El recinto ganadero de Adai (O Corgo, Lugo) acogió este fin de semana una subasta de 8 animales procedentes de ganaderías particulares y de la nave de testaje de la Asociación de Criadores de Rubia Gallega (Acruga). Se subastaron 4 novillas y 4 novillos. Las subastas corrieron suerte muy diferente, pues mientras que por las novillas preñadas hubo interés y se consiguieron buenas cotizaciones, tres de los cuatro novillos quedaron desiertos. El precio medio final de los animales vendidos fue de 2.650 euros.
El animal que logró mayor cotización fue una novilla de la ganadería Castroncán, de Samos (Lugo), que fue para una granja de Castroverde por 3.500 euros. Este animal partía con una alta calificación en el libro genealógico, como suele ser habitual en las reses procedentes de esta granja, gestionada por Manuel López Quiroga, un productor que acumula numerosas distinciones y premios.
Las otras tres novillas subastadas en Adai fueron a parar para un ganadero de Paradela, que pagó 2.550 euros por la tercera de la subasta; para una granja de Palas que abonó 2.300 por la segunda y para un criador de Pedrafita do Cebreiro que se hizo con la cuarta por 2.250 euros.
En cuanto a los novillos, dos de la nave de testaje de Acruga y dos de ganaderías particulares, sólo se vendió el animal procedente de la granja de Manuel Fernández Rodríguez, que con un precio de salida de 2.000 euros, fue adjudicado a un comprador de Castroverde por 2.750 euros.