro en base a las pruebas realizadas en Cowvet, de las 256 alarmas de celo en el 92% de los casos eran correctas las detecciones, por lo que la precisión de estas aplicaciones en la detección de celos es elevada, de igual forma que el 93% de las novillas llegaron gestantes al diagnóstico mediante ecografía realizado a los 28 días.
«Los siete primeros meses son clave en el desarrollo de las terneras y en su producción posterior de leche»
El centro valenciano está inmerso desde la primavera pasada en un proyecto de investigación financiado con fondos europeos centrado en el desarrollo de estrategias de recría novedosas en las primeras etapas de crecimiento de las terneras (a partir de los 15 días de vida) y la cuantificación de la repercusión que estos nuevos sistemas de manejo tienen en los índices productivos posteriores de los animales.
Manejar bien a las terneras en sus primeros meses de vida tiene una incidencia fundamental en la futura producción de leche de ese animal. «La clave está en los siete primeros meses de las terneras, sobre todo desde que empiezan a comer pienso», considera Alejandro.
Para optimizar la recría ponen el foco en el crecimiento de las terneras desde el destete hasta los 7 meses y en la detección de celos a partir del año de vida
Por eso, el control de los animales es más estricto y continuo en estos 7 primeros meses, con 3 pesajes a mayores del inicial, a la entrada de los animales en las instalaciones con dos semanas de vida. En esta fase otro aspecto clave es evitar patologías respiratorias o digestivas para no perjudicar el crecimiento potencial de la ternera, que puede llegar a los 1.200 gramos de peso diarios, bajando posteriormente a 800-900 gramos.
Un centro creado en 2018
Los veterinarios valencianos Paco Sebastián y Xavi Valldecabres decidieron poner en marcha en 2016 en una ganadería alquilada un primer servicio de recría para algunas de las granjas en las que trabajaban haciendo asesoramiento veterinario y que tenían problemas de espacio para gestionar directamente la recría en las explotaciones. Al externalizarla, esas ganaderías han podido aumentar el número de vacas en producción, tal como les demandaba la empresa Danone, con industria en la zona.
Buscaron una zona de montaña a medio camino entre el Levante y la Meseta donde suavizar las condiciones de temperatura y humedad en verano
Pero la importante demanda hizo que en 2018 se trasladasen a unas nuevas instalaciones en la localidad de Titaguas, donde está instalado hoy el centro de recría, con más de 1.000 animales en la actualidad. Se trata de una zona de montaña y la elección del emplazamiento buscaba suavizar las condiciones de humedad y altas temperaturas que se dan en verano en el Levante y que hacen disminuir los índices reproductivos. De esta forma, gracias a la ubicación elegida, pueden seguir empleando semen sexado en verano en las novillas, dado que las tasas de preñez se mantienen.
La situación en esta zona rural a medio camino entre el Levante y la Meseta permite también un suministro idóneo de materias primas. La alimentación de los lotes de novillas tras el destete se basa por un lado en cereales procedentes de Cuenca o Albacete y subproductos de la industria agroalimentaria valenciana, como pulpa de naranja o bagazo de cerveza.
Plan de recría con objetivos concretos
El objetivo que se marca Cowvet es el de conseguir un animal adulto de 730-760 quilos de peso al tercer parto, que coincidiría entre el quinto y el sexto año de vida del animal, en función de los índices reproductivos posteriores de la explotación propietaria. Para lograr este objetivo, la novilla debería parir en el primer parto con entre 630-650 kilos de peso vivo, lo que representaría un 82% de su peso adulto total.
Al final del periodo de recría ha de lograrse el 55% del peso adulto del animal, es decir, entre 401 y 418 kilos de peso vivo
«Para optimizar el periodo de recría deberíamos poder inseminar a las terneras a los 400 días alcalzando entre el 45 y el 50% del peso adulto en el momento de la primera cubrición (entre 380 y 400 kilos) para lograr su primer parto entre los 22 y los 23 meses de vida. De esta forma estamos optimizando el crecimiento de la ternera pero no estamos perjudicando su produción de leche futura», asegura Alejandro.
Recría en 5 fases
En el centro de recría Cowvet dividen el crecimiento de las terneras en 5 fases distintas, con estrategias nutricionales diferentes:
1. Del nacimiento al destete
En esta etapa en el centro valenciano tienen unos crecimientos de entre 700 y 800 gramos diarios. «Nosotros consideramos que la calidad de la novilla no va a depender tanto de la ingesta de leche e intentamos maximizar la toma de pienso cuanto antes porque eso va a favorecer el desarrollo del rumen», asegura Alejandro.
