La monitorización del viñedo para conocer el estado de las cepas o las uvas de una forma fiable y poder mejorar la toma de decisiones es uno de los retos en los que está inmerso el sector de la viticultura. Al igual que en otros sectores agrarios, se están probando diferentes tecnologías que arrojan resultados satisfactorios, pero el reto es que además estos terminen siendo una solución asequible y utilizada por los viticultores y bodegas, al presentar mejoras en su día a día.
En este camino hacia la viticultura de precisión, el proyecto Viniot ha ido un paso más allá y ha buscado fusionar en una misma solución dos tecnologías innovadoras que ya se estaban utilizando de forma independiente en la monitorización del viñedo: imágenes multiespectrales y sensorización del terreno.
“Aprovechando las principales fortalezas de ambas tecnologías diseñamos un sistema a partir de una arquitectura de IoT que permita valorar parámetros de interés vitícola y la recogida de datos a escala precisa (nivel de uva, planta, parcela o viñedo)”, apuntan los impulsores del proyecto.
Combinando ambas tecnologías procuran un sistema que realmente ofrezca información al viticultor sobre el estado del viñedo. “Hemos desarrollado un sistema para recoger datos en el viñedo y que modele eses datos que son importantes para el viticultor”, explica Julio Illade, técnico de Aimen, uno de los socios del proyecto.
“Buscábamos colaborar en la digitalización del sector, pensando especialmente en las pequeñas bodegas, que tienen mayores dificultades para acceder a esta tecnología”
“Viniot es un servicio pensado sobre todo para las pequeñas bodegas, que tienen más dificultades para acceder y conocer este tipo de tecnología. Con este proyecto se busca colaborar en la digitalización del sector”, explica Rocío Pena, de la firma Aimen y coordinadora del proyecto.
Observar el viñedo
Viniot ha trabajado con una máxima de la viticultura tradicional: observar el viñedo. Así, una parte fundamental de este proyecto ha sido la monitorización del viñedo. “Hemos sensorizado el sistema de producción, procesado los datos para obtener información de alto nivel para saber en todo momento el estado del viñedo”, explica Illade.
Para lograrlo han echado mano de distintas herramientas. Una de estas tecnologías han sido las redes de sensores inalámbricos IoT en el viñedo, un sistema más barato que otras alternativas y que les ha ofrecido información sobre el estado y evolución de las plantas. Estos sensores están alimentados con un panel solar y permiten la toma de medidas puntuales a lo largo de distintos períodos y en diferentes puntos del viñedo.
Junto con los sensores, para la toma de información en el viñedo han desarrollado una cámara multiespectral para la captura de imágenes, un prototipo que es capaz incluso de localizar racimos de uvas en las imágenes. En concreto, la cámara recoge imágenes en 8 bandas espectrales seleccionadas. “A lo largo de 2 años hemos recogido datos para correlacionarlos con los parámetros que fuesen más interesantes para luego seleccionar las bandas que aporten mayor información”, detalla el investigador. Además la cámara multiespectral permite la geolocalización de la imagen. Así, al final de la sesión de captura de datos, el algoritmo une las imágenes en una única imagen multiespectral.
Han desarrollado una red de sensores IoT y un prototipo de una cámara multiespectral para monitorizar el viñedo en parámetros de interés como la madurez o el riesgo de enfermedades
Tanto la cámara multiespectral como la red de sensores IoT forman parte de un sistema multiespectral en el que también se integra un sistema de gps para geolocalizar las imágenes, así como receptores que recogen los datos de la red de sensores repartidos por el viñedo y un sistema para procesar la información, además de un sistema de almacenamiento y alimentación.
Este sistema multiespectral permite elaborar mapas sobre la situación de viñedo, que han desarrollado como una aplicación web. “El objetivo es hacer un mapa lo más preciso posible para que los viticultores puedan tener información sobre el estado del viñedo a la hora de tomar decisiones como la vendimia, la aplicación de tratamientos fitosanitarios o conocer el estrés hídrico de la planta”, detallan desde el consorcio Viniot.
Disponer de modelos fiables
Uno de los mayores retos del proyecto ha sido disponer de modelos robustos y fiables que sirvan en la toma de decisiones del viticultor. Han estado evaluando variables agronómicas de interés de forma no destructiva a base de información multiespectral, centrándose en aspectos que preocupan a los viticultores como el estado fitosanitario de los viñedos, prestando atención a enfermedades como el mildiu, donde trabajaron con la variedad Albariño. También buscaron detectar la flavescencia dorada, investigando con variedades tintas y blancas.
Han logrado desarrollar modelos fiables en variedades concretas para evaluar el grado de madurez, pero buscan modelos que integren distintas variedades
Además, han prestado atención a otros factores como el estrés hídrico de los viñedos o analizado cuestiones como la madurez para ayudar en la toma de decisiones en la vendimia. “En el primer años hemos conseguido un modelo robusto en cuanto a madurez por variedad, pero hemos seguido trabajando porque nuestro objetivo es lograr un modelo que pueda integrar a distintas variedades”, explica Nicolás Saurin, investigador del Instituto Nacional de Investigación Agronómica de Francia (Inrae).
En cuanto al estrés hídrico, han logrado un modelo que integra ya diferentes variedades y tras realizar las primeras pruebas en laboratorio en macetas, se encuentran en plena fase de validación en planta.
Los socios y beneficiarios de Vinot
El proyecto, que acaba de presentar sus resultados finales, ha supuesto 3 años de trabajo en el que han participado 8 socios de los ámbitos de la investigación, tecnología y transferencia procedentes del sur de Francia, España y Portugal.
En concreto, forman parte del consorcio que ha desarrollado Viniot el Centro Tecnológico Aimen, la Axencia Galega de Calidade Alimentaria (Agacal), La Fundación Empresa Universidad Gallega (Feuga), el Clúster de la Viña y del Vino (Advid) de Portugal, el gobierno de La Rioja, el Instituto Nacional de Investigación Agronómica de Francia (Inrae), el Instituto francés de la viña y el vino (IFV) y el Instituto Nacional de Investigaciones de Ciencias y Tecnología de Francia (Irstea). Además, han tenido la colaboración de 11 asociados del sector del vino, incluyendo bodegas o consejos reguladores.
En el marco del proyecto Viniot también han realizado diferentes iniciativas para compartir con el sector los avances en la monitorizacion del viñedo que han ido logrando. Además, han establecido un Viniot Hub, un punto de encuentro para todos los agentes relacionados con el proyecto, pero que también está abierto a centros y empresas interesadas en el servicio Vinot.