2. Del destete a 6 meses
«Es una etapa de alto potencial de crecimiento, que hay que maximizar todo lo que se pueda, llegando a conseguir ganancias medias diarias de entre 1.000 y 1.200 gramos, una cantidad comparable a la de los terneros de cebo», explica.
La edad clave se produciría en torno a los 400 días de vida de la ternera, cuando alcanzaría la pubertad y recibiría la primera dosis de semen
3. De los 7 a los 11 meses
Una sobrealimentación en esta fase sería contraproducente. «Hay que tener cuidado en este momento con el engrase de los animales, y hay muchos estudios que lo demuestran, porque hay una relación negativa entre el engrasamiento de la ubre en esta fase y la producción futura de esa novilla», indica Alejandro. Por eso en esta fase reducen el crecimiento de los animales a 800 gramos diarios.
4. De los 12 meses al momento de la inseminación, con 13-15 meses
«En esta fase volvemos a recuperar niveles energéticos más elevados para favorecer la salida en celo temprana de la novilla», detalla.
5. Preparto
Tras confirmar la preñez del animal vuelven a bajar a crecimientos moderados de entre 800 y 900 gramos diarios.
Cinco controles de peso y medida
«Para lograr los objetivos fijados en el programa de recría de cualquier explotación es necesaria la toma de datos durante las distintas fases y controles de crecimiento periódicos, pero vemos que en muchas ocasiones hay un déficit en la recopilación tanto de pesos como de mediciones. Es un error, porque estos datos nos ayudan en la toma de decisiones, al servirnos para verificar que el crecimiento es el correcto, para elegir el momento adecuado de la cubrición y también para seleccionar y descartar aquellos animales que no han cumplido con los objetivos marcados», asegura Alejandro.
Hay una clara deficiencia tanto de pesos como de mediciones en las explotaciones que hacen recría y es un error
«Nosotros hacemos pesadas individuales de los animales y en otros casos mediciones a la pelvis, más cómodo que acceder a la cruz», considera. En torno a los 138 cm de altura a la pelvis sería el momento ideal para realizar la cubrición y coincidiría con los 400 días de vida. Alejandro defiende este sistema individualizado y no el de hacer la primera inseminación a tiempo fijo y recomienda hacer un total de 5 controles de peso y medida a cada animal durante todo el periodo de recría: nacimiento, destete, prepubertad, inseminación y una vez que ha parido la novilla. «En nuestro caso la primera pesada se realiza a la llegada de la ternera al centro y el último control a la salida de vuelta hacia su explotación de origen, en la fase de preparto, pero lo ideal en las ganaderías sería hacer este control tras el parto», explica.
Protocolos de encalostrado y vacunación
El primer mes ponen chalecos a las terneras para que gasten menos energía en mantener la temperatura corporal
El centro de recría Cowvet marca unos protocolos de encalostrado y vacunación a las ganaderías que les envían animales para recriar y que han de cumplir. Al llegar al centro, tras las pruebas de BVD en la granja de origen mediante análisis de cartílago, las terneras pasan una primera valoración de peso y medida, un sangrado, así como una inspección médica de constantes vitales y estado respiratorio mediante ecografía pulmonar para descartar patologías.
Las terneras pasan la cuarentena en boxes individuales y tras el destete pasan a casetas de mayor tamaño, de entre 4 y 6 animales, hasta los 120 días
Los animales son alojados en boxes individuales, separados un metro y medio unos de otros, donde pasan la cuarentena inicial durante la fase de lactación hasta el destete. Dado que los boxes están en el exterior, al aire libre, en invierno se les abriga el primer mes con chalecos para que se adapten a la climatología de la zona de Titaguas, en la que llega a nevar en invierno.
Cuando se dan estas condiciones adversas, les incrementan la cantidad de leche en polvo y suben de 38 a 40 grados la temperatura del lactoreemplazante en las tomas para evitar que se enfríe. Optan por biberones en vez de cubos y tienen especial cuidado en la higiene y desinfección diaria de botellas y tetinas, que retiran para lavar y desinfectar todos los días, sustituyendo aquellas tetinas que ven con un orificio demasiado grande, porque podría provocar neumonía si la velocidad de ingesta es muy rápida.
Menos leche y más pienso
Las terneras que están en Cowvet no ingieren más de 700 gramos de leche en polvo al día y a partir de los 30 días empiezan a consumir ya cantidades significativas de pienso. «Utilizamos leche formulada por nosotros, alta en proteína (27%) y baja en grasa (17%). Este porcentaje de proteína es el idóneo para alcanzar mayores crecimientos en esta fase y la leche es baja en grasa porque si la grasa es alta inhibe el consumo de pienso por su saciedad al animal», detalla Alejandro. Además, los sustitutivos lácteos bajos en grasa favorecen la preparación del rumen para la siguiente fase, dado que de esta forma la ternera tendrá una mayor cantidad de amilasa y, por lo tanto, una vez destetada, tendrá una mayor digestibilidad del pienso.
Usan un lactoreemplazante de formulación propia, alto en proteína pero bajo en grasa, para evitar que la saciedad inhiba la ingesta de pienso y favorecer la amilasa en el rumen
En cuanto a la estrategia de alojamiento, por motivos sanitarios, dado que se controla mejor a los animales, indica Alejandro, están en boxes individuales hasta el momento previo al destete, cuando se juntan los parques de las casetas de 2 terneras para favorecer su socialización y la ingesta de pienso.
«A los 45 días, se les retira una toma de leche, porque ya toman 1 kg diario de pienso, pasando a tomar entonces solamente leche por la mañana y a los 50 días se les saca de forma abrupta», explica. «Con tantas terneras tenemos que hacerlo de forma sencilla y práctica, pero considero que ese protocolo de destete abrupto podría aplicarse también en ganaderías individuales más pequeñas, no solo en centros de recría como el nuestro, siempre que las cantidades de leche en cada toma no sean elevadas», matiza.
Destete a los 50 días
A los 42 días las terneras son sometidas a una prueba de tuberculosis y paratuberculosis y, a partir de ese momento, se abren los parques a cada dos boxes y se inicia el proceso de destete en grupos de 2 terneras. «Nuestra filosofía es hacer la lactación lo más corta posible, destetamos a los 50 días», indica Alejandro.
Comienzan a tomar forraje a partir de los dos meses de edad, mezclado inicialmente con el pienso starter, ya en grupos de cuatro a seis terneras, una configuración que se mantiene hasta los cuatro meses. Los lotes se amplían entonces a entre 28 y 32 animales hasta los 7 meses de vida. Disponen de 10 metros cuadrados por animal entre la zona cubierta y la que está al aire libre y la alimentación se basa en mezcla unifeed seca.
Nuestra filosofía es hacer la lactación lo más corta posible y que la ternera empiece a comer pienso cuanto antes
A partir de los 8 meses de edad se introducen en la ración subproductos como pulpa de naranja o bagazo de cerveza y las terneras pasan a estar en parques más grandes, de hasta 150 animales, donde disponen al menos de una cornadiza por cabeza en el comedero. El centro de recría cuenta con una zona exterior de bosque con pinos para dar sombra y el clima seco de la zona favorece el mantenimiento de la cama caliente de paja en las instalaciones.
Inseminación a partir del año de vida
A partir del año de edad empiezan a seleccionar aquellas terneras que pueden ser inseminadas tras pruebas de peso y medida. Con 138 centímetros de altura en la pelvis y 370 kilos de peso son enviadas al lote de inseminación.
Es en este momento cuando se les instalan collares de actividad para detección de celos. Inseminan generalmente con semen sexado y genómico, aunque eso es elección del ganadero propietario del animal. A la hora de elegir toro se decantan por valores de producción, fertilidad y facilidad de parto.
Las novillas paren con entre 22 y 24 meses con un peso superior a los 600 kilos
«La recría hay que verla como una inversión, las terneras serán en un futuro nuestras productoras de leche pero muchas veces en las explotaciones la recría sigue siendo aún la gran olvidada. El ganadero pone el esfuerzo y los recursos en aquellos animales que están produciendo leche, cuando en realidad tiene infinitos beneficios el cuidado de las terneras en el periodo de recría, que son el futuro genético de la explotación y, si las cuidamos como se merecen, serán vacas más productivas, con mejores índices reproductivos y con mayor longevidad», concluye Alejandro.
